Título original: Burial Rites
Traductora: Laura Vidal
Páginas: 384
Publicación: 2011 (2014)
Editorial: Alba
ISBN: 9788484289715
Sinopsis: Basada en la historia real de la última mujer decapitada en Islandia, acusada del brutal asesinato de dos hombres, Ritos funerarios es una novela de suspense y de pasiones íntimas con el trasfondo del paisaje helado de la Islandia del siglo XIX. Agnes, mientras espera la hora de su ejecución, es confinada en la granja de un matrimonio y de sus dos hijas. Horrorizada, la familia ni siquiera quiere hablar con ella. Tan solo el joven ayudante de un pastor intenta comprenderla y salvar su alma. A medida que sus conversaciones progresan y el invierno deja su huella, el dilema se afianza: ¿fue Agnes culpable o no de los terribles hechos de que la acusan?
Dicen que debo morir. Dicen que le robé el aliento a unos hombres y que ahora ellos deben robarme el mío.
Editorial, portada, sinopsis. Verlo y quererlo. Por eso me hice con el libro. Leerlo por una provocación, aceptando un reto: buscar una frase. Resolución del reto: caliente, caliente, aunque no llegué a quemarme…
Aceptamos hechos reales: Agnes, sí o sí, ha sido la última mujer decapitada en Islandia. No hay trampa ni cartón en este hecho. Así que la primera incógnita que se nos presenta en todo libro, cuál será su final, ya la tenemos despejada desde el principio. No hay sorpresa posible ahí. Conocer ya cómo termina centra nuestra atención en otros aspectos, en la historia que nos cuenta Hannah Kent y no tanto en su resolución. No busca sorprender ni asombrar, sino recrear una posibilidad. Podemos elegir cuál será nuestro interés, aquel que hace que leamos y leamos, quizás conocer qué pasó la noche de los asesinatos o quizás, como fue mi caso, conocer a Agnes, su vida, y, especialmente, cómo vive sus últimos meses sabiendo que va a ser ejecutada.
Sabemos cuáles fueron los hechos reales: dos hombres muertos, un hombre y una mujer condenados y ejecutados, otra mujer (una niña) a la que se conmuta la pena. Se nos muestran cartas y documentos oficiales reales sobre el caso. No hay duda, Hannah Kent se ha documentado y lo ha hecho bien. Nos crea la atmósfera y el ambiente y yo he sentido hasta el gélido clima islandés, en muchos momentos he leído sintiendo mis dedos ateridos de frío, e incluso he sido capaz de olfatear el olor de la pobreza, de la tremenda pobreza y miseria de la sociedad islandesa de aquella época. Punto a favor de Hannah Kent: un lenguaje muy sensorial, que llega a la nariz, a la boca, al tacto…
Estructura, ritmo, tiempos… sorprendentemente para una escritora joven en su primera novela, están muy bien manejados y equilibrados, no sólo facilita la lectura, es que tiene un efecto atrapante y envolvente que me ha resultado muy agradable.
Me gustan los libros que me cuentan una historia, y Hannah Kent, a partir de unos hechos reales, crea una posibilidad, una ficción de qué pudo haber sucedido para llegar a ese final desvelado: Agnes será decapitada. Y, oigan, no me cuenta mal la historia. Es más: me la creo, me resulta verosímil. Anotemos otro punto más a favor de Hannah Kent: no cae en el sentimentalismo, no edulcora, tampoco hace sangría. Mantiene el punto justo, el equilibrio esperado, ni demasiado distante ni demasiado cercano. El lenguaje utilizado es muy lirico en algunos momentos, con exceso de cuervos si acaso, no es recargado, sí muy descriptivo, cautivador y evocador.
Podemos restarle un puntín, que no desmejora el resultado final: Hannah Kent se centra en el perfil de Agnes, en su historia personal, y se quedan desdibujados otros personajes, como los de los componentes de la familia que acoge (a la fuerza ahorcan…) a Agnes en los meses anteriores a la decapitación. Hubiera agradecido, la historia me lo pedía, conocer más a esa familia, especialmente a la madre de familia, Margrét. Creo que esa relación entre los distintos miembros de la familia y Agnes merecía más profundidad, pero a Hannah Kent le urge más el personaje de Agnes sin atender tanto a secundarios o al desarrollo en profundidad de las relaciones que se establecen.
Es verdad que lo que nos cuenta no resulta novedoso ni rompe ningún esquema esperado, no hay riesgo en ese sentido. Pero si aun así, sin sorpresas en el horizonte, ha conseguido mantenerme en la lectura, es por mérito de la autora y su forma de contar una historia.
En este caso cierro el libro y puedo decir que me ha gustado, y mucho. No pasará a la sección joyas, pero es un libro que contiene una solidez y una ambientación que provoca que seguramente conserve en mi memoria más tiempo del que hubiera pensado… Es un recomendable primer libro de una autora a la que habrá que seguir la pista.
(©AnaBlasfuemia)
(©AnaBlasfuemia)
Foto original de un escrito de Pétur Bjarnasson (reverendo de Undirfell) a Bjorn Blondall. En ella se puede leer: La rea Agnes Magnúsdóttir nació en Flaga, en la parroquia de Undirfell en 1795. Recibió la confirmación en 1809, edad a la cual se escribió de ella que tenía “un excelente intelecto; y un conocimiento y una comprensión del cristianismo sólidos”. Así consta en el libro parroquial de Undirfell.
Aquí podemos ver una badstofa, muy mencionada en el libro. Sirva para hacerse una idea de cómo dormían unos cerca de otros y más de uno en la misma cama.
Esto es lo que se conserva del taller de Natan en Illugastadir
El lugar en el que se ejecutó a Agnes y la placa en la que se la recuerda.