“Como ocurre con la mayoría de causas nobles, sospecho que todas nuestras opiniones son la mera expresión de un sentido personal sobre lo que es correcto y apropiado”
Qué leemos, porqué, cómo, cuándo, incluso a quién o con quién, es algo que con el tiempo no es casual. Una va aprendiendo, dejándose llevar, eligiendo, rechazando, aprendiendo de sus propios hábitos, de sus aciertos y errores y, sobre todo, escuchando sus necesidades. Necesitaba un libro para descansar.
Y descanso, calma y relajación es lo que me dio este libro que relata la experiencia de la autora durante un año viviendo sola en una granja en los bosques de Ozarks. Un año de apicultura y contacto con la naturaleza salvaje (soy incapaz de decir “naturaleza” sin añadir “salvaje”) que a Sue Hubbell le dio paz.
Y a mí me ha dado una lectura agradable, sana, natural, en la que disfruté de las abejas y sus colmenas, los coyotes, la lluvia, las arañas, los murciélagos, las gallinas, los pumas, los ácaros rojos, los chaparrones que asientan el barro…
La alegría de las cosas sencillas sin dar la espalda a las dificultades, la fascinación por la naturaleza, sobrevivir sola, el respeto por todos los seres vivos, la amabilidad con otros puntos de vista diferentes al de una misma… Eso es este libro. Nada más. Y nada menos. No hay mejor libro de autoayuda que la naturaleza.
“Oleadas de personas para quienes la vida urbana era demasiado complicada han venido aquí, con la intención de llevar vidas basadas en la sencillez. Lo que aún no han descubierto es que una vida es tan sencilla o complicada como la persona que la vive, y que si a una persona le parce abrumador vivir en la ciudad, se lo parecerá aún más vivir aquí, donde es mucho más difícil ganarse la vida”