Traductor: Javier Alfaya BulaPáginas: 144Publicación: 2004 (2009)Editorial: Zeta BolsilloCategoría: NarrativaISBN: 9788498722895Sinopsis: Hay novelas que parecen leyendas, y la historia de las dos ancianas que vivieron en las heladas tierras de Alaska tiene el sabor de esas antiguas enseñanzas que los hijos reciben de boca de sus padres en las largas noches de invierno… Érase una vez dos ancianas que fueron abandonadas y condenadas a morir de frío e inanición. Tras el desconcierto inicial, el espíritu de supervivencia se impuso y, olvidados sus achaques, las dos decidieron luchar para vencer la muerte. Así descubrieron cualidades que les permitieron salvar la vida y saberse mejores frente a sí mismas y frente a los demás.
Para reseñar este libro necesito primero contaros dos anécdotas y mencionar una película.
Primera anécdota: Hace unos meses hubo una avería en nuestra calle y nos quedamos sin luz. Conscientes de que estaríamos varias horas a oscuras se nos ocurrió que lo único que podíamos hacer es leer un libro en el Ipad. Decidimos leerlo en voz alta, un ratito lees tú, otro ratito leo yo. El libro elegido ya no lo recuerdo, porque luego fui incapaz de terminarlo. No era un libro que mereciera la pena ni recordarlo. Pero mientras leíamos en voz alta me (nos) pareció interesante y entretenido. Y lo que es más sorprendente: no me distraje en ningún momento, algo extraño en un culo inquieto como el mío…
Segunda anécdota: Cuando era niña no recuerdo que mis padres me contaran muchos cuentos e historias. Ambos trabajaban, mi abuela también (mi otra abuela cuando vino a vivir a casa ya éramos mayorcitos y eran otros cuentos los que nos interesaban). Recuerdo anécdotas, historias que nos contaban de su vida, pero no cuentos. Sin embargo, cuando mis sobrinos eran pequeños mi madre les contaba cuentos y se inventaba historias sobre un loro llamado “Cuchifritín”. Me sorprendía esa faceta de mi madre y me embobaba escuchándola contar historias rocambolescas sobre “Cuchifritín”.
La película: La balada del Narayama. Hay dos versiones, una de 1958 y otra de 1983. La primera es más teatral y la segunda más visual y extraña. Una película impactante que nos habla de una ley existente en un pueblo japonés: a partir de los 70 años los ancianos deben de abandonar el pueblo para ir a vivir a la cima de la montaña Narayama. Una sentencia de muerte.
Y ahora vayamos al grano: Velma Wallis, la autora de este libro (y una interesante biografía), nació en una pequeña comunidad de 650 habitantes al noroeste de Alaska. Todos los días, después de cortar la leña, su madre le contaba un cuento. Una noche le contó este cuento, o leyenda, sobre dos ancianas y su viaje, que se refiere a un tiempo lejano y que se ha ido transmitiendo de generación en generación. Velma decidió escribir la historia para que no se pierda y para que generaciones posteriores no olviden la tradición de los relatos narrados en voz alta, así como los valores que contienen.
El libro nos habla de dos ancianas que son abandonadas por su tribu en un momento en el que la caza escaseaba y no había alimentos suficientes para todos. Como toda fábula que se precie, el relato está revestido de enseñanzas y valores, en este caso relacionados con el lugar que ocupan las personas ancianas en la sociedad. Pero también a cómo nos vemos a nosotros mismos cuando llegamos a ciertas edades. Es decir, la sociedad tiene asignados roles, que no sólo la sociedad acepta sino que nosotros mismos los asumimos (en muchas ocasiones con un servilismo pasmoso). La persona anciana también tiene su rol en esta sociedad pero muchas veces al llegar a cierta edad asumimos ese rol aunque no sea real: nos vamos añadiendo "ya no puedo" como si fuera algo que viene incorporado en cada cumpleaños, como un regalo envenenado.
El libro está contado de una forma sencilla, tan sencilla que (para mí) cae en lo simple y con lo simple hay que ser muy bueno (pero muy bueno) para conseguir emocionar. Se lee con facilidad, eso sí, y además es cortito. El problema que le veo, y por eso contaba las dos anécdotas anteriores, es que estamos ante un relato cuya fuerza está en ser narrado oralmente, donde posiblemente gane en belleza y se consiga transmitir emociones. Tal vez escrito desde la emoción hubiera conseguido transmitir con más fuerza la hermosura y la dureza de los paisajes, de la naturaleza, de la lucha de las dos ancianas, del dolor del abandono, de la amistad forjada entre ellas, de las reacciones de la tribu.. y tal vez así hubiera conseguido elevar el nivel de este libro hasta el punto de recomendarlo a ciegas.
Pero la frialdad con que se describe la historia, sin llegar a profundizar en aquello que nos puede traspasar la piel hace que no lo recomiende a ciegas. El libro es interesante por lo que plantea, más aún en una sociedad como la actual, tan competitiva, en la que las personas que no son “productivas” encuentran con dificultad su lugar en el mundo. Pero más allá de eso, y de una historia interesante que es más para oír que para leer no la puedo aconsejar así a "bocajarro". También es verdad que es un libro que se lee casi de una sentada y es agradable de leer. Pero la historia, aún siendo bonita e interesante, se queda corta. Así que ni la recomiendo ni la dejo de recomendar. Al limbo para que cada persona decida.
Como narración para que relates a otras personas en una larga tarde de invierno, tal vez con una chimenea o un fuego cercano, y luego se provoque un debate, entonces sí (dará mucho juego para una tertulia). En ese sentido lo recomiendo a ciegas. Y si queréis palpar la crudeza de ser “anciano” y las duras tradiciones de algunos países y pueblos, entonces os recomiendo “La balada del Narayama” sin lugar a dudas.