martes, 15 de agosto de 2023

Relatos del mar (VV. AA., comp. de Marta Solís)


"El pesquero parecía suspendido, como por arte de magia, a mitad de camino, en el interior de un embudo de gigantesca circunferencia y prodigiosa profundidad, cuyas paredes completamente lisas habrían parecido de ébano de no ser por la asombrosa rapidez con que giraban y el deslumbrante y fantasmal resplandor que irradiaban, pues los rayos de la luna llena, desde el círculo abierto entre las nubes que he mencionado antes, derramaban su gloria dorada sobre las negras paredes hasta desaparecer en las más recónditas profundidades del abismo" (Edgar Allan Poe, "Un descenso al Maelström")

¿"Relatos de mar"? Allá que voy de cabeza.

Es difícil valorar un libro que, aunque tiene una temática en común, recopila relatos y fragmentos de un total de 45 escritores... y una autora (Emilia Pardo Bazán). Sólo UNA mujer en la recopilación. Y eso que la antología la ha hecho otra mujer (Marta Salís). Vale que en el siglo XIX no habría muchas mujeres que les publicaran, o que escribieran sobre el mar y los rudos y machorros marineros y piratas, pero en la primera mitad del siglo XX ya podría haber caído alguna más. No sé. Que fácil no debe de ser, soy consciente del androcentrismo reinante (también) en la literatura, especialmente en la época que abarca esta antología (1536-1952).

La variedad de relatos (y fragmentos, algo que a mí siempre me echa para atrás, aunque en esta recopilación son minoría) hace difícil tener una sensación unánime y sólida al finalizar las más de 500 páginas de "Relatos del mar" porque ha habido relatos que me han entusiasmado, unos por su calidad literaria, otros por desbloquear en mí los recuerdos de esas lecturas infantiles sobre piratas, naufragios, barcos fantasmas y tráfico de esclavos, y otros por descubrirme autores o textos absolutamente desconocidos para mí. Pero también otros me han sobrado, o me han parecido meramente descriptivos o repetitivos. Así que sí, me han sobrado algunos relatos (más de los que quisiera, pero apenas un puñado en el total) y me han faltado otros.

Por encima de todos ellos tengo que destacar con el que más he disfrutado, "Un descenso al Maelström", de Edgar Allan Poe, un relato potentísimo y muy sugerente sobre la fuerza de la naturaleza. Especial mención también a: Kafka siendo siempre (el gran) Kafka en "El cazador Graco". Hemingway y esa fina descripción de la inutilidad de la victoria en "Después de la tormenta". La sutil complejidad de Henry James en "Un error trágico". Tolstoi, su humanidad y su búsqueda del sentido de la vida en "Los tres eremitas". La fantasía y el terror de Wilhelm Hauff en "La historia del barco fantasma". Nathaniel Hawthorne y sus descripciones líricas en "Huellas a la orilla del mar". El encantador feminismo de Trollope en "El viaje a Panamá". El sorprendente e inevitablemente poético Rilke en "La voz". La rareza fantasiosa de Marcel Schwob en "El mayor Stede Bonnet, pirata por temperamento". Y el relato final "Apuestas", de Roald Dahl, a cuyo protagonista seguramente concederían un Premio Darwin.

En definitiva, tal y como era previsible en una antología tan extensa, que además abarca tantos autores, géneros y épocas, "Relatos del mar" ha sido un vaivén con sus subidas y bajadas, sus cúspides y momentos de esplendor e ilusión pero también su declive, con sensación de chasco y decepción. ¿En conjunto? Me quedo con lo disfrutado, porque estoy muy zen y muy positiva y porque valoro mucho el esfuerzo y el trabajo que hay detrás de esta antología.

"Marchaos, amigos de antaño, y dejadme escuchar el rumor del mar: una voz melancólica, pero menos triste que las vuestras" (Nathaniel Hawthorne, "Huellas a la orilla del mar")

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