viernes, 2 de octubre de 2015

Un buen hijo (Pascal Bruckner)

Título original: Un bon fils
Traductor: Lluís María Todó
Páginas: 224
Publicación: 2014 (2015)
Editorial: Impedimenta
ISBN: 9788415979593
Sinopsis: Un buen hijo es la historia de un amor imposible, el intento de Pascal Bruckner de ajustar cuentas con su propio padre, un fascista autoritario que es a la vez un hombre culto y de firmes convicciones. Semejante conflicto filial da paso a una maravillosa novela de formación, personal e intelectual, de quien es uno de los escritores más sólidos y controvertidos del panorama actual de las letras francesas. El hijo adulto se enfrenta en primera persona y sin ningún tipo de máscara narrativa a un personaje por el que siente, a un tiempo, rechazo y compasión, en un relato que nace del odio pero que va adquiriendo un inesperado y reconfortante tinte de ternura y que finaliza con un sorprendente giro que nos lleva a pensar que no es posible juzgar de manera absoluta los comportamientos ajenos.
Le suplico que provoque la muerte de mi padre, si es posible en accidente de coche. Un freno que falla en una cuesta, una placa de hielo, un árbol, lo que Le parezca mejor. “Dios mío, os dejo la elección del accidente, pero haced que mi padre se mate.”

Desear la muerte de alguien de tu misma sangre marca mucho a quien lo desea. Me consta. Qué es lo que te hace ansiar la muerte de un familiar, padre, madre, hermano, hermana, hijo, hija… es ya una historia de cada cual, una maquinaria diabólica que en algún momento se pone en marcha y que condicionará, para siempre, tu existencia. Una jugarreta endemoniada de la vida.

No todo lo que se desea se cumple. En realidad casi nada. Así que Pascal Bruckner tendrá que atarse los machos y aprender a convivir con su deseo no cumplido y, por tanto, con su padre. Y su padre tiene una serie de atributos difíciles de digerir: antisemita, maltratador, nazi, dictador, racista… Una joya. La única forma de convivir con alguien así es ser igual que él, un ser nauseabundo y despreciable. Pero Pascal Bruckner no lo es. Como todos, tiene sus propias miserias [más que Un buen hijo, quizás el libro tendría que haberse titulado El mal padre que me tocó en (mala) suerte] pero entre ellas no está el mirar a otro lado: se revolverá y rebelará contra su propio padre y lo que representa.
Los padres violentos tienen una ventaja: no te atontan con su dulzura y sus arrumacos, no juegan a ser hermanos mayores o amigos tuyos. Te despiertan como si fueran una descarga eléctrica, te convierten en un eterno luchador o un eterno oprimido. El mío me comunicó su rabia: le estoy muy agradecido. El odio que me inculcó también me salvó. Lo volví contra él como un bumerán.

Hay una terrible violencia que traspasa la lectura: la que provoca “observar” la brutalidad existente en el espacio íntimo que es una familia. Una ventana a la que asomarse provoca un sonrojo terrorífico. Pero es una ventana que Bruckner ha querido abrir y mostrar. Por otro lado, es una radiografía clarividente y cruel del comportamiento de un maltratador y cómo lo viven sus víctimas.

En el caso de la madre, me impacta reconocer una vez más el mismo recurso: mirar a otro lado, callar. Como si así todo desapareciera. La incomunicación instalada como una cicatriz imborrable. Lo que no se habla no existe. La sumisión.

Tu padre es tan fuerte, tiene tanta energía…
No, mamá, es tu debilidad lo que lo hace fuerte.

En esta aterradora historia de miserias humanas se pone sobre el tapete lo más mezquino de las personas, del maltrato y sus secuelas. Y las contradicciones con las que vivimos, fruto de la debilidad. Hay que ser muy, pero muy fuerte, para asumir esas contradicciones y no dejar que nos empequeñezcan.

Juraba vengarme. Pero también quería agradarle, ganarme su aprecio, asombrarlo.

Y no se puede ignorar el daño que hizo, que hace, la religión católica en esa situación dócil ante el maltratador. El juego cruel del sentimiento de culpa, una losa con la que el catolicismo contaminó y maniató a los creyentes, dejando sin argumentos a las personas sobre las que el miedo provoca un efecto paralizante.
El auténtico secreto de familia no es el que se calla, sino el que todo el mundo conoce. Está sobreexpuesto y, por lo tanto, resulta imperceptible.

Esta frase es tremenda, porque refleja una realidad aplicable a muchas situaciones. Los secretos pasan más desapercibidos cuanto más a la vista están. ¿Por qué? Por la habilidad humana de mirar a otro lado ante aquello que nos incomoda o inquieta o es incompatible con nuestro confort emocional. No miro. No existe.

Los libros me han salvado. De la desesperación, de la estupidez, de la cobardía, del tedio.

Bruckner es escritor. Escribir, leer, le salva. Por si alguien dudaba que los libros sanan. No me cabe duda de que este libro es imprescindible para Bruckner, como forma de repararse a sí mismo y reestablecer la relación con su padre, y también para todos aquellos lectores a los que no les guste retorcer el cuello como un avestruz. 

La segunda parte del libro da un giro, se aleja más del impacto emocional y se aproxima a la reflexión, quizás un reflejo de la búsqueda del propio Pascal Bruckner por entender. Hasta en determinados momentos la imagen del padre parece dulcificarse, suavizarse. Para ello Bruckner busca en el contexto, en el entorno social, político y cultural francés. Una mirada crítica a su propio país, que es a la vez una mirada crítica a su padre. Las contradicciones que encuentra a su alrededor no dejan de ser un reflejo de las propias contradicciones que siente Bruckner por su padre hacia el final de su vida, un padre hacia el que no puede evitar sentir cierto afecto, un afecto distante y frío, pero afecto. Es un libro duro, pero también equilibrado, sincero y generoso.

La impactante e increíble revelación final no deja de ser una muestra más de que el destino es un jugador tan inteligente como complejo y feroz.

Llega un momento en que las relaciones con una persona son tan enrevesadas que ya no puedes distinguir entre el amor y el deber.

72 comentarios:

  1. Me apetece descubrir esta cruda relación entre padre e hijo; me anoto el libro.

    bsos!

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    1. Es cruda. Las relaciones familiares son complejas, y algunas, como esta, crudas. Pero es una lectura interesante.

      Un abrazo

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  2. Muy duro. Las relaciones paterno-filiales pueden ser muy difíciles, pero nada justifica la violencia.
    besos

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    1. Todas las relaciones son difíciles, complejas. Pero las familiares lo son aún más, porque no se eligen, pero sin embargo son para toda la vida...

      Un abrazo

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  3. Estoy de acuerdo con Agniezska, hay cosas que no tienen justificación. Esta novela pinta muy cruda y ahora mismo no me viene bien.
    Besos

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    1. Hay muchas cosas para las que yo no encuentro justificación, ni soy capaz de comprender: la violencia, la mentira, el daño... Es buena novela. Dura en muchos tramos, más llevadera cuando toma otros derroteros más reflexivos y en los que ahonda en la cultura francesa.

      Un abrazo

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  4. ¡Ay, el destino! Cómo juega con nosotros... Puede que me anime. Un beso.

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    1. Somos los dados que usa el destino en sus jueguecitos de azar. A ver quién puede contra el destino!

      Un abrazo

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  5. Suelo huir de las lecturas duras, pero esta me la llevo apuntada.
    Besos!

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    1. A mí me pasa con las lectura duras que me gustan, sí, no las evito. No me hacen daño, me ayudan a desbrozar el camino. Es raro. Pero debe ser que yo soy rara ;)

      Un abrazo

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  6. Parece una novela brutal. Pero me ha cautivado un par de cosas que adviertes: el giro inesperado del final y que es imposible juzgar de manera absoluta el comportamiento de los demás. Siempre estamos juzgando a los otros, siempre, y mucho me temo que jamás tenemos toda la información para ser justos en esos dictámenes. Pero, ¿qué ocurre cuando es el hijo quien juzga al padre? En este caso, el protagonista sí que tiene todas las coordenadas, de hecho las ha sufrido desde su nacimiento. Tremendas las frases que nos escribes sobre un padre que te odia.

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    1. Lo del giro inesperado final es que además yo no tenía noticia de que existiera y te deja con los ojos abiertos, como dando otro sentido a todo, no sé... brutal. Leí (y comenté) aquí hace tiempo Déjame ir, madre, de Helga Schneider que aborda exactamente la misma temática, en este caso madre e hija. Muy cruel también, pero que desmenuza a la perfección cómo este tipo de relaciones son sumamente complejas. Te aconsejo también esa lectura.

      Un abrazo

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  7. ayyyy, creo que ahorita no estoy para estos temas.
    un beso,
    Ale.

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  8. Has conseguido captar mi interés, me lo apunto.

    Feliz finde.
    Besotes.

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    1. Tienes intereses lectores amplios ;) Ahí está el libro, y los libros siempre esperan.

      Un abrazo

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  9. Parece una novela para leer con nervios de acero, o me da esa impresión. Me gusta mucho lo que cuentas, no la conocía y no me importaría nada leerla.

    Besos.

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    1. Tiene cosas muy interesantes, no sólo por la relación, por la personalidad del padre, la madre, el hijo, también por el contexto. Impedimenta, ya sabes, es una editorial que suele sorprender.

      Un abrazo

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  10. Temática dura la que plantea el libro. Creo que los deseos de muerte no tienen mucho que ver con desear la desaparición de la persona que percibimos como causante de una situación dolorosa sino con liberarse de ella. Muchos suicidas no tienen un deseo contundente, proactivo para conseguir la muerte, lo que pretenden es liberarse del dolor. En ese momento de odio y deseo de muerte, lo que realmente se desea es que muera el maltratador, el torturador, no el padre.

    Lo que sí me parece terrible es el mensaje que se ha utilizado, supongo para preservar la familia, de la “obligación” de amar a los de tu sangre, pero ese amor ha de actuar en las dos direcciones para que sea efectivo: yo debo amar a los de mi sangre pero los de mi sangre me deberían amar a mí. Por tanto, el daño que te infringen los tuyos debería liberar de la obligación de amar. El maltrato no es amor y no hay ninguna obligación, ni moral ni de ningún tipo, de amar a los maltratadores, sean de tu sangre o no. Que hay un desgarro, por supuesto, pero quizás por sentir la injusticia de no ser querido, sin saber por qué, por aquellos que tienen la responsabilidad de proteger y cuidar.

    De momento lo apunto, pero no estoy ahora mismo por esta temática.

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    1. Tan dura como real. Porque aquellas personas crueles, nazis, tuvieron hijos. Y aunque se ha hablado mucho de ellos, los que comulgaron con la ideología nazi, no hay tanta literatura que hable de los hijos de estas ¿personas?. Aunque más arriba comento otro libro del que hablé aquí: "Déjame ir, madre", de Helga Schneider, también impresionante.

      No estoy ahora mismo muy por la labor de hablar del tema del suicidio, no es buen momento, pero también pienso que es más una huida, una búsqueda de liberarse de un dolor tremendo, profundo. No es un NO a la vida. Es un NO al dolor.

      Las familias son complejas, son lazos ineludibles. Irrompibles aparentemente. Tanto que incluso el daño más cruel, el maltrato, consigue que renuncies a ellos. Complejo, muy complejo.

      Un abrazo

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    2. No sé si has leido “La hija del Este”, de Clara Usón sobre la experiencia de Ana Mladic, hija de Radko Mladic, el carnicero de Srebenica. Además de bien escrito, es impactante leer cómo se desmorona el mundo de Anna Mladic al enterarse de quién es para los demàs su padre! Por si no lo has leido y te interesa profunditzar en este tema.
      Te dejo articulo de El País: http://cultura.elpais.com/cultura/2012/03/02/actualidad/1330716636_234348.html
      Video: https://www.youtube.com/watch?v=ihS5ElmZNTs&feature=plcp&context=C389875fUDOEgsToPDskIdYxwZyaQv4-YOWiSBv9Lo

      Tengo pendiente otro libro “Dictadoras” de Rosa Montero, sobre las mujeres de los grandes dictadores del siglo XX.
      Es un tema realmente complejo, si, però muy interesante.
      Abrazo.

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    3. No lo he leído, aunque localizado está, fue el tamaño lo que me impidió traérmelo de la biblioteca... Voy a ver artículo y vídeo, muchas gracias.

      El libro de Rosa Montero también lo tienen en la biblioteca, pero no tengo claro si ponerme algún día con él. Es que yo y Rosa Montero o nos encontramos o nos desencontramos y nunca sé qué Rosa me voy a encontrar...

      Un abrazo

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  11. El tema que trata desde luego es un filón. Esa ambivalencia, esa ambigüedad de los sentimientos,... y con un sorprendente final además.
    Otro para tener en cuenta.
    Besos!!

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    1. El tema de las relaciones familiares siempre es un filón. Por no decir EL filón. Si añades ingredientes como los que trae este libro (autobiográfico, no lo olvidemos) entonces ya es casi ineludible.

      Un abrazo

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  12. Pues no me había fijado mucho en este libro. Y desde luego el tema se las trae... Uff.. Me has dejado con ganas de leerlo.
    Besotes!!!

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    1. Los libros de Impedimenta no suelen pasarme por alto, aunque no puedo llegar a todo lo que quiero leer, de editoriales, autores y demás... Las ganas son buenas, el tiempo es tuyo ;)

      Un abrazo

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  13. Madre mía, Ana, lo que nos traes. Esa crudeza, esa violencia de la que hablas..., no, ahora mismo no. Gracias a ti, sé que debo dejarlo apartado si me lo encuentro. Abrazos.

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    1. ¡Lo que nos trae Impedimenta! Y bueno, supongo que será de agradecer que sepas qué debes evitar :P

      Un abrazo

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  14. Muy buena la reseña, enhorabuena. Ahora mismo no estoy por leer la crueldad que tiene esta novela, pero aún así, no la descarto.
    Un saludo^^

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    1. Gracias Laura. Está claro que hay libros que necesitan del momento, de un "estar" en disposicion de... Lo bueno es saber que estos libros están ahí, luego ya les llegará el momento (o no).

      Un abrazo

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  15. Parece un libro duro a pesar de esa segunda parte que se centra más en la reflexión. No creo que fuera una lectura aconsejable para mi.

    Besos.

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    1. La segunda parte es interesante por lo que me ha acercado a comprender la sociedad francesa, su cultura en una época determinada, los mecanismos internos de ese pais. Por lo demás, los libros ahí están. Se llega a ellos o no.

      Un abrazo

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  16. No lo leí pero la editorial es una garantía.
    Besos

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    1. Desde luego, para mí el catálogo de Impedimenta sí es una lectura obligatoria :)

      Un abrazo

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  17. Me da la sensación de que es demasiado duro para mi momento. Lo tendré en mente para más adelante
    Besos

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    1. Nadie mejor que tú para saber qué te apetece leer en cada momento, Carax.

      Un abrazo

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  18. Excelentemente contado como siempre Ana.
    Me parece muy duro y en estos momentos no me apetece leerlo.
    Me han parecido muy interesantes algunas de las frases que anotas del libro como "es tu debilidad lo que lo hace fuerte", es tan cierto que en estos casos de maltratos el mirar hacía otro lado por miedo, por cobardía, para sobrevivir hace que esos tipos sigan ejerciendo su poder y haciendo daño.
    Y a pesar del odio que han de despertar y despiertan, en sus víctimas siempre ese intento de agradar, de ser mejores porque así igual cambian.
    El ser humano...capaz de los mejores y de los peores sentimientos.
    Un saludo

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    1. Gracias Conxita. La lectura es dura, no sólo por la temática, sino por lo que de violento tiene ese asomarse a la intimidad de una familia. Las relaciones (no sólo las familiares) son siempre muy difíciles, enmarañadas, más de lo que parece incluso en relaciones aparentemente sencillas y fluidas. En el caso del maltrato hay tantos mecanismos por debajo de la superficie, y al final todos los puedes meter en la saca del miedo, la soledad... Y ese deseo de agradar, sí, de ser querido. Tremendo, pero todos queremos que nos quieran...

      El ser humano, lo mejor y lo peor. Las contradicciones, ya se sabe...

      Un abrazo

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  19. Tiene muy buena pinta un libro sinncero y desgarrador y al mismo tiempo reflexivo. Y la temática es dura, pero aún así me atrae. Creo que podría estar bien. Sí, eso creo, así que lo tendré en cuenta.
    Un beso.

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    1. Cuando un autor se vuelca en escribir sobre sí mismo y su historia (una de ellas) siempre hay ese poso desgarrador, y lo cruel, lo duro, siempre nos hace reflexionar. O debiera.

      Un abrazo

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  20. Tiene pinta de ser un libro de los que revuelven por dentro (en el buen sentido). Quizá más adelante sea una buena opción de lectura.
    Gracias por la reseña!
    Besos

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    1. Hace pensar, reflexionar, le das vueltas, clarifica (al menos a mí)... Vamos, no deja indiferente.

      Gracias a ti por comentar. Un abrazo

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  21. Pues lo tenía ya apuntado, parece una buena elección =)

    Besotes

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    1. Pues si ya lo tenías apuntado por algo será. El libro te llama ;)

      Un abrazo

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  22. Madre mía, este es muy, muy, muy parta mí y mira que yo no le deseo la muerte a nadie, que me encuentro una araña en casa y la cojo y la pongo en una planta pero ya sabes cómo me gusta meterme en estos berenjenales. Lo que me da rabia es la dificultad que tengo para encontrar los libros que traes jajajaj, tengo ya unos cuantos en cola y NO LOS ENCUENTRO... y eso es grave, que yo lo encuentro todo. Este lo quiero, el de Benczyck lo quiero.... llego tarde, ya lo sé pero es que he estado despistado.

    El resi de vuelta al planeta

    Besos :)

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    1. Tampoco hace falta que desees la muerte a nadie para leer el libro! :D Qué gracia lo de la araña, yo suelo invitarlas a irse y recurro a lo que sea... ¿Por qué tienes tantos problemas para encontrar los libros que traigo? Si yo los tengo es que no será tan difícil, te lo aseguro. Pero si hay alguno que tengas especial interés y no encuentres sólo tienes que decírmelo, presi.

      ¡Aterriza! (o no)

      Un abrazo

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  23. Umm.. no sé. Esa relación padre-hijo creo que me escocería mucho. Besos.

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  24. Desear la muerte de un familiar cercano es un tabú de esos de los que no se habla mucho y que siempre sorprende cuando nos lo encontramos frente a frente (al menos a mí me lo parece). Esa historia de hijo sumiso que soporta lo indecible y de padre déspota que reúne en sí mismo lo peor de lo peor me parece que tiene mucha tela que cortar, así que lo pongo en mi sección de "historias fuera de lo común que hay que leer tarde o temprano". 1beso!

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    1. No se habla mucho, pero desear, aunque sea la muerte de otra persona (familiar o no) forma parte de nuestra naturaleza, viene en nuestro código. Y si te dan motivos pues ya ni te cuento.El hijo no es sumiso, lo es más la mader. El hijo pasa de la aparente sumisión por el deseo de agradar al pade a la rebeldí. Pero los lazos familiares nunca se rompen.

      Un abrazo

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  25. Dos reflexiones después de leerte y leer los comments. No es raro encontrar situaciones o circunstancias en las que se desea la muerte de alguien, particularmente de un familiar, puesto que, como tú bien señalas, a la familia no la escoges y debes hacerle frente toda la vida; al resto, con separarte de ellos alcanza. Supongo que existen casos extremos en que ese deseo se vuelve comprensible, pero nunca justificable.
    La otra, es lo que la generación de jóvenes alemanes de la posguerra han planteado respecto de sus mayores, v.g., que los sobrevivientes al nazismo han sido indulgentes con ellos, reduciendo sus penas o ejerciendo cierta solidaridad con los simpatizantes.
    Por todo ello, este libro me parece interesante. Lo apunto; el importador aun no lo pudo ingresar.
    Un beso, Ana.

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    1. No es tan inhabitual, en verdad. No sólo no se escoge a la familia, es que te sienes parte de ella siempre, quieras o no. SOn muchos elementos que juean ahí: deudas morales, inseguridad, culpa, miedos... Nunca es justificable, o yo al menos no he visto cómo superar esa última barrera, pero sí es comprensible. Mucho.

      Alemania es un pais que nos tiene que decir mucho todavía, ya no tanto del antes y el durane, sino el después...

      Yo lo tengo en papel. SI hay oportunidad... importamos ;)

      Un abrazo
      miedos...

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  26. Un tema muy muy complicado.Sentimientos encontrados.Odio y rabia,pero al mismo tiempo es tu padre y no puedes dejar de compadecerle,incluso¿quererle?.Es terrible. Gracias por tu reseña y por compartir.Tiene pinta de ser un relato enormemente sincero. Un abrazo

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    1. Complicado porque anque situado e un contexto histórico que nos parece lejano, sin embargo hay tantas (taaaantas) cosas válidas a día de hoy que... entristece... Gracias a ti por comentar.

      Un abrazo

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  27. Dicen que hablar de los problemas ayuda, yo creo que escribir puede ser igual de efectivo o más y no necesitas contar con nadie.
    Y con una situación como la del autor debió resultar una buenísima terapia escribir sobre ello. Es un tema duro y difícil, supongo que las relaciones paterno-filiales nunca son fáciles, pero los casos de violencia de cualquier tipo salir indemne es imposible.
    Me parece una lectura muy interesante sobre todo siento curiosidad por ver cómo evoluciona del odio a esa cierta comprensión.

    Besos

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    1. "Sacar" lo que te quema por dentro siempre ayuda. Para quienes no somos muy de hablar de esas cosas que te inquietan, que te hacen, pues escribir es tremendamente efectivo. Aunque no se comparta. Para mí escribir ha sido de siempre tan necesario como respirar. Desde que aprendí a hacerlo ya no paré... Las relaciones familiares nunca son fáciles, lo que no quiere decir que sean malas, pero no son fáciles. Aunque... ¿qué relación es fácil?.

      Un abrazo

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  28. Sin duda, los libros sanan,...y sin darte cuenta, son los mejores antídotos contra mucho de los males del mundo. Si leyéramos más,...y en especial determinados libros, creo que se habrían evitado muchos conflictos...
    Mmmm este libro de Pascal...aunque esté muy bien escrito y ofrezca esos momentos de equilibrio y generosidad,...me atrae poco. Sé que me suelen tirar las historias amables, con tramas más favorecedoras para quienes se ven implicados en ellas,...supongo que son épocas.
    Anoto algunas de las frases que nos regalas...
    Un abrazo y buen día!!

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    1. Sanan, dan vida... Tienes razón María, si el mundo leyera más se evitarían muchos conflictos y todo sería... mejor, más lleno de VIDA (con mayúsculas). No debería de decirlo, porque sé que lo sabes, pero evidentemente no hablamos de cualquier libro :)

      Cada libro tiene su época. La mía ahora (desde hace tiempo en realidad) es la de tipo... ¿intensa?. No sé si sabría definirla muy bien.

      Las frases las regala el autor, yo soy la transmisora (y que me gusta subrayar los libros, qué le voy a hacer, aunque luego me lleve las citas a un cuaderno).

      Un abrazo

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  29. Estupenda reseña, Ana, y parece que el libro también lo es. Me resulta muy interesante el ejercicio de catarsis que supone para el autor, así que lo apunto y le hago un rinconcito en mi Infinita.
    Un besote grande.

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    1. Escribir, para muchos autores, es una catarsis. Y suele coincidir con los autores que me gustan :) Si tu infinita aún tiene rinconcitos no te arriendo la ganancia ;

      Un abrazo grande

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  30. Una de los hallazgos que más me ha costado entender: que se puede ser fascista autoritario y a la vez un hombre culto. Parece que esta novela ronda por esos lares. No puedo imaginar esa relación tan tremenda entre padre e hijo, así que habrá que leerla ¿no?

    Abrazos!!

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    1. Ah, si.... a mi aún me cuesta entenderlo. Creemos que hay ciertas cosas como ser culto, amar a los animales, tener cierta sensibilidad que parecen incompatibles con el fascismo y otros males... pero no... Por esos lares ronda la novela, cierto. No sé si habrá que leerla, pero me a mí me gusto hacerlo ;)

      Un abrazo

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  31. Creo que me resultaría demasiado duro, y bastante tengo ahora con mis propias miserias como para adentrarme en una lectura de este tipo. Un besazo, Ana.

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    1. Las miserias son incompatibles contigo, Meg, te lo digo yo ;) Pero sabes elegir bien qué leer en cada momento, de eso estoy convencida.

      Abrazo, Meg

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  32. Hola, Ana, ya escribí este comentario hace unos días y no se grabó. No importa, lo que te decía entonces me lo sé de carrerilla. Te contaba que los conflictos generacionales son inevitables, somos frutos de tiempos distintos y si entre medias acontece una guerra cruel y despiada, entonces la herida tiene difícil cura. Tienes razón, hasta el sentimiento más triste resulta hermoso en la prosa poética. Siento antipatía por la madre, callar y mirar a otro lado no es solo cobardía, es desamor. Y el padre, tan duro con él... Menos mal que los recuerdos se dulcifican con el tiempo aunque el frío de la relación perdure.

    Un beso

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    1. Te pasará como a mí, que a veces en vez de darle al botón de "Publicar" le doy al de "Salir"... Sobre la inevitabilidad, en incluso la necesidad (si me apuras) intergeneracional caben pocas dudas, más aún ahora, donde todo va muy rápido y esos abismos generacionales cada vez son más grandes. No sé, la madre... hay esas personas así, sumisas, fruto de la educación, los tiempos... No sé si antipatizar con alguien así, pero sí siento rabia. El tiempo, ay... hace lo suyo...

      Abrazo, Mere

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  33. El planteamiento de la dualidad entre el quisiera eliminarle como a una molesta araña y, a la vez, el querer agradarle para tener el reconocimiento de la figura paterna, me parece de lo más interesante. Vivir en este estado bipolar tiene que tener una cotidianeidad muy dura de soportar.

    Gran reseña, Ana, dan ganas de correr a leerlo.

    Un abrazo.

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    1. Esa dualidad se da muchas más veces de las que pensamos, no te digo ya en relaciones en las que hay un maltratador (o maltratadora) por medio... Es duro y muy complejo.

      Gracias Ariel. Un abrazo

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  34. ¡Hola!
    Últimamente me fío bastante de la editorial que publique el libro. Como Austral, Tusquets, Anagrama, etc. Y ahora también de Impedimenta. Si bien aún no lo hago basándome en mi experiencia si que he visto muchas reseñas muy positivas de libros de esta editorial y me llaman poderosamente. Y bueno, uno más que añado.
    Además es un tema que creo que es muy interesante. Podemos pensar que lo hemos dejado atrás, pero ni de casualidad. Más nos gustaría. Sin duda, queda apuntado :)
    Un beso!

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    1. Las editoriales en sí mismas ya son una orientación a la hora de libros que buscar. También es verdad que en todas las editoriales hay "cagarrutas", pero en cualquier caso al menos para mí ya me dan cierta confianza. Impedimenta tiene buenos libros y sobre todo una ediciones muy cuidadas y con traducciones en general muy fiables.

      Un abrazo

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    1. Ah, qué envidia, leer en el idioma original. Siempre me preocupa el efecto "traducción", aunque en España hay muchos y muy buenos traductores.

      Un abrazo

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En este blog NO se hacen críticas literarias ni mucho menos reseñas. Cuento y me cuento a partir de lo que leo. Soy una lectora subjetiva. Mi opinión no convierte un libro en buen o mal libro, únicamente en un libro que me ha gustado o no. Gracias por comentar o, simplemente, leer