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jueves, 25 de enero de 2024

Conversaciones sobre la escritura (Ursula K. Le Guin)

 


"... es una encrucijada entre el matonismo de la corrección y el uso moral del lenguaje. Si el masculino incluye lo femenino y lo femenino y lo masculino, el mensaje es claro y tiene implicaciones sociales y morales de gran envergadura"

Cometí un error cuando empecé a leer este libro: lo hice como si fuera una entrevista a Ursula K. Le Guin. Al ver preguntas cuya extensión era muchísimo más amplia que la respuesta, pues como que me removía en el asiento (en la cama, que fue donde leí el libro). En el momento en que me di cuenta que era exactamente lo que dice el título, una conversación y no una entrevista, empecé a sacarle más tajada a la lectura y a disfrutar de la conversación entre Ursula K. Le Guin y David Naimon.

"El lenguaje es extraño"

Me encanta leer, pero no menos escribir (aunque sea sobre lo que leo). Jamás de los jamases se me pasó por la imaginación ser escritora, escribir un libro (bueno, un libro escribí, pero esa es otra historia) me parecía que era un traje que me venía muy grande y el oficio de escribir un oficio y un arte que no está a mi alcance. Pero me gusta mucho conocer las hechuras de ese traje que algunas personas llevan que les queda niquelado, como la propia Le Guin. Conocer cómo está hecho, cómo se confecciona y elabora la escritura. De qué forma se eligen las palabras como si fueran telas, cómo se toman las medidas de lo que se pretende sea la estructura final, cómo se hace un primer hilvanado, se seleccionan las herramientas a utilizar, se decide qué resultado final quieres priorizar: la forma, el fondo, la perdurabilidad, el impacto, el mensaje... Los ajustes y retoques finales. Me parece fascinante ese momento de creación y ejecución. Por eso me gusta leer a autores que hablan de ese proceso de escritura y de la propia literatura.

Tiene razón Le Guin, el lenguaje es bien extraño. Y a mí lo que me extraña suele fascinarme también. Soy una persona muy semántica (si es que existe algo así), me preocupa el lenguaje, su uso, su interpretación, sus posibilidades, su capacidad para construir y destruir, lo que representan... Hay autores a los que admiro por ese uso del lenguaje, aunque no entienda o no me importe la trama porque es la precisión del lenguaje lo que me rinde a quien lo utiliza aunque sea de forma abismal, pero siempre ampliando el mundo, la perspectiva.

"Es muy importante lo que dices en tiempos oscuros"

Si algo me gusta de Le Guin es que tenía las cosas muy claras, una sensibilidad abrumadora y una gran humildad. No era una escritora que adoctrinara, sino que a través de su ética lo que hacía es educar, donarnos sus conocimientos y experiencias. No pude evitar que se me ensanchara la sonrisa al ver cómo destruye con facilidad pasmosa y argumento poderoso "La carretera" de Cormac McCarthy. La crítica la hace desde la discrepancia con los escritores "serios" y desde la defensa del género de la "ciencia ficción", género en el que ya existían muchos libros sobre "hombres que cruzan el país después de un holocausto".

Le Guin era muy inteligente y por lo tanto muy afilada, precisa y contundente en sus opiniones sobre literatura, poesía, ensayos, escritores, el borrado de las mujeres en el canon literario... Y su humor, qué magnífico humor tenía. Siempre es un placer conocerla más, escucharla como se escucha a las personas sabias: casi sin respirar y con el alma abierta, sin barreras.

sábado, 18 de noviembre de 2023

El final de la historia (Lydia Davis)


"Hubiera sido más sencillo empezar por el principio, pero el principio significaba poco sin lo que venía a continuación, y poco significaba lo que venía a continuación sin el final"

Y está claro que Lydia Davis no pretende hacerlo sencillo. Aunque en sus cuentos (que es por lo que se la reconoce, de hecho esta es su única "novela") hay quien pueda confundir la brevedad de alguno de ellos, apenas un fragmento, con lo sencillo, tengo la sensación de que en sus instantáneas narrativas siempre hay una historia. Tiene que haberla, todo son historias. Así que me pareció llamativo que en su única "novela", lo que aparentemente quiere contar es el final de... una historia.

Sí, he entrecomillado varias veces la palabra "novela", aunque si entendemos por tal una narración en prosa de cierta extensión estamos ante una "novela", sin embargo si entendemos como narración el desarrollo de una historia (aunque sea para contar el final de la misma) no estaríamos exactamente ante lo que se entiende por "novela", al menos de forma convencional. La contraportada del libro nos habla de que se trata de la historia de una traductora que intenta escribir una novela sobre una "relación pasional y neurótica" que tuvo hace tiempo con un hombre más joven que ella. En realidad la historia en cuestión es más bien la de una escritora intentando escribir una historia que vivió. La construcción de esa novela es, para mí, la "historia" de este extraño y peculiar libro.

En cualquier caso no puede quedar al margen cómo, al intentar contar algo que sucedió hace tiempo, los recuerdos están ahí siempre con todos sus matices y su urdimbre: ¿son reales los recuerdos? ¿cuánto de imaginación y de olvido hay en ellos? Los recuerdos, todos lo sabemos, no son una reproducción exacta y milimétrica de lo sucedido. Hay vacios, espacios difuminados, fragmentos que no encajan y parecen estar a la deriva. Si quieres escribir sobre los recuerdos, convertirlos en un relato, tal vez se pretenda convertirlo en una sutura, en un cierre (un final) pero sin descartar que la imaginación puede ser más precisa que los propios recuerdos.

¿Cómo poner punto final a una historia? Tal vez no cuando la historia llegue a su final, sino cuando se cuenta la historia y la reconstruyes sabiendo qué vino a continuación. Nunca sabes qué va a suceder cuando una historia se inicia, pero al contarlo, al narrarlo cuando todo ha llegado a su fin, al recordarlo, comprendes todo lo que se desplegaba delante cuando esa relación se inició, ves ese lienzo que ya no está en blanco. Es entonces cuando puedes hacer literatura con lo sucedido. 

Así que si alguien se acerca este libro creyendo encontrarse con la historia de una relación tóxica, o neurótica, o confusa o pasional, pues se va a llevar una decepción. No hay nada emocional en "El final de la historia", no es lo que pretende Davis, es un experimento literario, metaescritura, disección de cómo funcionan los recuerdos, de cómo reconstruimos aquello de lo que apenas ya nos quedan unos pequeños detalles concretos y nítidos y muchas emociones ya están desdibujadas por esa imagen más o menos completa de lo que sucedió. Puedes recordar a las personas que amaste pero ¿recuerdas en qué momento preciso te enamoraste y se desencadenaron los latidos y se desplazaron de arriba hacia abajo, con una estampida de emociones trotando por las venas? ¿qué gesto inició el amor, qué mirada, qué palabra exacta? ¿es el amor repentino o gradual? ¿en qué momento se convierte en irreversible? ¿recuerdas el segundo exacto en que todo eso sucede?

Al recordar, los detalles precisos se entremezclan con los recuerdos desdibujados y confusos, se entremezcla lo inexacto con lo preciso. Inventamos también. Imaginamos, convertimos en certezas lo que tan sólo es una posibilidad o incluso un deseo. Nuestra narradora (tanto ella como él no tienen un nombre preciso, tienen varios de hecho, porque así se hace cuando se escribe una novela que, no olvidemos, es de lo que va este libro) describe muchos detalles, de hecho muchos párrafos son meramente descriptivos, buscando cierto rigor, una verdad estricta que renuncie a la imaginación. Pero no son detalles emocionales, son descripciones de hechos para los cuales también tiene varias versiones. De hecho los detalles son un batiburrillo de instantes que pueden ser relevantes o no porque todo dependerá de cómo quieras colocarlos en tu forma de recordar.

La narradora quiere escribir la novela pero está llena de dudas ¿qué es importante y qué no? ¿deben incluirse las partes aburridas, son relevantes? ¿debe seguir un orden cronológico o aleatorio? Como además la relación es extraña, llena de desconfianzas y silencios y contada desde la periferia (desde fuera), no se nos esconde la distancia de la misma, los silencios, los miedos, la irritación, la impaciencia, la incomodidad. La "novela" está dirigida a la inteligencia del lector, no a su corazón, porque estamos ante una reflexión del acto de escribir, o más bien ante la disección del acto de escribir autoficción/ficción y cómo la memoria es en verdad un lugar en continuo movimiento y cambiante según cuándo, cómo y para qué recuerdes.

En "El final de la historia" Lydia Davis es como el gato de Schrödinger: está dentro y fuera a la vez, una curiosa paradoja literaria en la que es generadora y a la vez receptora de sí misma, narradora que se narra en un bucle que está a ambos lados de la puerta (de la novela en esta caso)

jueves, 15 de agosto de 2019

Algunos libros (E.M. Forster)


La tolerancia es el principal instrumento del progreso colectivo de nuestra especie. Lo que nos distingue de los simios es el deseo de comprender a las personas, no el poder de dominarlas
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Y, sin duda, leer es una poderosa herramienta para comprender a las personas. Y al mundo. Es por ello también que he leído este libro, no tanto por los libros que Forster comenta, la mayoría de los cuales son desconocidos para mí (y así seguirán), sino por quien los comenta: E.M. Forster, un autor que, sin deslumbrarme, siempre me ha parecido interesante y atractivo justamente por las razones que he encontrado en este libro.
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Y es que E.M. Forster es un comentarista entrañable: sensible, respetuoso, accesible y didáctico. Lo suyo es la pedagogía de la amabilidad y la honestidad. Analiza los libros con lucidez y equilibrio. No calla lo negativo, pero sopesa si la lectura merece la pena y embellece el lado positivo. Es un crítico justo, un buen lector. Cuando un libro no le ha gustado lo explica con claridad, argumentos y sencillez, mencionando siempre a qué tipo de lectores les puede gustar y por qué. Se trata de divulgar la lectura, no de imponerla.
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Con un humor agradable, suave y cariñoso Forster comenta libros y autores, comentarios con los que no siempre he estado de acuerdo, pero siempre con la conciencia de la honestidad de sus criterios y su buen talante a la hora de expresarlos. Amable, muy amable y acogedor, incluso melifluo. Una lectura amena de un refinado y generoso Forster. Ojalá encender la radio y escuchar hablar de libros y vida con el sentido común, el respeto y la humildad de este autor que no pretendía convencerte sino exponer su verdad aceptando la controversia y el desacuerdo.

martes, 13 de agosto de 2019

Florescencia (Kopano Matlwa)


Hacemos lo que podemos.
Hacemos lo que podemos
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Si eres mujer, joven, sudafricana, padeces el machismo, la xenofobia, la superstición; si tu hermano se suicida, tu madre es profunda y excesivamente religiosa, si tu menstruación te parte en dos, tu país está podrido,... parece que ya tienes bastante con mantener cierto equilibrio mental, tal vez algo precario pero qué hacer contra tanto: lo que puedas.
“Florescencia” asfixia, ahoga, aprieta, desborda rabia, agresividad y rebeldía. También cierta (aunque esforzada) frescura fruto de un lenguaje que posee la minucia del dolor y los matices líricos de la juventud.
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Es difícil manejar tantos elementos que golpean al lector con una dureza rayana en la violencia: el duelo de un suicidio, una religiosidad culpable y autoinmuladora, la superstición insoportable, unos óvulos expulsados con la puntualidad del desgarro, una sociedad que no ha conseguido superarse a sí misma. Racismo, xenofobia, machismo, pobreza… Demasiados elementos dolorosos que hay que gestionar, combinar, soltar, transformar… sin abrumar al lector.
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La intensidad dramática y la angustia constante están a punto de que se le vaya de las manos a Kopano Matlwa, pero finalmente consigue apaciguar tanto desgarro porque la violencia es difícil de explicar a un ser inocente a quien lo único que quieres decirle es “no te preocupes. No te preocupes por nada”
“Florescencia” es una lectura tan arrasadora que, aunque detecto algún punto débil, sinceramente… no me apetece escarbar y opto por dejarme llevar por la incontinencia emocional de Matlwa. Eso sí: no me la comparen con Coetzee y Nadine Gordimer. Por favor. No todavía.

jueves, 2 de octubre de 2014

Stone Junction. Una epopeya alquímica (Jim Dodge)



Título original: Stone Junction
Traductora: Mónica Sumoy Gete-Alonso
Páginas: 535
Publicación: 1989 (2010)
Editorial: Alpha Decay
ISBN: 9788492837182




Me vais a permitir que en esta ocasión ponga la sinopsis como inicio de mi comentario, porque necesito que os fijéis en ella (la negrita es mía):

Tienes en tus manos una cuidada reedición de Introitus lapidis, libro publicado por Alpha Decay en octubre de 2007. Los editores relanzan bajo nuevo título (Stone Junction. Una epopeya alquímica) y en la colección Héroes Modernos el que consideran el mejor libro del catálogo para darle la difusión y la vida que merece una novela que pasó desapercibida en su momento. Encumbrada por un autor de la talla de Thomas Pynchon en el prólogo que acompaña a esta edición, Stone Junction es una Bildungsroman norteamericana que arranca con el derechazo propinado en mandíbula a una la monja. Es una odisea moderna sobre la búsqueda del conocimiento y de la comprensión, simbolizados por una extraña esfera de diamante, supuestamente la Piedra Filosofal, custodiada por el gobierno de Estados Unidos. Daniel Pearse, un huérfano acogido por la Alianza de Magos y Forajidos, debe seguirle la pista a través de las enseñanzas impartidas por sus maestros en un mundo en el que la venganza, la traición, la revolución, las sustancias químicas alucinógenas, la magia y el asesinato se imponen como norma. Absorbente a cada página, logra retorcerte de risa al tiempo que sumirte en la más desoladora tristeza. Una novela que, literalmente, cambia la vida de todo aquel que se asoma a sus páginas.
Creo que la editorial Alpha Decay tiene un problema: exagera demasiado en sus sinopsis y contraportadas. Lo he visto en más libros suyos y pienso que le hace un flaco favor a sus ediciones. Porque no sólo exagera, es que miente: ni arranca con ese derechazo a la mandíbula de una monja (aunque es cierto que es una lectura que atrapa desde el inicio), ni te retuerces de risa ni la tristeza desoladora te invade. Ni, por supuesto, cambia la vida de nadie. Que no digo que los libros no puedan cambiar la vida de alguien, pero no es el caso. No, mal, mal. Vale que hay que intentar vender, vale que este libro se mereciera una reedición, pero ese bombo exagerado acaba teniendo un efecto contraproducente para el propio libro.

¿Quiere decir esto que no me ha gustado esta lectura?. Pues no, en verdad he disfrutado con esta epopeya alquímica, porque la única verdad de todo ese autobombo de la contraportada es que se trata de una lectura absorbente, casi hipnótica. Bueno, también es verdad que se trata de una auténtica epopeya alquímica: A través de más de 500 páginas vamos a recorrer junto a Daniel Pearse su viaje en busca de su identidad, un camino de formación y aprendizaje lleno de dificultades y mucho esfuerzo (ahí tenemos la epopeya). La parte alquímica vendrá de la mano de la AMO (Alianza de Magos y Forajidos), cuyos maestros, asesores y afiliados varios contribuirán a la formación de Daniel utilizando para ello la filosofía alquímica y los elementos que la caracterizan: física, química, astrología, misticismo… De hecho, los cuatro elementos clásicos (tierra, aire, agua y fuego) agruparán los distintos capítulos del libro.

Uno de los objetivos de la alquimia es la búsqueda de la Piedra Filosofal, en este caso en forma de diamante. Para encontrar y conseguir ese diamante, la AMO educará a Daniel.

Stone Junction es un libro de magos y brujos modernos, científicos y forajidos alquímicos cuyo código moral tiene reminiscencias de Robin Hood:

Los forajidos sólo hacen el mal cuando creen que está bien; los delincuentes sólo creen que hacen el bien cuando hacen el mal.
Es evidente que en esta lectura los malos son buenos y los buenos son malos. O más bien no se puede hablar de buenos y malos cuando otras cuestiones más elevadas y metafísicas están en juego.

Pero estamos ante una historia con varias subtramas, una de ellas la investigación en torno a quién mató a la madre de Daniel. Siendo una novela coral, distintos personajes tienen también su papel importante, su propia historia que contarnos, siendo muchos de ellos carismáticos y muy interesantes. De cada uno se puede extraer una enseñanza, o tal vez no sólo aprendes, simplemente recuerdes. Y me refiero a recordar cosas evidentes que olvidamos: que hay cosas que sólo puede solucionar uno mismo, que a veces es necesario cambiar de idea, que es importante saber cuándo se ha de pensar en uno mismo antes que en los demás (y viceversa), que el universo puede ser un pensamiento, que la sabiduría consiste en no saber más de lo que se necesita, que es necesario tener algo que se pueda imaginar, que no ha de confundirse lo real con lo ideal…

Hay varios personajes que llamaron mi atención, pero quisiera destacar a Annalee, la madre de Daniel, aunque sólo sea por el momento en que Daniel insiste en saber quién es su padre y Annalee, que no puede darle una respuesta en forma de nombre y apellidos, le habla a Daniel de los hombres reales o soñados que pudieron ser sus padre, hombres que ha admirado y deseado, reales o imaginados.

Y sin duda, Jennifer Raine, quien (especialmente con sus diarios) hace que la parte final de Stone Junction remonte vuelo:

Ahora sé más sobre la culpa. Es una verdad llena de pus, que se pudre con la negación.
En definitiva, si ignoras las soflamas de la editorial, que no se ruboriza en la exageración de los valores de Stone Junction, estás ante un libro que personalmente me ha sorprendido, sobre todo por su capacidad de enganche (necesita pocas páginas, incluso diría pocos párrafos para que el libro te “agarre”), pese a ser una lectura mística y metafísica. El estilo inteligente y la forma de escribir de Jim Dogde tienen el mérito de atrapar no sólo con los ingeniosos diálogos y lapidarias reflexiones, sino con esa mezcla de lo creíble y lo increíble, lo real y lo mágico. Muy dado a los aforismos, máximas y sentencias, que inevitablemente subrayas, facilita mucho una lectura que en principio, y una vez leído, no parecería factible, dada la arquitectura interna del libro y todos los contenidos que encierra. Tiene muchas cosas a las que dar vueltas y revueltas.

No obstante, es un libro irregular, con momentos en los que decae y otros en los que se vuelve a elevar, quizás ligeramente repetitivo en algunos aspectos y algunos de los maestros por los que pasa Daniel no dejan de ser más de lo mismo y, por tanto, innecesarios. A veces he tenido la sensación de que hay un exceso de personajes. Y como no es un libro redondo, el final no está a la altura de lo esperado. No es un libro especial, pero sí diferente. En cualquier caso ha sido una lectura disfrutada y además compartida con Mientras Leo y Yossi, lo que la ha hecho más amena e interesante, pese a los ritmos distintos y los imprevistos previstos. Y también le doy las gracias a Aida, que fue quien me hizo fijarme en este libro por primera vez.

La introducción de Pynchon mejor leer como epílogo
, contiene spoiler e ideas que es mejor contrastar después de leer el libro y no antes.

 

jueves, 5 de junio de 2014

Reseñas express (6)


Los últimos días de Stefan Zweig (Laurent Seksik y Guillaume Sorel)
Editorial: Norma
Sinopsis: Tras huir del nazismo, Stefan Zweig y su esposa Lotte creen encontrar en Brasil un país acogedor, lejos del caos que arrasa Europa. Pero la amenaza les persigue hasta en su alejado exilio. ¿Cómo podrá este escritor humanista, superviviente de “el mundo de ayer”, escapar de sus demonios? Laurent Seksik firma junto a Guillaume Sorel la adaptación en viñetas de su triste pero realista reconstrucción de los últimos meses de vida del novelista austríaco Stefan Zweig.

Esta ha sido una lectura robada. Pasó por mis manos fugazmente y lo disfruté mientras esperaba un tren. Unas ilustraciones que en principio no resultaban llamativas, pero que son decisivas para recrear ese clima melancólico de los últimos días de Zweig y Lotte. Una recreación bastante realista que consigue transmitir las sensaciones y emociones necesarias para comprender su decisión. Alguna errata en la traducción no es obstáculo para saborear este delicioso y delicado acercamiento al gran Zweig. Muy buena e interesante lectura. Recomendable.
A por el oro (Chris Cleave)
Editorial: Maeva
Sinopsis: Zoe y Kate son dos deportistas de élite entregadas al ciclismo de pista, pero con unas vidas muy diferentes. Zoe, una chica explosiva y temperamental, doble campeona olímpica, es el rostro publicitario de una conocida marca de agua mineral. Vive en un lujoso piso en Manchester y tiene muchos amantes ocasionales. Kate es más sensata y tranquila. Está casada con Jack, un campeón de ciclismo, y está volcada en su hija Sophie que padece leucemia. Por esa razón Kate no ha podido competir en los dos últimos juegos olímpicos, y Londres 2012 es su última oportunidad. Cuando Tom, su común entrenador, recibe la noticia de la Federación Inglesa de Ciclismo de que solo podrá enviar a una participante. Elegir entre Kate o Zoe es una decisión particularmente difícil, porque Tom conoce la historia de ambas. Pero tiene que ser imparcial y organiza una carrera entre ellas para nombrar la vencedora. Sin embargo, justo el día de la competición, el estado de salud de Sophie empeora gravemente…

Es un libro de lectura fácil, lo cual no implica que sea un buen libro. Está escrito sin complicaciones, intenta continuamente tocar la fibra sensible (niña con cáncer, infancias difíciles, deporte de alta competición, historias de superación...), pero a mí al menos no me ha llegado a emocionar (tal vez un poquitín en las páginas finales, pero más por cansancio que por sensibilidad). Los personajes no me han llegado, no me resultaban reconocibles o cercanos y muchas veces ni siquiera me parecían creíbles. Me ha parecido todo (personajes, historias personales y la trama principal) muy impostado, quizá demasiado forzado para tocar la fibra emocional del lector, lo que acaba provocando justo el efecto contrario. Parece que el autor se documentó, tanto para abordar cómo se enfrentan deportistas de élite a la alta competición como para abordar el tema del cáncer infantil. Pero algo se dejó en el camino. No detallo más para no destripar el libro. Se deja leer, pero no perdurará en el recuerdo una vez que lo termines.

El retorno (Sebastian Fitzek)
Editorial: Booket
Sinopsis: Un abogado de éxito. Un niño de diez años enfermo, con un secreto que no puede guardar. El niño necesita ayuda: «Maté a un hombre con un hacha. Hace 15 años.» Y dice que tiene pruebas. Pruebas que son cadáveres. ¿Cómo sabe dónde están enterrados? El abogado Robert Stern, siguiendo las indicaciones del niño, encontrará los cadáveres y se verá inmerso, sin quererlo, en una investigación policial. ¿Cómo podrá demostrar que él no tiene nada que ver con los crímenes? Además, un desconocido se pondrá en contacto con él, lo amenazará de muerte si acude a la policía y asegurará que tiene información sobre el paradero de su hijo, muerto diez años atrás… ¿Quién es ese hombre misterioso? ¿Por qué conoce detalles de su vida, por qué lo amenaza? ¿Qué vinculación tiene con los cadáveres?

Un libro con un ritmo trepidante e infernal que no da respiro. Una trama original y que mantiene la tensión y el interés de forma constante. Ese ritmo vertiginoso que imprime el autor hace que algunas "lagunas" en la narración queden en un segundo plano, lo que va en beneficio del autor y de la novela. Aunque no hay personajes sólidos (excepto el niño), ni el protagonista Robert Stern tenga la fuerza y el empuje suficiente, la historia no pierde atractivo y mantiene la tensión casi de forma constante. Incluso el final está bastante bien rematado para lo que suele ser habitual en este tipo de libros. Desconocía la existencia de los Babyklappe. Me ha gustado reconocer y conocer lugares de Berlín, una ciudad que adoro y que, lamentablemente, en este libro sale malparada. Lectura recomendable, dentro de ese tipo de lectura más de “entretener”, con alto grado de adicción.

Fun home. Una familia tragicómica (Alison Bechdel)
Editorial: Mondadori
Sinopsis: El padre de Alison, la protagonista (y autora del libro), es profesor de inglés, y tiene como hobby coleccionar antigüedades y la restauración, así que aplica su hobby a restaurar su casa victoriana, que es a la vez una funeraria. Es un padre distante que nunca ha hecho pública su inclinación sexual, claramente homosexual. A través de esta narrativa visual, que es a la vez cómica y desoladora, nos acercamos a los complejos de Alison, que lucha en soledad por encontrar su lugar.

Una imagen mostrada fue suficiente para acercarme a esta novela gráfica. No resultó para nada lo que esperaba, pero no por eso ha sido una decepción, es que esperaba un tipo de historia y me encontré con otra mucho más compleja y asombrosa. Ha sido una sorpresa extraña. Una biografía de la autora en torno a la figura de su padre en la que se muestra tanto que hasta te violenta acceder a esa intimidad. Una lectura apabullante, asfixiante, paranoica, intensa y excesiva. Sorprendente. Ese despiece tan meticuloso y personal al que asistes como espectadora aturulla un poco, junto con unos dibujos sobrecargados de información que en ocasiones atolondran. Numerosas referencias literarias que se entrelazan con las vidas del padre y la hija. Una lectura que, pasado el tiempo, mejora mucho en sensaciones y en ganas de releer. Ya sabiendo qué me voy a encontrar caerá esa relectura con detenimiento. Mucho contenido, requiere pausa y atención en la lectura… Extraordinariamente sorprendente. Recomiendo su lectura pero informándose previamente del contenido.

Glaciares (Alexis M. Smith)
Editorial: Alpha Decay
Sinopsis: Isabel tiene veintiocho años y vive en Portland, en la última planta de un edificio casi centenario en compañía de su gato sin nombre. Adora su trabajo en la Biblioteca Pública restaurando viejos libros heridos por el paso del tiempo y no tiene la menor idea de hacia dónde se dirige su vida. Su niñez transcurrió en los salvajes paisajes de Alaska. La vida en la ciudad la enfrentará a nuevas formas de entender el mundo y las relaciones.

Mi imaginario geográfico y literario se sustenta en dos opuestos: África y los países nórdicos (Islandia, Noruega, Suecia, Finlandia). Estos últimos tienen en común los glaciares, algo que sirve de hilo conductor para que haya otros países que entren también en ese imaginario: Alaska, por ejemplo. Y por ahí supongo que es por lo que este libro llegó a mis manos, además de una sinopsis y una contraportada que me prometía una delicada joya. La realidad: un chasco. Una historia sencilla contada con tanta sencillez que, sencillamente, no me ha llegado. Todo muy cotidiano, muy descriptivo de pequeños detalles, una protagonista que recoge con su mirada esos gestos nimios pero que tanto nos acaban calando. Y, sin embargo, toda la lectura se me escurría entre los dedos, no conseguí atrapar nada, sólo vestigios que no solidificaban porque la autora volvía a dar un giro o enseñarme otra postal, otra imagen. La profundidad se me quedó superficial, tal vez mi educación emocional y sentimental vaya por otros trayectos de los propuestos por Glaciares. O tal vez mis abismos de lectora me estén tendiendo trampas. Tal vez, pero ha sido, así es, un chasco. Si por su culpa o por la mía, ya no sé decir.

Tinto de verano (Elvira Lindo)
Editorial: Aguilar
Sinopsis: Este libro es la irónica crónica de un agosto de tintos de verano, escrita con 'frescura y sinvergonzonería'. Y humor, muchísimo humor. Elvira Lindo juega con fuego y simula que escribe sobre sí misma, sobre su 'santo' y la vida cotidiana durante las somnolientas tardes de verano en un pequeño pueblo de vacaciones. Y lo hace con tal habilidad literaria y tanta verosimilitud que muchos lectores creerán real lo que no es sino resultado del trabajo y la imaginación de la autora. Pero más allá del equívoco deliberado, de la sonrisa cómplice que provoca la lectura de estas páginas, al final descubrimos que el verdadero tema de este libro, es sencillamente, la felicidad.

Recopilación de artículos escritos para El País, se trata de una lectura refrescante, ligera, sin complicaciones pero divertida. Elvira Lindo es una autora muy reconocible y, sobre todo, muy honesta con lo que ofrece. Reconozco sentir debilidad por Elvira Lindo, me encanta su forma de escribir sobre lo cotidiano y hacerlo siempre desde un punto de vista divertido y tierno pero a la vez con un punto de reflexión necesario. Aparentemente frívolo, sin embargo siempre hay detrás un humor inteligente. Aunque no todos los relatos mantienen el mismo nivel es una lectura recomendable y muy agradable.

Névé (Emmanuel Lepage y Dieter
Editorial: Glénat
Sinopsis: Argentina, la cara sur del Aconcagua. Un pico mítico al que se enfrenta Stan, curtido alpinista dispuesto a todo con tal de obtener su objetivo. En esa misma expedición participa su hijo, Névé, agobiado por las obsesiones de su padre y aterrado por una pesadilla en la que le ha visto perecer a la puesta del sol… Esta expedición no es más que el principio de una dolorosa y empinada ascensión hacia la madurez… Névé vive con intensidad las etapas que le llevan a su edad adulta. Una infancia dura, seguida de no pocos dramas.

Un cómic que me llamó la atención porque me he criado cerca de las montañas, especialmente de una bella montaña rocosa. A mi modo, tipo cabra, subí montañas que eran para mi auténticos Aconcagua. Así que le eché un vistazo, los dibujos me parecieron preciosos y se vino conmigo. Los dibujos de Emmanuel Lepage son espectaculares, tienen tanta fuerza que se come el guion de Dieter. La historia de fondo es sencilla y ya muchas veces vista: una historia de superación, la escalada y la cima como metáfora de la transformación de un niño en adulto. Debo decir que el final me sorprendió. Aun así, la auténtica belleza de este cómic está en unos dibujos impresionantes. Visualmente es una gozada de la que he disfrutado mucho y, pasado el tiempo, ha quedado en mi corazoncito lector.
(©AnaBlasfuemia)