Traductor: Enrique Sordo
Páginas: 256
Publicación: 1962 (1965)
Editorial: Edhasa
ISBN: 843501536X
Sinopsis: La novela narra la historia de Natalia, la "Colometa", una mujer que representa a muchas otras a las que les tocó vivir un periodo de la historia de España especialmente duro y cruel: la Guerra Civil y la posguerra. Al igual que otras mujeres, Colometa verá partir y morir a sus seres queridos, pasará hambre y miseria y se verá muchas veces incapaz de sacar adelante a sus hijos. Hundida en un matrimonio que no le proporciona felicidad y unida a un hombre egoísta, Natalia renuncia a su propia identidad cediendo todo el protagonismo a su esposo, aceptando los convencionalismos de una época. Pero la vida y las circunstancias de la época obligan a Colometa y al resto de los personajes a crecer, a transformarse.
Hace tiempo que quiero releer algunos libros para poder llevarlos directamente a mi sección de prefes y hacerlo con argumentos actualizados. La plaza del Diamante era uno de ellos. Así que crucé la calle, fui a la biblioteca y cogí no uno, sino dos, dos libros de Rodoreda, porque tengo una mano muy alegre y una biblioteca demasiado cerca. Y por cosas del destino y/o las casualidades y el coincidir. Pero primero, releer.
La Julieta vino expresamente a la pastelería para decirme que, antes de rifar el ramo, rifarían cafeteras; que ella ya las había visto: preciosas, blancas, con una naranja pintada, cortada por la mitad enseñando los gajos. Yo no tenía ganas de ir a bailar, ni tenía ganas de salir, porque me había pasado el día despachando dulces, y las puntas de los dedos me dolían de tanto apretar cordeles dorados y de tanto hacer nudos y lazadas. Y porque conocía a la Julieta, que no tenía miedo a trasnochar y que igual le daba dormir que no dormir. Pero me hizo acompañarla quieras que no, porque yo era así, que sufría si alguien me pedía algo y tenía que decirle que no.
Así empieza el libro. Y cuando has leído las cinco primeras páginas, el primer capítulo, te preguntas ¿cómo puede volar ya tan alto Rodoreda? Y crees que no podrá mantener el vuelo durante todo el libro. Pero sí. Lo hace. Vuela, planea, gira, cambia, revolotea, se desliza sobre el cielo literario sin perder ni un ápice de altura. Azul. El cielo azul. Arriba, arriba. Muy alto.
Recordaba sensaciones de este libro, entre ellas una que volví a sentir ipso facto en cuanto empecé a (re)leer: la sensación de que Rodoreda me sentaba a su lado, arrimaba sus labios a mi oído y empezaba a contarme la historia de Colometa, como si una abuela contara a su nieta un cuento. Una historia. Entre susurros, como la caracola que Colometa se arrima a su oreja para escuchar el mar. Así me contó, otra vez, Rodoreda. Y pasaba su brazo por encima de mis hombros. Y yo queriendo escucharla, una y otra vez, sin poder/querer levantarme, casi cerrando los ojos.
Colometa, diminutivo de coloma, en castellano significa palomita. No es casual, como nada lo es en este magnífico libro. Porque Colometa no se llama así. Su nombre es Natalia. Nace Natalia, la convierten en Colometa y volverá a ser Natalia. Será el Quimet quien la rebautice, llamándola Colometa. El Quimet, que escoge a Natalia para casarse con ella. No será ella quien escoja, aunque crea hacerlo. Y ahí, en ese preciso momento, Natalia empieza a ser anulada. Pero ya lo sabemos desde el minuto cero: ella era así, sufría si alguien le pedía algo y tenía que decirle que no. Sumisión se llama. Y otras cosas. Y tú diciéndole ¿dónde vas con el Quimet, Natalia? Porque lo ves venir, y sufro como nadie cuando una persona se desdibuja, se anula, no es quien en verdad es. Cuando se pierde la esencia de quien se es.
Y la señora Enriqueta me había dicho que teníamos muchas vidas, entrelazadas unas con otras, pero que una muerte o una boda, a veces, no siempre, las separaba, y la vida de verdad, libre de todos los lazos de vida pequeña que la habían atado, podía vivir como habría tenido que vivir siempre si las vidas pequeñas y malas la hubieran dejado sola. Y decía, las vidas entrelazadas se pelean y nos martirizan y nosotros no sabemos nada como no sabemos del trabajo del corazón ni del desasosiego de los intestinos.
¿Es malo el Quimet? Esto de si alguien es bueno o malo, que si el bien, que si el mal, siempre me recuerda a Dostoievski (“El bien es conveniencia, el mal es elección”). ¿Qué es la maldad? Creo que la moral es algo personal, que nace de la persona, y por lo tanto el concepto del bien y del mal también lo es. Personal. A veces el mal se disfraza del bien, y al revés. No siempre es fácil distinguirlos. Y muchas veces conviven (incluso dentro de la misma persona). Posiblemente en esa moral, absolutamente personal, pesen muchas cosas, ahí está la losa de la educación judeo-cristina para dar fe. No. Quimet no es malo. Es egoísta. Y es hijo de su tiempo, de su educación, de su madre. Es hijo del daño pernicioso y nocivo que hacen algunas ideas, la (mala) educación, ciertos valores. Hijo del mal. Si unes a un hombre así con una mujer como Natalia, Colometa, tenemos a una mujer destrozada de forma sibilina y silenciosa. Absolutamente desmembrada. Da miedo. Pero es así. Y hablo de personas, aunque diga hombres y mujeres.
Y si todo esto sucede además en torno a la Guerra Civil y la posguerra entonces el panorama es absolutamente demoledor. Y nos lo cuenta Mercè Rodoreda, no lo olvidemos, de una forma magistral. Con una escritura sencilla, sí, casi infantil de tan tierna, llana, directa, cercana, dulce, sensible. Pero también como si en ese brazo que te pasa por los hombros su mano sujetara una afilada y fina cuchilla hecha de aire y fuera rasgando poco a poco tus venas. Y sangras.
Y se empezaron a oír unas voces que venían de lejos, como si saliesen medio apagadas de gargantas cortadas, de labios que no podían decir palabras.
Lo que esta mujer hace con el lenguaje, con las palabras, es grandioso. Qué arte. Con esos símiles, esa simbología y esas frases cortas pero incisivas que crean imágenes taaaaan contundentes… sientes, sientes a Colometa. Te asomas a su alma. La ves, su inocencia, su candidez, su ternura, su sensibilidad, su acatamiento. Su lucha. Su dolor. Y te desgarra. Porque su historia es una historia cruda. Crudísima. Y sin embargo no hay sensiblería en la forma de contarlo de Rodoreda, no hay fullerías ni engañifas, sólo palabras colocadas y combinadas de forma precisa y coloquial para sentir lo que (y cómo) siente y vive Colometa, sentir incluso que eres capaz de ir con ella, de ser ella yendo a comprar aguardiente y matar a sus hijos y matarse a ella misma.
Y por fin entendí lo que querían decir cuando decían que una persona era de corcho… porque yo era de corcho. No porque fuese de corcho sino porque me hice de corcho y el corazón de nieve para poder seguir adelante, porque si en vez de ser de corcho con el corazón de nieve hubiese sido como antes, de carne que cuando la pellizcas te hace daño, no hubiese podido pasar por un puente tan alto y tan largo.
Y las putas palomas. Que te asfixian. Te angustian. No, Colometa no es rebautizada así por casualidad. Nada es casual en esta ingeniería literaria magnífica y perfecta que construye Rodoreda; todo está en su sitio, las imágenes, las frases, las palomas, los huevos, el embudo, el cuadro de las langostas, las luces azules, la caracola, la columna, la balanza… tanta simbología, tan transparente, tan bien cimentada, combinada y entretejida. Majestuosa y espléndida Rodoreda.
Y sentí intensamente el paso del tiempo. No el tiempo de las nubes y del sol y de la lluvia ni del paso de las estrellas adorno de la noche, no el tiempo de las primaveras dentro del tiempo de las primaveras, no el tiempo de los otoños dentro del tiempo de los otoños, no el que pone las hojas a las ramas o el que las arranca, no el que riza y desriza y colora a las flores, sino el tiempo dentro de mí, el tiempo que no se ve y nos va amasando. El que rueda y rueda dentro del corazón y le hace rodar con él y nos va cambiando por dentro y por fuera y poco a poco nos va haciendo tal como seremos el último día.
Vuela Colometa, vuela. Porque al fin, no es sólo una historia de sumisión, inseguridades, frustración, angustia, miseria, humildad, pobreza, guerra y posguerra. Es, también, la historia de una mujer que se libera. Imprescindible y realista, un soberbio testimonio de una época y una mujer. Una heroína con una fuerza inusitada, que sin ruido ni algarabía ni militancias no se doblega ante nada. Dignidad se llama. Y así, hubo, y hay, muchas mujeres. Vuela Natalia, vuela.
Respiré como si el mundo fuera mío.
Y yo aplaudí como si no hubiera mañana.
Una relectura en la que una y otra vez vuelves a apreciar la riqueza y el esplendor de este libro, encontrando nuevos matices, nuevos sentidos, nuevas imágenes, nuevos simbolismos. Un universo. El universo de Rodoreda. Con qué gusto, con qué ganas, con qué placer, me llevo por fin este libro a la sección de joyas, ¿dónde mejor iba a estar un diamante así?
He de ir a la plaça del Diamant. Y darle un abrazo a la Colometa. Por la espalda. Palabrita de Ana Blasfuemia. Algún día, algún mes, algún año, alguna vida.
Inolvidable la historia. Tuve la suerte de toparme con una primera edición, que guardo como un tesoro.
ResponderEliminarBesos
Inolvidable. Y es que cuando algo se cuenta taaaaan bien como lo hace Rodoreda... ¡Una primera edición!... es un tesoro, sin duda, que en tu caso está en buenas manos ;)
EliminarUn abrazo
¡Uf, Ana, qué intensidad, qué fuerza! No he leído tu entrada, la he devorado y salgo de ella aturdida como se sale de un sueño profundo. Casi me dejas sin palabras, si no fuese porque necesito decirte sin remedio que me quito el sombrero y hago una profunda reverencia. Ana, cuando ya pienso que me has sorprendido todo lo que me podías sorprender, llegas tú y me sacudes de esta manera. Magistral, no puedo decir nada más.
ResponderEliminarAnda Beatriz, que ya me parecía a mí que estabas tú muy... intensa :) El libro es magnífico, no lo dejes pasar. Literariamente es de esos libros en los que te das cuenta de cuántos elementos, cuántas piezas, maneja un autor. Y Rodoreda lo hace genial, de quitarse el sombrero y hacerle la ola.
EliminarQue conste que yo me aburro un poco a mí misma, así que me sorprende que te sorprendas conmigos ;)
Un abrazo
Hola, Srta. Blasfuemia
ResponderEliminarRodoreda volaba alto porque era toda una dama de las letras poseedora de una pluma magistral y una utilización del lenguaje realmente exquisito, de una elegancia fuera de lo común. Supongo que el otro libro que te has cogido de la Biblioteca, que no lo dices, será el también maravilloso “Espejo roto” o quizá “Aloma”; tiene varias novelas muy recomendables (ahora mismo no sé cuántas de ellas traducidas al castellano, esas tres seguro…) pero la gente solo la recuerda por esta, en todo caso me alegro muchísimo que la reivindiques como merece porque como te lee mucha gente seguro que a alguien le apetece descubrirla… y seguro que no se arrepentirán!!!
*Justo ahora se representa en Barcelona una obra teatral (se han hecho varias versiones a lo largo de los años), ¿sabes quién hace el papel de Colometa? pues la mismísima Lolita Flores, todo un reto para ella en un papel bombón. Bueno, para mí la Colometa siempre tendrá los rasgos físicos de Silvia Munt en la adaptación al cine que hizo Francesc Betriu (1982)…
** Paso muchas veces por la Plaça del Diamant, está en el barrio de Gràcia uno de los más bonitos de la ciudad. Seguro que te gustará pasear por sus calles...
Vuela Anetta, vuela.-
Caballero Krust: Una dama de las letras, cierto. Lo que más me fascina es que transmite como con una facilidad a la hora de contar las cosas que te deja boquiabierta al comprobar que detrás de ese contar aparentemente sencillo hay todo un entramado, lleno de símbolos, recursos, imágenes, todo ello de una profundidad maravillosa. Leer a Rodoreda es tener que releerla, sin duda, porque siempre vas a descubrir algo nuevo, matices, colores, miradas, símbolos... No, no es ninguno de eso libros que mencionas, pronto lo verás, aunque seguiré con Rodoreda, pero le daré un descanso, que no es normal que me lea dos libros seguidos de la misma autora.
EliminarNadie puede arrepentirse de leer a Rodoreda si sabe lo que vale un peine :)
*Lo he visto, pero estoy contigo: Colometa es Silvia Munt (que facciones más personales). No sé, no me imagino a Lolita Flores de Colometa. El papel es un lujazo, desde luego. Pero me sorprende que la hayan elegido a ella. Que ya se verá, lo mismo lo borda, oye.
** Por las fotos que he visto la Plaça del Diamant tampoco es muy allá, pero el barrio de Gràcia... Seguro no, segurísimo Krust, que me encantará pasear por esas calles.
(No sabía cómo se decía mi nombre en català. Me gusta. Mucho. Y vuelo, bueno, volaré, ahora mismo tengo las alas un pelín... hechas un cisco :) Se recuperarán.)
Un abrazo
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EliminarNo la he leído, es una de esas novelas que quiero leer pero en su momento justo. Muy buena reseña, has incrementado mi curiosidad por esta obra. Besos
ResponderEliminarQuien ame la literatura ha de pasar por este libro. Hay libros que son necesarios leer. Este es un de ellos.
EliminarUn abrazo
¡Uf, qué buenísima reseña, Ana! Siempre he tenido pendiente la lectura de este libro, pero ahora se me hace ya imprescindible después de leerte.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Buenísimo es el libro. Creo que a quien le guste leer, incluso escribir, tiene que pasar por Rodoreda.
EliminarUn abrazo
Cómo se nota leyéndote que te ha gustado! =)
ResponderEliminarMe lo llevo (cómo no...).
Besotes
Me ha gustado, me ha gustado. Es literatura. De la buena.
EliminarUn abrazo
En esta coincidimos al 100%. La leí hace muchos años, y en catalán, y quede enamorada de La Colometa. Luego leí otras más de la autora, como "El carrer de les Camelies" (La calle de las camelias) donde hay otro personaje femenino que también te roba el corazón: Cecilia Ce. Rodoreda fue una escritora magnífica, de las mejores que hemos tenido en las letras catalanas, con unos personajes magníficos que te roban el corazón.
ResponderEliminarBesos!
Me imaginaba que este libro lo habrías leído :) Qué suerte leerlo en el idioma original, estuve tentada, no te creas, pero estoy segura de que se me escaparían muchas cosas. Y la traducción lo cierto es que es buena. Con ese estoy, con Cecilia ;) De las mejores escritoras sin duda. Y hay buenas, muy buenas, autoras catalanas. Construye unos personajes femeninos totalmente fascinantes.
EliminarUn abrazo
Pues no soy nada de Mercè Rodoreda y eso que tengo el privilegio de leerla en versión original. Pero reconozco que "La plaça del diamant" es un clásico de las letras catalanas, sin duda. Esta Colometa es un personaje único, muy bien descrito el pie que calza por tu estupenda reseña, Ana (totalmente de acuerdo). Me pareció ver el otro día que Lolita la estaba representando en el teatro. A mí me perdonaréis, pero donde esté el libro...
ResponderEliminar¿No? ¿NO? ¿No eres nada de Mercè Rodoreda¿ :( A mí me parece una autora increíble, su forma de escribir es especial, sencillo por fuera, complejo por dentro. Dessde luego es un privilegio leer siempre en versión original, y en este caso seguramente más. ES un clásico, sin duda. Y Colometa una mujer increíble, con ese matiz importante de reivindicarse de esa forma sin estridencias, cuando además en la literatura de ese contexto y esa época se tiraba tanto a hacer heroínas en plan revolucionario. Sí, viste bien, Lolita. Ya lo comentamos por ahí arriba. A mí no me pega. Y Silvia Munt hizo una muy buena Colometa en la serie.
EliminarUn abrazo
Me recuerda a lecturas del colegio, no sé por qué. Lo de la relectura de favoritos es deporte de riesgo que puede acabar en desilusión, a veces cuesta enfrentarse a. Esa posibilidad, me alegra de que te haya salido bien. Me gusta mucho que de forma sencilla se cuenten bellas historias. Si no fuera porque la época me supone un esfuerzo extra lo pondría en los primeros puestos. Va a la lista.
ResponderEliminarBesos
Besos
Sí, puede que fuera de esas lecturas obligatorias. Yo no la recuerdo como una lectura que me metieran con calzador, pero quizás fuera porque me gustó muchísimo ya en su primera lectura. Es verdad que releer es un deporte de riesgo y como me gustan ambas cosas (deporte y riesgo) suelo hacerlo con cierta frecuencia pese a la cantidad de libros que tengo siempre pendiente de leer. Pero no suelo tener decepciones en cuanto a relecturas se refiere, la verdad, más bien al contrario, suelo sacarle más jugo. La sencillez con la que cuenta la historia es sólo apariencia, es un libro literariamente hermoso por todos los recursos que utiliza. La época es la que es, pero lo que cuenta es atemporal.
EliminarUn abrazo.
Otro :)
Le di una oportunidad hace años y no sé si no lo acabé porque no era mi momento o porque no era mi libro.
ResponderEliminarUn beso.
mmmmm No sé que decirte. A mí me resulta difícil que este libro no se aprecie como uno de los grandes de la literatura... Quién sabe, tal vez volváis a encontraros.
EliminarUn abrazo
Yo también lo leí hace años y opino lo mismo que tú. No me da la vida para releer casi nada, aunque debería conocer más a la autora y ya estoy tardando. De todas formas, tú me has trasladado otra vez a aquella azotea, a aquella ingenuidad, ternura y mirada poética de la Colometa. Un personaje entrañable.
ResponderEliminarUn abrazo
Suelo dejar un hueco para relecturas. No tantas como quisiera. Hay tanto para leer. Pero no me duelen prendas para volver a ciertos libros. Al contrario, los redisfruto, descubro cosas nuevas... Leer a Rodoreda es sumergirse en el universo Rodoreda, sus protagonistas femeninos son increíbles. Colometa es un personaje de los que se queda en el corazón lector, sin duda.
EliminarUn abrazo
Pues no lo conocía pero me has dejado con muchas ganas de descubrir esta joya
ResponderEliminarBesos
¿No lo conocías? Me dejas boquiabierta :P Ya estás tardando ;)
EliminarUn abrazo
Ohhhhhhhhhh!! Rodoreda, tan tierna, tan naïf y tan profunda. Como su lectura es tan fluida, parece que escribir así es sencillo, que sale como si nada, pero no, su narrativa es intimista, llena de palabras, de símbolos, que parece, como bien dices, que se seinte a nuestro lado y nos hable con esa especie de monólogo interior para “contarse y contarnos”.
ResponderEliminarEl Quimet es un hombre de su tiempo, con fuertes convicciones en lo ideológico pero poca práctica progresista..
Si quieres seguir por Rodoreda, te recomiendo Mirall trencat (Espejo roto). Landero es un autor que me recuerda también a Rodoreda, por lo intimista de su relato. Ahí lo dejo...
La cita de Eduardo Galeano. No la conocía, me ha gustado mucho. Es verdad, todos tenemos nuestra luz, unos pequeñita, dicreta, otros “arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.". Pero la que más me ha gustado es la que está en la foto: Si me caí, es porque estaba caminando. Y caminar vale la pena, aunque te caigas. Infunde ánimo... Gracias.
PD. La Plaça del Diamant no es nada del otro mundo, no es muy bonita, está en el corazón del barrio de Gràcia de Barcelona.
:D Sabía que te gustaría encontrate a Rodoreda por aquí. Y sigo con ella, no te digo más. A mí también me llamó la atención (lo sigue haciendo) cómo detrás de esa escritura aparentemente sencilla, y tan cercana, incide en tantos elementos, tan profundos, tan incisiva, con tantísima simbología, y sin embargo tan transparente. Es una escritura, la suya, muy rica y llena de matices. El Quimet es hijo de su tiempo, sin duda. Y aún hay unos cuantos a día de hoy...
EliminarAnoto espejo Espejo roto que también menciona Krust por ahí arriba, aunque tendré que darle descanso, que no es normal que me lea dos libros seguidos del mismo autor. Landero, ya. Pronto ;)
Galeano... me ha dejado apenada. Y el mismo día Günter Grass, del que siempre recordaré su inolvidable El tambor de hojalata. Pero Galeano es especial para mí desde hace muchos, muchísimos años. Hacen falta personas como él en este mundo.
Sí, ya he visto por fotos que la Plaça del Diamant en si no es nada del otro mundo. Es por la estatua de la Colometa.
Un abrazo y gracias a ti.
Entrevista con Mercè Rodoreda en la que hablan de la novela: http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-plaza-del-diamante/plaza-del-diamante-entrevista-escritora-encuentros-letras/457550/
EliminarGracias ti, por tus reseñas y por compartirte a través de ellas.
¡Gracias! Vengo de ver la entrevista, me ha encantado oírla y verla en movimiento (¡y fumando!) y saber que la idea del baile viene de que a ella no la dejaban bailar... Cuántas cosas del autor acaban apareciendo en lo que se escribe...
EliminarUn abrazo
Al leer el título me dije que el nombre me sonaba de algo, pero no puedo recordar de dónde... De cualquier forma me tienta, me tienta muchísimo, por lo que cuentas y cómo lo cuentas, me alegra que esta relectura te hiciera tan feliz y gracias por compartirlo :)
ResponderEliminarBesos.
Por aquí es un clásico. Hace porrón de años se hizo una serie que tuvo mucha fama. Para mí es un libro imprescindible, con muchísimo jugo, como lectora y como persona a la que le gusta escribir.
EliminarUn abrazo
Recuerda a las famosas trece rosas, testimonio de lo que se vivió en la época aunque lo que más me atrae es sin duda tu experiencia lectora y la manera de sentir y transmitir en la reseña tus impresiones. Desde luego que lo leeré, buscando sentir lo mismo. Es difícil conseguir lo que cuentas en una historia a priori tan conocida por todos, tan visitada y revisitada, conseguir que a las cinco páginas el relato tome altura. No sé si es hablar de más pero hay cierto trasfondo Müller en tus sensaciones. Ve a la Colometa en la Plaza ,ahí acaba la relectura y desde allí, quizás, la comiences una vez más. El presi anotando.
ResponderEliminarPresi presi... Mira que no haberme leído todavía La plaza del diamante. Si es que tienes que leer autores más cercanos geográficamente... Literariamente es fascinante, ya lo verás. Y es uno de los mejores libros en cuanto a época y contexto histórico. Diferente. Nada que ver con Müller, Rodoreda, sí en cuanto a la simbología, pero la de Müller es muchísimo más compleja, más... no sé si decir oscura. La de Rodoreda es más sutil, y a la vez más transparente. Iré, iré. Algún día, algún mes, algún año... alguna otra vida ;)
EliminarUn abrazo
Pronto, pronto que ya sabes que yo soy muy bien mandado.... venía a ver qué te había parecido la comparación Mulleriana y veo que la he cagado jajajajaja pero al menos me queda claro qué me voy a encontrar, algo sutil y transarente y me atrae igual, no te creas, no todo tiene que ser duro de pelar. Estoy desentrenado, tuve que editar el comentario porque cometí una falta de ortografía garrafal, no te digo cual que me da vergüenza, eso me pasa por tanto viaje. El presi desentrenado.
EliminarA ver, Rodoreda escribió también desde el exilio. Luego hay elementos comunes en ambas autoras, pero los elementos que manejan, dentro del uso del simbolismos, es distinto. Rodoreda lo disfraza de... cercanía, de coloquialismo, de un lenguaje aparentemente sencillo. Pero luego construye mucha simbología con todo ello y con las imágenes a las que recurre. Ya me contarás. Mejor no me digas la falta de ortografía, que me dan grima :P
EliminarUn abrazo
Una obra imprescindible, me encantó. Y la plaza es preciosa.
ResponderEliminarBesos.
Lo es. Absolutamente imprescindible. La Plaça del Diamant no parece nada del otro mundo. Pero claro, está Colometa y eso ya la hace especial.
EliminarUn abrazo
Cada vez que publicas una reseña, descubro a un autor/a nuevo. Muchas gracias por la reseña, guapi
ResponderEliminarBesos
Cualquier lector que además de amar los libros ame la literatura tiene que pasar por Rodoreda. No digo más y lo digo todo.
EliminarUn abrazo
No consigo pensar en esta novela sin recordar a Silvia Munt en aquella serie de tv de hace unos cuantos añitos. No creo que haya cara que represente mejor esa sumisión de la que hablas. En fin, será cuestión de rescatarla otra vez. Abrazos.
ResponderEliminarEs que Munt hizo muy buen papel, además esos rasgos de la cara de Munt le daban más empaque aun a la Colometa. Ya veremos qué tal lo hace Lolita, pero no la veo, no... Rescata, que hay rescates que merecen la pena.
EliminarUn abrazo
Qué bonita reseña! Y me recuerdas que tengo pendiente este libro desde hace muuucho tiempo. Ya va siendo hora de que me anime.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues sí, ya va siendo hora, aunque tu lista de pendientes da vértigo.
EliminarUn abrazo
De aquí sí que me quedo, a parte de con tu sentida y reflexiva opinión, con esas citas que has escogido de la obra. ¡Sí que escribe bien Rodoreda! Aunque al principio no veía esta historia muy de las mías, al final me he quedado con dudas. Un beso =)
ResponderEliminarEs que en este caso Rodoreda arrasa con todo, sólo con poner citas y citas del libro ya bastaría. Escribe magistral, hay tanta riqueza en su escritura. No sé, yo creo que te gustará, pero siempre me creo que hay libros que deberían gustar a todo el mundo....
EliminarUn abrazo
SE nota que has disfrutado con su lectura. No me importaría darle una oportunidad.
ResponderEliminarHe disfrutado con la relectura. Y otra vez lo releyera, otra vez lo disfrutaría. ¿Una oportunidad a Rodoreda? Es una obligación leerla :P
EliminarUn abrazo
En cuanto he visto en el lateral el título que nos traes hoy me he frotado las manos anticipadamente porque estaba bastante segura de lo que iba a encontrarme y de que iba a disfrutar con esta reseña.
ResponderEliminarY sin embargo... ¡¡no he leído el libro!! Imperdonable porque lleva pendiente dentro de mi cabeza un montón de años, segura de la joya que es. ¿Por qué entonces no he ido corriendo? Pues supongo que porque es de esas cosas que sabes que siempre va a estar ahí para echarle mano cuando quieras y dejas que gane la curiosidad por lo nuevo.
Tengo la historia de Colometa clavadita en el corazón desde hace muchos años, acabo de buscar en google para descubrir que son más de 30 lo que han pasado desde que TVE nos ofreció la serie basada en esta novela. Me gustó muchísimo y siempre tuve como un deber inexcusable leer la novela de Rododera, pero entonces quise dejar pasar un tiempo y mira como ha corrido el tiempo.
Hoy te leo y vuelven igual de frescas las sensaciones y emociones y asiento con cada una de tus frases porque me reconozco en ellas perfectamente. Recuerdo con toda claridad mi primera incomprensión ante la actitud de Colometa, mi antipatía y rechazo hacia Quimet y como poco a poco acabas entendiendo a una y a otro y como acabas calada hasta los huesos por la fuerza de la historia.
Te agradezco mucho el recordatorio porque creo que ya va siendo hora de que me de el gustazo de LEER esta joya.
bESOS
Anda! ¿No has leído el libro? Aunque entiendo ese dejar un libro ahí, a la espera, como un maravilloso regalo del que disfrutas ya teniéndolo ahí, sin abrir, sabiendo que el contenido será especial. Ya la espera lo es.
EliminarLa serie es que era muy buena, y Munt, ya lo comentamos por ahí arriba hizo una muy buena Colometa. No sabía que habían pasado tantos años, pero tengo la sensación de que hubo reediciones ¿no? No me hagas mucho caso, tengo memoria de pez.
Sí que ha corrido el tiempo, sí.
Cuando lees el libro es más fácil comprender a Colometa, pero ya sabes, los libros siempre contienen matices que en pantalla son difíciles de transmitir. La que te cala es Colometa, sin duda. Qué gran personaje.
Ya va siendo hora, sí.
Un fuerte, fuerte, abrazo.
Tomo nota de inmediato...no conocía el libro. Ayer...un día muy apropiado para reseñarlo.
ResponderEliminarHay libros que nos despiertan y otros que son despertadores de antiguo que nos hacen sentir tan bien...como las relecturas. De algún modo viajamos en el tiempo ara encontrarnos con quienes somos, pensamos y/o queremos llegar a ser.
Los fragmentos que nos has puesto del libro son preciosos...
Un placer pasar por aquí...¡¡qué tengas un precioso día!!
¡Pero bueno! Se me hace tan raro que no se conozca este libro... Fíjate, no había caído en la fecha, y eso que fue deliberado dejarlo para el martes en lugar del lunes. El destino y sus jugadas. Es cierto que hay libros que al releerlos te hacen viajar en el tiempo al momento en el que lo leíste, en este caso no tanto, absorbida por lo que iba redescubriendo y descubriendo como si fuera la primera vez.
EliminarUn abrazo
Leí esta novela en la universidad y, al igual que en el caso de "Nada" de Laforet y unas cuantas más, sobre todo de Delibes, me sorprendió que la censura de la época permitiese su publicación. La crítica social en estas novelas es increíblemente dura. Recuerdo que me gustó muchísimo, me abrió los ojos a un machismo que desconocía por completo viniendo de otro tipo de sociedad. Creo que también debería releerla.
ResponderEliminarbesos
La censura era implacable. Pero también tonta. Y no sabían leer. Mecánicamente sí, leían, pero no entendían lo que leían. Ahí Rodoreda era muy lista, con ese escribir tan coloquial les daría el pego...
EliminarMerece la pena releerla, en serio.
Un abrazo
¡Qué ganas tenía de leer tu comentario sobre el libro!
ResponderEliminarAplaudo una y mil veces. Una obra como esta merecía una reseña como la tuya. Tenía un poco de miedo con el tema de la traducción, pero por lo que cuentas, creo que es bastante fiel a la esencia Rodoreda.
He disfrutado muchísimo repasando la historia desde tu mirada (azul), coincidiendo en tantas sensaciones y apreciando, al fin, qué forma tiene todo aquello que cuesta tanto expresar con palabras. Gracias mil, Ana.
¿Qué decir? Sabes que adoro a Rodoreda y a cada una de sus obras. Es incomparable. Brillante desde la primera palabra a la última.
¿Sabes que en el 60 presento esta maravillosa novela al premio Sant Jordi y el jurado (entre ellos Josep Pla) no le prestó la más mínima atención? ¡La joya que nos hubiésemos perdido!
Menos mal que ella, aunque resentida y herida en su orgullo, no cambió ni una sola coma pues creía que así debía ser la historia, que no podía contarse de otro modo, que no admitía ningún tipo de cambio ni en forma ni en contenido y que si alguna vez se publicaba sería tal y como la había escrito en su día, que por cierto, fue en el palomar de su casa materna, huyendo de su fracasado matrimonio. Un palomar azul, como el del libro.
Nadie debería dejar pasar una historia como la de La Colometa. Inolvidable para todo el que la descubra.
¿Te animas a pasear por La Calle de las Camélias? ;)
Un abrazo, fuerte, fuerte
Coño! Que me ha dado susto verte por aquí :)
EliminarUn comentario como el mío se queda muy, pero que muy, cortito para todo lo que contiene este libro. Aunque es de esos libros que agradecería poder leer en su idioma original, y hasta he estado tentada (que me dan a mí venas alocadas), creo que la traducción capta y transmite fielmente a Rodoreda.
Lo grande de esta historia y de cómo lo cuenta Mercè es que tiene tanto, tanto, en su interior que al releer descubría cosas nuevas. Y lo curioso es que al seguir leyendo otro libro de Rodoreda (página 74, avisada estás) me doy cuenta de que juega con muchas cosas una y otra vez, que colores, flores, imaginario femenino, está ahí una y otra vez. Y sin embargo aún utilizando los mismos recursos y otros nuevos, construye otro personaje y otra historia diferente. Como lectora que aprecia el juego literario, la construcción de un libro, me admira Rodoreda, sin duda.
Sabía lo que cuentas porque tengo la mala costumbre de acercarme al autor o autora que hay detrás de la obra, especialmente con algunos/as. Hay muchas obras que son grandes de la literatura que han sido rechazados inicialmente. Puede que en estos mismos momentos algún editor esté rechazando un libro que será un clásico de los años venideros. Pero es que hay pasos necesarios, y no siempre son lo que debieran de ser.
Página 74, ya te digo.
Un fuerte y sorprendido abrazo (¡¡¡Mis ojos son veeeerdes!!! ¡Verdes!) :P
Me alegro de que te haya gustado tanto. No sé si ahora es el momento para esta lectura, pero sin duda, me llevo tu recomendación. Un beso.
ResponderEliminarMe ha regustado :) Bueno, no sé si hay momento para leer obras maestras, sin duda, como todo libro, tiene su momento. Pero es un libro que hay que leer, sí o sí.
EliminarUn abrazo
La tengo esperando hace tiempo, Ana. Junto con Winterson se debate la próxima lectura. Parece un libro maravilloso, y así lo creía cuando me hice de un ejemplar.
ResponderEliminarUn beso grande.
Jajajaj, Rodoreda y Winterson en la sala de espera, juntitas... ¿de qué hablarán entre ellas?. Sería maravilloso un diálogo entre ambas :) Ya nos contarás.
EliminarUn abrazo grande
Libro que siempre me ha recomendado mi marido y me daba pereza. A partir de hoy me acercare mas a este libro. Gracias y un beso!
ResponderEliminarOjalá que además de acercarte a él lo leas y lo disfrutes.
EliminarUn abrazo
Amiga, hoy me traes una novela que no he leído pero que es muy especial para mí. Alguien hace unos cuantos años me insistía en que leyera unos cuantos títulos, este entre ellos. Cayeron casi todos (Orwell, Sábato, Laforet... tenía buen gusto el muy cabrón) pero este se quedó eternamente esperando. Hoy es una cuenta pendiente y el día que la lea será porque esté preparada para cerrar un herida vieja. Espero que sea más pronto que tarde.
ResponderEliminarBesos
Tenía, o tiene, buen gusto... Y las cuentas pendientes hay que saldarlas, si no por él, por ti ;) Cierra heridas y que cicatricen ;)
EliminarUn abrazo
No lo conocía pero después de leer tu reseña como para no llevármelo, un beso
ResponderEliminarPues ya va siendo hora. Un clásico al que hay que conocer. Sí o sí.
EliminarUn abrazo
Pues, egoístamente hablando, gracias por la relectura, porque gracias a ello lo he conocido y ese primer párrafo me ha dejado con ganas. Un beso!
ResponderEliminarEgoístamente hablando, lo he releído porque estaba deseandito traerlo aquí. No es la única relectura que tenía pendiente, tengo unos cuantos más que quiero comentar, pero como los leí hace tiempo necesitaba volver y poder argumentar desde el "ahora".
EliminarUn abrazo
Horror de horrores. No conozco el libro ni la autora, pero siendo como es una joya...¡apuntado queda! Muchas gracias Ana.
ResponderEliminarBesotes mil.
Cielos! Cada vez que alguien dice que no conoce (ni siquiera de oidas) este libro o a esta autora... un libro arde en alguna hoguera :P
EliminarUn abrazo
Pues éste es uno de esos casos en los que no he leído el libro, pero sí visto la película, que me encantó. Ni qué decir tiene que después de leerte me entran unas ganas tremendas de ir corriendo a buscarlo... Además, aunque de la autora sólo he leído un libro, "Espejo roto", y no recuerdo en absoluto su argumento, sí que recuerdo lo mucho que me gustó y, sobre todo, sorprendió porque a Mercé Rodoreda la tenía yo en mi clasificación de "autora plasta seguro", por supuesto sin base alguna, pero un buen día mi padre se dejó olvidado en casa "Espejo roto" y como no le iba a ver hasta bastante tiempo después se dedicó a insistirme en que lo leyera y sí, me encantó la autora. ¡Vaya rollo te he largado!
ResponderEliminarBesos.
Se hizo buena versión cinematográfica, Munt ya estaba curtida con Colometa :) Espejo roto ha sido el libro más recomendado en los comentarios, así que cuando vuelva a Rodoreda será con este libro. Rodoreda puede ser muchas cosas, pero plasta desde luego no. Bendito tu padre y sus olvidos ;)
EliminarDe rollito nada. Un abrazo.
Sinceridad ante todo. Lo que comentas del libro no me atrae demasiado, Ana. Sin embargo si que lo hace lo que tú cuentas de él bajo tus ojos. Esta vez será esa curiosidad la que me lleve a la lectura, el prisma del lector
ResponderEliminarBesos
Sinceridad ante todo: lo que me sorprende es que no hayas leído este libro todavía. Rodoreda es imprescindible en el mundo de la literatura, y La plaza del diamante recoge creo muy bien el espíritu de esta autora, su escritura, sus obsesiones, sus mujeres protagonistas... Lee, y cuéntanos ;)
EliminarUn abrazo
No soy tan valiente como tú. No soy proclive a las relecturas. Rara vez lo hago. Y no lo he hecho nunca cuando un libro me cala hondo. Es como si tuviese miedo de que al volver a leerlo no me llegara tanto, ya que indudablemente el momento y la persona que somos cuando leemos un libro influye en lo que de él nos llevamos. Tu reseña me ha encantado y el título me lo llevo apuntado. Ya te contaré.
ResponderEliminarBesos!!
No es cuestión de valentía cuando son relecturas que vas sobre seguro. Aunque el tiempo y el momento hace lo suyo hay libros que están por encima de eso y con la relectura aprecias más y mejor detalles que se te habían pasado por lectura. Ya nos contarás (y muy bien, seguro).
EliminarUn abrazo
De esta autora quiero leer Espejo Roto, que me lo han recomendado mucho mucho. Éste no lo conocía pero, ¡amiga!, qué pedazo de reseña has hecho! Dejas con ganas de más. Lo buscaré en la biblio, aunque creo que prefiero seguir la primera recomendación y luego la tuya, por orden de antigüedad, jejeje! Gracias por tu entusiasmo en la reseña, así da gusto. 1beso!
ResponderEliminarEspejo roto ya está en el ranking, ha sido el libro de Rodoreda más mencionado en los comentarios. Es un pedazo de libro, Tizire, seguro que lo tienen en la biblioteca, pongo la mano en el fuego y no me quemo. La antigüedad es un grado. Eso dicen. ;)
EliminarUn abrazo
Pues muy bien, yo de Rododera no leí nada y apenas tenía referencias de una amiga (a la que como le diga a estas alturas que ni me acordaba, me manda no a la plaza, sino donde pico el pollo). Supongo que relectura y apasionamiento en la reseña debe ser sinónimo de llevarse el título bajo el brazo y dando gracias. ¡Hecho!
ResponderEliminarUn abrazo
Cuida de las amistades. SI lees a Rodoreda dile que te has acordado de su recomendación y no quisiste dejarla pasar más ;) A mí me (re)gustó mucho, de hecho sigo con Rodoreda, tiene un algo muy atractivo, supongo que el perfil de mujeres protagonistas en sus novelas. Ya me/nos contarás.
EliminarUn abrazo
Hola Ana,
ResponderEliminarHe leído tu extensa publicación sobre la Plaça del diamant de Mercè Rodoreda, me ha gustado cómo lo explicas y realmente dan ganas de releer el libro.
El recuerdo que yo tengo del libro es asfixiante, la autora recrea perfectamente esa atmósfera que se crea en torno a Colometa y me han hecho sonreír tus palabras sobre las palomas, yo también pensé "malditas palomas" y creo que desde entonces no las soporto.
El barrio de Gracia dónde está situada la plaça del diamant es un barrio precioso, que se debe visitar y animo a visitarlo, pero yo no he encontrado nada especial en la plaça del diamant más que el recuerdo del espléndido libro que escribió Rodoreda.
Pero todo son opiniones, por supuesto.
Y Ana, respecto a tu interés en saber como sería tu nombre en catalán se escribe Anna con doble ene y si es un diminutivo sería Anneta como Anita en castellano.
Saludos y feliz día
Hola Conxita. Gracias por leer mi extenso comentario. No sé ser breve :( El libro tiene momentos realmente axfixiantes, especialmente con las palomas dichosas, aunque también otros. Aunque yo ya no simpatizaba con ellas de antes.
EliminarPor lo que vi por San Google la Plaça del Diamant no tiene, efectivamente, nada especial, más allá de lo que significa para mí, principalmente la estatua de Colometa. Iré. Lo sé. Hay cosas que sé. Pero no me quedaré allí sólo, claro.
Ya, investigué, Anneta es el diminutivo, como Colometa, pero no gustándome el diminituvo de mi nombre, en catalán me gusta un montón :)
Muchas gracias.
Un abrazo
Este si que lo conozco. Lo tiene mi madre en casa, a ver si me lo traigo y lo leo.
ResponderEliminarUn beso!
Tu madre sí que sabe :P
EliminarUn abrazo
He leído la novela, también Aloma, La meva Cristina i altres contes, Jardí cora el mar y no recuerdo si alguna obra más. Pero hace muchos años que los he leído, tengo el recuerdo de disfrutar con su escritura, delicada y exquisita y con sus historias. La plaza del Diamant es un poco decepcionante, no deja ser una plaza de barrio machacada por la dejadez y la especulación en ciertos momentos de su historia cuando Gràcia se puso de moda.
ResponderEliminarAbrazos!!
Yo acabo de terminar La calle de las Camelias, y con ganas de acercarme al Espejo roto tan recomendado por aquí, aunque dejaré pasar un tiempo, que ya es raro que me lea dos libros seguidos del mismo autor o autora. Rodoreda era una escritora exquisita, sin duda, arma las historias manejando una gran cantidad de elementos y sin embargo al lector le llega con una engañosa facilidad. Marvillosa.
EliminarLa plaça del Diamant sólo me interesa por la Colometa ;)
Un abrazo
Jardí vora el mar, perdón!!
ResponderEliminarEnorme Mercè Rodoreda. En Catalunya se hizo muy popular por la serie de televisión -creo que con Silvia Munt- de protagonista. De jovenzuelo tuve que leer en el instituto, Aloma, y me pareció fascinante su manera de escribir. De hecho siempre he asociado Aloma con Nada de Carmen Laforet.
ResponderEliminarAutora claramente a reivindicar.
Es una grande ¿verdad?. Silvia Munt, en efecto, no he podido evitar al releer el libro poner su cara a Colometa. Curiosa relación entre Aloma y Nada, otro clásico necesario...
EliminarEste es un espacio muy pequeño para reivindicar a Rodoreda, pero aquí queda mi granito de arena.
Un abrazo
Qué entrada tan bonita te ha quedado!!
ResponderEliminarRodoreda es una de mis escritoras favoritas y, por supuesto, me encanta "La plaça del diamant". ¿Has leído alguno de sus cuentos? Son maravillosos.
Yo estuve en la plaza, y lo recuerdo como algo muy especial:el paseo hasta allí, la llegada, la escultura...
Abrazo!
Gracias Zamarat. No he leído ninguno de sus cuentos, todo llegará. Me he pedido una vida extra para que me de tiempo a todo.
EliminarJo, yo quisiera que fuera así, aunque sé que la plaça no es gran cosa: el paseo, la llegada, la escultura...
Un abrazo
Es una de mis escritoras favoritas. Toda la novela está llena de psicología. Y las palomas son odiosas contribuyen a ese agobio atmosférico que sufre la pobre Colometa. Que buena reseña, buenísima. Me ha hecho recordar todo lo que desprende La Plaça del Diamant. También leí Aloma hace mila años, y recuerdo a la protagonista y todo, pero La Plaça del Diamant es tan grande.
ResponderEliminarUn beso guapa y gracias por traerme los detalles de la novela a la memoria.
Qué gran escritora ¿verdad?. Me leí otro libro suyo seguido de este, pronto lo traeré por aquí. Es profunda, mucho. La Plaça del Diamant es muy grande, tanto que con la relectura crece más. Y sé que cuando vuelva a releerla otra vez me crecerá entre las manos.
EliminarDemos las gracias a Rodoreda ;)
Un abrazo
Hola Ana, en primer lugar felicitarte por la maravillosa reseña que has hecho de este libro. Y en segundo lugar, es que este libro me gustó muchiisimo, y aún conservo la sensaciones que me produjo al leerlo, tristeza, congoja, por lo que vive Colometa, y sobre todo recuerdo la sensación angustiosa que está presente el todo el libro, el grito interno que guarda durante mucho tiempo y que finalmente emite, con todo el dolor que conlleva. Me encanta como escribe esta autora. Igual de bueno como este o incluso mejor es Espejo roto. Es que MERCEDES RODOREDA, así con mayúsculas por lo grande que es, te hace sentir las sensaciones que experimentan sus personajes. Besitos.
ResponderEliminarGracias Pilar. Es un libro enorme, redondo, increíble. Precisamente creo que una de las cosas que mejor tiene es que perdura, que las sensaciones que te transmite se quedan durante tiempo y tiempo. Antes de empezar a releerlo ya conservaba muchas de esas sensaciones y el resto se fue despertando poco a poco, página a página.
EliminarEspejo roto ha sido muy recomendado en los comentarios, así que iré por él ;)
Un abrazo
Ana, ante todo felicitarte por la reseña (no se si es la palabra) al hablar de la Rodoreda y de “la Colometa”
Probablemente le hubiera gustado mucho a Mercè Rodoreda poder ver los escaparates de las más importantes librerías del barrio latino -el barrio donde vivió los años de su difícil exilio- y en un lugar destacado, la traducción al francés de su novela la más premiada, “El carrer de les Camèlias” “La calle de las Camelias”, en la que se reparó la flagrante injusticia cometida inicialmente, con “La Plaça del Diamant” “La Plaza del Diamant”.
Mercè Rodoreda es la novelista catalana contemporánea más importante; indiscutiblemente, la que ha alcanzado mayor difusión internacional. Es un secreto el número de novelas traducidas. Creo que la mayoria
No se si has tenido la oportunidad de leerla en catalán, no pasa nada si no lo has hecho. No es ningún problema. Lo que ocurre es que hay muchos párrafos que están escritos como si fuera poesía. Y ya sabes que ocurre cuando traducimos una poesía al idioma que sea.
Con toda mi modestia te pediría que leas otras obras que yo las dedicaría a todas las “Colometas” del siglo pasado, y de este.
“Olor a colònia”, de Sílvia Alcàntara, “Mariona” de Pilar Rahola (Mariona se hace querer, y Pilar Rahola no me gusta, pero escribe muy bien)
“Las mujeres de la Principal” y “Memoria de unos ojos pintados”. De Lluís Llach. Creo que de no haber existido estas mujeres Cataluña tampoco existiria.
Son novelas cargadas de figuras poéticas como: ” ..instal•lades al safareig tot fent bugada i apedaçant el món…” o “…mentre esbandien la roba juntament amb les misèries” o “…I a al cantonada d’un dia qualsevol hi va trobar el calaix de l’oblit, i es resignà a guardar-hi les preguntes sense resposta.”
castellano
".. Instaladas en el lavadero haciendo la colada y remendando el mundo ..." o
"... Mientras enjuagaban la ropa junto con las miserias" o "... Y en la esquina de un día cualquiera encontró el cajón del olvido, y se resignó a guardar las preguntas sin respuesta.
Perdona mi comentario tan largo. Muchas gracias.
Saludos.
Gracias Josep. No, no es una reseña, sólo cuento lo que leo... y lo hago a mi manera, poco academicista.
EliminarEs cierto que con La plaça del Diamant se cometió una gran injusticia. Pero el tiempo siempre termina por jugar a favor de lo que merece la pena. No siempre, es verdad, porque probablemente Rodoreda debería estar más reconocida de lo que está (pienso en lectores), aunque es una escritora muy valorada, pero de verdad creo que debería ser más leída todavía...
No he tenido la oportunidad de leerla en catalán (soy una asturiana sobreviviendo en la tierra del Quijote...), aunque por ahí comento que hubiera querido leerla en catalán. No manejo suficiente el catalán, creo para leer alguna obra de Rododera en su idioma, podría entenderlo pero esos matices poéticos, sus simbolismos, seguramente se me escaparan. Pero es cuestión de tiempo, que ya voy a practicar con el catalán, nivel cuento de niño :) La traducción es buena, pero entiendo que por medio hay un traductor, ya no es Rodoreda tal cual, directamente.
Anoto tus recomendaciones ya mismo, ya andaba detrás de Lluís Llach, con Pilar Rahola andaba un poco como me pasó con Paco Umbral, no simpatizo con ella así en general, pero tengo claro que a veces hay que saltar esos prejuicios y ya me habían comentado que escribe bien. El de Sílvia Alcàntara no lo conocía. Tomo nota. Muchísimas gracias.
Josep, no hay nada que perdonar ¡al contrario!, te estoy agradecida, comentarios como los tuyos no veas lo que supone para mí, de motivación. Y también de aprendizaje. Por favor, comenta siempre que quieras y tooooodo lo largo que te apetezca.
Un abrazo
Recuerdo haberla leído en primero de bachiller... y me dejó más bien frío. Pero ha llovido desde entonces y yo no soy el mismo (la primera vez que leí Le metamorfosis de Kafka tampoco me maravilló, lo leí unos años más tarde y esta vez sí). Es muy probable que no la cogiera en el momento adecuado. Lo tengo pendiente como obra que debo releer :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Desde luego hay libros que tienen su momento. Yo lo leí hace muchísimo y ya me gustó muchísimo. Con la relectura todavía ganó más porque capté más matices. Supongo que si me hubieran obligado a leerlo en el institiuto me habría gustado pero ni de largo abría sabido ver toda la simbología ni hubiera valorado lo grandísima novela que es. Espero que en tu relectura hagas las paces con el libro y le saques todo el provecho. Y nos lo cuentes :)
EliminarUn abrazo
Hola! Estoy armando un trabajo de análisis sobre esta novela. Necesito analizar el título "La Plaza del Diamante" y su signidficado, me podrías ayudar, por favor? Gracias!
ResponderEliminarLo acabo de terminar y me ha encantado, es una preciosidad de libro. Como bien dices, parece que la propia autora te está susurrando la historia al oído, y lo hace con un lenguaje sencillo y espontáneo pero, cuando menos lo esperas, con hallazgos líricos que emocionan. Lo único en lo que discrepo es en la impresión final que me ha dejado: no me parece que la protagonista se libere, todo lo contrario, creo que se resigna y acepta que su juventud se ha echado a perder, con lo que al cerrar el libro me quedé con una sensación de tristeza. En general es una historia triste, muy triste, pero contada tan bien, reposadamente, con sencillez y delicadeza, sin caer en ningún momento en lo artificioso ni en lo sentimental. Es el primer libro de la autora que leo y me gustaría seguir con otros, ¿recomiendas alguno más?
ResponderEliminarHola Alba. Este libro es un clásico. Necesario, además. Quiero matizar lo de "que se libera", en el contexto de la época en la que se desarrolla. Hay muchas formas de liberarse y creo que Colometa encontró la suya, en cierta forma, y aunque fuera dolorosa, o triste. Liberarse también es aceptar (que no es lo mismo que resignarse).
EliminarAdemás de esta relectura he leído también "La calle de las Camelias". Rodoreda en estado puro también. Y por aquí han recomendado mucho "Espejo roto" y sus cuentos. Ya caerán. Si lees algo más antes, vuelve y cuéntame ¿sí? :)
Un abrazo
Acabo de leer el libro, me ha gustado mucho y también cómo lo cuentas tú porque se parece tanto a como lo he vivido yo. Cuando compartimos los libros en el club de lectura es fácil que parezca que has leído un libro completamente distinto al que han leído los demás. Casi siempre es enriquecedor pero me ha encantado que me cuentes lo que yo estaba pensando sobre el libro, contado por ti mucho mejor, eso si :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Ay, Rodoreda... Pasar otra vez por aquí y por los comentarios ha provocado un pequeño revuelo interior...
EliminarMe alegro que hayamos leído este libro con la misma mirada. Es todo un clásico que no me cansaré de releer. Por mucho que me duela Colometa...
Un abrazo
Lo descubri hace muy poco.Es un libro maravilloso. Todo lo que comentas es lo que pienso y siento.
ResponderEliminarEs verdad, es un libro maravilloso, de una gran escritora. Me alegro que lo hayas leído y disfrutado, merece la pena ¿verdad?
EliminarUn abrazo
Hace muchos años (concretamente en 1998) tuve que leerme en catalán este libro para la asignatura de valenciano. Fue una lectura obligada al principio, porque según iba leyendo había algo que me atrapaba...
ResponderEliminarEste año estoy preparándome para la prueba de conocimientos de valenciano grado medio y volví a escogerlo, he disfrutado muchísimo leyéndolo, descubriendo y recordando detalles.
He de reconocer que no es una lectura fácil, pero aún así lo acabé en tiempo récord.
Este año está pedido tanto en catalán como en castellano en mi carta a los Reyes Magos.
Es un libro que recomiendo al 100%.
hola! mano muy alegre y biblioteca muy cerca, que lindo! eso se nos podría aplicar a nosotras también, un lujazo llevarnos recomendación y reseña bajo las alas! gracias, gracias, saludosbuhos!
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