Traductora: Marta-Ingrid Rebón Rodríguez
Páginas: 176
Publicación: 2002 (2007)
Editorial: Anagrama
ISBN: 9788433975249
Sinopsis: En este libro, que se presenta como una novela por entregas, la gran novelista rusa Liudmila Ulítskaya nos propone sutiles variaciones sobre la mentira femenina. Pues, según nuestra autora, las mentiras de las mujeres se distinguirían de las mentiras de los hombres, y estarían casi siempre desprovistas de finalidad. Zhenia, el personaje principal, es así confrontada a todo tipo de invenciones.
Puedes comenzar a leer el libro AQUÍ
Si tú no existes, nadie existe. ¡Tú existes! ¡Tú existes! ¡Si tú no existes, eres una mentirosa y una traidora!
No recuerdo cómo llegué a este libro, así que deduzco que ha sido el libro el que ha llegado a mí. Quizás el título tenga mucho que ver: ¿Mentiras de mujeres? ¿Hay mentiras de mujeres y mentiras de hombres? Sí, puede que haya sido por eso. O por las mentiras, sin más.
No hay respuesta a si hay mentiras de mujeres y mentiras de hombres o por qué mienten las mujeres. En verdad tampoco las buscaba (respuestas) porque intuyo que hay tantas como mentiras. Hay historias, historias de mujeres que mienten, y cuya receptora es Zhenia, el hilo común que une las diferentes historias hasta que convergen en ella misma.
En el prólogo, Ulítskaya nos dice:
Así como los hombres mienten de una forma práctica, con un fin, las mujeres lo hacen de pasada, por descuido, sin causa sin motivo, con ardor, de improvisto, poco a poco, sin orden ni concierto, desesperadamente, de modo completamente inmotivado... Aquellas que poseen ese don mienten desde la primera hasta la última palabra que pronuncian.
Así, Ulítskaya considera que la mentira es un don... Y hay cierto tipo de mentira que lo es, implica una creatividad extraordinaria, y además nunca es forzada, provocada. Es vivida como real por parte de quien la crea, sin más. ¿Por qué? ¿Para qué? Para embellecer la realidad, para dar salida a la idiota que se tiene dentro, por mitomanía, por enfermedad, para llenar vacíos, para que te quieran, para crearse y creerse una vida mejor… Robas y te apropias de recuerdos ajenos, los recreas, deformas los propios… te lo crees. Te inventas. En verdad yo tampoco tengo respuestas. Entiendo la creatividad, el adorno, la imaginación, el inventarse y hasta el reinventarse… pero no entiendo las mentiras.
Ulítskaya nos cuenta no una, sino varias historias con un ritmo ágil, ligero, quizás algo carente de profundidad. Presentado como un breve estudio sobre las mentiras de las mujeres, en realidad no busca dar respuestas, encontrar razones ni explicaciones… Todos los personajes están creados con cariño e inteligencia, mujeres mitómanas que fabulan y transforman la realidad. A algunas de ellas no puedes evitar adorarlas, aun en la mentira, queriendo que la mentira sea verdad. Mentirosas compulsivas, adictas a la mentira, que se presentan ante los ojos de los demás disfrazando historias y presentando una realidad distorsionada pero más bella, más interesante y atractiva a los ojos de los demás. La mentira no deja de ser, entre otras cosas, una forma de evitar sentirte indefensa. Una forma de ser aceptada y comprendida.
No esperéis dilucidar cómo son las mentiras de las mujeres, en contraposición a las de los hombres. Hay historias, unas más hermosas y emotivas que otras. Hay una creación de personajes muy atractiva y tierna que me llamó (mucho) la atención. Un contar ameno y sugerente. Cierto desequilibrio en las historias. Y muchas mentiras. Y detrás de las mentiras siempre hay un misterio, un jeroglífico que descifrar. Y, probablemente, alguien débil que encuentra en la mentira su propia fortaleza. O quizás es que nos inventamos, sin más. Quién sabe dónde está la frontera entre quienes somos y quienes queremos mostrar a los demás. Juegos. Juegos dañinos en ocasiones.
¿A quién mientes? A uno/a mismo/a. Pero quien recibe las mentiras también se tambalea, como una cobaya que toma conciencia de ser objeto de un experimento, de una manipulación que sobrepasa el entendimiento. La mentira evita la indefensión en quien la vive y la cuenta, pero traslada esa indefensión a quien la recibe. A quien cree que la mentira, es verdad.
La mentira es un círculo vicioso cuyo peor defecto es clavar inesperadas y salvajes aristas en quien la recibe y se la cree. Un juego bello, peligroso y cruel.
Era como si le doliera una pierna amputada: algo que no existía. Un dolor fantasma. Peor aún: algo que nunca había existido.
A ti que, sin querer, me lo diste todo.
Y, queriendo, me lo quitaste.
Gracias por lo que de verdad pudo haber habido
y he vivido.
Y, queriendo, me lo quitaste.
Gracias por lo que de verdad pudo haber habido
y he vivido.
Aunque la lectura parece curiosa e interesante no es muy de mi estilo. Creo que la voy a dejar pasar.
ResponderEliminarBesotes.
¡Ok!
EliminarUn abrazo
No me gustan las mentiras. Además necesitan de mucho esfuerzo y ¡memoria! Sin embargo como juego pueden estar bien, entretenidas hasta ver a dónde llegan. No descarto esta lectura de personajes que intuyo que no me van a caer bien.
ResponderEliminarLo que sí me hace gracia es la gente que adorna la verdad, siempre les suceden cosas extraordinarias. Aunque no son de fiar, claro.
Besos de verdad.
Más que esfuerzo, porque cuando mentir es como una enfermedad no requiere mucho, sí que exige memoria. Ya se sabe qué se dice de las mentiras: que tienen las patas muy cortas. El problema es cuando quieres creer en algo sabiendo que es mentira. La verdad, que duele más que la mentira. O que duele porque era mentira.
EliminarRecojo tus besos verdaderos y te doy un abrazo también de verdad :)
Mentir es un juego peligroso- hay que tener buena memoria, jaja. No conocía este libro de la gran Ulítskaya. Tengo pendiente su "Tienda verde" (no traducida al castellano). A lo mejor el año que viene.
ResponderEliminarbesos
Pues acabo de darme cuenta que tal vez ha sido por ti que llegué a este libro. Es decir, que por ti conocí a Ulítskaya y de ella a este libro (tengo más suyos). A ver si con suerte para cuando leas Tienda verde ya está traducido al castellano...
EliminarUn abrazo
Desconfío, en general, de las diferencias por razón de sexo, así que sólo se me ocurre añadir a esta reflexión sobre la inevitabilidad de la mentira una cita de Thomas Bernhard: "Lo que importa es si queremos mentir o decir y escribir la verdad, aunque jamás pueda ser la verdad, jamás sea la verdad. Durante toda mi vida he querido siempre decir la verdad, aunque ahora sé que estaba mintiendo. En fin de cuentas, lo que importa es sólo el contenido de verdad de la mentira. La sensatez me ha prohibido ya hace tiempo decir y escribir la verdad, porque con ello, sin embargo, sólo se dice y se escribe una mentira, pero escribir es para mí una necesidad vital, y por eso, por esa razón escribo, aunque todo lo que escribo no sea sin embargo más que una mentira que se transporta a través de mí como verdad. Sin duda podemos exigir verdad, pero la sinceridad nos prueba que la verdad no existe. Lo que aquí se describe es la verdad; y no lo es por la sencilla razón de que la verdad sólo es, para nosotros, un deseo piadoso”.
ResponderEliminarAy, las diferencias por razón de sexos... Tema espinoso donde los haya. Mejor me quedo con la cita de Bernhard, que tiene muchas vueltas para darle. Gracias por ella (y por comentar)
EliminarUn abrazo
La mentira no tiene sentido si no hay una verdad que es percibida como amenazante o peligrosa. La mentira no gusta, a mí tampoco, así en principio. Pero también creo que la verdad está sobrevalorada, realmente queremos saber la verdad? Creo que las mentiras más peligrosas son las que pueden hacer daño a otras personas, o cuyos efectos pueden perjudicar a alguien. He leido recientemente dos libros sobre la impostura, que es una variante de la mentira. Ambos son casos reales:
ResponderEliminar- El impostor, de Javier Cercas, sobre la falsas personalidades construidas por Enric Marco, que llegó a mentir sobre su paso por un campo de concentración nazi. Pero no es la única imposura de su vida. Muy interesante.matarse. Mentía desde joven a su familia, no era médico y cuando estaba a punto de verse descubierto, prefirió suprimir a aquellos cuya mirada no hubiera podido soportar. Fue condenado a cadena perpetua.
Me parece interesante indagar sobre la mentira, creo que dice mucho de la verdad de las personas.
Abrazo.
Me parece que me he dejado un trozo:
EliminarEl segundo libro es "El adversario" de Emmanuel Carrere. Trata sobre un hombre que mató a sus hijos, su mujer y sus padres y después intentó matarse. Mentí desde joven a su familia, no era médico y cuando estaba a punto de verse descubierto, prefirió suprimir a aquellos cuya mirada no hubiera podido soportar. Fue condenado a cadena perpetua.
Me parece que me he dejado un trozo. El otro libro es "El adversario" de Emmanuel Carrere, sobre un hombre que mató a su mujer, hijos y padres, que intentó matarse matarse. Mentía desde joven a su familia, no era médico y cuando estaba a punto de verse descubierto, prefirió suprimir a aquellos cuya mirada no hubiera podido soportar. Fue condenado a cadena perpetua.
EliminarYa me parecía rara eso de "Muy interesante matarse". Joder, que era muy fuerte :D
EliminarA ver. No se trata de querer saber toda la verdad, hay cosas que se pueden callar. Pero, a cambio, no necesito mentiras. Sobre todo las que hacen daño. Y me sujeto los dedos.
Creo que ya me has comentado (o he visto) del libro de Cercas. Y curiosamente practicamente a la vez que tú alguien me comentaba en Instagram si había leído El adversario.... La impostura tiene aún más de enfermedad que la mentira. Mentes complejas. A mí las mentes así me llaman la atención. Siempre quiero entender. Entenderlas.
Un abrazo
En principio creo que la verdad está sobrevalorada. Me refiero a esa gente que siempre dice lo que piensa como si a los demás nos interesara. Suelo decir que tienen diarrea mental, porque no hay esfínter que detenga su verborrea.
ResponderEliminarPero también creo que nada mejor que ser como se es. Es lo mas fácil y adecuado. Si gustas, bien. Si no, bien también.
Aún asi es bastante conocida mi forma de "creer" en las personas: Facta, non verba. Creo en lo que hacen, no en lo que dicen que hacen.
Hay mentirijillas inevitables: ¿Quien le dice a la mama que su recién nacido es horroroso? ¿Quién le dice a la novia que el vestido le queda fatal?..............
Si lo que vas a decir no es mejor que el silencio, cállate.
Mira, coincides justo con la comentarista de arriba, elvirar. A ver, que a mí la gente que va soltando zascas por ahí a troche y moche y luego dicen de sí mismos que es que son muy sinceros me parecen bastante hipócritas incluso. Innecesario en cualquier caso. A mí también me gusta a la que ves venir, aunque no simpatices con ellos, aunque no te caigan bien, pero valoro mucho la transparencia.
EliminarFacta, no verba una de mis citas de cabecera. A la fuerza ahorcan.
Esas mentirijillas inevitables que dices para mí sí que se pueden evitar. Basta con callar.
Un abrazo
Se podría escribir un tratado sobre la mentira y el/la mentiroso/a. Es complejo el mecanismo por el que una persona decide mentir, sobretodo si de antemano no tiene explicación. En cualquier caso creo que el primer engañado es el que miente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Se puede escribir un tratado de todo lo que tenga que ver con las personas :) Pero es verdad que el tema de la mentira (no hablo de mentiras puntuales, que tampoco excuso, pero son otra liga) da para mucho. Por eso pienso que es un jeroglífico a descifrar, un enigma.
EliminarUn abrazo
Tampoco entiendo las mentiras, excepto las piadosas. O las que evitan algún dolor. Pero esta gente que basa su vida en una mentira... No la entiendo. Pero con este libro me picas la curiosidad. No lo descarto.
ResponderEliminarBesotes!!!
Las mentiras piadosas son arma de doble filo. Mientras tenga la opción del silencio creo que prefiero elegir callarme.
EliminarUn abrazo
Las mentiras no tienen sexo. Ana me gusta mucho tu reflexión:"detrás de cada mentira siempre hay un misterio,un jeroglífico que descifrar...¿por qué mentimos?. Margari me ha recordado la canción Mentiras piadosas de Joaquín Sabina
ResponderEliminar"Yo le quería decir la verdad por amarga que fuera,
contarle que el universo era más alto que sus caderas,
le dibujaba un mundo real no uno color de rosa,
pero ella prefería escuchar mentiras piadosas".
La peor mentira,engañarse a uno mismo. Estupenda reseña Ana.Un abrazo
Las mentiras no tienen sexo, cierto, pero quien las dice sí :) Muy bien traído la canción de Sabina, que en su mejor momento supo poner palabras a tantas cosas...
EliminarEngañarse a una misma, esa mentira sí que es arriesgada.
Gracias! Un abrazo
No me puedo creer que se hayan dignado a traducir a Ulitskaya.... aún hay esperanzas... pero pasa que justo este libro no lo he leído jajaja y me llama. Mentira de mujeres, mentira de hombres, no sé, justo hoy saltaba la noticia que desmitificaba la diferencia entre el cerebro masculino y femenino, somos más parecidos de lo que creemos y a medida que se van diluyendo los roles típicos, lo que se espera de una mujer y de un hombre en sociedad, cada vez más. Ahora es normal ver ejecutivas AGRESIVAS dominando las finanzas desde un smartphone y hombres SENSIBLES que sueltan una lagrimilla con una película tierna. Opongamos las palabras en mayúsculas. Buscaré el libro de esta gran escritora y por favor, OBLIGA a tus lectores, OBLÍGALOS a hacer click en la palabra idiota, grito Munch, combina extraordinariamente con la reseña.
ResponderEliminarBesos
Sinceramente el presi.
Ya ves, incluso han traducido más de uno :) Pasa con ciertas noticias, como la que comentas del cerebro masculino vs cerebro femenino que con el tiempo, y no falla, salen noticias que desmienten las anteriores. En el caso del cerebro (sea masculino o femenino) yo siempre pienso que el cerebro toma la forma de lo que somos y hacemos y no al revés, así que no es una teoría que me creyera mucho. Y estoy de acuerdo contigo respecto a ejecutivas agresivas y hombres sensibles, especialmente en esto último (es que ejecutivas no hay tantas, jejejejej). Y es algo que comento mucho últimamente, y además siempre recurro a que los hombres que comentáis en mi blog sois de lo mejorcito, y eso incluye vuestra sensibilidad. Para que luego digan.
EliminarJajajja, no puedo obligar a nadie a nada. Más quisiera yo tener capacidad de obligar a la gente a lo que yo quisiera :) Pero gracias, presi.
Un abrazo sincero
Como siempre, nos traes un libro interesante en una entrada que lo es mucho también; me encantan las palabras que usas para expresar lo que un libro te ha hecho sentir. Este me llama, y mucho, así que lo llevaré para la gran lista, gracias.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Aglaia. Es lo que hago aquí, contar lo que los libros me dicen. No sé hacerlo de otra forma. Ni quiero.
EliminarUn abrazo
La mentira siempre te hace caer en el hoyo más profundo, porque solemos creer lo que "mentimos"... Me interesa mucho este libro, no por las respuestas; como tú dices, puede haber tantas como mentiras y mujeres, pero sí por las consecuencias que pueden tener. Abrazos.
ResponderEliminarCreemos lo que mentimos y creemos a quien nos miente. Ains... A mí me gustaría mentirme más a mí misma, eso también te lo digo. No hay respuestas en el libro, ya lo advierto. Ni siquiera consecuencias (no exactamente). Quedan muchas cosas de la mano de quien lee, que eso a mí tampoco me disgusta (no siempre).
EliminarUn abrazo
Yo creo que más que una cuestión de mentiras o verdades es una cuestión de realidades. Siempre estará mi verdad, tu verdad y la de los demás y en todas ellas habrá matices distintivos. Personalmente puedo tolerar una mentira pero no la hipocresía. Me interesa el libro por su debate.
ResponderEliminarLo buscaré este fin de semana.
Un fuerte abrazo Ana. Muy buena reseña.
No sé, porque entonces hablaríamos de irrealidades también, camufladas en realidades que resultan no ser... Una cosa son las opiniones, que disfracemos de verdad, y otra (creo) la verdad, la sinceridad. A mí me duelen las mentiras. Y aborrezco la hipocresía (siempre me ha parecido innecesaria).
EliminarUn abrazo Marybel (gracias)
Curioso título.. No sé por qué pero el tema de las mentiras siempre ha estado muy vinculado a la mujer.... No me disgusta este libro pero lo dejaré por si me pasa como a ti, que es el libro que el viene a buscarte. Besos.
ResponderEliminarEl título provoca ¿verdad? Luego en realidad no es más que una descripción de las historias que cuenta: mujeres que mienten. Pero lo mismo podrían ser de hombres. A las mujeres es que nos achacan todos los defectos, ya sabes :) Si el libro te busca, te encontrará.
EliminarUn abrazo
Me interesan autora y tema. Pero sobre todo me interesa quien lo ha traducido. Marta Rebón es apuesta segura. Sigo sus publicaciones desde hace mucho tiempo. Es curioso, llego a libros a través de quien los traduce y no de quien los ha escrito. Aunque ví el libro ayer acabo de fijarme que estaba traducido por Marta. Lo leeré. De mentiras ni hablamos, ya sabes que yo soy más de hablar de duelos que de mentiras. Besos.
ResponderEliminar¡Cierto!. Yo también me fijo en quien traduce. Por eso me gusta ponerlo siempre. Para los que sólo tenemos opción de leer en castellano la labor de los traductores es como para hacerles la ola. Pero también es muy importante, sobre todo con según qué libros, la persona que los traduce. Y sin duda Marta está entre las buenas :) Aunque la verdad, no llego a los libros por los traductores, salvo que sea un libro de esos que tenga varias traducciones y haya algunas no muy confiables...
EliminarNo hablamos de mentiras. Y cuando quieras, le damos caña a la Didion.
Se me ha olvidado algo. Acabo de darme cuenta ahora...
Un abrazo
Mira que me cuesta mentir a pesar de ser mujer y no estoy muy segura de que esto sea siempre una virtud. Lo que si sé es que hay gente que cultiva el fino (a veces basto) arte de mentir y además le sale solo y sin esforzarse. Tendría que pararme a pensar si conozco a más mujeres de esas que hombres. ¿El motivo de sus mentiras? Tú misma lo das en tu reseña: "una forma de evitar sentirte indefensa. Una forma de ser aceptada y comprendida". Una forma de mentirse a uno mismo, como concluyes. Y hay que tener cuidado con creerse las mentiras propias, pero es que a veces ser sincera con una misma duele tanto...
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo creo que no mentir es una virtud. Porque implica también gestionar los silencios. Yo creo que puedes dejarte llevar por muchas cosas, está la fantasía, el soñar, el crear el día a día, la imaginación... Pero la mentira es otra cosa. Hay muchas, muchísimas mentiras que no entiendo. Por mucho que sepa lo que implica. Mentirse a una misma... la verdad duele, pero cuando se te desmonta tu propia mentira, ains, tiene que ser muy jodido también...
EliminarUn abrazo
Magnífica reseña esta que nos brindas... Las citas son tremendamente sugerentes
ResponderEliminarHabra que tenerlo en cuenta
Saludos
Gracias. Las citas suelen formar parte del comentario de lo leído. Soy muy de subrayar, si el libro se deja :)
EliminarUn abrazo
Hola Ana.
ResponderEliminarPienso en el hecho de escribir un libro… Es una de las mejores (y valoradas) formas de aliarte con la mentira (en cierto modo es así), sin que por ello tengan que acusarte de mentiroso. Lo fascinante de muchos libros es que sus fabulaciones entrañan una gran verdad, por cuanto consiguen que tú, al leerlos, sientas, sufras, padezcas, como algo real, la historia que te han contado.
Llevamos la mentira impresa en el código genético, y la razón la has apuntado tú, como agudísima observadora que eres : “La mentira no deja de ser, entre otras cosas, una forma de evitar sentirte indefensa. Una forma de ser aceptada y comprendida.”
En ese sentido la mentira se convierte en un recurso que podríamos utilizar si en ello nos fuera la vida… Lo perverso es utilizarla cuando no te juegas nada.
Dice Maquiavelo en - El Príncipe - :
“ (…) los hombres son tan simples y se somenten hasta tal punto a las necesidades presentes, que el que engaña encontrará siempre quien se deje engañar”
Ana… No sabes lo que me gustaría escribir esto en una gigantesca pared, visible a todos, un día antes de las próximas elecciones. No le falta razón a Maquiavelo, la mentira suele llevarse muchos votos.
Tomo nota de Ulítskaya, con esa forma que tienes de abordar los libros pocas opciones me dejas, jeje :)
Abrazos Ana!!
Ah sí... pero la ficción ¿es una mentira?. Fijate, eso que dices, que cuando consiguen que el lector sienta, sufra, padezca... como algo real... ¿no será porqué realmente te estaban contando una verdad, no una mentira?. Pero sí, entiendo lo que dices, hay autores que juegan con eso también. Pero si lo vamos a llamar mentira, entonces voy a tener que cambiar mi opinión de que no soporto las mentiras, jajajaja. Porque me apasiona leer...
EliminarPoco que añadir a esto que dices de que lo perverso es utilizar la mentira cuando no te juegas nada. Cuando es innecesaria. Es cruel.
Tendría que ser muy gigantesca esa pared, Paco, y ponerla muchos días. Hay una ceguera tan grande. Pero es que nos están educando para esto, para no ver. Para tragar carros y carretas. Para no querer ver que, efectivamente, engañan y mienten. Yo diría que todos, pero acabo de pensar en Manuela Carmena y es una mujer a la que quiero creer.
Hombre, opciones siempre hay. No pasarse por aquí por ejemplo. Pero me jodería mucho, eh :P
Un abrazo
Veo que es una lectura que da para mucho, incluso en los comentarios y conel libro sin leer la mentira da para tanto como causa si se usa. Solo por eso, me apunto el libro
ResponderEliminarBesos
El tema de las mentiras, sobre todo la mentira patológica, es que da para mucho. Tampoco el libro hace un estudio del tema ni mucho menos. Son diversas historias, algunas más atractivas que otras. Y los personajes... muchos de ellos (todos, pero especialmente algunos) están tan bien construidos... como con cariño.
EliminarUn abrazo
Hola, Ana.
ResponderEliminarComo siempre, una reseña maravillosa. Aunque este libro está dedicado a las mentiras de las mujeres, veo que la historia se puede extrapolar perfectamente a un personaje masculino.
Besos
Gracias Marina. Tómate algo que yo te invito ;) Las mentiras para mí no tienen sexo, quizás en la elaboración... pero no sé, no me metería yo en ese berenjenal de confrontar la mentira en base al sexo de quien miente.
EliminarUn abrazo
La verdad es que no es un tema que me atraiga, pero me ha resultado curioso que las mujeres mintamos de manera diferente que los hombres. ¡Curioso! Besos.
ResponderEliminarA mí no me queda claro eso de que mintamos diferente. Pero, en cualquier caso, quienes mienten en este libro son las mujeres. Aunque algún hombre hay por ahí que también miente...
EliminarUn abrazo
Justo estoy leyendo sobre mentiras... otro tipo de mentiras, cierto, pero es un tema muy interesante y atrapante. Como dice Cercas en El impostor (el libro que estoy terminando) la mayoría de las mentiras están compuestas de ciertas verdades... Apunto este Ana. Abrazo
ResponderEliminarPrecisamente "El impostor" mencionan por ahí arriba también, aunque se trata más de imposturas, parece. Tendré que leerlo (horror, uno más para la lista). Claro, la mentira puede partir de una verdad, o tocarla en algún momento (rozarla, más bien).
EliminarUn abrazo
Es cierto. Había pasado por alto ese comentario y también mencionar a El adversario. Terminé el de Cercas hace 5 minutos, en algún momento de la noche estaré subiendo mis párrafos subrayados. Mucho pero mucho que decir...
EliminarYa he visto, que tenías mucho que decir :) Y yo que me alegro, porque me gusta mucho tus subrayados, pero también cuando comentas.
EliminarUn abrazo
Este lo tengo apuntado ya, le tenía echado el ojo desde que me topé con él en una librería =)
ResponderEliminarBesotes
Mira que tienes la lista larga, eh
EliminarUn abrazo
El tema me resulta interesante, le echaré un ojo en la librería
ResponderEliminarBesos
Con él en la mano, decides. Es como mejor se decide, de hecho :)
EliminarUn abrazo
Blindness goes on, decía Supertramp. Qué tema el de la mentira. Si no la hubiera, no existiría la clase política, Ana, ja, ja. Yendo a tus líneas, me parece interesante el planteo, que considero más de naturaleza humana que una cuestión de género.
ResponderEliminarLo peor es saber que mientes y que yo no pueda/quiera hacer otra cosa que creerte. Es lo enfermizo. Hmm... ¿nos mientes, Ana?
Tengo algo de la autora dando vueltas; veré si lo pongo por encima de otras lecturas.
Un beso grande.
Me encantan, los Supertramp. Anda que no les he bailado yo... (todavía lo hago). La clase política, si no existiera la mentira, se la inventaría. Menudos son.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo. Es más de naturaleza humana. Al menos el hecho de mentir. No sé si quiero entrar mucho en el tema de lo enfermizo que puede ser mentir. Si hay conciencia incluso de ello.
Nunca miento. Hasta cuando miento digo la verdad :P
Un abrazo
Sí que creo que hay mentiras de mujeres y mentiras de hombres... Ya desde el título es un libro que llama y la reflexión sobre la mentira me termina de convencer. Me lo quedo. 1beso!
ResponderEliminarYo no lo tengo tan claro. Quizás la elaboración sea distinta... no sé. Me da algo de pereza entrar en ese tema :)
EliminarUn abrazo
Me parece un libro con un tema muy interesante. La verdad es que considerar la mentira un arte tiene su qué. Yo no sé mentir y no me gustan las mentiras. A mí me pillarían en seguida si las creara porque me hacen sentir tan mal que se me refleja en la cara, así que no miento. Ahora sí, yo soy más partidaría de no decir toda la verdad, es otra cosa. Las mentiras son peligrosas. Ay, que tema más jugoso.
ResponderEliminarUn beso.
Desde luego ya desde el título te provoca. Y el tema de las mentiras da mucho de sí. Considerar la mentira un arte tiene su aquel, desde luego, pero es que hay mentiras y mentiras y algunas te atrapan, fascinan. Es todo un mundo. Pero son peligrosas, sí. Porque pueden doler. Tema jugoso ;)
EliminarUn abrazo
¡Bueno, Ana, qué reseña te has marcado! Me has dejado con los dientes larguísimos. Tengo que leerlo sí o sí. Me parece un tema de lo más atractivo (no la mentira sino qué se esconde tras ella: costumbre, creatividad, defensa...). Muy interesante. Apuntado queda.
ResponderEliminarBesos prenavideños, preciosa.
¡hala, qué ímpetu! El tema es muy atractivo, tal y como lo planteas, no la mentira en sí, sino el jeroglífico que hay detrás :)
Eliminar¿Navidad? Ni la mentes...
Un abrazo
La verdad está sobrevalorada. No lo se. Depende. A veces. A veces es mejor mentir, y no sólo para el que miente. Incluso a veces es malo para el que miente pero bueno para el otro u otros, para los demás. Esto puede conllevar una cierta dosis de sacrificio, o no. Depende.
ResponderEliminar