- ¡¡¡Mis ojos son veeeerdes!!! ¡Verdes!
- Lo sé, pero tu mirada es azul
¡Cuántas veces nos habíamos hecho esta broma! Hubo momentos en los que te juro que hasta llegué a pensar que mis ojos eran azules.
He pasado tantos años contigo… no recuerdo siquiera otra vida que no fuera junto a ti. Contigo asimilé que mi mirada era azul, aunque mis ojos fueran verdes. Contigo aprendí a amar el mar y sobre todo, aprendí a amarlos a ellos: los delfines. Esa fascinación tuya que tan sólo a ratos llegué a percibir y comprender en toda su intensidad. Esa fuerza con que tú los amabas, mar y delfines.
Cuando mirabas el mar, yo te miraba a ti. Yo sé que cuando te ahogabas sin el mar lo buscabas en mi mirada. Azul, azul el mar. Azules los delfines. Azul mi mirada de ojos verdes.
Miré el mar mientras te abrazaba. La enfermedad había sido más rápida contigo que con la mayoría de las personas. Aun desde tu extrema delgadez conservabas en tu mirada esa fuerte expresión, esa mirada de asombro y curiosidad, pero también de vida y decisión. Tu abrazo me llegaba débil, pero tu amor me acariciaba con una intensidad casi delirante.
El mar estaba tan inmóvil que no parecía natural. Pero el agua era azul, muy azul. Los delfines habían seguido nuestra embarcación y, cuando nos detuvimos, permanecieron con nosotros. No lo dudo ni un momento, sé que están aquí por ti, que los habrás convocado mientras mirabas mi mirada azul.
Es como tú quieres que sea. Estamos quienes te hemos querido y quienes tú has querido. Está el mar. Están los delfines. Todos están tan cohibidos que apenas nos miran. Mi mirada se concentra en la tuya, y tú buscas la mía en una intimidad que nos abarca a todos.
El mar estaba tan inmóvil que no parecía natural. Pero el agua era azul, muy azul. Los delfines habían seguido nuestra embarcación y, cuando nos detuvimos, permanecieron con nosotros. No lo dudo ni un momento, sé que están aquí por ti, que los habrás convocado mientras mirabas mi mirada azul.
Es como tú quieres que sea. Estamos quienes te hemos querido y quienes tú has querido. Está el mar. Están los delfines. Todos están tan cohibidos que apenas nos miran. Mi mirada se concentra en la tuya, y tú buscas la mía en una intimidad que nos abarca a todos.
- Tu… mirada… es azul.
- Lo sé, te respondí
- Ahí… me quedaré siempre… en tu mirada… azul
No sé de qué color eran mis lágrimas. Nos habíamos preparado para este momento. Después de una larga travesía conseguimos desconvocar el dolor. Sé que la memoria no me hará preguntas.
Los delfines se acercaron tanto que temí por un momento que volcaran la embarcación. Era la señal. Había llegado el momento.
- ¿Lista?, te pregunté.
- Sí, me contestaste mientras tu mirada se tornó, también, azul.
No necesitábamos más palabras. Todo nos lo habíamos dicho ya. Tanto que al final prescindimos de ellas. Nuestros días se poblaron de los silencios más intensos, verdaderos, nítidos y entrañables que se podían crear y recrear entre dos personas. Sólo manos, miradas, abrazos y silencios. En el umbral, nos amamos hasta subir al cielo.
Deshice lentamente el abrazo, dejé escapar tu mano. No sé si llegaste a sumergirte en el agua. Juraría que los delfines te mecieron mientras te arrullaban cánticos tranquilizadores. Cerré los ojos mientras te atrapaba en mi mirada, ahí te retendría para siempre, en mi mirada azul.
A Ohne, que me dio la palabra y me da la mirada
.
Me encantan los delfines y el color azul. Creo que son unos animales muy inteligentes. Y si hay que mirar en azul, se mira. Sin problema. jajaj. Besos.
ResponderEliminarEso dicen, que son muy inteligentes, pero yo no sé si fiarme, que me lo dijo un delfin ;) Las miradas mejor azules, que las miradas verdes dan lugar a malos entendidos :)
EliminarBesos
Un texto precioso, pero... lo he interpretado en clave personal y salgo hecha polvo de aquí. Eso es lo que tiene escribir de una forma tan magnética... 1beso!
ResponderEliminarTizire, entre tú y yo, no salgas hecha polvo, en realidad, aun en clave personal, muy personal, es ... esperanzador. Hay que saber irse. Ya te quiero ver volver recompuesta ¡¡ya!! ;)
EliminarAbrazo
Una historia preciosa, pero tristísima. No me importaría nada terminar mis días de esa forma acogida y arropada por alguien que me quiere y acompañada por esas increíbles criaturas.
ResponderEliminarUn saludo.
No es triste, bueno, irse es triste. Pero irse así Mariuca... es la mejor forma de hacerlo, si se puede elegir.
EliminarSaludos
Conmovedor y esperanzador al mismo tiempo, simplemente genial. Un beso muy grande.
ResponderEliminarMe alegro Norah que hayas captado el lado esperanzador. Tienes una mirada amplia, lo sé ;)
EliminarBesazo!
Un relato muy especial aunque un poco triste
ResponderEliminarSólo un poquitín, albanta, no es tan triste :P
EliminarBesos
Con pocas palabras: precioso, delicado y conmovedor.
ResponderEliminarBesos!
Con pocas palabras... bueno, con una... mejor con dos: Gracias Laura ;)
EliminarBesos
Gracias!
ResponderEliminarSilvia, gracias a ti
EliminarBesos
He ido y vuelto varias veces, este texto es de esas lecturas que no sabes si comparte quien escribe, quien recibe o a quién alude. Y lo siento tan privado que casi prefiero quedarme a contemplar aunque tenga otro color de ojos y de mirada. No pregunto nada. Sabes por donde ando.
ResponderEliminarHoy toca un abrazo (que sé que te encanta ;)
Que no se diga, te hago hacer deporte y todo (que si vas, que si vuelves...) ;) Comparte quien escribe, quien recibe y ... bueno, se comparte. Te veo ver, te miro mirar. Incluso algún día hasta lo mismo te veo preguntar, quién sabe. Gracias por el abrazo, me gustan más que a las farolas.
EliminarUn abrazo azul :)
Transmitir tanta con tan pocas palabras... Me has tocado el corazón.
ResponderEliminarBesos.
Aglaia... amable Aglaia, tú también me lo acabas de tocar a mí. Gracias.
EliminarBesos
Me has atrapado con ese comienzo tan... impetuoso; introduciendo así a los personajes has conseguido volverlos bastante humanos en las dos primeras líneas. El azul y el verde son mis colores favoritos...
ResponderEliminarEspero que tu estado de ánimo no se corresponda con el que transmiten tus palabras.
Un beso.
Caminante, que se enreda en los inicios impetuosos. En realidad mis colores preferidos son todos los mas chillones: verde, amarillo, naranja... El morado, también. Y el azul, en el mar. Y en la mirada ;)
EliminarMi estado de ánimo, aunque parezca increíble, mejoró al transmitir (gracias por preocuparte).
Beso!
Bonito relato. Expresa mucho en muy pocas palabras. Preciosas imágenes de azules miradas de ojos verdes... Me quedo con el lado esperanzador, y con esta frase: ---> "Sé que la memoria no me hará preguntas."
ResponderEliminarUn abrazo :-).
Gracias Marsar, por tus palabras y por quedarte con el lado esperanzador (es el lado correcto). La memoria, ya sabes, es muy traidora, es mejor no darle oportunidad de que nos cuestione ;)
EliminarAbrazo
Ha sido muy emotivo leerte, me ha hecho también reflexionar, me has tocado el alma. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Marisa, pensar que te he tocado el alma es ... bueno, pues eso, que gracias ;)
EliminarAbrazo
Cómo se siente la complicidad entre los protagonistas. Está bien sentirse arropada hasta el último momento, saber que vas a tener a alguien a tu lado en tu último adiós, poder despedirte haciéndolo como realmente quieres... ¡Preciosa historia nos regalas hoy!
ResponderEliminarBesotes!!!
Margari... qué bien has sabido leerlo, me alegro taaaanto que no hayas dicho que es una historia triste, sino preciosa, por el sentirse arropada, por el saber irse y el saber dejar ir. Gracias ;)
EliminarBesos
Bluff ... Me parece un maravilloso adiós, íntimo, hermoso y seguro que muy duró. Un beso
ResponderEliminarSusana, te veo ya experta comentarista :P Los adioses nunca son fáciles, hay que saber irse y creo que eso hace todo más fácil. Creo. Besos!
EliminarPero ¿cómo me haces esto ¿Cómo juegas con mi sinestesia? Este relato es fresco en el fondo y cálido en la superficie, como las mejores playas y encima en el mar que me imagino la brisa es silencio, ¿ podemos estar mejor cuando callamos cómplices con alguien porque no existe la obligación de decir algo? Y el adiós... Besos :)
ResponderEliminarEl presi en ensueños.
Yossí, yo nunca te haría nada que te doliera :P Las sinestesias son tan enriquecedoras... Cuando los silencios son tan complices, mucho más que las palabras, el silencio como correa de transmisión sensorial y emocional... entonces ya se está listo(a) para muchas cosas, pero sobre todo ya hay una unión, en ese momento, que no necesita de nada. Hay adioses que son un hasta luego.. Besazo a mi ensoñador presi.
EliminarNo sé si tus ojos son verdes, pero de lo que estoy segura es de que tu mirada es azul, lo veo cuando escribes.
ResponderEliminarHoy yo también prefiero un abrazo, ¿me lo das?
Mis ojos son verdes y mi mirada azul, así es :) Por supuesto que te doy abrazo, te mando uno en un ratito ;)
EliminarAbrazo!
Emotivo relato. Tienes un don. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarBesos
Gracias Maribel, ya quisiera yo tener algún don ;) Gracias a ti.
EliminarBesos
Es un relato muy intimo. Yo también he sentido que lo compartias con nosotros. El final es precioso.
ResponderEliminarUn abrazo también.
Las despedidas siempre son intimas, pero saber irse, y saber quedarse, es algo que hay que aprender y compartir. Gracias.
EliminarAbrazo!
Un relato precioso de despedida que me ha llegado al corazón de manera muy especial. Un abrazo muy, muy fuerte.
ResponderEliminarGracias Pilar, llegar al corazón de alguien es algo que me conmueve. Un abrazo.
EliminarUna gran ternura, mucha complicidad, amor... encoge un poco el corazón leerte hoy y a un tiempo, llegas al final sintiendo una especie de paz, supongo que la que da la aceptación y la asunción, de esa mirada azul.
ResponderEliminarMuy hermoso Ana.
Un abrazo fuerte.
Cuando todo eso, ternura, complicidad, amor se conjuga de forma adecuada, hasta lo más duro se puede hacer en paz. Aceptar, afrontar, decidir, saber cuándo es el momento. Difícil, pero si se consigue...
EliminarUn abrazo Jara
Un relato lleno de mucho sentimiento, te ha salido de los más hondo. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Enzo, me alegro de que te haya gustado.
EliminarBesos
Precioso relato, Ana, lo has bordado, para variar. Se nota que lo has escrito con sentimiento. Besos.
ResponderEliminarGracias Paco, tú es que eres muy fan ;)
EliminarBeso
Sé de qué hablas, lo he vivido y cuando lo rememoro me lleno de emoción. Es difícil aceptar la despedida de alguien amado, sin embargo la paz solo puede llegar cuando aceptas ese adiós y conservas dentro todo lo compartido con esa persona, solo así aparece la sonrisa y el mar azul desde una mirada verde-azul.
ResponderEliminarMuy bello el relato.
Un abrazo!!
U-topia, cuando alguien se va, o cuando alguien toma la decisión de que ya que irse, que no puede más... normalmente es quien se queda quien tiene que aprender a aceptar esa despedida. Y como comentas, conservar lo compartido.
EliminarGracias. Abrazo
Un relato precioso. Además has dado con una enamorada de la mar..
ResponderEliminarBesos
Gracias. ¿Has visto El gran azul? Si no la has visto, toma nota ;)
EliminarBesos
Ana, hija no sé si es real, aunque creo que hay algo personal en el relato. Estoy pasando por algo relativamente parecido y aunque el adiós aún queda lejos (o al menos eso espero), me has dejado con un nudo en la garganta. Se que nos dará una lección más, porque ya nos la está dando día a día, y cuando llegue el momento espero poder estar cerca y a su altura.
ResponderEliminarUn beso especial de mis ojos (que también son verdes).
Hay realidad ficcionada, ficción real... Hay varias cosas. Siento haberlo compartido en este momento en que te encuentras, pero te digo que en esa situación, se aprende a aceptar, suele ser más duro para quien se queda. Y quien se va ayuda, es increible pero así es.
EliminarUn abrazo para tí de ojos verdes a ojos verdes
Ana, me encanta haber podido compartir el momento, no lo entiendas mal, es sólo que tengo las emociones a flor de piel, y justo ha coincidido una situación parecida. No me da miedo aceptarlo ni tampoco despedirme (simplemente ahora no quiero hacerlo, creo que todavía es pronto), lo que me da miedo es verle sufrir y no poder ayudarle.
EliminarBesos enormes, preciosa. Y gracias por escribir.
Filias, no se me ocurre otra cosa que decir más que: gracias (a ti, a ti). Y un abrazo.
EliminarBueno, me encantó cuando lo leí, hoy vengo a comentarlo, precioso, aunque por torpeza o lo que sea me quedo con ganas de preguntar alguna duda sobre el destinatario, la posible autobiografía , en fin, cotilleo vamos. Mientras, añado algo de frivolidad y dejo esta canción para este momento:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=29NM6ySmwfQ
Un beso, que entre el martes bien entrado, por Dios!
Qué mosqueo con que publique de fin de semana :P Lo que te va el cotilleo, jeje. Meg, hay de todo un poco, como en botica ,no sé si esto te sirve para satisfacer tu sana curiosidad ;) Me has matado con el vídeo, jajajajaj
EliminarUn besazo!
Muy bonito, un maravilloso diálogo de afectos y colores. Ohne estará encantada, un hermoso tributo. Bss
ResponderEliminarGracias Mere, es un diálogo silencioso, pero con mucho color, cierto.
EliminarBesos
Precioso relato, una vez más. El sentimiento y la emoción se notan en cada una de sus líneas. Gracias de nuevo por compartirlos con nosotros.
ResponderEliminarBesos:)
Gracias Sara, da gusto compartir con personas tan amables y cariñosas ;)
EliminarBesos
Qué difícil es saber irse pero aún lo es más asimilarlo para quien se queda.
ResponderEliminarUn besín.
Se prepara más quien se va, aunque sea por agotamiento, que quien se queda. Fácil no es. Hay pocas cosas fáciles, pero eso no quiere decir que no sean hermosas.
EliminarBesines!
Ay! A mi estas cosas me duelen porque aunque haya esperanza, '¡¡lo que duele el camino!!! Besos.
ResponderEliminarEl camino duele, es verdad, pero cuando se llega a un sitio hermoso sabes que lo has hecho bien.
EliminarBesos
Coincido con Marilú, me parece privado, tan privado que casi me parece estar metiendo las narices en la intimidad de alguien.
ResponderEliminarPrecioso.
1beso:)
Bueno, nada que pones en la red es privado, ya lo compartes. Siempre hay claves diferentes en lo privado y lo público, eso es verdad.
EliminarGracias. Un beso
Vaya texto... Es que no se ni qué decirte...
ResponderEliminarBesos Ana
Una entrada preciosa. Por lo que leo en los comentarios veo que tú lo has tomado con mucha serenidad, aunque sé que es lo mejor, también me imagino que es muy difícil.
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