Traductor: Yoshiko Sugiyama
Páginas: 416
Publicación: 2006 (2011)
Editorial: Funambulista
Categoría: Narrativa Contemporánea
ISBN: 9788496601987
Sinopsis: Al cumplir doce años, Tomoko, huérfana de padre, deberá cambiar de ciudad y separarse de su madre para ir a estudiar primero de secundaria. Para ello irá a vivir a casa de su prima Mina, una lujosa mansión de estilo occidental, cerca de Kobe, donde todo es singularmente diferente: su prima se pasa el día entre libros, o jugando con cerillas, su tío (director de una conocida fábrica de bebidas) es mestizo y se ausenta misteriosamente de la casa, y su tía abuela Rosa es alemana y habla a duras penas japonés. Pero, sobre todo, en la finca (que en su tiempo había albergado un zoo) vive un hipopótamo enano, que Mina utiliza como medio de transporte para ir a la escuela primaria, debido al asma crónica que la aqueja.
Yoko Ogawa empezó a ser conocida en nuestro país con La fórmula preferida del profesor. Después de despejar la fórmula del profesor decidí dar un paso más allá del boom mediático y me leí El embarazo de mi hermana una desasosegante visión del embarazo, visto desde el punto de vista de la hermana de la embarazada… En cualquier caso Yoko Ogawa me había conquistado ya con su peculiar visión de lo cotidiano, así que era inevitable que La niña que iba en hipopótamo a la escuela acabara en mis manos. Además es uno de los libros que Mónica Serendipia propone para su reto Serendipia recomienda 2014, con lo que leer este libro me venía muy bien.
Sólo de imaginar a esa niña yendo al colegio en hipopótamo ya me tenía ganada y cuando al desplegar la contraportada me encuentro con esta foto de Ana Bello yo ya estaba derretidita ¿no mola ir al colegio en hipopótamo?…
Y empezar a leer las primeras páginas es encontrarme nuevamente con esa Yoko Ogawa tan sensorial, tan sencilla en su lenguaje y tan aguda y sarcástica en su visión del mundo y lo habitual.
Entonces se extasiaban diciendo "¡Qué cochecito tan bonito!" y luego se iban sin decir si encontraban bonito al bebé metido dentro.
El bebé que iba dentro de un carrito tan desproporcionado como llamativo era Tomoko, una de nuestras protagonistas y quien nos contará, 30 años después, el año que pasó en 1972 conviviendo con su prima Mina y su familia.
Y eso nos vamos a encontrar: un año en la vida de unas personas. Nada de otro mundo y, sin embargo, todo extraordinario. El día a día, con su asombrosa cotidianidad. En el transcurso de ese año, 1972, los hechos que fueron noticia en Japón no quedan al margen de la narración, como no queda al margen de las personas que allí vivían, y así por ejemplo nos encontramos con el desconcierto que causa a nuestros personajes el suicidio del autor japonés Yasunari Kawabata:
No es un conocido nuestro. No lo hemos visto jamás. Pero el señor Kawabata era un escritor ¿no es cierto? Alguien que escribe libros. Incluso aquí tenemos libros del señor Kawabata. No lo conocemos pero tenemos un vínculo con él. El señor Kawabata ha escrito libros que están aquí. Estos libros todo el mundo los lee. Éste es el motivo por el cual estamos tristes.
En una librería de una ciudad en la que él no puso jamás los pies, alguien que no le conoce abre uno de sus libros. Morir cuando te ha ocurrido algo tan maravilloso... me pregunto qué le habrá pasado por la cabeza.
Mentiría si no dijera que me costó arrancar con la lectura, durante bastantes páginas descripciones y detalles no conseguían llevarme a ese punto idílico entre el libro y yo que me hiciera no querer dejar de leer o volver al libro a la mínima oportunidad. Pero esto cambió en el momento en el que la figura de Mina, la etérea Mina, se engrandece y se apodera del espíritu del libro. Y ese momento, al menos en mi caso, fue cuando descubrimos el papel que tienen las cajas de cerillas, a las que tan aficionada es Mina. Y ahí empecé a conectar con la lectura. In crescendo.
Si se quisiera explicar con tan solo unas palabras quién era Mina, se podría decir que era una niña asmática a quien le gustaban los libros y que se desplazaba a lomos de un hipopótamo. Pero si se quisiera demostrar que se trataba efectivamente de Mina y no de cualquier otra persona, sería preciso añadir que era una niña que sabía encender con gracia las cerillas.
A partir de ese punto la lectura empezó a fluir y a tocarme esas fibras lectoras necesarias para que me aislara de lo que me rodea y entrara a la mansión junto con Tomoko, Mina, los padres de Mina, la señora Yoneda, la abuela Rosa, el señor Kobayashi, el hipopótamo Pochiko… Todos ellos personajes que de forma pausada se van deslizando en tu corazón hasta introducirse en él. Ah, y Pochiko, el más hábil para, desde su invisible presencia, hacerse un hueco bien grande en el lector.
La niña que iba en hipopótamo a la escuela no es una historia de acción, no desentraña nada, no hay grandes misterios; sólo es el transcurrir de un año, 1972. Y a través de estos momentos que nos describe Tomoko, vamos viendo cómo se crean los lazos indestructibles de la amistad entre Tomoko y Mina, pero también a la entrañable amistad entre la señora Yoneda y la abuela Rosa. Pequeños acontecimientos se van sucediendo, nada transcendentales ni improbables, muy cotidianos, pero hábilmente van contribuyendo a crear afectos, entre Tomoko y Mina y su familia, pero también entre el lector y los personajes.
Así, aunque me costó arrancar con el libro finalmente la lectura alcanza la tensión emocional suficiente como para que toque esa tecla entusiasta que se agradece porque acompasa al corazón. Late, luego estamos vivos.
Hay algo que no puedo pasar por alto, manque me pese: la edición y la traducción dejan bastante que desear. No esperaba encontrarme con las erratas que me encontré ni con una traducción que en algunas frases hasta hacían daño a la vista. Una pena. Espero que en la segunda edición hayan corregido estos desmanes…
No obstante esta colleja que acabo de soltar (merecida), ha sido una lectura muy agradable y que no me aparta de la senda de Yoko Ogawa, una autora que posee una habilidad especial para sacar lecturas distintas de lo cotidiano, aunque en este caso más que poner el punto de mira en lo distinto de lo cotidiano, en lo menos visible, lo que hace es evidenciar las redes que se entrelazan en la convivencia sin necesidad de grandes acontecimientos ni aspavientos. La vida misma, qué maja ella y cuánto la quiero y cuánto me gusta vivirla.
(©AnaBlasfuemia)
(©AnaBlasfuemia)
No fue una de las autoras para el reto de Serendipia, pero ahora me lo voy a llevar, me encanta lo que nos cuentas. Suelo encontrarme a gusto con la literatura oriental por esas grades diferencias que encuentro a la hora de leer las narraciones del día a día y de las vidas en general y este libro seguro que se adapta a lo que me suele encantar.
ResponderEliminarUn saludo.
No es Yoko Ogawa una autora muy oriental en su estilo narrativo, quizás sí más en "El embarazo de mi hermana" pero vamos, que tampoco es de las autoras más orientales que he leído. Sí es muy personal cómo interpreta y cuenta cosas cotidianas. Espero que aún así disfrutes de la lectura.
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Como fastidia una mala traducción. Aunque el libro sea bueno, eso le hace perder muchos puntos. Fíjate que el argumento me atrae, pero buscaré otra edición.
ResponderEliminarBesotes.
Sí, la traducción hay partes que duelen un poco, y también alguna errata. Me ha sorprendido la verdad. Es como las películas mal dobladas o con voces inadecuadas... No sé si en ediciones posteriores se habrá corregido, la verdad.
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He leído dos libros de la autora y lo cierto es que no me importaría repetir...aunque lo de la mala traducción...!!
ResponderEliminarPues si te ha gustado, adelante. La traducción y las erratas no ayudan, no nos vamos a engañar. Duele porque lo pagas, además, no entiendo que en editoriales del nivel de Funambulista se le cuelen estas cosas...
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Me parece que de comenzar con la autora lo haría con su otro libro aunque esta lectura tampoco la descarto. Imposible que no llame la atención su argumento.
ResponderEliminarEl argumento y el título me llamó la atención desde el principio. Quizás no ha llegado a ser la lectura que pensé, pero sí me ha dejado buenas sensaciones..
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la verdad es que el argumento es genial... ya me apetece
ResponderEliminarEl argumento llama, sí, a mí ya lo hizo desde el título. El hipopótamo, genial ;)
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No me llama nada, aunque has puesto un cebo tan apetitoso como es que nos toquen esa tecla que nos hace sentir. Pero no lo veo claro, estas cosas demasiado originales no son para mí, además si te ha costado entrar y encima la edición no es buena, creo que lo abandonaría.
ResponderEliminarBesitos
Es un cebín, el libro está bien, lo disfruté, tiene cosas muy interesantes, es amable. Y el hipopótamo es genial, aunque para nada protagonista. No es original en plan experimental ni nada, al contrario. No me costó leerlo, sí meterme en la historia, pero eso puede ser personal más que nada. La edición no es un desastre, pero está al borde, no entiendo muy bien esa dejadez, será que estamos mal acostumbradas con otras editoriales que cuidan con mimo esos detalles.
EliminarBesos!
El libro se ve de lo más original, desde el título hasta la fotografía y la historia que reseñas. Lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarUn beso Ana !!!!!
No me digas, el título... Se me hacía especial sólo por imaginar a una niña yendo al colegio en hipopótamo. Es una historia agradable, de esas que parece que no cuentan nada pero...
EliminarBesos Lídia
Me encantó esta historia precisamente por lo que dices: su sencillez, su falta de dramatismos o aspavientos. Y, sin embargo, qué bien que trasmite esa inocencia de la infancia. Junto con "La formula preferida del profesor" es mi novela favorita de Ogawa, aunque supongo que ya sabes que dicen que estas dos son las más "occidentalizadas" de la autora. Bss
ResponderEliminarCreo que lo que me gusta de Ogawa es eso, no la típica historia con su inicio, nudo y desenlace, sino cosas habituales, normales en un grupo de personas, pero a los que saca buena tajada, con apreciaciones muy incisivas y curiosas. Yo creo que sigue gustándome más "El embarazo de mi hermana", y eso que es más descarnado y nada inocente.
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Siempre me descubres unos libros muy interesantes. Este no lo conocía ni de oídas, porque con el títulos que tiene me acordaría de él.
ResponderEliminarMe lo apunto para más adelante.
Besos!
El título no es de los que se olvida, no :) Hace tiempo que lo tenía y con el Reto de Serendipia me pongo las pilas para leer unos cuantos que están en el punto de mira.
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De la autora leí "La fórmula preferida del profesor" y me gustó, aunque no me terminó de conquistar. Los pasajes que dedicaba al deporte se me hacían algo pesados y repetitivos, aunque tengo entendido que es una constante en sus libros.
ResponderEliminarDe todas maneras, me gusta esa sensibilidad especial que tiene para contar las cosas del día a día, así que me llevo la recomendación. Una pena lo de la edición, por cierto.
1beso:)
La fórmula preferida del profesor tuvo mucho tirón en su momento, yo quise seguir conociendo más de la autora y ya voy por el tercero ¡y otros autores esperando a estrenarse! Esto es un sinvivir ;) Lo del deporte sí que al menos en lo que he leído es así, pero no se hace pesado ni mucho menos. Cuenta las cosas distintas, a mí es lo que me llama de esta autora, tiene un algo que todavía no soy capaz de definir muy bien y que creo que he visto más claramente en El embarazo de mi hermana
EliminarBesos!
Querida Ana, gracias, pero no, voy a seguir salvando la lista, las pegas que pones (auqnue en gemneral te haya gustado) se suman a la que yo ya tengo de antemano, o mejor dicho, no tengo: ganas de probar de nuevo con esta autora. Leí "La piscina", y aunque reconozco que es bueno, me pareció oscuro y me dejo mal sabor de boca. Un besote :-)
ResponderEliminarQuerida Meg, de nada, a mi me parece estupendo que salves tu lista ¿podrías venir al rescate de la mía? Te quedaría eternamente agradecida ;) "La piscina" no la leí, así que no puedo juzgar, pero si tengo oportunidad lo haré, aunque en gustos a veces no coincidimos (poquitas veces) en no gustos sí que solemos coincidir, esa es la verdad :P
EliminarLo del mal sabor de boca ¿no será por los antibióticos? ;)
Besos con omeprazol y mucha paciencia
De esta autora solo he leído La fórmula preferida del profesor que me encantó y desde entonces quiero repetir, este es uno de los títulos que más me llaman así que seguramente me animaré con él
ResponderEliminarBesos
El título llama, está claro, y si te gustó La fórmula preferida del profesor este va muy en esa línea, así que creo te gustará.
EliminarBesos
No me acaba de llamar este libro y si encima tarda en enganchar su lectura pues menos, un beso
ResponderEliminarPues nada Rocío, si un libro no nos llama es porque no tiene nada que decirnos, y las listas están siempre saturadas, hay que ser selectivos.
EliminarBeso!
No me he animado aún con esta escritora, y mira que la tuve en el punto de mira, sobre todo la de "La fórmula preferida del profesor", aunque esta tampoco parece pintar nada mal. Me han gustado los fragmentos, y lo que dices de que sabe mirar las cosas cotidianas de un modo especial. Creo que es una de las habilidades que más me gustan en un escritor.
ResponderEliminarBesos!
Creo que tanto La fórmula preferida del profesor como este van en una línea parecida, a mí me gustaron los dos, pero más El embarazo de mi hermana, que no tiene nada de tierno, eso es la verdad. A mí también me gusta de los libros y los escritores que me amplíen la mirada sobre las cosas, hechos y personas ;)
EliminarBesos
Tengo la sensación -nada fundada, por otra parte- de que no me iba a gustar nada esta autora... algún día debería obligarme a leerla para que se me quiten estos prejuicios absurdos.
ResponderEliminarY sí, molaría ir al cole en hipopótamo xD
besos!
Bueno, las sensaciones a veces funcionan (otras no), pero claro, la única manera de saberlo es comprobándolo por ti misma... Como vengo comentando, este y su libro más conocido (La fórmula preferida del profesor) son más en la misma línea. "El embarazo de mi hermana" es otra cosa, más cruda y que no aconsejaría de igual manera, aunque a mí me gustó bastante más. Rara que es una.
EliminarYo creo que me habría molado ir al cole con cualquier animal que me pudiera transportar ;) (siendo de donde soy, una vaca no habría venido mal).
Besos
Ogawa siempre logra seducirme. No cuenta grandes historias. Es su forma de contarlas, es esa manera de hacer de lo cotidiano algo especial, como bien dices, lo que más me gusta. Así que este libro caerá seguro, pero espero que en próximas ediciones esos fallos de traducción y esas erratas hayan desaparecido.
ResponderEliminarBesotes!!!
Así es, no son historias rocambolescas ni alejadas de lo habitual (aunque lo del hipopótamo se nos haga raro), pero tiene un algo en esa forma de contar y mirar que a mi no me desagrada para nada. El libro que tengo era la primera edición, si tengo oportunidad de comprobar otras posteriores lo miraré, tampoco es que haga insufrible la lectura, pero vaya a veces escocía.
EliminarBesos
Una pena lo de la traducción...es un fastidio, pero bueno la historia me gusta...sería mirar si hay más ediciones.
ResponderEliminarUn beso!
La historia no sufre mucho por la traducción y las erratas, aunque a veces "te saca", aunque todo es cuestión de concentrarse ;)
EliminarBeso
Cada dia me sorprendes con un libro desconocido para mi, asi como la autora. Contigo estoy descubriendo una parte literaria que ni por asomo pensé que existiera. Lo del título: muy original, asi como la trama, aunque no se si me enganchará (tu ya sabes de mis gustos). Lo dejo ahí, en pendientes a largo plazo
ResponderEliminarGracias, guapa
Hay tantos libros en el mundo que es fácil que siempre te encuentres con libros que, oye, ni idea :) Ya sé de tus gustos, pero creo que este podría entrar ... con un poco de calzador si eso :) Los gustos cambian Jericó! Pendiente a largo plazo es ¿la cuarta vida o así? ;)
EliminarBesos y gracias a ti por comentar
Las novelas de infancia me encantan, esos relatos en los que parece que no pase nada, pero cuando todo es fascinante y que queda en nuestra memoria. Leí hace poco "Temps d'innocència" de Carme Riera, sobre la infancia de la autora en Palma. También me gustó "Años lentos", una joya literaria de Fernando Aramburu. Y por supuesto, Un árbol crece en Brooklyn. Hala pa que tú también te lleves algo a la repisa de pendientes :)
ResponderEliminarAsí que la temática me gusta, me lo llevo anotado, tendré en cuenta la sensación del principio y tendré paciencia...
Gracias.
Sí, a mi también me suelen gustar ese tipo de lecturas, aunque no todas me convenzan. Al recordar las cosas ganan en fascinación, es lo que tiene la memoria. Te agradezco, te agradezco que engordes mi lista de pendientes, aunque está la pobre a reventar. Aunque únicamente anoto el de Aramburu, que el de Carme Riera sería relectura y el de Un árbol crece en Brooklyn lo tengo ahí en pendients de hace tiempo.
EliminarGracias a ti (me gusta verte por aquí, ya lo sabes)
Finalmente, “La fórmula preferida del profesor” no ha sido tanto como prometía, un relato que me atrapó en un primer momento pero cuyo interés fue decayendo a medida que avanzaba en su lectura. Narración por momentos insulsa, a veces hasta aburrida. No he conectado con la historia ni con los personajes. Así que, de momento, és de la niña lo pospongo, me he leido dos de esta escritora seguidos y aunque el primero sí, “El embarazo de mi hermana”, éste segundo me ha decepcionado.
EliminarLa fórmula preferida del profesor es un libro relativo. Está bien pero sin grandes emociones, lo leí cuando estaba muy de moda y bueno, no voy a decir que me decepcionó, pero leyendo como leo, me pareció que no me daba tanto como esperaba. Creo que es buena opción ir por otras lecturas. Hay mucho y se puede sobrevivir sin este.
Eliminarbesos
Nunca (o casi nunca) puedo decir que no me atraiga una novela, sin embargo tengo dudas respecto a esta.
ResponderEliminarDe acuerdo, ir en hipopótamo a la escuela es una pasada, pero....
Un beso!!
Pues si tienes dudas ya te lo digo yo: no dudes y sigue tu camino de largo, que hay muchos libros como para pararse a dudar delante de uno. ¡Será por libros!
EliminarBesos
Bueno, bueno, ir al cole en hipopótamo debe molar mucho pero cotidiano, aquí, no resulta, desde luego. Y a lo cotidiano iba, me gustan esos autores que cuentan cosas muy de diario pero embaucan de alguna forma.
ResponderEliminarTambién te cuento que un día saqué La fórmula preferida del profesor de la biblioteca pero no lo leí (y en todo caso sería poco) me lo pospuse para mejor ocasión. La literatura asiática la miraba con lejanía y me costaba decidir. Hablo en pasado porque últimamente me llaman muchísimas!!! (eso ya lo sabes) y creo que mi reactivación viene desde que leí Nacer mujer en China ¡si hasta he llegado a Murakami! jejeje. Antes de viajar en el hipopótamo iré a despejar fórmulas, eso si.
Besos de gracias
Bueno, a ver, muy de diario ir en hipopótamo al colegio no es, no, pero el resto encaja en lo cotidiano de esa familia. Sí, ya sé que te gusta la literatura más realista :P Ya lo he dicho por activa y por pasiva, pero a mí el que más me gustó de los tres leídos (incluido el de la fórmula) fue "El embarazo de mi hermana", diferente y más trangresor, me gustaba esa forma de escribir (ya sabes que últimamente me fijo mucho en eso, es un defecto "profesional". Murakami... en ascuas me tienes, no te creas, sobre las sensaciones que te dejará. Ya me contarás (o no)
EliminarBesos de por nada, para nada.
No suelo leer libros de este tipo porque me sabe mal no tener un mayor transfondo histórico. Que me siento inculta, vaya. Creo que es una buena oportunidad para conocer la realidad de esa época en un entorno tan lejano al mío. Me gusta que la trama principal no sea la histórica y probablemente lo buscaré. Eso sí, la edición más reciente, que por defecto de profesión soy muy tiquismiquis con lo que comentas jajaja
ResponderEliminarUn besito y gracias por la recomendación y el aviso =)
Hace tiempo que me he acostumbrado a averiguar algo más de los autores de los libros que leo, y eso siempre me da un poco el contexto. Pero tampoco es necesario hacerlo, en este caso todo el trasfondo histórico necesario lo aporta la propia Ogawa, insertándolo en las reacciones a esos acontecimientos (las olimpiadas del 72 y el atentado, el suicidio de Kawabata...).Oye, que 1972 no está tan lejos, eh!! (sería buena idea buscar otra edición, aunque no sé si hay correciones posteriores).
EliminarBesos!
A mí también me gustan más los libros con un transfondo histórico, que la trama tenga intriga, o que la historia tenga algo interesante o sorpresivo que contar, que te enganche desde el principio. Sin embargo, todo eso lo puedo perdonar por un libro que esté magistralmente escrito. Me ha gustado tu reseña, aunque este libro no se ajuste a mis parámetros, la manera en que lo describes la hace tentadora.
ResponderEliminarP.D: poco a poco voy saliendo de mi crisis lectora.
Besos
La verdad es que últimamente no podría decir qué es lo que hace que un libro me enganche o no desde el principio, no sé si son estados de ánimo o qué, pero muy mal tiene que empezar un libro para que me cueste seguir leyendo. También es verdad que selecciono cada vez más las lecturas, aunque a veces salga rana algún que otro libro. Con este libro no me costó leerlo, pero me costó sentirlo mío, lo leía con agrado pero con cierta distancia, pero un momento dado esas distancias se acortaron.
EliminarMe alegro de que vayas saliendo de la crisis lectora, leer es tan necesario...
Besos
Me llama más el de El embarazo de mi hermana, pero éste hay que reconocer que tiene un título muy curioso, jejeje.
ResponderEliminarUn beso!
El embarazo de mi hermana es un libro raro, pero como yo a veces soy una lectora rara, pues nos llevamos más. El título de este fue el que a mí me enganchó, y la recomendación de Serendipia remató la faena ya
EliminarBesos
Bueno uno que coincidimos jeje. Lo leí más al margen de que todo es muy simpático y correcto; nada me resultó memorable.
ResponderEliminarUn besazo
Qué alegría ¿verdad? cuando no engordas la lista de pendientes no porque no te tiente el libro, sino porque lo has leído :) No, no es un libro memorable, estoy totalmente de acuerdo, se lee con agrado, conectas en algún momento, los personajes se te hacen más cercanos, pero ya digo que no es el que más me ha gustado de Ogawa.
EliminarBesos!
Me sorprendió muy gratamente La fórmula preferida del profesor que hasta ahora ha sido mi única experiencia con esta autora. Esta que hoy nos traes también me llama la atención. Me gustan los escritores que consiguen hacer atractiva una narración de lo cotidiano, sin que sean necesarios misterios, ni tragedias, ni acontecimientos extraordinarios. ¡Me lo llevo!
ResponderEliminarBesos
Este libro está muy en la línea de La fórmula preferida del profesor, puede que incluso un escalón por debajo, no sabría decirte, porque La fórmula preferida del profesor también tenía el plus de la novedad. Lo extraordinario en lo ordinario... los autores que nos muestran eso son mis héroes ;)
EliminarBesos
El año pasado saqué un libro de esta autora de la biblioteca, pero con la universidad y tal no pude terminarlo y tuve que devolverlo sin acabar de leerlo. Tengo pendiente repetir con ella, y esta novela me parece muy buena opción.
ResponderEliminarBesos:)
Pues con lo mal que sienta dejar un libro a medias que en realidad no quieres dejar..., sí parece que vas a tener que resarcirte de esa experiencia :)
EliminarBesos
No he leído nada de esta ecritora y como veo que te han gustado otros títulos, empezaría por esos otros títulos. Lo de las erratas y mala traducción lo arreglaran en otras ediciones, tengo paciencia.
ResponderEliminarUn beso.
Bien vista la jugada Enzo, no está mal, pero me gustaron más los anteriores leídos. Lo de las erratas y la traducción, pues eso espero, la verdad es que podría haber tomado nota y haberles escrito, pero no se me ocurrió. Otra vez será.
EliminarBesos
Hacía tiempo que no me llamaba tanto la atención la reseña de un libro. Me encantan las historias que empiezan como si tal cosa y van cobrando un matiz ligeramente surrealista. Y cuando he visto la foto de la niña sobre el hipopótamo, me ha dado un vuelco al corazón. Entonces ¿la historia es real? Si encima ocurrió, al menos en parte... Entonces ya me corroe la impaciencia.
ResponderEliminarMe quedo con el título, intentaré dar con ella (y eso que soy muy rebelde a la hora de leer y solo leo lo que me da la gana ;) Bss
No, siento desilusionarte, la historia no es real. No digo yo que, como en todo, haya algún recuerdo de la propia Ogawa por ahí pululando, pero en principio es ficción, aunque hace referencia a acontecimientos reales, como las olimpiadas y el sucidio de Kawabata. La foto de la niña es un montaje, que me he fijado bien ;) Esa rebeldía de leer lo que te da la gana... no sé yo, eh, a mi me suena a que seguro que te boicoteas de vez en cuando ;)
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Es una autora que quiero leer desde hace tiempo. Probablemente empiece con ella con La formula preferida del profesor, pero el que reseñas tiene buena pinta y un título que llama la atención.
ResponderEliminarUn beso!!
La fórmula preferida del profesor parece la opción vencedora, no convenzo yo con El embarazo de mi hermana. Tanto La fórmula preferida del profesor son lecturas amables, no inquietan ni exigen esfuerzo. Y el título, ya ves, a mí se me fueron los ojos detrás :)
EliminarBeso!
Hola Aria, me alegro que te guste el blog, me pasaré por el tuyo a echarle un vistazo
ResponderEliminarSaludos
Tengo ganas de leer a la autora, aunque no sé por cuál empezar, me llaman varios la atención.
ResponderEliminarEste es de los que tengo fichados =)
Besotes
Cuando hay dudas sobre qué libro coger de un autor hay un método que no falla: dejar que los libros decidan por sí mismos ;)
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No he leído nada de esta autora pero me ha picado la curiosidad así que quizá me anime con éste. Pena lo de las erratas que comentas.
ResponderEliminarBesinos!
El caso es que lo de la traducción y las erratas no lo recuerdo de los otros dos libros suyos que he leído, así que supongo que ha sido algo puntual.
EliminarBesines!
Zas. Un derechazo bien atinado. Me has conquistado con la historia, con ese "evidenciar las redes que se entrelazan en la convivencia sin necesidad de grandes acontecimientos ni aspavientos". Me gusta la literatura de lo cotidiano. Me gusta que lo que pasa en los libros sea la vida, sin más. Voy por el lápiz...
ResponderEliminarBesucos.
Como te digo una cosa te digo la otra: hay libros más buenos que este en eso de la literatura de lo cotidiano. Y que conste que es mi literatura también ;) Con que pase la vida, ya pasa mucho.
EliminarBesos!
Cuando me apunté al reto de Mónica estuve a puntito de elegir este libro; ahora me da una rabia brrrrrrrrrrrrruuuuuuuuuuu. En fin, en otra ocasión. Abrazos.
ResponderEliminarBueno, seguro que te deja añadirlo ;) Y si no, pues fuera de reto te seguirá esperando
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Pot el título si que llama la atención! Me encantaría leerlo y ver qe tal ;)
ResponderEliminarSaludos!
Es verdad que un título bien elegido ya, cuanto menos, llama la atención y hace que cojas el libro para ver de qué va. Ya conocía a Ogawa, así que lo demás fue coser y cantar.
EliminarBesos
No conocía a este libro pero la sinopsis, tu reseña, y ese título (eso es un título y lo demás son tonterias) me han convencido. Tendré en cuenta cuando lo lea que tarda en entrar en materia, si sé que luego mejora, no desistiré. ¡Ah! Y ya se lo que voy a pedirle a los Reyes Magos el año que viene... ¡un hipopótamo para desplazarme por la ciudad! ;)
ResponderEliminarBesos!
Un titulo que vende, sí. Conocía a la autora, pero el título ya fue como... no puedo dejarlo escapar. No es un libro de esos de joya ni mucho menos. Pero es agradable de leer, puede gustar más o menos pero no es una lectura que disguste.
Eliminar¡¡Quiero foto tuyas encima del hipopótamo!! :D
Besos
Vaya, qué lástima con los fallos de edición: mira que Funambulista me parece una editorial cuidadosa, pero se ve que en esta ocasión se despistaron, una pena. De Ogawa leí El embarazo de mi hermana, que me sorprendió positivamente, por lo que estoy abierta a seguir descubriendo su obra: había visto este en alguna librería, pero esperaba tropezármelo en alguna biblioteca, que la economía no da de sí todo lo que uno quiere... A pesar de las collejas que le has dado el libro, lo sigo teniendo presente: de momento ese estilo pausado y envolvente de la autora me gusta, así que este bocadito no me lo pierdo! 1beso!
ResponderEliminarTizire, pues eso me extrañó, no es una editorial descuidada y no recuerdo que en los anteriores de esa editorial me llamara la atención eso. El embarazo de mi hermana es un libro realmente sorprendente, pero es distinto a este y al del profesor, avisada vas. A mí fue el que más me gustó. Pues ya sabes, bocadito, ñam ;)
EliminarBesos
Leí a Ogawa y "La fórmula...", y me gustó pero tampoco fue como para echar cohetes (probablemente me dejé llevar por el entusiasmo del personal y las expectativas que creé fueron excesivas). Sin embargo este, por lo que cuentas, podría gustarme. Quizás le de una oportunidad. A mí también me frustra y me reconcome lo de las erratas... Me amarga la lectura porque hace que me pare en cada una de ellas, no lo puedo evitar. Ffff!
ResponderEliminarBesotes
Filias, pues este es similar a La fórmula... Cohetes no se tiran, es agradable de leer, y cuando entras tiene cosas que me han gustado mucho. Las erratas y traduccion no amarga la lectura, pero no ayuda en algun momento. Sí, hizo que me parara en algún momento, pero bueno, tampoco es para tirarse de los pelos ;)
EliminarBesos
De Yoko Ogawa leí La piscina. Me gustó la novela aunque su ritmo es un tanto lento. No terminan de convencerme los autores orientales y no es por prejuicios, precisamente. Besos.
ResponderEliminarEstos orientales, ya sabes tienen esa forma de narrar más lenta. A mi no me disgusta, aunque depende de lo que cuenten. Una cuestión de ritmos, en cierta forma me relajan.
EliminarBesos
Quiero leer antes la fórmula preferida del profesor y si me gusta ya continuaré
ResponderEliminarBesos
Es buena opción. Yo empecé también con La fórmula...
ResponderEliminarBesos
"La fórmula preferida del profesor me gustó mucho. A pesar de que no soy muy de números me hizo congraciarme y ver desde otros puntos de vista a las matemáticas. También me gustó mucho el estilo de la narración.
ResponderEliminarÉsta la tengo en casa y no se porqué no he terminado de animarme con ella, pero lo que nos cuentas me gusta
Besos