"El poder del ahora" es uno de los libros de autoayuda más vendidos y Eckhart Tolle, su autor, un reconocido y prestigioso "guía espiritual" recomendado por muchos personajes famosos de distintos países.
Desconozco el porcentaje que ocupan los libros de autoayuda en el mercado editorial. Pero me temo que se trata de un porcentaje bastante considerable y, lo que es peor: es probable que haya personas cuyas lecturas se limiten exclusivamente a este tipo de libros. Todos nos vienen a decir lo mismo: la vida es aquí y ahora; observa tus emociones y no las juzgues, simplemente reconócelas y aceptalas; no dejes que tu mente te dirija, sé tú quién la dirija a ella... En fin, no me voy a enrollar, más o menos todos tenemos claro los principios básicos que sostienen estos libros de autoayuda. Algunos de esos principios, o más bien el enfoque que algunos autores hacen de esos principios, pueden ser realmente dañinos y tóxicos, he de decir.
Sobre el libro de Tolle no voy a hablar mucho: es más de lo mismo, transmitido más o menos con cierta claridad y repetitivo hasta la saciedad como suelen ser este tipo de libros, ya que muchos de ellos utilizan métodos pedagógicos muy tradicionales, como la repetición constante de x ideas como metodología pasiva de aprendizaje (lo que yo llamo indistintamente “método machaca/martillo pilón/gota malaya”).
Puede que "El poder del ahora" ayude a alguien, yo que sé. Qué digo, parece que ha ayudado a muchísimas personas. No es mi caso, aunque me ha venido muy bien leerlo porque a mi autoestima le ha sentado genial: me he dado cuenta que he llegado a muchas cosas yo solita, modo autodidacta ON, únicamente estando ATENTA a lo que me rodea y a mí misma. Observación activa, escucha activa y mucha introspección. El auténtico aprendizaje siempre es activo, pasa por la búsqueda, la comprensión, la curiosidad... En fin, esto ya lo dicen este tipo de libros, no descubro nada nuevo.
Por eso quiero hablar de los llamados libros de autoayuda. El nombre tiene trampa, claro: sólo nos podemos autoayudar nosotros mismos, lo demás es ayuda. Así que empezamos mal. Estos libros son (pretenden ser) una ayuda para que te autoayudes. Si se tiene claro esto, pues lo mismo se avanza algo. Ahora bien, quiero dar otra vuelta de tuerca a este tema. Y es que, tanto en este como en otros libros de autoayuda que he leído, jamás me he encontrado nada que no hubiera visto o conocido ya. ¿Dónde?: pues oye, prácticamente todo está en la Filosofía (esa asignatura tan denostada en nuestro sistema educativo), la oriental y la occidental. En los libros de Historia, de Antropología. Y en muchas novelas.
Iba a decir que llevo leyendo desde que tengo uso de razón. Pero no sé si tengo razón y no sé si la uso. Así que voy a decir que llevo leyendo desde antes de aprender a leer (para eso estaban cómics, tebeos y libros infantiles de dibujos, a los que tenía acceso ilimitado desde el momento en el que nací). Tantos años leyendo no han sido en vano.
En los libros no he encontrado respuestas, he encontrado algo mejor: he encontrado caminos nuevos, puertas, ventanas, más preguntas... También me he encontrado a mí misma (lo sigo haciendo). También, a veces, me perdieron. Y aprendí que tampoco está tan mal eso de perderse para seguir buscando.
¿Dónde quiero ir a parar con todo esto? No lo sé muy bien porque estoy improvisando, la verdad, pero sobre la base de una inquietud. Me inquietan los libros de autoayuda, me inquietan los guías espirituales, gurús y coaches, me inquietan las personas que están perdidas y buscan en estos libros respuestas como quien se toma una aspirina si le duele la cabeza. Me inquieta la comercialización y el marketing que hay en torno a los libros de autoayuda. Me inquieta (tal vez esto que voy a decir no sepa explicarlo bien) que las personas no se den cuenta que si están en una búsqueda de algo que les alivie, es porque algo les daña. Y que esa búsqueda no va a finalizar nunca en un libro de autoayuda (que nunca puede ser un destino). La vida es aquí y ahora, pero la búsqueda es siempre: hay que seguir aprendiendo de forma activa.
Si has llegado a un libro de autoayuda porque lo necesitas, tengo algo que decirte: deja ese libro. Pero no dejes de leer. Lee mucho, lee novelas en las que te puedas encontrar, no esquives nada, lee filosofía (mucha), lee libros, muchos libros, buena literatura. Escucha atentamente lo que el libro te dice y escúchate a ti mismo/a/e cuando estés leyendo. Lee tu alrededor y léete a ti mismo/a/e.
Y si necesitas ayuda, busca un profesional. Sí, de esos con título universitario.
Hay un libro decididamente maravilloso que se llama "Leer el mundo. Experiencias actuales de transmisión cultural", de Michèle Petit, que recoge muchas ideas de lo que intento explicar cuando me refiero a qué significa leer: búsqueda de calma, de narrativa interior, aventurarse en el otro y "domar su ajenidad", aprender a que "lo cotidiano no se reduzca a lo banal" o "encontrar palabras a la altura de nuestra experiencia", porque en definitiva, y siempre en palabras de Petit, "leer sirve quizá ante todo para elaborar sentido, dar forma a la propia experiencia, o a su parte de sombra, o a su verdad interior, secreta; para crear un margen de maniobra, ser un poco más sujeto de su historia; a veces para reparar algo que fue roto en la relación con esa historia o en la relación con otro; para abrir un camino hacia los territorios de la fantasía sin los cuales no hay pensamiento, no hay creatividad"