martes, 5 de septiembre de 2023

La mercancía más preciosa (Jean-Claude Grumberg)

 


"Eso es la única cosa que merece existir en las historias y en la vida verdadera. El amor, el amor ofrecido a los niños, a los propios y a los de otros. El amor que hace, a pesar de todo lo que existe y de todo lo que no existe, el amor que hace que la vida continúe"

Según la RAE, un cuento es una "narración breve de ficción". Y, según la misma RAE, ficción es "invención, cosa fingida". "La mercancía más preciosa" se autodefine como "un cuento", un relato breve... ¿de ficción?

Hay mucha literatura sobre la IIGM, el holocausto y los campos de exterminio. A mí nunca me parece suficiente, por mucho que se haya escrito. Creo en lo de que olvidar la historia es condenarnos a repetirla.

Grumberg opta por dos voces: la del narrador que está ficcionando una historia y la voz de la propia historia en sí. ¿Cuál es el objetivo? En el epílogo Grumberg niega la mayor: lo que cuenta no es una historia verdadera. Usa la acumulación por si no queda claro:

"No hubo trenes de mercancías atravesando los continentes en guerra para entregar urgentemente esas mercancías tan perecibles. Ni campos de reagrupamiento, ni de internamiento, ni de concentración, ni tampoco de exterminio. Ni familias dispersadas en humo al término de su último viaje. Ni cabellos cortados, recuperados, embalados y después despachados. Ni el fuego, ni la ceniza ni las lágrimas, nada de todo esto es verdad"

El texto sigue llenos de "Ni..."

No, nada.

La ironía es evidente, más aún si tenemos en cuenta que el padre y el abuelo de Grumberg fueron detenidos y deportados en París delante de él. Su intención es inequívoca: luchar contra la ceguera y el olvido a través de, vamos a llamarlo así, una ficción verdadera y real que ponga en la picota a los negacionistas y a los ciegos (de mente).

¿Es un cuento "La mercancía más peligrosa"? Sí, lo es. ¿Podría leerlo un niño? tal vez, pero seguro pueden leerlo adolescentes como una forma de conocer la historia, la verdad, sin que se les ponga el corazón como un puño ni aterrorice. Así que también está al alcance de esos adultos y experimentados lectores que huyen de la temática del holocausto porque "ya la vida es bastante dura".

No es fácil contar la verdad sin asustar. Creo que exactamente ese es el mérito de este cuento en el que al final lo que prevalece es la fuerza del amor a los niños. La vida por encima de la muerte. Pero va más allá de eso. Si quieres ir más allá, claro.

Grumberg me ha parecido un narrador excelso, no es sencillo hacer un cuento sobre el horror del holocausto y plantearlo casi como un cuento de hadas pero, a la vez, no ocultar la realidad. Los recursos utilizados (la voz del narrador "externo", la ironía, la despersonalización, los elementos fantásticos...) están tan bien ensamblados que cumple su objetivo a la perfección. Proporcionar alivio sin distraernos de lo espeluznante y la maldad.

Nos cuenta tal vez algo improbable pero lo hace como si estuviera todo el tiempo advirtiéndonos: "ficción, eh, es ficción" (guiño, guiño, guiño). Qué parte es ficción y qué parte es realidad está en manos del lector. Grumberg hace su tarea y la hace muy bien, "La mercancía más peligrosa" es una pieza de orfebrería, delicada y sutil. Y con algo que me parece vital, que es que el lector tiene que poner de su parte: quedarse en la superficie (en el "cuento de hadas") o plantearse cuestiones varias sobre la memoria histórica y sobre la ficción y la realidad.

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