La alegría se ha ido tras de ti. Tu alegría… tu amor… Me sostenías. Tu despeinada torpeza, tu hambre selectiva, tu mirada llena, tus juegos improvisados, tu barriga ancha, tu alma inmensa, tus mimos por la espalda, tu lealtad absoluta, la paz con la que me llenabas… Me protegías y no, no lo supe ver, no sabía de qué, de quién...
¿Y ahora? ¿ahora qué? ¿dónde? ¿quién? ¿cómo? ¿por qué?
No tengo palabras, se me han extraviado, borrado, perdido, tal vez me las han robado o las he olvidado. Las busco en los rincones en los que te escondías para que no te viéramos ir, y que ahora va recorriendo Truca (el ancla que me queda), respirando tu olor, buscándote a ti. Ambas te buscamos como pajarillos asilvestrados que no saben si van o vienen o tienen algún lugar en el que posarse.
Cada día sin ti duele.
Los días pasan y las ausencias crecen y se clavan hasta que el alma sangra, mordiscos de silencios. Es el mismo bolero de antes y de siempre. Dentro de mí busco un mundo que siga su curso hacia la vida. La falta de ti es como un eco, tal vez un mañana despertándose al alba.
Y yo, que no entiendo ni de cielos ni de infiernos, mucho menos de paraísos, quiero pensar que hay algún lugar en el que estás y que allí hay unos dedos que acarician tu barriga y que me sacas la lengua y te burlas de mí, mientras abres los ojos, los redondeas y alguien te peina.
Que se abran las puertas de luz. Candela va.
Blas fue mía. Y Candela también. Os volveré a ver.
Pues que se abran las puertas de luz, que otro trocito de tu corazón llega para acompañar a Blas.
ResponderEliminarLo siento, amiga mía.
Un beso muy fuerte
Gracias Marina. Abiertas las puertas de luz...
EliminarUn abrazo
Un abrazo, Ana.
ResponderEliminarGracias, Agnieszka.
EliminarUn abrazo
Todo mi ánimo, Ana. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Jesús.
EliminarUn abrazo
Abrazos y cariños.
ResponderEliminarMuak.
Gracias, Mara.
EliminarUn abrazo
A mi se me fueron mi perra y mi gata y aún los veo pasando por las esquinas, años despues, como fantasmas entre un fondo blanco, manzanas de un ojo oscuro en el que pasaran años y años y seguiran allí.
ResponderEliminarConozco bien esa sensación de ver "fantasmas". Y es que siguen ahí ¿verdad?
EliminarUn abrazo
Cuánto lo siento, Ana, de todo corazón, creo que las palabras ayudan poco en estos momentos, solo te digo que te envío todo mi cariño y un abrazo enorme.
ResponderEliminarGracias, Aglaia. Las palabras ayuda, sobre todo lo que las palabras transportan.
EliminarUn abrazo
mucho ánimo!!!!
ResponderEliminarGracias, Chibiaka
EliminarUn abrazo
Algo así intuía porque algo ví en tu face pero no quise indagar. No todo el mundo entiende lo que se puede llegar a querer a un animal y lo que se añora cuando se va. El vacío que nos deja, porque siempre nos dan más de lo que nosotros somos capaces de dar. Tú misma lo has dicho, lealtad absoluta.
ResponderEliminarTe mando un beso y un abrazo enorme.
Los animales son generosidad sin filtros. Y eso es difícil de encontrar en las personas. Por eso el vacío que dejan es tan tan tan grande.
EliminarGracias, Lorena.
Un abrazo
Lo siento, Anna.
ResponderEliminarÁnimos!.
Gracias Josep
EliminarUn abrazo
Lo siento mucho, Ana. Muchos besotes y abrazos...
ResponderEliminarGracias Margari
EliminarUn abrazo
Lo siento mucho. Un abrazo muy fuerte!
ResponderEliminarGracias, Narayani.
EliminarUn abrazo
He pensado mucho en qué es lo que hace que el cariño que se siente hacia un animal sea tan grande y su pérdida tan dolorosa. Es evidente que hacen mucha compañía y que eso se agradece, pero eso sólo no basta. Lo que resulta irresistible, lo que resulta por completo adictivo es que su amor por nosotros es incondicional, no espera nada, no pide nada y nada lo quebranta.
ResponderEliminarRecuerdo algunas fotos de Candela, algunas anécdotas, sobre todo esas que dejaban entrever su personalidad... Truca y tú os habéis quedado huérfanas, ella no entiende y tú tampoco... Tú mima un poco a Truca de mi parte, yo a ti te mando el más sentido y esperanzado de los abrazos.
Amor incondicional, generosidad sin limites. Nunca hay equívocos con ellos.
EliminarEcho muchísimo de menos a Candela. Muchísimo. Y Truca también, no se despega de mi ahora, y aunque ya se va centrando ha tenido días en los que se la veía descolocada, perdida...
Recibido el abrazo, te mando otro.
Lo siento mucho Ana. Yo también he visto marchar a dos perritas Kyra y Ona, y se pasa mal.
ResponderEliminarUn besote fuerte.
Si aún me emociono cuando pienso en Blas ya no te digo cuando recuerdo a Candela, como que no me he hecho a la idea todavía... Gracias, Lourdes.
EliminarUn abrazo
Un abrazo desde mi corazón de ama gatuna. Sé lo que sientes, cuando murió Anita Tiburón Blanco sentí que el corazón me dolía literal y no metafóricamente.
ResponderEliminarPor lo menos estos seres perfectos se van sin dejar deudas de amor.
Te acompaño con una lagrimita fugitiva.
Ama y alma gatuna. Sé que sabes bien cómo me siento. El dolor en el corazón y en el alma es literal. No dejan deudas, más que las que nosotros tendremos con ellos. Gracias Sonia. Gracias.
EliminarUn abrazo
Vaya Ana… :((
ResponderEliminarHe leído tus palabras con un nudo en la garganta… Cuánto lo siento amiga.
Quiero contarte algo, al abrir tu enlace de Blas, mis ojos han permanecido abiertos como platos. Tuve un gato, un gato persa gris muy guapo. Se llamó “Gato”, y la razón de tal nombre es, exactamente, la misma circunstancia que te sucedió a ti, casi al año de vida descubrimos que “Alba” era “Albo”. Así que se llamó Gato durante sus 18 años. Dormía en mi cama, a los pies., es el ser que más tiempo a estado, literalmente, junto a mí. Se fue el día después de nacer mi hija (hace cuatro años)… Creo que lo hizo para que le diese a ella todo mi amor, tengo muchísimo para los dos. Lloraré contigo por Blas y Candela. Cuídate.
Yo no he conseguido todavía deshacer el nudo. "Gato" no es mal nombre para un gato. En el caso de Blas fue al revés, de gato a gata. Todavía la echo de menos y ahora se le suma Candela. Maldita sea. Tienes mucho amor para tu hija, tus mascotas, tu gente... tienen un corazón grande y sensible, Paco. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo
(no me deja comentar a través de Wordpress)
ResponderEliminarDuele mucho, muchísimo cuando se van. Admiro que hayas podido sacar un texto tan "bonito" en un momento así.
En estos casos creo que no hay palabras que ayuden a curar la herida. Pero un abrazo, aunque sea cibernético, y saber que hay mucha gente que te entiende, quizá ayude. Así que... un abrazo súper fuerte.
Gracias, Naialma. Escribir siempre ayuda cuando algo te cruje dentro. Y, desde luego, los abrazos siempre, siempre, ayudan.
EliminarUn abrazo
Cada vez que pienso en que mi pequeña tiene ya 12 años me da el bajón. Muchos ánimos. Se pasa tannnnn mal... Muackkkkk!
ResponderEliminarLos gatos pueden vivir mucho tiempo. Blas y Candela se fueron demasiado pronto. Aunque siempre es pronto para que se vaya quien te sujeta y abraza el alma. Gracias.
EliminarUn abrazo
Lo siento de verdad. ¡Cuanto tiene que doler!
ResponderEliminarGracias, Helena. Creo que nunca deja de doler, aunque aprendes a convivir con ese dolor.
EliminarUn abrazo
Lo siento muchísimo Ana, besos y un fuerte abrazo
ResponderEliminarGracias, Tatty.
EliminarUn abrazo
Un abrazo y un besote, Ana. Mucho ánimo.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Manuela
EliminarUn abrazo
Ostras :( lo siento mucho, ánimo!!
ResponderEliminarGracias, Resi.
EliminarUn abrazo
Yo también pasé por algo así pero, la verdad, mal de muchos no es consuelo de nadie. Aunque, al menos, tú puedes sublimarlo convirtiéndolo en literatura, y eso sí que no está al alcance de todos.
ResponderEliminarBesos
No es consuelo pero es compañía... Escribir, sacar, no sólo por extraer parte del dolor, sino también como homenaje, dejar algo que perdure, a la vista...
EliminarUn abrazo y gracias.
Nunca he tenido animales a mi cargo y a veces se me hace extraño cuando veo a alguno de mis amigos que sí los tienen el amor que sienten por ellos. He vivido a través de esos amigos la pérdida de ese compañero leal que, como ya se reseña en varios de los comentarios, lo da todo sin esperar nada y eso creo que es lo que hace tan especiales a los animales de compañía: su generosidad.
ResponderEliminarLas palabras vertidas ante la ausencia de Candela denotan el amor que recibiste de ella pero, y aunque sólo te conozco por las reseñas de este blog, creo que fue el reflejo del que ella recibió de ti.
Un abrazo.
No puedes evitar sentir amor por quien te lo da de forma tan incondicional y generosa. Es realmente especial. Por mucho que les des siempre recibirás más. Sin preguntas, sin pedir nada, sin esperar nada. En todo caso, ojalá yo consiga ser el reflejo de lo que Candela, y Blas, me dieron.
EliminarGracias y un abrazo
Alberto Cortez cantaba 'Cuando un amigo se va/ queda un espacio vacío,/ que no lo puede llenar/ la llegada de otro amigo.'
ResponderEliminarEstoy contigo aun a la distancia.
Recibe un fuerte abrazo desde el Río de la Plata, Ana.
Sé que estás Marcelo :)
EliminarGracias y un abrazo
Llego aquí por la búsqueda del Oso y me encuentro con la pérdida de tu gato. Un maravilloso blog, lleno de generosidad, claridad y sentido. Cómo pasar sin decir gracias. Cómo pasar sin decirte que lo siento. Un abrazo
ResponderEliminarLas gracias tengo que dártelas yo, sea quien seas. Por pasar y decir. Espero que te quedes.
EliminarUn abrazo
Lo siento muchisimo... No puedo ni imaginarme lo que uno siente al perder un "ser" tan querido.
ResponderEliminarÁnimo.
Besos
Se siente vacío y dolor. Como si de un ser humano se tratara.
EliminarGracias y un abrazo
Siento la falta de ese ser tan querido para ti. Lo nuestro es pasar. Una forta abracada.
ResponderEliminarLo nuestro es pasar, pero ellos hacen el camino.
EliminarGracias elvirar. Una forta abraçada.
Es una pena saber de ti a través de estas entradas tan tristes pero lo que transmites es precioso. Piensa en todo el tiempo que te hizo feliz y quédate con eso.
ResponderEliminarYa. Siento que últimamente mis entradas sean tan tristes :( Todo cambiará, ya verás. Y claro que me quedo con todo lo mucho y bueno me dió...
EliminarGracias y un abrazo
Ana, que penita tu pérdida.
ResponderEliminarLo siento, es difícil explicar lo mucho que dan los animales casi siempre sin pedir nada a cambio, que bien iría si los humanos los imitáramos en ese amor desinteresado.
Un beso
No sólo las personas, el mundo entero sería distinto si aprendiéramos de los animales...
EliminarGracias, Conxita. Un abrazo
Ais... un abrazo enorme U.U
ResponderEliminarBesotes
Gracias, Shorby.
EliminarUn abrazo
¡Cuánto lo siento, Ana! Yo perdí a mi perrito el año pasado, justo por estas fechas, y aún hay días en los que me parece oír sus patitas andando por el pasillo.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte
Te entiendo bien Zamarat, se van sin irse ¿verdad?
EliminarGracias y un abrazo.
Muchísimo ánimo. Supongo que vivió lo que tuvo que vivir, y que mientras tanto fue feliz con todo el amor que le diste.
ResponderEliminarLa nuestra, que vino hace poco, justo hoy nos ha dado un pequeño susto desapareciendo y ya me he temido lo peor.
Parece que no, pero se les coge cariño (y mucho) a estos felinos, con lo recelosa que era yo antes con ellos.
Un abrazazo.
Fue feliz, lo sé. Era una gata alegre y simpática. Fue feliz y me dio mucha felicidad. Disfruta de tu gatilla, cuando convives con un gato algo cambia en ti. Ya no podrás dejar de vivir con uno, ya lo verás.
EliminarGracias y un abrazo
Lo siento mucho. Que bonita Candela. Un abrazo
ResponderEliminarBonita por fuera y por dentro... Gracias, Abril.
EliminarUn abrazo
Lo siento mucho, Ana. Qué homenaje más precioso a quien llevas en el corazón. Busca las palabras, preciosa, júntalas y escribe. O lee. Ambas cosas. Hazlo por ti, y hazlo por ella. La ausencia duele, es así, pero pronto dejará paso a la nostalgia, que según dicen los que saben de todo esto, es el amor que permanece. Mientras tanto, cuenta conmigo cuando quieras, para lo que quieras. Un beso enorme.
ResponderEliminarGracias Izaskun. Eso hago para exorcizar el dolor, desde siempre: escribir. También leer. Gracias otra vez, sé que puedo, podría, contar contigo y sería verdad.
EliminarUn abrazo
Oh lo siento mucho... Sé lo mal que se pasa. Te mando muchos besos.
ResponderEliminarGracias, Marisa.
EliminarUn abrazo
Como lo siento, Ana. Tu dolor y tu pena por quien te ha acompañado con amor y cariño es natural y lleno de humanidad.
ResponderEliminarAbrazos!!
Gracias. Claro, el dolor es natural. Como fue el amor que Candela me dio.
EliminarUn abrazo
Lo siento en el alma, yo también pasé eso con un gato que tuve Morty. Ahora tengo otra pero me costó bastante tiempo superar su perdida, lloraba cada vez que pensaba en él.
ResponderEliminarEl tiempo te cicatrizará el alma.
Besotes.
Ya no se puede vivir sin un gato cerca ¿verdad? No se les olvida nunca, lo sé, como no he olvidado a Blas, no lo haré con Candela, y seguiré queriendo a Truca. Y aún así me sentiré en deuda con todas estas gatas que han pasado y pasan por mi vida.
EliminarGracias, Tabuyo. Un abrazo.
¡Vaya! Lo siento, Ana. Seguro que siempre tendrás un buen recuerdo suyo. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarTengo muchos buenos recuerdos suyos. Todos los recuerdos suyos son buenos, de hecho.
EliminarGracias, un abrazo.
Lo siento mucho, Ana. Tienes razón, seguro que os volveréis a ver.
ResponderEliminarBesos y abrazos
Seguro que sí. Nos volveremos a ver.
EliminarGracias y un abrazo
Qué pena, Ana. Lo siento mucho.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Gracias, Ginger.
EliminarUn abrazo
Lo siento muchísimo Ana, me he quedado...porque vi una foto en IG , pero al leer "Gracias por tanto" creí que ibanm los tiros por otro lado. No me esperaba esto, y aunque lo haya leído tarde, te digo que lo siento mucho, que poco más hay que decir, porque es que sé de lo que hablas, y se pasa tan mal...recuerda lo bueno, lo compartido, la vida que le has hecho tener. Ay Ana, de verdad, lo siento. Ánimo. Un abrazo muy fuerte y todo mi cariño.
ResponderEliminarHa sido muy rápido e inesperado, Meg. Supongo que eso lo hizo más cruel y doloroso. Sé perfectamente que sabes qué supone perder un animal de compañia. Sólo puedo recordar lo bueno, porque todo bueno ha sido lo que me ha dado.
EliminarGracias, Meg. Un fuerte abrazo.
Ana, ya ha pasado un mes, y espero que el dolor poco a poco vaya dejando paso a una medio sonrisa mientras recuerdas todos los buenos momentos pasados con Candela. Han pasado más de catorce años desde que perdí a mi perrito Duque y no se me va un momento de la memoria. Puede parecer una tontería pero, sabes, a él le encantaba comer pedacitos de queso Edam después de su comida reglamentaria. ¡Ponía una cara de felicidad y unos ojitos de agradecimiento cuando veía el manjar en su cuenco! Y después de todo este tiempo desde que se fue, soy incapaz de comer ese tipo de queso sin que se me salten las lágrimas.
ResponderEliminarTienes toda la razón Ana, nos dan tanto que el vacío que dejan cuando se van es inmenso. Lo importante es lo mucho que disfrutamos del tiempo que tuvimos junto a ellos. Candela y Blas fueron tuyos y lo siguen siendo. Los buenos recuerdos no mueren nunca.
Un abrazo muy fuerte y solo decirte que me alegra muchísimo ver como retomas tus reflexiones y tus lecturas; este pequeño rinconcito en el que tanto das sin pedir nada a cambio. Ánimo Ana y a disfrutar de los colores del otoño.
De momento todavía la medio sonrisa se me desdibuja al pensar en Candela. Ha dejado un vacío muy grande, porque llenaba mucho espacio emocional y afectivo. Todo se andará. Entiendo perfectamente lo que cuentas de Duque y que haya cosas (como el queso Edam) que inevitablemente te dan un pellizco en el alma.
EliminarEso sí, lo que nos han dado, todo lo que nos han llenado queda en el recuerdo, en algún rincón imborrable de la memoria.
Gracias Maríe. Vamos a por el otoño... ;)
Un abrazo
Hola Pedro. Aunque toda mi vida, aunque no de forma constante, he convivido con animales (no sólo humanos, jeje) la verdad es que entiendo que hace años te hubiera parecido una cursilería lo que has leído (y yo escrito). Pero con las mismas, también tengo esa certeza de que quien termina por compartir su vida con un animal de compañia, un gato en este caso (gata), sabe cómo te tocan el alma. Y claro, claro que nos hacen mejor persona. Disfruta de Dita, te dará mucho y no esperará nada.
ResponderEliminarUn abrazo
Tuve un perro. Gastón un regalo , un lobo checo. No ladraba nunca , aullaba y jamás me sentí dueño de nada suyo. Estuvo conmigo seis años y tres con mis hijos , en el sur de Madrid es frecuente la Leishmania y Gastón subió la estadística y además se la contagió a mi hijo Juán . Tuve (en singular) que matarle y Juán casi se va con él ... Me acuerdo de Gastón y de como aullaba y de que jamás durmió dentro de casa, por decisión suya. Aunque lloviese , aunque hiciese frío . Te entiendo (aquí sí , en otras te intuyo).
ResponderEliminarGracias .
Gracias por hablarme de Gatón y de Juan.
EliminarIntuir y entender están a un milímetro de distancia.
Abrazo (y gracias a ti... ¡no te indigestes!)