
Traductor: Teresa Clavel Lledó
Páginas: 192
Publicación: 2009 (2011)
Editorial: Salamandra
Categoría: Narrativa
ISBN: 9788498383775
Sinopsis: Siguiendo una costumbre sarda cuyos orígenes se pierden en el tiempo, una anciana y una niña se unen a través del sagrado vínculo de la adopción del alma. Estamos en Soreni, un pequeño pueblo de Cerdeña, en los años cincuenta. Bonaria Urrai, la modista del lugar, mujer de antigua belleza y perenne soledad, ha adoptado a Maria, cuarta hija de una familia humilde que la descuida. Así pues, la vida de la niña, ahora fill’e anima —«hija de alma»— de la tía Bonaria, se transforma por completo, y a su fina percepción no escapa el aura de misterio que envuelve a su nueva madre: los largos silencios, las extrañas salidas nocturnas y la sombra de temor que enciende los ojos de quienes se cruzan en su camino. Y aunque Maria crece feliz y amada junto a Bonaria, en realidad ignora una verdad que todos conocen: además de coser vestidos, su madre de alma es la mujer que reconforta a quienes se acercan al final del camino. Cuando llega la hora, es a ella, la acabadora, a quien buscan para proporcionar a los moribundos una muerte piadosa, el supremo gesto de amor de la última madre. Galardonada con el Premio Campiello, el de mayor prestigio de Italia, La acabadora aborda el eterno tema del fin de nuestra existencia desde una perspectiva única: la de una comunidad que, desde tiempos ancestrales, ha sabido enfrentar ese último paso de forma colectiva y desprovista de tabúes y falsos pudores. Con la maternidad como símbolo de lo que nos da la vida y nos entrega también al más allá, esta inquietante novela recrea un universo atávico que, de alguna manera, sigue presente hasta nuestros días.
Un
libro maravilloso que espero no pase desapercibido para quienes saben disfrutar
de una bella historia bien contada. El universo creado por Michela Murgia es
tan cercano e íntimo que parece acariciarte según vas leyendo. Además tiene la
valentía de poner sobre el tapete de nuestros valores un tema espinoso, pero
que aquí descubrimos como una antigua tradición sarda, asumida por los
habitantes de Soreni (un pequeño pueblo de Cerdeña) con naturalidad y respeto.
La
historia que Michela Murgia pone ante nuestros ojos no sólo es original, es que
además es buena literatura. Envuelta en la sencillez de quienes no tienen nada
que ocultar porque la propia naturalidad con que viven las tradiciones les
otorga la conciencia tranquila de las cosas que se saben y ya está y que hay
que hacer… y punto. Pero todo tiene su momento, aquel en el que las cosas son
comprendidas con claridad, ese instante preciso en el que de repente, sin más,
sabemos lo que hay que hacer y no dudamos.
La
autora nos va presentando los distintos personajes con mano decidida pero
delicada, mientras va desentrañando pequeñas historias, vínculos y lazos, que
sirven para dar consistencia y verdad a la trama principal, de forma que no hay
sobresaltos, todo va por un cauce tejido con firmeza. Nada falta ni sobra en lo
que nos cuenta Murgia, porque cada detalle, cada paso del tiempo, cada
situación van engranando el momento en que María Listru comprende la grandeza
de Bonaira Urrai, comprende lo que hasta entonces creía saber pero no sabía:
ser mujer, ser madre, ser acabadora, la vida, la muerte... Nada en este libro
es casual ni está de relleno.
La
trama tiene una gran intensidad, emocional sobre todo, sin que ello suponga
tensión. Un libro con gran fuerza argumental porque nos enfrenta a un tema
espinoso despojándolo de prejuicios, hipocresías y “capas de cebolla” que
únicamente sirven para crear falsas controversias. Y así, con la franqueza que
da una actuación pura, libre de falsedades, de repente todo tiene otro sentido,
otra forma de ver un tema complejo, que únicamente el miedo nos impide ser
sinceros sobre cómo enfrentarnos a ello.
Está
claro que recomiendo su lectura, e incluso recomiendo compartir la lectura con
amigos y personas con las que luego puedas opinar y debatir sobre el libro,
porque aún será más enriquecedor.
(©AnaBlasfuemia)
(©AnaBlasfuemia)