martes, 8 de agosto de 2017

Lo raro es vivir (Carmen Martín Gaite)


Páginas: 232
Publicación: 1997
Editorial: Anagrama
Sinopsis: La protagonista y narradora es una chica de 35 años que acaba de perder a su madre y que tras una etapa en la que cultivó el rock y se enfrascó en amores tempestuosos, se entrega ahora, para huir de sus propios enigmas, a investigar los de un extravagante aventurero dieciochesco, pesquisa a la que se une otra más íntima sobre su infancia, sus padres y los sentimientos que la unen al arquitecto con el que convive.


No soy objetiva ni imparcial con Carmen Martín Gaite, una autora que, como ya comenté aquí, está unida de una forma indeleble a una ciudad que llevo en el corazón: Salamanca. Y una autora más de las que me hizo lectora y casi que hasta persona, que me ha puesto voz y me ha dado palabras y con la que estaba en deuda, y ya era hora de traer aquí, a mi cuarto propio, para que me acompañara en este viaje personal que llevo haciendo desde hace un tiempo. He acudido a una relectura, porque creo que hay pocos libros suyos que no haya leído ya. Y, otra vez, por el título. 
A mí no me extraña. Es que todo es muy raro, en cuanto te fijas un poco. Lo raro es vivir. Que estemos aquí sentados, que hablemos y se nos oiga, poner una frase detrás de otra sin mirar ningún libro, que no nos duela nada, que lo que bebemos entre por el camino que es y sepa cuándo tiene que torcer, que nos alimente el aire y a otros ya no, que según el antojo de las vísceras nos den ganas de hacer una cosa o la contraria y que de esas ganas dependa a lo mejor el destino, es mucho a la vez, tú, no se abarca, y lo más raro es que lo encontramos normal.
Cuando este libro llegó a mis manos, yo había abandonado hacía tiempo Salamanca y también a una persona a la que había amado de una forma que creí indestructible. Y lo era, por eso lo autodestruí. Me encontraba en una ciudad de La Mancha de cuyo nombre quiero olvidarme y de la que quiero huir. Por aquel entonces vivía perpleja, pensando que esto del vivir era muy raro, o que quizás yo lo era. Así que cuando Carmen Martín Gaite volvió a mí, con un libro que se titulaba Lo raro es vivir, no pude menos que leerlo con fruición, como si me rescatara de algo. Y ahora he vuelto a él, porque esto del vivir sigue siendo muy raro, y porque ya sé que nada ni nadie me rescatará. Es tan raro. Vivir.
Echaba de menos la luz, aunque fuera fugitiva, de un momento extraordinario.
Cualquier libro de Martín Gaite seguirá siendo actual, independientemente de cuándo lo haya escrito y de cuándo sea leído. Porque al fin y al cabo sus libros hablan de algo que no tiene fecha de caducidad: la existencia. El existirse.

Águeda, 35 años, acaba de perder a su madre. Pero los apegos feroces no terminan con el fallecimiento de una de las partes, así que a Águeda, propensa a las metáforas, la fantasía y las mentiras, no le quedará otra que enfrentarse al escenario interior del que siempre ha estado huyendo/esquivando. Los recuerdos son inevitables y con ellos vienen las verdades del barquero, una vez desprovistos de la ensoñación y las quimeras.
A veces pienso que se miente por incapacidad de pedir a gritos que los demás te acepten como eres. Cuando te resistes a confesar el desamparo de tu vida, ya te estás disfrazando de otra cosa, le coges el tranquillo al invento y de ahí en adelante es el puro extravío, no paras de dar tumbos con la careta puesta, alejándote del camino que podría llevar a saber quién eres.
El mundo de la fantasía siempre ha estado muy presente en toda la obra de Martín Gaite, por eso no es extraño que sus personajes tengan una imaginación desbordante y compartan sus sueños diluyendo la frontera entre la realidad y la irrealidad. Águeda no es una excepción, siendo una auténtica especialista en distraerse de sí misma con mentiras, improperios, alegorías y ensoñaciones. 

En ese evitarse a sí misma todo vale, incluso indagar en la vida de un aventurero del s. XVIII y su criado, sin saber que resolver enigmas ajenos no evitará, finalmente, tener que desentrañar los propios.
A mí, cuando viajo en metro, siempre me da por pensar mucho, pero además con chasquidos de alto voltaje, relámpagos que generan preguntas sin respuesta y desembocan en la propia pérdida, en los tramos umbríos de ese viaje interior donde se acentúa la desconexión entre la lógica y los terrores.
[…] Yo a esos viajes en metro los llamaba “bajar al bosque”, aunque no supe hasta más tarde que aquella metáfora, como todas, tenía poder para conquistar otros territorios.
Esta imagen de “bajar al bosque” me fascinó desde el primer momento que la vi. No me hacía falta viajar en metro, siempre he tenido mis espacios para descender al bosque, tantas veces que al final vivo en él. Pero le debo a Martín Gaite el concepto, como tantas otras cosas.

Y Águeda también tendrá que bajar al bosque, no podrá evitar más ese voltaje que supone enfrentarse a los propios terrores. Es tan inevitable como que los inviernos suceden.
Culpas no hay, además, sólo causas.
En todos los libros de Martín Gaite está ella, detrás, transmitiendo su fuerza y sus ganas de vivir (con mayúsculas y mayúsculamente), sus miedos e inseguridades, sí, pero también su pujanza, su arrolladora personalidad. Ante las adversidades nunca cedió, inquieta, inteligente y libre. Águeda tiene su porcentaje de su propia creadora (la autoficción no se inventó ahora, no), quizás por eso, pero sobre todo (creo) por las tremendas ansias de vida (por raro que sea esto del vivir) es porque finalmente Águeda sobrevive (porque siempre se hace) a sus propios fantasmas y sus propios apegos feroces. 
¿Verdad que cuando nos conocimos te gusté porque divagaba y cosía la verdad con hilos de mentira?
Escribía tan bonito Carmen Martín Gaite, con su ironía, su humor, su facilidad para mostrar confusiones, jeroglíficos personales, claves internas… Parecía imposible, pero encontré nuevos huecos que subrayar y en los que emocionarme y encontrarme.

Los libros se unen a mis momentos vitales con un hilo inexplicable pero inasequible a la puntada. Lo raro es vivir ya está cosido (con doble puntada además) a mi biografía. Siempre libero algún monstruo cuando leo a esta magnífica escritora.
Y cuando yo, totalmente desorientada, murmuré “no te entiendo”, me volvió a acompañar al sofá, me tapó con la manta y sonreía: “Yo a quien no entiendo”, dijo, “es a la gente parecida a mí. Buenas noches.”

23 comentarios:

  1. Leí durante un tiempo bastante a Carmen Martín Gaite, pero fue más por obligación que por devoción. Ya unos años después me gustó reencontrarme con ella a través de algunos de sus relatos que no había leído. Este título no lo conocía, pero me gustaría.
    Besos.

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    1. Las lecturas por obligación... ains... Y mira que no es mala opción, pero yo creo que a la lectura nunca hay que llegar por obligación, sino por curiosidad. Pero no cabe duda que Martín Gaite te hace volver.

      Un abrazo

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  2. ¡Hola Ana!

    Lo leí hace bastante, y es que hubo un tiempo en que fui muy seguidora de Gaite, y es que su forma de escribir no tiene igual, ese desgrane del alma de los personajes, una delicia.

    Un besito carinyet!!

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    1. Sí, muchos hemos pasado por esa racha de Gaite, de leerla como si no hubiera mañana. Y es un buen lugar al que volver, es realmente deliciosa.

      Un abrazo

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  3. Cada vez que oigo o leo el nombre de esta autora sonrío. Porque era muy joven cuando una amiga me regaló el libro "Irse de casa", yo estaba en plena época de rebeldía y pensó que el título me venía que ni pintado. El caso es que entonces no tenía paciencia y nunca lo leí. También tengo "Cuadernos de todo", porque siento debilidad por los diarios y libretas de escritores. Pero no es una autora que me atraiga especialmente. Tampoco esta novela me ha llamado mucho, aunque quizás sea culpa de mi actual lectura, una coreana extraña que solo come verdura. ;)
    Abrazos

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    1. Jajajaj, la impaciencia... Ummm... qué curiosidad tengo por ver qué te dice la coreana. Ahora me paso por tu tasca.

      Un abrazo

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  4. Yo también he leído prácticamente toda su obra narrativa y algún ensayo. Durante muchos años fue una constante para mí. Leía todas sus novelas antiguas y las nuevas según iban saliendo, hasta que ella murió y ya no volvieron a salir más novelas suyas.
    Esta que hoy nos comentas, me encantó. Recuerdo que en un examen de biología sobre evolución y origen de la vida les mandé a mis alumnos de primero de bachillerato analizar una frase del libro, esa que termina diciendo algo así como "para mí, si quieren que les diga la verdad, lo raro es vivir". Era el curso 96-97. Lo recuerdo porque un chico, me bordó la respuesta en el sentido que yo buscaba y recuerdo cuando tuve a ese alumno.
    He releído varias cosas suyas y varias veces he pensado hacerlo con este y con "La reina de las nieves". Cualquier día.
    Un beso.

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    1. Yo también pasé esa fase, cuando vivía en Salamanca (¿qué mejor sitio para leerla?) Ahora me gusta volver a ella, sé qué me ofrece, qué me sigue ofreciendo. Qué bonita anécdota la que cuentas, y qué gratificante tener alumnos así ¿no?

      Un abrazo

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    2. Pues sí. Son pocos los alumnos de ese estilo, pero son los que compensan por el resto.

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  5. Mi amada Carmen Martin Gaite, he leído muchas de sus novelas y relatos, que forman parte de mi periplo bibliófilo. Ésta la leí hace mucho tiempo, 20 años, cuando salió publicada. Me gusta Carmen, cómo se adentra en el mundo de la mujer, cómo la cuenta desde dentro, desde la intimidad... Recuerdo que me gustó mucho y la comenté con alguna amiga a la que también le gustaba Martín Gaite sobre todo las frases, algunas de las que pones en tu reseña... Ahora también tu reseña me trae su recuerdo.

    Vivir es raro, la fuerza de la vida se abre camino de un modo insólito, y es que sólo se vive una vez.
    Abrazo, ahora sí, fresquito.

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    1. También forma parte de esos libros/autores que me han hecho lectora. Yo tardé algo más en leerla cuando la publicaron, andaba en otras cosas (e incluso en otras lecturas) pero aquella primera vez llegó cuando tenía que llegar. Y ahora también...

      Vivir es rarísimo, Elvira :)

      Un abrazo

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  6. hola! pues sumada a tu reseña fantastica, a tu disfrute y alos comentarios que leimos sera una futura , casi inmediata lectura. gracias y abrazosbuhos!

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  7. Ana, desde Galicia te echo un ojillo cuando puedo (estoy de vacaciones) Todavía no he leído nada de la estupenda Martín Gaite, y eso que tengo unas cuantas obras suyas en casa; no veo el momento!! A ver cuando le damos una oportunidad. Se lo merece. Tengo tantos pendientes... Mil gracias.

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    1. Ay, Galicia... qué ganas de ir. Bueno, qué ganas de viajar, más bien. Pues creo que Galicia es también un buen lugar para leer a Martín Gaite (tiene alguna novela ambientada allí).

      Un abrazo

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  8. ¿Te puedes creer que no he leído nada de Carmen Martín Gaite? Supongo que ya va siendo hora de que le ponga remedio. Este podría ser un buen título para ello. "A veces pienso que se miente por incapacidad de pedir a gritos que los demás te acepten como eres". Sólo por esta frase bien merecerá la pena.
    Un abrazo

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    1. Pues si te digo la verdad se me hace raro. Pero estoy segura que lo solucionas pronto, sí. Y estoy segura que repetirás con ella, fíjate lo que te digo.

      Un abrazo

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  9. Me parece muy interesante tu reseña. De Carmen Martín Gaite he leído poco: Nubosidad Variable, Entre Visillos y ahora no recuerdo si alguno más, y en ambos casos he descubierto una voz peculiar

    Me lo apunto claramente.

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    1. Lo que has leído de ella es casi de lo mejorcito. Tiene una obra magnífica Martín Gaite.

      Un abrazo

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  10. He leído vuestros comentarios y no he podido evitar sentirme un poquito inculta. Me encanta leer desde los ocho años y ahora tengo treinta y tres y, sin embargo, se me está haciendo tedioso terminar este libro. Tanta metáfora, tanto detalle, me sacan de la historia. Me faltan unas setenta páginas y tengo la impresión de que no me han contado nada. Además, las personas y personajes así me agobian. Yo leo para distraerme y relajarme y tanta duda existencial me aburre. Pero, vistos vuestros comentarios, supongo que soy yo que seré muy simple 😅 P.D.: creo que la lectura debe ser apasionada, no obligada 😉

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  11. Tengo que reconcer que no me a enganchado desde el principio.pero luego hacia mitad del libro la historia me llegó.tiene citas de frases maravillosas.

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  12. Gracias por la reseña.

    No he leído nada de esta autora aún, pero hace tiempo que tengo este libro apuntado. También por el título.

    Me gusta la sensibilidad que exhalas cuando escribes

    Ismael

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  13. Gracias por la reseña.

    No he leído nada de esta autora aún, pero hace tiempo que tengo este libro apuntado. También por el título.

    Me gusta la sensibilidad que exhalas cuando escribes

    Ismael

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