“Al final, no puedo dejar de pensar en los principios”
Los principios… ¿dónde, cuándo, cómo, por qué empieza todo? No podemos cambiar esa primera vez que desencadena una historia, una vida, una actitud. Algo hace “clic” y todo se desata, y a veces asistimos a toda esa secuencia como espectadores de nuestra propia vida, inermes ante los hechos, desbordados, incapaces de rebelarnos a lo que llamamos destino. Y todo porque algún día algo que no estaba bajo nuestro control nos hizo un camino que, si pudiéramos elegir, nunca habríamos escogido recorrer.
Y, sí, de principios e inicios va “Nevada”, pero también de lugares. Los lugares donde suceden las cosas son importantes, es el envoltorio imprescindible, el eslabón necesario. El lugar también es identidad. También somos eso, el paisaje que nos rodea. Y Nevada es un lugar árido y agreste que aúna los extremos del ser humano y la naturaleza: desierto, sexo, despilfarro, avaricia, artificio, desenfreno… y también comprensión y humanidad.
“No se puede ayudar a quien se ama”
Diez relatos que abordan temas como las ausencias y pérdidas, la aplastante carga del pasado, la imposibilidad de redimirse y la capacidad de mantenerse a flote sosteniendo heridas que se abren y cierran una y otra vez, de amar el dolor para el que no hay bálsamo con una honradez ajena al sufrimiento, de pertenecer a un lugar, de cuánta soledad somos capaces de gestionar y de la memoria como un túnel.
Diez relatos con un armazón lo suficientemente sólido como para sostener todo el libro, historias diferentes unidas por un lugar común: Nevada. Y la capacidad de Vaye Watkins para transmitirnos ese lugar, la urdimbre que construye en quienes lo habitan, un lugar en el que sobrevive quien resiste. Esa perfecta combinación entre sensibilidad y el escenario en el que transcurren los relatos es una habilidad notable de Watkins que convierte “Nevada” en un brillante libro de relatos que dejan poco resquicio para la inocencia, entre una prosa franca, tramas ingeniosas y personajes bastante memorables que se mueven como equilibristas sobre un alambre… lleno de púas.
“Cómo se aferra lo estéril a lo fértil”
Sabes que me pierde un buen relato, así que diez, ni te cuento 😉💋
ResponderEliminarLos vas a disfrutar ;)
EliminarUn abrazo
Interesante propuesta. Aunque sigo prefiriendo la novela, los relatos cada vez me van gustando más. Lo que cuentas de estos ("la aplastante carga del pasado, la imposibilidad de redimirse") me los hace muy atractivos. Y la ubicación en el desierto de nevada también me gusta mucho.
ResponderEliminarUn beso.
A mí los relatos me vienen bien para alternar con otras lecturas. Y un buen libro de relatos siempre es un tesoro.
EliminarUn abrazo
Creo que estos relatos tienen pinta de ser lo que yo denomino RELATO, sin desmerecer a nadie creo que yo que siempre he dicho que no soy de este tipo de novelas, mi experiencia en los últimos tiempos me ha hecho descubrir muy buenas lecturas de este género. Me lo llevo apuntado.
ResponderEliminarUn beso
No es tan fácil hacer un buen libro de relatos en los que notes una conexión interna entre ellos, sea en la trama, en el estilo, en el mensaje... Hay muy buenos libros de relatos y este, sin duda, es uno de ellos.
EliminarUn abrazo.