domingo, 5 de mayo de 2013

Jardín de cemento (Ian McEwan)



Título original: The cement garden
Traductor: Antonio Prometeo Moya
Páginas: 156
Publicación: 1978 (1982)
Editorial: Tusquets
Categoría: Narrativa
ISBN: 9788472232044 
Web del autor: http://www.ianmcewan.com/
Sinopsis: En una casa de los suburbios de Londres, vive un familia como cualquiera otra, hasta el día en que fallece el padre y en que los hijos deben asumir la gestión de la casa y de sus propias vidas, ya que la madre padece una grave enfermedad que la obliga a permanecer encerrada en su cuarto. Esta repentina e inesperada ausencia de la autoridad, del punto de referencia que siempre es un padre, lleva esta pequeña comunidad de adolescentes a crear una nueva organización, un nuevo sistema de vida, que, gracias a una gradual escalada de insólitas situaciones, los convierte en seres extraños, que actúan de un modo poco usual, ajenos a las normas que rigen una sociedad patriarcal como la nuestra. ¿Serán pequeños monstruos, o simplemente seres de otra galaxia? ¿Cómo afrontarán el despertar del sexo, la muerte, la convivencia, la justicia, la violencia?

Los protagonistas de esta historia quedan huérfanos no sólo de padres, sino también de referencias sociales y, por tanto, libres de tabúes y códigos. Cuando el libro termina, probablemente podría empezarse otro en el que se nos describa cómo, una vez que el "orden" se reestablece se adaptan a las convenciones sociales.

Un libro valiente y una lectura dura, a la par que sensible. Narrativamente impecable, pero una lectura cuya sensación posterior persevera durante días. Hacer cotidiano hechos que no lo son pone los pelos de punta. A partir de una situación controvertida (cuanto menos), terminamos por ver los acontecimientos posteriores como cotidianos, o al menos dotados de cierta naturalidad que, no obstante, invitan a la reflexión: ¿qué puede suceder si se va en “dirección contraria”? ¿si nos saltamos las normas? ¿si desconocemos las reglas no escritas pero férreamente establecidas?

Son varios los temas tabúes que aborda Ian McEwan en este (no muy extenso) relato. Y lo hace con tal habilidad que dudo que pueda ofender o escandalizar, pero sí hacer reflexionar sobre hasta qué punto se aceptan ciertas cosas porque vienen “de serie” y no nos las cuestionamos. La naturalidad con que sucede todo viene provocada por la falta de sentimiento de culpa. La culpa, esa mano negra e invisible que nos atenaza tantas veces de forma innecesaria y que en muchas ocasiones ha ido asociada a todo aquello que se relacione con el placer (especialmente el placer carnal).

Os invito a una lectura reposada de este libro, breve, que aborda el incesto desde la perspectiva de la ausencia de culpa por “desconocer” la norma. El relato es ameno, no hay juicios de valor, hay naturalidad, hay humanidad, hay normalidad y hay ausencia de hipocresía. 

martes, 30 de abril de 2013

En ausencia de Blanca (Antonio Muñoz Molina)



Páginas: 138

Publicación: 2001

Editorial: Alfaguara

Categoría: Narrativa

ISBN: 9788420443409

Sinopsis: Mario, un joven funcionario, es la personificación de la rutina. Cada día a la misma hora llega a casa, donde espera encontrar a su esposa, Blanca, que es su polo opuesto. Antes de que Mario la “rescatara”, bebía, fumaba y tomaba pastillas sin ningún control. Mario le roba horas al trabajo y al ocio para estar con Blanca, su único interés, que se convierte en obsesión. Una novela breve pero elegante, con un final sorprendente.


Hacía mucho tiempo que no leía a Antonio Muñoz Molina. Elegí este libro porque no tenía muchas páginas y sabía que no iba a ser una novela “ligera”, y si bien quería un poco de intensidad (emocional) tampoco quería un exceso. Porque sé que Muñoz Molina, que utiliza el lenguaje con exquisitez, no nos da tregua. Y así es: capaz de condensar en pocas páginas toda la complejidad que  hay en el laberíntico interior de las personas.

Estamos ante una novela de trama emocional, o psicológica si se quiere, que no responde a un relato con nudo y desenlace, porque no lo hay: todo es un "nudo" y acaba donde empieza, empieza donde acaba..

No es una novela de entretenimiento, ni para pasar el rato, es una novela para "pensar" y sentir. A veces te identificarás con Mario, otras veces las coincidencias serán con Blanca. Porque las personas somos así: somos nosotros y somos otros a la vez, somos blanco y somos negro, y a veces pasamos por el gris. Y detrás, un Muñoz Molina que maneja con maestría las palabras consiguiendo lo que (supongo) quiere: que la lectura no sea pasiva, sino que el lector ponga de su parte ¿se le ha ido la olla a Mario?, ¿las personas que amamos cambian con el tiempo o es que el amor nos hace idealizarlas? ¿”vestimos” a la persona que amamos con nuestra idea de cómo debe ser la persona que amamos? ¿Blanca ama ahora Mario? ¿Mario no quería a Blanca sino a la imagen que tenía de ella?, ¿tanto ha cambiado Blanca? o (pregunta inicial de nuevo) ¿se le ha ido la olla a Mario?

Los recursos narrativos para describir los recovecos íntimos de la realidad son notables en Antonio Muñoz Molina: encuentros y desencuentros, fantasías, emociones, sueños, desesperanzas, alejamiento, intimidad, obsesiones, rupturas, ambigüedad, amor, soledad… Tramas que urden nuestras quimeras y se confrontan con la realidad. Sombras y luces, blancos y negros. El contraste entre lo que soñamos o imaginamos y la realidad puede darnos un zarpazo si no sabemos medir la distancia entre ambas cosas.

A mi esta lectura se me hizo sensible, distinta, poética, emotiva… me tocó la fibra vaya. No es de las novelas que me atreva a recomendar porque es ese tipo de lecturas que son muy personales; te pueden gustar mucho porque te “llegan” o pueden hacer que aborrezcas no sólo el libro, sino también al autor. Además depende del momento en que las leas y yo la leí en el momento adecuado. De todas formas, el objetivo de este blog es compartir, más que recomendar, por eso comparto mis sensaciones con esta lectura, que tal vez recomiende o tal vez no…

jueves, 25 de abril de 2013

El alumno (Patrick Redmond)



Existen varias portadas de este libro. He elegido esta porque me ha parecido que era la que mejor reflejaba la atmósfera de la historia que nos cuenta Patrick Redmond.
Título original: The Wishing Game
Traductor: Zulma Josefina Meneses Silva
Páginas: 384
Publicación: 1999 (2001)
Editorial: Planeta
Categoría: Misterio y suspense
ISBN: 9788408041290
Sinopsis: En el invierno de 1954, en el internado Kirkston Abbey de Inglaterra, Jonathan Palmer, un chico apocado y débil que suele ser el blanco de las bromas de sus compañeros de clase traba amistad con Richard Rockeby, un adolescente que no habla mucho y que sólo siente desprecio y odio a por todo el que lo rodea. Jonathan se siente tan atraído por su fuerte personalidad que, tras ser defendido por su nuevo amigo de los matones de turno, no se separa de él ni por un instante. Incluso empieza a sentirse más fuerte y valiente. Tras una sesión de Ouija una fuerza diabólica parece haberse cernido sobre el colegio; la locura invade a alumnos y profesores, hasta tal punto de que acaba con varias muertes. Cincuenta años después, Tim Webber, un ambicioso periodista en busca de fama, contacta con un ex-alumno de aquella promoción para averiguar la verdad sobre lo ocurrido, pero, ¿estará preparado para escuchar lo que ese hombre le va a contar?

Novela de terror (psicológico) y de vampiros (emocionales). Al poco de iniciar la lectura ya estás atrapada en la tela de araña que va tejiendo Patrick Redmond. Los personajes están muy bien perfilados, lo que redunda aún más en la adicción a seguir leyendo.

Situada en Inglaterra en los años 50, en muchos aspectos podría ubicarse en la actualidad. Es posible que ahora mismo esté pasando.... ¡hay muchos Richard Rokeby y muchos Jonathan Palmer en el mundo!!. Es verdad que, dentro de lo bien perfilados que están los personajes, hay algunos cambios en el comportamiento de los personajes secundarios (los presuntos acosadores...) que no se justifican suficientemente, pero en conjunto es una novela (muy) notable. Es una novela muy cinematográfica, por eso se describen tanto escenarios y gestos y es estéticamente fuerte. Ambientación detallada, personajes potentes y bien definidos, trama y subtramas de altura.. y para hacer de este libro un libro redondo, el final sorprende (algo embarullado, pero un final acorde a la calidad del resto del libro).

En determinados momentos se palpa la crueldad, pero en ningún momento nos vamos a encontrar con violencia física, sangre por doquier, acción a diestro y siniestro. No, el terror que contiene este libro es de otro tipo, pero no por ello menos impactante. Hablamos de maldad, y lo terrorífico es que es una maldad cercana, reconocible, cotidiana. Esa maldad que nos pone ante un espejo y nos hace preguntarnos ¿estamos libres de algo así? ¿Sería víctima o verdugo? Probablemente en algún momento de nuestras vidas, aunque haya sido durante unos minutos, aunque haya sido únicamente de pensamiento… hayamos sido verdugos (o vampiros...) o víctimas.

Leedla y estremeceros en el sofá, el asiento del autobús, la cama, el tren, la hamaca… donde sea que vayáis a leer el libro cierta inquietud os hará removeros y levantar brevemente la mirada del libro, escapando de la opresión, la angustia, la desazón…

Avisadas y avisados estáis.