martes, 26 de agosto de 2014

El telescopio de Schopenhauer (Gerard Donovan)


Título original: Schopenhauer's Telescope
Traductor: José Luis López Muñoz
Páginas: 328
Publicación: 2003 (2005)
Editorial: Tusquets
ISBN: 9788483102961
Sinopsis: Una gélida mañana, en un pueblo de un país de Europa donde siempre parece ser invierno, un hombre cava un hoyo en la tierra helada mientras otro le contempla. El escenario es ominoso: ventisca, nieve, un campo aislado, soldados, camiones que traen a civiles ateridos, ecos sordos de una guerra cercana... El panadero –que cava y narra– y el maestro –que fuma y mira– hablan, recuerdan, y sus palabras desvelan poco a poco quiénes son, cómo han llegado hasta ahí, qué aciaga sucesión de acontecimientos ha sumido a su pueblo olvidado de la historia en una guerra fratricida. La conversación, entrecortada y tensa, se desliza entre la confesión personal y la reflexión histórica, entre la búsqueda de certidumbres y la renuncia a toda certeza.
Podéis leer las primeras páginas AQUÍ

Hace más o menos un año comentaba El Sunset Limited, de Cormac McCarthy, como una lectura que me había sorprendido y que leí prácticamente del tirón en pleno mes de Julio, cuando el calor suele achicharrar mi concentración lectora. Un año después, la historia se repite. Casi como un calco.

Calor, calor, calor… Las lecturas se suceden como las gotas de sudor por el cogote: se deslizan y no consigo atraparlas. Busco libros que se adapten a mi resbaladiza atención y, no sé muy bien cómo ni porqué, este libro llega a mis manos. No sé, tal vez buscara la sensación de frío y la sinopsis habla de ventisca, nieve…
Una cosa que se aprende acerca del frío muy intenso es que tiene un primo llamado silencio que lo acompaña cuando viene de visita. Incluso el golpe de una pala contra las piedras no sobrevive al frío mucho tiempo. Nada lo consigue. El aliento se detiene y se congela en el aire, la voz se desintegra un segundo después de abandonar la garganta, las palabras se rompen en el envoltorio de las frases.
Además de frío, mucho, tenemos al panadero y al profesor. El panadero cava y el maestro mira. Hablan. Quieres saber porqué están ahí. Y lees. Y no paras de leer (¿pero de qué va este libro?) Y sigues leyendo.
Siempre que me encuentro en una crisis acudo a mis libros. He aprendido mucho de ellos, siempre en secreto y encima gratis: es la experiencia que uno adquiere sin necesidad de vivirla. Alguien tuvo que pasar por ello y a ti te dan las lecciones sin pagar un céntimo. ¿Quién rechazaría semejante ganga?
Un panadero que lee y que, leyendo, comprende cómo funciona el poder. Leyendo, busca su personalidad, escoge su máscara. Y también llega a la indiferencia: no le interesan los porqués, sino lo que sucede. Lee mucho sobre estrategia. El capítulo en el que aplica El arte de la guerra de Sun Tzu en la panadería con una clienta es… formidable.

El profesor, obvio, también lee. Pero a él sí le interesan los porqués. Habemus enfrentamiento. Y nosotros, lectores, vamos a asistir a este combate épico entre el maestro y el panadero. Dos hombres tremendamente inteligentes. Dos inteligencias enfrentadas. Nuevamente el Bien y el Mal…
A mí la nieve nunca me ha quitado nada. Camino sobre las huellas de otros y de esa manera no dejo las mías. Ésta es mi teoría de la nieve.
Hablaba antes de El Sunset Limited (2006), y quiero volver a él. Porque al igual que en el libro de Cormac McCarthy, en El telescopio de Schopenhahuer (2003) nos encontramos también ante un duelo dialéctico. El paralelismo no termina aquí. Si allí había dos personas encerradas en una habitación, aquí tenemos a dos personas en torno a un hoyo: uno dentro, el otro fuera. Tampoco sabemos el nombre de los protagonistas. Ni el lugar. Ni en qué época transcurre la historia. Sabemos que hay una guerra (hay soldados). Podría ser la antigua Yugoslavia. O Ucrania ahora mismo. Quién sabe. Y qué más da. Lo que transcurre en ese agujero que se cava, lo que allí se habla, es atemporal. Filosofía. Historia. Gengis Khan, la conquista de los mongoles, el reinado de Leopoldo en el Congo, la masacre de Wounded Knee, el bombardeo de Dresde, Schopenhauer, John Locke, David Hume… Un repaso por la filosofía y la historia de la humanidad. Moral. Pautas. Guerras. Amor. El Bien. El Mal. ¿Y qué hacen allí el panadero y el maestro?. Y sigues leyendo.
El gran filósofo del siglo XIX dijo que, para ver cualquier problema con perspectiva, debíamos viajar unos cincuenta años en el futuro e invertir un telescopio, mirar por el extremo equivocado, desde esa época en el futuro, para vernos tal como somos ahora, y tomar decisiones con la ventaja de las cosas vistas a posteriori.
El telescopio de Schopenhauer es la primera novela de Gerard Donovan (anteriormente escribía poesías). Y yo aún estoy sorprendida de no haber oído hablar de este libro antes, ni de su autor. Termino de leerlo y según van pasando las horas me doy cuenta de lo asombroso que es este libro. Sorprendentemente maravilloso, no me encuentro en él y sin embargo sé que, al igual que dije del libro de Cormac, debo de decir: señores y señoras, esto es LITERATURA. Con mayúsculas. Porque hay muchas formas de contar las historias, pero sólo dos de escribir un libro: con valentía o haciendo concesiones. Gerard Donovan es valeroso, no ha escrito un libro del (ni para el) montón, ni fácil, ni cuenta algo como se espera que se cuente. Es impredecible y arriesga, no busca masas lectoras, sino lectores que quieran mirar por el telescopio de Schopenhahuer.

Un libro inteligente y de gran profundidad, que gustará a quienes les interese la literatura, la historia y la filosofía. Y a quienes ha gustado El Sunset Limited. Si no os gusta algo de lo anterior es probable que se te atraganten muchos fragmentos del libro y que te resulte bastante opaco. Está muy bien escrito y facilita mucho la lectura, pero también está lleno de alegorías, envuelto de una narrativa absurda que no permite una lectura pasiva por parte del lector, aunque a veces Gerard Donovan echa un capote para que el telescopio no se te caiga de las manos. No me he encontrado en él pero me ha hecho reflexionar, pensar, conocer… No es un libro “de entretenimiento”, pero es un libro que te desafía y que tiene mucho que decir.

Va para mi sección de prefes, por la agradable sorpresa que ha supuesto su lectura. Por ser un libro diferente y arriesgado. Porque cuando terminas de leerlo te das cuenta de que has subrayado mucho, muchísimo. Y vuelves hacia atrás y compruebas que nada es casual, y adviertes entonces el significado exacto de lo que dicen uno y otro, panadero y maestro. Enorme. Fascinante.

Ah, no os leáis la sinopsis entera de la editorial. Quienes las escriben deberían de tener un manual de cuánto no desvelar o decir en una sinopsis. A mí me hizo un poco la puñeta.
El perro negro, panadero, es la depresión. Como si a uno le chuparan el espíritu. El perro roba a la gente su fuerza vital, como un ladrón roba un bolso en una calle concurrida. Miras a tu alrededor y dices: “¿Dónde se ha ido?". Te encuentras en medio de la niebla y no tocas el mundo real. Tienes prácticamente el mismo aspecto que antes, la misma voz. Pero te has convertido en un fantasma. Te has ausentado de tu propia vida. A unos centímetros de distancia, a un paso de la felicidad.
(©AnaBlasfuemia)

martes, 19 de agosto de 2014

Reseñas Express (8)

La resurrección de los muertos (Wolf Haas)
Título original: Auferstehung der Toten
Traductora: María Esperanza Romero Pérez
Páginas: 176
Publicación: 996 (2011)
Editorial: Siruela
ISBN: 9788498415643
Serie: Brenner 01
Sinopsis: En la apacible localidad alpina de Zell am See, en Austria, la vida transcurre más lenta que en el resto del mundo. Allí no se mata a tiros, sino congelando a las víctimas. Ésta es la suerte que corre una pareja de acaudalados norteamericanos que, en una gélida mañana de invierno, es encontrada muerta en un telesilla. La policía pronto se estrella contra el muro de silencio de los lugareños. Sólo una persona podrá arrojar luz sobre este caso: el ex policía Brenner, a quien su desquiciante lentitud le ha valido perder su puesto. Ahora, como detective privado y sabiendo muy bien cómo las gastan en esta provincia austríaca, deberá resolver este caso.


Lo insólito de este libro está en desmarcarse de la habitual novela negra nórdica, especialmente en el estilo narrativo. El narrador, en tercera persona, cuenta al lector directamente la historia, en plan “coleguita”, usando un estilo muy coloquial. Al principio me pareció sorprendente, divertido y original, pero poco a poco se me fue haciendo pesado, sobre todo porque Wolf Haas en realidad no nos plantea una novela negra al uso, ni tampoco el procedimiento policial ni los fallecidos en el telesilla son en verdad lo más relevante del libro. Y además el abuso de lo coloquial, la dispersión del narrador, la falta de concreción, el escamoteo de información por parte del autor para sorprender con el final... ha hecho que el libro, no muy largo, pasara de parecerme interesante y entretenido a bastante tedioso.



Tom, pequeño Tom, hombrecito Tom (Barbara Constantine)
Título original: Tom, petit Tom, tout petit homme, Tom
Traductor: Braulio García Jaén
Páginas: 224
Publicación: 2009 (2011)
Editorial: Seix Barral
ISBN: 9788432209383
Sinopsis: Esta es la conmovedora historia de un niño que parece un adulto y de una madre que parece una adolescente. Tom tiene once años, y Joss, su madre, veinticuatro. Joss sale a menudo, y Tom se queda solo en la viaje caravana en la que viven. Entonces debe valerse por sí mismo. Para comer, se cuela en los huertos de sus vecinos, donde recoge tomates, zanahorias, patatas... Una noche, buscando un nuevo huerto en el que «hacer la compra», Tom encuentra a Madeleine, una anciana de noventa y tres años, tirada en el suelo entre sus coles, llorando, incapaz de levantarse. Sin duda, Madeleine habría muerto, si Tom, el pequeño Tom, no hubiera estado allí...


Niño y abuela. El pequeño Tom y la anciana Madeleine. El niño es majete. La anciana está muy mayor. La madre, pues una madre adolescente. El libro muy flower power y muy happy. El abuso de frases cortas supone un recurso excesivo que no aporta. Se carga la película “La vida es bella”. Imperdonable. Personajes desaprovechados sin una historia compacta detrás. Buenos ingredientes, los junta, pero están mal mezclados, no hay cohesión suficientemente sólida que sostenga la historia. Búsqueda deliberada de la ternura. Se lee bien, fácil. Gustará a muchos, pero a mí me dejó fría. Nunca el tiempo es perdido, pero a veces…


 
El que espera (Andrés Neuman)
Páginas: 152
Publicación: 2000
Editorial: Anagrama
ISBN: 9788433924612
Sinopsis: Una ventana misteriosa, un hospital que enferma, un buscador de escarabajos, un violinista histérico, un galán telefónico, un taxista que cede el volante al pasajero, un intelectual de playa, un vampiro melómano. Las situaciones desconcertantes y los personajes disparatados son el germen de esta gozosa sucesión de juguetones cuentos mínimos, de microcuentos escritos en la tradición de maestros como Virgilio Piñera, Juan José Arreola o Augusto Monterroso.



Si me gusta leer relatos y cuentos es porque me agrada encontrar profundidad sin necesidad de que sea de forma explícita, porque me parece que sugieren más mostrando menos. Un buen relato trata al lector con inteligencia, y le ofrece una herramienta, una excusa para desarrollar imaginación y sensibilidad. Por eso escogí este libro de Andrés Neuman para estrenarme con el autor. Y porque esperar es observar, una actividad que se me da muy bien. Y en este libro de esperas algunas han cumplido su objetivo, pero en el balance final tengo que reconocer que quizás no ha sido la mejor aproximación a Neuman, aunque sí he encontrado lo suficiente como para seguir buscando a este autor.

El plantador de tabaco (John Barth)
Título original: The sot-weed factor
Traductor: Eduardo Lago
Páginas: 1176
Publicación: 1960 (2013)
Editorial: Sexto Piso
ISBN: 9788415601302
Sinopsis: Transcurren los últimos años del siglo XVII, y el desafortunado y torpe Ebenezer Cooke es enviado al Nuevo Mundo desde Londres para hacerse cargo de la plantación de tabaco de su padre y escribir La Marylandíada, un poema épico sobre la vida en la colonia de Maryland.  Durante su odisea, Cooke es capturado por piratas e indios, pierde la herencia de su padre a manos de unos impostores sin escrúpulos, se enamora de una prostituta campesina, es víctima de conspiraciones secretas, tanto por parte de hombres como de mujeres que quieren robarle su virginidad, y tropieza con una extraordinaria galería de personajes traicioneros que cambian constantemente de identidad.


Esta lectura inició su recorrido hace (bastantes) meses. La empecé del tirón, enganchada a las aventuras de Ebenezer Cooke y el increíble y desconcertante Henry Burlingame. Luego decidí ir leyéndolo tal y como unas cuantas personas están leyendo ahora mismo El Quijote: por capítulos, uno ahora, otro capítulo otro día, otro mes… Y no hace mucho lo terminé. Es una lectura titánica, sin duda, pero diría que tan necesaria como el propio Quijote. No en vano son fácilmente comparables. El plantador de tabaco es un compendio de literatura, un homenaje a la misma y al propio Quijote. Es un libro en el que John Barth disfruta contando y que el lector disfruta leyendo. Divertido, aventurero, folletinesco, satírico, épico… Barth sí que engarza bien todos los ingredientes, y además los utiliza todos (y son muy numerosos). Puedo decir sin temor a equivocarme que es una obra maestra cuyo pilar básico es lo bien narrada que está: narrar por narrar y hacerlo bien. Ingeniería literaria. Hay muchas y muy buenas reseñas sobre este libro y a ellas os remito, sólo tenéis que buscar para que os cuenten más y mejor porqué este libro es necesario en la estantería de cualquier amante de la literatura. Hay una edición de 1991 de la editorial Cátedra que te puede costar la vista, recomiendo sin duda esta edición de Sexto Piso, maravillosa.

Los combates cotidianos. Edición integral (Manu Larcenet)
Título original: Le combat ordinaire
Traductor:
Enrique Sánchez Abulí
Páginas: 264
Publicación: 2003 (2009)
Editorial: Norma
ISBN:
9788467902464
Sinopsis: Esta es la historia de Marco, un ya no tan joven fotógrafo que intenta encajar las piezas de la vida: su trabajo, mujer, su hija, su pasado... Esta es la historia de Marco, un recién estrenado padre que intenta descubrir cómo hacerle ver a su hija que la vida es un regalo, sin perder los nervios. Esta es la historia de Marco, que aún no sabe adónde va.


Con los libros ilustrados y los cómics estoy teniendo suerte. Con este me ha pasado una cosa curiosa. Los dibujos no me llamaban mucho, son como de TBO. Y no es que no me gusten los tebeos, tuve la suerte de vivir (literalmente) entre ellos y fueron mi primera aproximación a la literatura. El caso es que por los dibujos no hubiera sido pero el título, de alguna forma, me dejó un montón de sugerencias en la cabeza y por eso lo cogí de la biblioteca. Y fue un acierto. Me gustan las lecturas en las que me reconozco o me hacen pensar. Esta tiene más de lo segundo que de lo primero, pero tenía de ambas: me vi en algunos momentos y me hizo reflexionar muy mucho sobre bastantes cosas: la relación entre el artista y su obra, cómo puede cambiar nuestra opinión sobre alguien a quien apreciamos cuando conocemos su pasado (y si eso es justo o no)… Pequeñas cargas de profundidad que me estallaban en las manos como fuegos artificiales, que no artificiosos. Recorrido personal y crítica socio-política, uno y otra despertaron mi interés y mi agrado. Muchas frases son pequeñas joyas que te guardas para luego contemplar y reconocer y registrar de nuevo su reflejo. Un protagonista vehemente y contradictorio con el que me he identificado. Un encuentro agradable este cómic. Un RRR: Reconocible, Remueve, Real (y eso, para mi perfil lector, es una virtud).

(©AnaBlasfuemia)

lunes, 11 de agosto de 2014

Me voy con vosotros para siempre (Fred Chappell)

Título original: I am one of you forever
Traductor: Eduardo Jordá
Páginas: 240
Publicación: 1985 (2008)
ISBN: 9788493659745
Sinopsis: La infancia de Jess, el protagonista de la novela, transcurre apaciblemente junto a sus padres y su abuela en una granja de las montañas de Carolina del Norte. De vez en cuando su vida se ve alegremente alterada con las visitas de excéntricos parientes como su mujeriego tío Luden que buscó fortuna en California; su tío Zeno y sus cuentos interminables; su volátil tío Gurton y su impresionante barba; la cantante de country Samantha Barefoot; o su tío Runkin, que viajaba con su ataúd buscando la frase perfecta para su epitafio; y también con la llegada de Johnson Gibbs, un adolescente huérfano que contratan como bracero, a quien secundará de inmediato en sus travesuras. Estos pintorescos personajes acompañarán a Jess en su atípica infancia, dejando en él una huella tan indeleble que con el andar del tiempo comprenderá que, en realidad, le han acompañado siempre.

Hay libros que tratan bien al lector, son como un oasis en el desierto, una sombra en la que descansar del implacable sol antes de seguir la ruta. Aunque no siento que esté caminando por un desierto, sino más bien trepando por alguna montaña interminable, sin ninguna cima a la vista, y lo cierto es que este libro ha sido un acogedor alto en medio del camino, un espacio de comodidad lectora sin compromiso pero ampliamente disfrutado.

Fred Chappell es un escritor nacido en un pueblo de Carolina del Norte que tiene en su haber varias novelas, relatos cortos, poemarios, cuentos y ensayos. Su obra más conocida es Mindquest, una tetralogía que contiene cuatro historias en verso y que ganó el Premio Bollingen en 1985. Mindquest fue concebida por Chappell como una autobiografía poética. Y sería precisamente a partir de Mindquest, de todo aquello que no consiguió encajar en esa autobiografía, que escribiría Me voy con vosotros para siempre.

No estamos exactamente ante una autobiografía, sino más bien ante una ficción creada a partir de esos recuerdos. Una ficción que consigue encontrar un seductor equilibrio entre imaginación y realidad, paisajes de la infancia tamizados por un realismo mágico que probablemente reflejen milimétricamente lo que serían muchos de esos recuerdos de nuestra infancia si mantuviéramos sin adulterar en nuestra madurez la creativa (y activa) imaginación que de niños hemos tenido.

Chappell da un paso más allá de contarnos sus recuerdos: llena algunos de ellos de fantasía, y así una tormenta se transforma en una voz o una larga barba en la caja de Pandora. El oficio de poeta de Chappell trasluce también en muchos pasajes del libro, con bellas y sugestivas descripciones. No está exento de humor tampoco esta lectura, que ha conseguido arrancarme tanto sonrisas como risas, con expresiones y situaciones ciertamente desternillantes.

Los distintos capítulos que componen el libro podrían leerse de forma independiente, pues cada uno cuenta una historia con principio y final. Ni siquiera siguen un orden cronológico, aunque sí un orden emocional y de madurez en la vida de Jess. El hilo conductor son, principalmente, Jess y su familia, concretamente Jess y su padre. El resto de personajes que aparecen, la mayoría de ellos parientes de la familia, son tan atractivos por sí mismo como peculiares y asombrosos. Quizás se echa en falta que mayormente son historias de hombres, y las mujeres presentan un perfil bajo y lo suficientemente amable como para permitir a los hombres hacer "sus cosas" de forma cómoda.

Todos estos ingredientes (realismo mágico, fantasía, lenguaje poético, párrafos evocadores, humor, estructura narrativa, personajes…) consiguen mezclar bien, todos los elementos se imbrican armoniosamente, sin que nada nos parezca fuera de lugar ni extraño, haciendo de la lectura un espacio tan confortable y agradable como satisfactorio. Me voy con vosotros para siempre es un libro tranquilo, no hace ruido, no altera el ritmo cardiaco, los ojos no aletean, pero está muy bien escrito y envuelto con una dulzura que consigue dejar un sabor de boca tan atractivo como entrañable.
Bueno, Jess, ¿te vienes o no te vienes con nosotros?
(©AnaBlasfuemia)

miércoles, 6 de agosto de 2014

Kallocaína (Karin Boye)

 
Título original: Kallokain

Traductora: Carmen Montes Cano

Páginas: 219

Publicación: 1940 (2012)

Editorial: Gallo Nero

ISBN: 9788493856885

Sinopsis: Kallocaína es el nombre del suero de la verdad que el científico Leo Kall ha inventado para garantizar al Estado seguridad y estabilidad, pero la verdad se escapa a la instrumentalización y sus efectos son demoledores: el protagonista asiste horrorizado al surgir gradual de una conciencia individual y autónoma con la que intenta luchar.

A este libro llegué por su fantástica portada. Como además tampoco frecuento mucho ni ciencia ficción ni distopías, me pareció una buena opción para acercarme a un tipo de lectura diferente. Hace tiempo que tenía el libro, y hace unos días lo cogí para contemplar de nuevo la portada y quise saber más de Karin Boye (Suecia, 1900-1941). Karin Boye era, fundamentalmente, poetisa. Sólo escribió cinco novelas. Pacifista y comprometida social y políticamente, se suicidó tomando unos somníferos. La encontraron recostada sobre una roca (la que podéis ver en la foto) orientada a la ciudad y el valle de Alingsàs


¿Qué nos vamos a encontrar en esta distopía? Lo habitual en el género: una mirada pesimista de una sociedad dominada por el totalitarismo y el pensamiento único. ¿Qué hace diferente a Kallocaína?. Pues que fue escrita por una mujer en 1940, es decir, antes al célebre 1984 de George Orwell, o Fahrenheit 451 de Ray Bradbury y sólo 8 años después que Un mundo feliz de Aldous Huxley. Pero si bien seguro que conocéis estos libros que acabo de mencionar ¿cuántos conocíais Kallocaína? ¿Tiene menos calidad que cualquiera de ellos?. No, rotundamente no.

Algo que me gustó especialmente, además de estar bien escrito y ser un libro muy sólido, es que no nos vamos a encontrar con la típica lucha entre un individuo y un sistema totalitario, sino que más bien vamos a asistir a cómo un individuo totalmente absorbido por el sistema, entregado a él y su deshumanización, empieza a cuestionarse los principios dominantes y absolutamente dictatoriales de los que era un fiel seguidor y defensor.

Un libro que ha envejecido muy bien y en el que podemos encontrar temas que nos dejan un poso inquietante: ese ojo que todo lo ve, vigilancia absoluta de la vida de los individuos, la ausencia total de afectos y sentimientos (y todo aquello que nos humaniza), el control de la información, todo por y para el Estado (y nada para el individuo), el riesgo de que los líderes adquieran demasiado poder...

Que está escrito por una mujer es algo que termina por reflejarse, cuando Karin Boye da voz, a través del suero de la verdad de su marido Kall, a Linda. Y es que no hay dictadura ni sociedad represiva que pueda manipular ni desnaturalizar la maternidad de las mujeres

Quizás le falta a este libro un pelín de intensidad emocional, de proximidad con los personajes, pero lo cierto es que la evolución de Kall está descrita con coherencia y bastante firmeza.

Como he comentado, no es una lectura que sorprenda, salvo si recordamos que está escrita en 1940 y que lo escribió una mujer, que además era fundamentalmente poetisa. Sus reflexiones prenden de una manera especial en el lector, al igual que la esperanza que se palpa en la lectura, esa fe inamovible en las personas, en las individualidades que nunca se dejarán arrasar por manipulaciones mediáticas. Jamás se conseguirá aniquilar el afán de libertad. Se podrá aborregar a mayorías, pero siempre habrá minorías que sigan soñando y luchando por la libertad de poder escuchar susurrar al viento. Y esas minorías, a veces, crecen en número, se van haciendo fuertes. ¿A qué me suena esto?

Sin duda una lectura recomendable y curiosa, que resiste muy bien el paso del tiempo. Si no a la altura de 1984, Un mundo feliz, Fahrenheit 451…, sí que está muy cerca. Una lectura ligera que deja un poso profundo. Por cierto, magnífica traducción de Carmen Montes, no en vano se llevó el Premio a la Mejor Traducción 2013 por este trabajo.