Título original: That Affair Next Door
Traductores: Rosa Sahuquillo Moreno y Susanna González
Páginas: 400
Publicación: 1897 (2014)
Editorial: dÉpoca
ISBN: 9788493897291
Sinopsis: La acaudalada familia Van Burnam regresa de un viaje al extranjero al mismo tiempo que aparece una mujer muerta en el salón de su casa. Un gran aparador ha caído sobre ella aplastando su cara, y aunque la policía sospecha que la víctima es la esposa de uno de los hijos del señor Van Burnam, éste insiste en que no la reconoce. ¿Qué hacía la mujer en una mansión que permanecía cerrada? ¿De quién son las extrañas prendas que llevaba puestas? ¿Estaba muerta antes de caer sobre ella el aparador?... En El misterio de Gramercy Park una solterona de mediana edad, la señorita Butterworth, se convierte en detective aficionada cuando un extraño asesinato tiene lugar en la mansión contigua a su vivienda. Así da comienzo una compleja investigación llena de giros equivocados y con una intrigante trama que mantiene en vilo al lector hasta la última página.
Puedes empezar a leer AQUÍ
Hace tiempo que tenía ganas de leer algún libro de la editorial dÉpoca. Había visto sus libros y me parecían unas ediciones preciosas, cuidadas y muy dignas. Pero no quería ir a ciegas, aunque en verdad todos sus libros me tentaban. Así que mientras iba deshojando la margarita de por cuál decidirme, fue pasando el tiempo. Y entonces vi este libro en el que leo:
Nuestras abuelas tendrían que decir muchas cosas sobre la cocina tradicional, esa en la que se cocía todo a fuego lento, sin prisas ni argucias artificiales. Productos naturales, de la tierra, del mar, cuidados y condimentados con cariño y paciencia. También con imaginación, pero sin artificios. La cocina actual es la imaginación, las sutilezas, la creatividad, el adorno, la ingeniería gastronómica y, sobre todo, minimalismo y estética. Técnicas modernas al servicio de los fogones. Pero no es lo mismo. El mimo, la contundencia, la claridad y honestidad de la cocina tradicional es para mí un valor seguro.
¿Qué por qué hablo de cocina? Pues porque la comparación entre cocina tradicional y moderna me viene al pelo para hablar de este libro, en el que la trama detectivesca es absolutamente tradicional. Aquí no hay modernos laboratorios en los que se investiga el ADN de una uña o una gota de sangre, se hacen búsquedas en bases de datos impresionantes, técnicas forenses avanzadas… No. En El misterio de Gramercy Park todo es a pelo: datos, hechos y mentes pensando, deduciendo, encajando piezas ante un puzzle de informaciones varias.
Cuando no hay análisis biológicos ni entomología forense ni identificación genética… la única pericia es la de la lógica deductiva, el sentido común, el conocimiento del alma humana y la habilidad psicológica de quien investiga. Eso es lo que nos vamos a encontrar en El misterio de Gramercy Park.
La señorita Butterworth será nuestra detective, la protagonista absoluta de este libro. Enfrente, no tanto en colaboración, sino jugando al gato y al ratón, estará el detective Gryce. Rivalizando ambos por resolver el misterio. ¿Y por qué rivalizan?. Básicamente, según lo veo yo, por una cuestión de machismo: un hombre y una mujer no pueden colaborar en la resolución del misterio, sólo pueden rivalizar intentando derrotar a su contrario. Las mujeres de esa época no podían pensar por sí mismas, faltaría más. Y para encima una mujer solterona ¡si ni siquiera ha sido lo suficientemente inteligente como para encontrar marido!.
La señorita Butterworth no tiene abuela, ni falta que le hace. Eso nos va a quedar claro desde el principio. Ni problemas de autoestima, faltaría más. Aunque a veces resulta irritante, encuadrado en la época y lugar, resulta divertida y, a su modo, valiente. Confía en sí misma, y en ese sentido se hace más cercana, puesto que esa confianza a veces le hace enfrentarse a lo establecido en cuanto al papel de la mujer (aunque ella misma critica a las mujeres que se salen de lo aceptado socialmente, como estricta seguidora de las leyes que es). Y en verdad aunque nuestra protagonista sea absolutamente snob y clasista, también es inteligente, una capacidad que no parecía estar en el ADN de las mujeres de esa época. No porque no lo fueran, sino porque que además se note ya era harina de otro costal. Eso no estaba bien visto. Y es que en El misterio de Gramercy Park vamos a ver retratada de forma precisa y detallada la sociedad de Nueva York en la época victoriana, a finales del siglo XIX, la ambientación es magistral y las delicadas ilustraciones de Louis Malteste nos permiten visualizar toda la trama como si estuviéramos ante una película.
En estas novelas clásicas de misterio y suspense es inevitable que formes parte del equipo investigador, al fin y al cabo dispones de todas las herramientas necesarias, tienes mente curiosa, lógica y ganas de descubrir qué ha sucedido. Es verdad que a veces nos falta información, pero en este caso no es tanto la falta de información (que no se nos escatima) lo que nos puede despistar, sino la capacidad de sorprendernos de Anna Khatarine Green, que mantiene el pulso no sólo durante todo el proceso de investigación sino en la resolución del mismo.
Porque eso sí, al final el orden se restaura. Puede que algunas mujeres, como nuestra señorita Butterworth se salgan de madre, de lo establecido (aunque no lo pretenda). Pero la maldad nunca quedaba impune. El orden al final siempre se mantiene, algo que agradece Amelia Butterworth, férrea defensora de lo establecido, en lo que al bien y al mal, lo correcto y lo incorrecto, se refiere
Un libro que he catado con el sabor de lo cocinado con paciencia y buen hacer, sin trampas ni cartón y sin prisas, con todos los ingredientes necesarios para que finalmente la digestión sea agradable y te quedes satisfecha. En este género, me gusta lo clásico. Un crimen se puede resolver sin laboratorios ni técnicas ultramodernas. Ni siquiera hace falta una acción galopante en la trama, la propia intriga te hace mantener la atención con la misma intensidad. Un libro saboreado, entre fogones, a fuego lento.
Traductores: Rosa Sahuquillo Moreno y Susanna González
Páginas: 400
Publicación: 1897 (2014)
Editorial: dÉpoca
ISBN: 9788493897291
Sinopsis: La acaudalada familia Van Burnam regresa de un viaje al extranjero al mismo tiempo que aparece una mujer muerta en el salón de su casa. Un gran aparador ha caído sobre ella aplastando su cara, y aunque la policía sospecha que la víctima es la esposa de uno de los hijos del señor Van Burnam, éste insiste en que no la reconoce. ¿Qué hacía la mujer en una mansión que permanecía cerrada? ¿De quién son las extrañas prendas que llevaba puestas? ¿Estaba muerta antes de caer sobre ella el aparador?... En El misterio de Gramercy Park una solterona de mediana edad, la señorita Butterworth, se convierte en detective aficionada cuando un extraño asesinato tiene lugar en la mansión contigua a su vivienda. Así da comienzo una compleja investigación llena de giros equivocados y con una intrigante trama que mantiene en vilo al lector hasta la última página.
Puedes empezar a leer AQUÍ
Hace tiempo que tenía ganas de leer algún libro de la editorial dÉpoca. Había visto sus libros y me parecían unas ediciones preciosas, cuidadas y muy dignas. Pero no quería ir a ciegas, aunque en verdad todos sus libros me tentaban. Así que mientras iba deshojando la margarita de por cuál decidirme, fue pasando el tiempo. Y entonces vi este libro en el que leo:
Obra maestra de la «madre de la novela de detectives», Anna Katharine Green, conocida como la Agatha Christie de la época victoriana.¡Quieta! ¿Precursora de Agatha Christie? Mi querida Agatha me ha dado tantos buenos momentos de lectura que no pude dejarlo pasar. Además, tenía ganas de una novela de suspense y misterio de las clásicas, de las de toda la vida. Nada de CSI y zarandajas. Y al poco me entero que la introducción, detallada, elaborada y precisa, corre a cargo de nuestra Carmen, así que no me hizo falta más.
Nuestras abuelas tendrían que decir muchas cosas sobre la cocina tradicional, esa en la que se cocía todo a fuego lento, sin prisas ni argucias artificiales. Productos naturales, de la tierra, del mar, cuidados y condimentados con cariño y paciencia. También con imaginación, pero sin artificios. La cocina actual es la imaginación, las sutilezas, la creatividad, el adorno, la ingeniería gastronómica y, sobre todo, minimalismo y estética. Técnicas modernas al servicio de los fogones. Pero no es lo mismo. El mimo, la contundencia, la claridad y honestidad de la cocina tradicional es para mí un valor seguro.
¿Qué por qué hablo de cocina? Pues porque la comparación entre cocina tradicional y moderna me viene al pelo para hablar de este libro, en el que la trama detectivesca es absolutamente tradicional. Aquí no hay modernos laboratorios en los que se investiga el ADN de una uña o una gota de sangre, se hacen búsquedas en bases de datos impresionantes, técnicas forenses avanzadas… No. En El misterio de Gramercy Park todo es a pelo: datos, hechos y mentes pensando, deduciendo, encajando piezas ante un puzzle de informaciones varias.
Cuando no hay análisis biológicos ni entomología forense ni identificación genética… la única pericia es la de la lógica deductiva, el sentido común, el conocimiento del alma humana y la habilidad psicológica de quien investiga. Eso es lo que nos vamos a encontrar en El misterio de Gramercy Park.
La señorita Butterworth será nuestra detective, la protagonista absoluta de este libro. Enfrente, no tanto en colaboración, sino jugando al gato y al ratón, estará el detective Gryce. Rivalizando ambos por resolver el misterio. ¿Y por qué rivalizan?. Básicamente, según lo veo yo, por una cuestión de machismo: un hombre y una mujer no pueden colaborar en la resolución del misterio, sólo pueden rivalizar intentando derrotar a su contrario. Las mujeres de esa época no podían pensar por sí mismas, faltaría más. Y para encima una mujer solterona ¡si ni siquiera ha sido lo suficientemente inteligente como para encontrar marido!.
La señorita Butterworth no tiene abuela, ni falta que le hace. Eso nos va a quedar claro desde el principio. Ni problemas de autoestima, faltaría más. Aunque a veces resulta irritante, encuadrado en la época y lugar, resulta divertida y, a su modo, valiente. Confía en sí misma, y en ese sentido se hace más cercana, puesto que esa confianza a veces le hace enfrentarse a lo establecido en cuanto al papel de la mujer (aunque ella misma critica a las mujeres que se salen de lo aceptado socialmente, como estricta seguidora de las leyes que es). Y en verdad aunque nuestra protagonista sea absolutamente snob y clasista, también es inteligente, una capacidad que no parecía estar en el ADN de las mujeres de esa época. No porque no lo fueran, sino porque que además se note ya era harina de otro costal. Eso no estaba bien visto. Y es que en El misterio de Gramercy Park vamos a ver retratada de forma precisa y detallada la sociedad de Nueva York en la época victoriana, a finales del siglo XIX, la ambientación es magistral y las delicadas ilustraciones de Louis Malteste nos permiten visualizar toda la trama como si estuviéramos ante una película.
En estas novelas clásicas de misterio y suspense es inevitable que formes parte del equipo investigador, al fin y al cabo dispones de todas las herramientas necesarias, tienes mente curiosa, lógica y ganas de descubrir qué ha sucedido. Es verdad que a veces nos falta información, pero en este caso no es tanto la falta de información (que no se nos escatima) lo que nos puede despistar, sino la capacidad de sorprendernos de Anna Khatarine Green, que mantiene el pulso no sólo durante todo el proceso de investigación sino en la resolución del mismo.
Porque eso sí, al final el orden se restaura. Puede que algunas mujeres, como nuestra señorita Butterworth se salgan de madre, de lo establecido (aunque no lo pretenda). Pero la maldad nunca quedaba impune. El orden al final siempre se mantiene, algo que agradece Amelia Butterworth, férrea defensora de lo establecido, en lo que al bien y al mal, lo correcto y lo incorrecto, se refiere
Un libro que he catado con el sabor de lo cocinado con paciencia y buen hacer, sin trampas ni cartón y sin prisas, con todos los ingredientes necesarios para que finalmente la digestión sea agradable y te quedes satisfecha. En este género, me gusta lo clásico. Un crimen se puede resolver sin laboratorios ni técnicas ultramodernas. Ni siquiera hace falta una acción galopante en la trama, la propia intriga te hace mantener la atención con la misma intensidad. Un libro saboreado, entre fogones, a fuego lento.