miércoles, 28 de junio de 2023
La muerte del adversario (Hans Keilson)
jueves, 22 de junio de 2023
El sentido de un final (Julian Barnes)
domingo, 18 de junio de 2023
Los nuestros (Serguéi Dovlátov)
“De manera que en mi vida imperaban dos realidades enfrentadas. A la izquierda, bramaba el océano de un naciente inconformismo. Y a la derecha se extendía la imperturbable calma chicha de un recogido y tedioso bienestar. Y yo me abría paso, a trompicones, por la estrecha franja que discurría entre ambos océanos”
Existimos por los otros. Si no hubiera otros (ese intercambio necesario que son los demás) no existiríamos. No me atrevo a afirmar rotundamente que somos aquellos otros que se han cruzado en nuestras vidas y que nuestros valores y virtudes se construyen gracias a los demás. Pero ahí lo dejo. Los otros también son los nuestros, nuestra familia, las generaciones que nos anteceden, nuestros allegados, además de aquellos que elegimos y nos eligen.
El corazón de “Los nuestros”, su órgano vital, son sus personajes (incluido el propio Dovlátov) y la presentación que el autor hace de ellos, tan eficaz que provoca que te deslices por esta lectura con espíritu solícito y liberador, dejándote llevar por esa vívida coexistencia entre lo absurdo y lo puro, la comedia y el drama. Pero ese corazón no latiría sin la poderosa herramienta de la escritura de Dovlátov y su narrativa rítmica, lúdica y tremendamente humorística, que no renuncia a la lucidez ni a la crítica.
“Los nuestros” no es sólo la familia de Dovlátov, es también el propio autor, su escisión entre lo cotidiano y la locura, su intento de defenderse del caos pero también la descripción certera, precisa e inteligente de la Unión Soviética que le silenció. La voz (muy intencionada) de Dovlátov es irónica y socarrona, pero el epicentro de toda comedia siempre es la tragedia y el humor una forma inteligente de abordarla.
jueves, 15 de junio de 2023
Memorias de una joven informal (Bianca Lamblin)
"Me imaginaba que nunca era frágil (y estaba equivocada), ni compleja (volvía a equivocarme). Era 'una fuerza que avanza' en línea recta, sin flaquear, sacrificándolo todo a su ambición de notoriedad y tal vez de gloria"
Casi todas mis lecturas tienen una historia detrás relacionada con el motivo por el cual he elegido ese libro y no otro. Este en concreto también tiene su historia detrás, pero estoy por aquí todavía de forma precaria, tal vez de paso, y en formato breve, así que esta historia me la quedo para mí.
Tenía algún conocimiento de los hechos narrados en “Memorias de una joven informal”. Si has leído a Simone de Beauvoir y tienes información sobre su vida (algo inevitable aunque no te lo propongas) sabrás que ¡oh, cielos! Beauvoir era humana, contradictoria, polémica, con una fuerte personalidad. También que su relación con Sartre fue (cuanto menos) peculiar, confusa a ratos, muy extravagante y, sin duda, muy intelectual.
No pensaba de antemano que mi visión de Beauvoir se fuera a tambalear al leer a Bianca Lamblin. No me equivoqué: nada me va a hacer dudar de la conmoción al leer por primera vez a Beauvoir, con todo lo que eso supuso para mí, ni tampoco resta un ápice el valor que Beauvoir tuvo y tiene para el feminismo, su legado fundacional.
A ratos, leyendo a Lamblin, tenía la sensación de estar asistiendo a un salseo de esos que transcurren en Twitter, tan encarnizados, tan llenos de rabia y rencor, tan innecesarios y faltos de coherencia. Otras veces me parecía estar ante un culebrón de telenovela turca, con toda la élite cultureta e intelectual del momento ahí, mostrando su lado más propio de un Sálvame que de “Les Temps Modernes”.
En definitiva, una lectura prescindible (para mí, siempre para mí). Me quedo (de largo) con la historia que hay detrás de esta lectura, aquella que me llevo a la biblioteca (está descatalogado) y a, con el libro a medio leer, mandar un WhatsApp para certificar que no me hace falta releer a Beauvoir para hacer contrapeso a esta lectura. Lo cual no quiere decir que Beauvoir no sea (siempre) de obligada relectura (al igual que Virginia Woolf), especialmente en estos tiempos de retroceso que vivimos.
¿He dicho que iba a ser breve? Disculpa, tú que has venido a parar a este blog, mis contradicciones.
miércoles, 14 de junio de 2023
El asesino tímido (Clara Usón)