Me he puesto en contacto con la idiota que hay en mí (¿hola? ¿estás ahí?). Muy amablemente me ha contestado y no ha dejado de preguntarme durante toda la conversación que cuándo sería el momento en el que los demás descubrirían mi naufragio.
Qué pesada es, tiene vocación de arista punzante. Yo intento limar sus asperezas con gesto imperturbable, por si cuela. Pero la idiota que hay en mí no deja de darme la brasa, es como una roca solitaria, firme e inflexible. No cede. Me dice que sabe oír mis silencios, porque está cansada de pasear por los pedregales en los que desemboco. Y que cuando lloro, la mojo... ¡será...!
Es muy sagaz, la idiota esa, la que está en mí. Sagaz y coral: su voz se multiplica en mi cabeza para recordarme su existencia. Como si pudiera olvidarla. Como si no la oyera. Me habla de dignidad, de coherencia, de valentía. De la verdad y de la vida. A veces gime. A veces grita. A veces ríe.
La idiota que hay en mí no duda ni un momento en dejarme a la intemperie, desahuciada, desnuda, desprotegida. Y siento frío. Para que espabiles, me dice. Porque la idiota cree en conversaciones imposibles y en momentos estelares, en parajes caprichosos y en personas especiales, en sintonías y músicas afines, en rebeldías sin fecha de caducidad y en días amistosos, en momentos que te legitiman y nubes de colores, en pintadas que reivindican y en acciones que te confirman, en palabras que se dibujan y en noches que son epílogos, en días que crecen y en libros por escribir, en quimeras imposibles y en luces de estrellas, en amistades serenas y en un lugar en el mundo, en amaneceres sin descanso y en tatuajes del alma fieles. Cree hasta en la sinceridad y la honestidad como si eso la protegiera. No escarmienta.
¿Será capulla? La idiota que hay en mí cree que la luna es la puerta de la noche, que se puede viajar encima de una estrella fugaz, desenterrar polvos atávicos, remontar sábanas y otros ríos, hacer primaveras en cualquier momento y lugar, nadar en un mar verde, echar abajo muros, murallas y barricadas. Se inventa el amor de puertas abiertas, de noches despiertas, amistades imborrables, días con abrazos gratis, ventanas despejadas, miradas que miran, caminos de ida y vuelta y días venideros que vendrán. Hasta cree que puedo dejar de fumar.
A veces la desenchufo. ¡Flup!, desconectada. Y es que me da miedo que los demás la oigan. Yo se lo explico, es lo que hay le digo. Y me replica (bajito, porque es muy considerada a veces) que me estoy conformando, lo que es aún peor, que me estoy resignando. Que hay luchas que merecen la pena, incluso merecen el sufrimiento. Y entonces, la idiota que hay en mí, me duele. Y la pongo a dormir, porque no quiero oírla cuando me llama cobarde. Yo le digo que son quimeras, que no quiero sufrir y ella me contesta que así, sufres.
No quiero mirar ese muro ciego, idiota.
Abre los ojos. El muro ciego es lo que todos ven, es más allá donde tienes que mirar.
No quiero, duele.
Ya te duele.
Vete.
No puedo, estoy en ti. Soy tú.
Pues entonces cállate.
Me vas a echar de menos.
Ya lo hago. Necesitas más idiotas como tú. Estás sola. Conmigo.
De acuerdo. Me callo. Pero no dejes de serte leal.
No te preocupes, ya estás tú ahí para recordármelo.
En el fondo, quiero mucho a la idiota que hay en mí. Pero también la quiero mucho cuando está calladita. Aunque sé que nunca habla por hablar.
Jejee... yo tampoco me llevo muy bien con la idiota que hay en mí. Lo que pasa es que a veces no tengo más remedio porque la joia tiene fuerza y asoma con demasiada frecuencia, coge su silla y se planta en el umbral y ya no deja pasarme. Ahí se queda durante horas, días, semanas e incluso meses! Qué idiota es! Besos
ResponderEliminarEn verdad yo sí me llevo bien con mi idiota, ese no es el problema, peeeeero... Desde luego insistentes son ¿verdad? La mía no llega a coger una silla, directamente se me sube a la chepa, o se me engancha a la oreja. Todo lo más consigo que se duerma o que se calle. Pero siempre está ahí. También te digo: el día que no esté es que no estaré yo tampoco ;)
EliminarBesos
¡Orgullo Idiota!
ResponderEliminarDefendamos a nuestro pequeño idiota interior.
Abrazos,
Sonia
¡¡Idiota power!! :D Hay que defenderlas con uñas y dientes Sonia, aunque desenchufe a la mía a veces, es quien me hace respirar y la que da sentido a todo.
EliminarAbrazo!
El idiota idealismo, su sensatez y su insensatez. Es buenísimo este texto, Ana. Sí, ya sé que escribes bien, pero esto es extraordinario, me ha dejado tiritando porque no solo es profundo es que el estilo tiene una garra, una fuerza...
ResponderEliminarLo que es extraordinario es que una escriba un texto, para sacar sus cosas, y otra persona, al otro lado, tirite. Me has emocionado, muchas gracias. No, no escribo bien (ha sido la idiota) ;)
EliminarBesos
Ana corroboro lo que te dice el anterior mensaje. ¡Que fuerza y que lucidez desprende este texto! De veras enhorabuena, porque está muy bien escrito. Creo que a esa idiota que llevas dentro, aunque a veces duela, tienes que dejarla hablar siempre que pida paso. En ella está la verdadera fuerza que te empuja día a día. ¡Ojalá a muchos se les ocurriera escuchar un poquito más al idiota que llevan dentro! Menos insensateces se cometerían :)
ResponderEliminarMe ha encantado leerte; un abrazo.
Lucidez.... no sé Marie. Sin filtros, eso seguro (bueno, alguno). La idiota habla y yo siempre la escucho ¿cómo no hacerlo?, es mi motor, mi fuerza, mi vida. Cierto. Pero a veces hay que dormirla un poco, aunque sea por... bueno, por lo que sea. No sé yo si habría menos insensateces si se escuchara al idiota que se lleva dentro. En mi caso no, me temo, mi idiota es insensata, pero noble, eso sí.
EliminarGracias Marie. Abrazo.
Mi idiota interior aparece muchas veces, y entonces me hace sentir miedo, o ridiculo, pero por suerte, también tengo una sensata interior (pequeñita, lo reconozco) y es la que intento que gane las batallas aunque la pobre tiene que luchar a brazo partido para eso, aunque alguna vez lo consigue. Son como dos Pepito Grillo dentro de mi peleándose constantemente. Pero para que negarlo, forman parte de mi y ahí van a estar siempre. De vez en cuándo va bien dejarse llevar por la idiotez y no preguntar porque..
ResponderEliminarBesos y feliz domingo!
No, mi idiota no me da miedo. Lo que me da miedo es no poder hacerle caso más veces. Eso sí me da miedo, porque no suele ser buena señal (para mí). La sensata que hay en mí, que también la hay, se lleva muy bien con mi idiota, yo creo que son gemelas o así. Se complementan muy bien, y de hecho la sensata le da bastantes argumentos a la idiota. Hay que ver. Por eso muchas veces no puedo hacer callar a la idiota, porque es muy sensata y razonable.
EliminarBesos!
La idiota que hay en mí también puede ser terriblemente insistente y exasperante. Todos/as tenemos uno, ¡y qué remedio!, nos toca vivir con ellos... aunque a veces mantenerlos a raya cueste lo suyo.
ResponderEliminarUn texto muy interesante Ana, enhorabuena! :)
¡¡Pues no sé qué hacemos todo el mundo conteniendo a nuestros idiotas!! ¿Cómo sería el mundo si nuestros idiotas pasearan libremente? No lo sabremos nunca. Y no sé si eso me alegra ;)
EliminarGracias Sofiatura. Besos
Sin la idiota que hay en ti, no serías tú. Una persona que por el resquicio pequeñito que me la enseña, resulta de gran interés.
ResponderEliminarUn abrazo!
Bien lo dices U-topia, porque supongo que bien lo sabes, que sin esa idiota yo no sería yo. !!!Pues si el resquicio te parece pequeñito..¡¡¡ Una brecha, a veces creo que es una brecha...
EliminarAbrazo!
Todos tenemos que convivir sin remedio con esa parte de nosotros mismos... es bueno vivir en paz con ella.. besos
ResponderEliminarSi que debe ser una convivencia pacífica. Si no discutimos mucho, pero a veces no nos ponemos de acuerdo en cuanto a los momentos. Por ahí es por donde tengo que dormirla, hacerla callar o desenchufarla.
EliminarBesos kabu
Yo creo que todo el mundo tenemos en nuestro interior un idiota al que intentamos controlar un poquito, que si se nota demasiado... Aunque como a ti, a veces también me cuesta y en muchas ocasiones se me escapa y sale, la muy pillina...
ResponderEliminarMe ha encantado este texto!!!
Besotes!!!!
Margari, yo no quisiera ni controlar, ni callar ni escaquearme de mi idiota. Pero a veces tiene que ser así. Momentos, acabo de decirlo. Ponernos de acuerdo en el cómo, cuándo, dónde, con quién ...
EliminarGracias Margari. Besos.
Ana intensa, Ana rebelde. Muy bueno tu texto, no sé si es autobiográfico o sólo un ejercicio literario. Sólo una reflexión: mientras la “idiota” ocupa tu mente, tú dónde estás? qué vida vives? Decía John Lennon que la vida es lo que te pasa mientras haces otros planes. En ocasiones nuestros pensamientos se hallan en otro tiempo pasado o futuro, en otro lugar o con otra persona. Sentimos nostalgia incluso de aquello que podría haber pasado sin haber pasado realmente, son las trampas de nuestra mente para no vivir en el momento presente.
ResponderEliminarCreo que sólo debe importarnos cómo vivimos y cómo queremos vivir el momento presente. Hay que dejar fluir nuestro yo auténtico de manera natural en cada momento, Ser uno mismo, el que queremos ser, cuesta y dejar que fluya mucho más. Be water, my friend, que decía el anuncio. Fluye.
Un abrazo.
Yo no sé hacer ejercicios literarios, elvirar, creo que lo sabes. Yo siempre estoy con mi idiota, cuando calla a veces la olvido, pero hace mucho tiempo (también deberías saberlo) que campa a sus anchas. Pero que sea asi, que tenga tanta libertad, sólo me asegura una cosa: que soy leal conmigo misma. La idiota me ha dado, me da, me está dando y me dará lo más grande que he vivido. Todo lo bueno que he vivido y vivo ha sido siempre con la idiota dando la cara. Pero a veces te la abofetean, eso es verdad. Y ahí, claro, me reboto y le digo ¿ves?. La vida no me pasa, intento pasar yo por ella, desde hace muuuuuuuuuucho tiempo. Desde que sé que la vida también puede hacer ¡flup! y desenchufarse, y eso lo sé, lo sabes hace demasiado tiempo. Así que no, no me pasa la vida, intento beberla (que fluya por la garganta!!).
EliminarAbrazo
Es evidente que yo no te he entendido (solo sé que no sé nada) y que tú no me has entendido a mí. Repito el abrazo.
EliminarLas palabras y sus juegos malabares.... ;)
EliminarAbrazo!
Yo también prefiero a mi idiota personal con la boca cerradita, pero a veces se levanta sublevada y no hay quien la calle! Afortunadamente hoy está de vacaciones, a ver si anda un tiempito de parranda... 1beso!
ResponderEliminarA las idiotas les gusta mucho la parranda, bien lo sé, no entienden de esas normas sociales, como horarios de trabajo, tiempos, espacios... En fin. Aunque la mande callar, si dejo de oirla me muero Tizire ;)
EliminarBeso!
Ay, cuánto daño me hace mi idiota interior particular. Me dice cosas que no quiero oír y no consigo vencerla. Necesito que me digas cómo la desenchufo, por favor, es urgente. Abrazos para los dos.
ResponderEliminar¿Sabes? En verdad no son las idiotas quienes nos hacen daño, es nuestro empeño en hacerlas callar ¿Cómo la desenchufo? En verdad se desenchufa ella sola, porque me quiere, y me cuida. Y también porque sabe que a veces, no es el momento. O que no puedo más. Aprendiendo a convivir con ella, a mezclar nuestros espacios, a asumir los errores, pero sobre todo, porque jamás, jamás, haría nada que no fuera noble y sincero.
EliminarAbrazos para ti (y tu idiota) :P
Mi idiota personal está últimamente armando mucho follón, la tengo que amordazar. Ya te contaré
ResponderEliminarBesos
He imaginado tu idiota amordazada y revolviéndose... Pero no sé, me parece que estás deseando desamordazarla, pero (creo que ya sé) tiene que esperar un poco ¿no?. Ya me contarás.
EliminarBesos
Por muy idiota que sea, en el fondo hay que valorarla. Es la única que sigue con nosotros, la que nos escucha, nos comprende... No quita que lo idiota que sea provoque que luchemos con ella, pero al fin y al cabo... es nuestra idiota.
ResponderEliminarUn saludo y un relato muy divertido y original.
En el fondo y en la superficie Bego, la valoro muchísimo. Ya digo que sin ella no sería yo, y eso es algo que no quiero ni puedo ni debo permitirme. Estas pequeñas batallas en el fondo acaban entre risas, mi idiota y yo tiradas por el suelo riendo a carcajadas. También a veces llorarmos juntas, mucho. Pero eso une.
EliminarBesos!
Brindo por la idiota que hay en ti, y por la que de vez en cuando me da a mi la tabarra.
ResponderEliminarUn abrazo para las dos, o las tres, o... ¡vale! todas nos abrazamos encantadas de habernos conocido ::)))
Brindemos, tú y yo y nuestras idiotas, que en el fondo son las que ponen color a nuestras vidas, aunque a veces nos hagan sufrir (aunque yo creo que no son ellas quienes nos hacen sufrir).
EliminarUn abrazo multitudinario y, también, encantadas de conocernos (la idiota fue la que abrió el blog y asume la responsabilidad de todas las blasfuemiadas y otros desmadres)
¿Tú sabes si tu idiota y la mía se conocen? Porque por lo que leo son almas gemelas pero, no nos engañemos, ¿qué haríamos sin ellas?
ResponderEliminarBesos
Pues si no se conocen deberían de hacerlo, parece que se llevarían bien ;) No, por ahí no me engaño: no sé vivir sin ella. Ni quiero.
EliminarBesos
Ana, agradecele de mi parte a la idiota que hay en vos, y decile que se quede tranquila, que a mí no me engañaste...yo sé que este texto lo escribió ella!
ResponderEliminarLe traslado el agradecimiento y dice (¡mira que la tenía calladita!) que la has pillado. Sí, este blog en verdad es más suyo que mío.
EliminarBesos
Yo también tengo una idiota que de vez en cuando me juega malas pasadas. Esos idiotas que escondemos dentro... Encantada de conocer a tu idiota. Otro día te presento a la mía ¿ vale?
ResponderEliminarBesos.
Las malas pasadas más bien creo que se las hago yo a la idiota ;) Mi idiota estará encantada de conocer a tu idiota. Y yo también.
EliminarBesos
No me parece que tu idiota sea tan idiota sino una parte tan válida como necesaria de ti misma. Un texto magnífico, da tanto que pensar que solo voy a dejar los puntos suspensivos para ello...
ResponderEliminarUn beso de mi idiota
Válida no sé, Marilú, necesaria para mí sí lo es. Ahí quedan los puntos suspensivos... Ya sabes lolololo.
EliminarBesos a tu idiota, de la mía. Vaya par de idiotas ;)
Hijamiademivida, pero ¿de verdad no te lanzas a escribir? Qué bonita reflexión, la dualidad que todos llevamos. Me encanta mi idiota interior, es quien da sentido a mi vida y quien me ha guiado en la mayor parte de mi existencia. Es una petarda, y muchas veces inoportuna pero la quiero. Si, he sufrido la tira, pero lejos de máscaras o de falsedades, gracias a ella he sentido, sigo sintiendo y espero continuar así. Y eso, al fin y al cabo, creo que es lo que importa.
ResponderEliminar¡madre! ¿te parece que me lanzo poco ya?. Eso... inoportuna es la palabra (acabas de dármela). A veces es inoportuna. Cuestión de tiempos y momentos. Pero, como dices, es lo más nuestro que tenemos. Pero hay que llegar a un entente cordial con ella a veces, porque no entiende de lugares y momentos oportunos.
EliminarEs lo que importa Filias, al fin... sernos leales.
Besos!
Idiota o no la mía nunca se equivoca. A veces fastidia. Aquello de "ya te lo dije"o "ya lo sabía" chasquean como latigazosn. No estaría mal que de vez en cuando, se equivocara, sobre todo en las ilusiones, esperanza o expectativas. Vaya me llama!!
ResponderEliminarUn abrazo:))
Mi idiota más que equivocarse es que no mide, no mide momentos, no mide lugares, no mide tiempos... Y reconozco, aún así, que quienes me rodean le dan mucho margen, no sé si por compasión o qué ;) (o porque va en el lote!!). Si llama ¡contesta!.
EliminarAbrazo
Con los años se vuelve más comedida y sabia jajaja.
EliminarMarybel, pues a mi con los años cada vez se me rebela más!! Que quiere su espacio, oye ;)
EliminarBesos
La idiota que hay en ti estará llorando de emoción al leer las palabras que le has dedicado. Y luego encima se empeñará en negar que eres toda una poeta.
ResponderEliminarHay cosas en que se parecen nuestras idiotas. Por ejemplo, la mía también "cree en conversaciones imposibles y en momentos estelares, en parajes caprichosos y en personas especiales".
Un beso.
La idiota que hay en mí es la que ha escrito esto... ¡será!! Hasta dormida no deja de estar ahí. Eso sí, se niega a la acepción "poeta", que son palabra mayores y ella y yo jugamos en otra liga, menos literaria y más a pie de la calle. Tú idiota me cae bien. ;)
EliminarBesos
jajajaja me ha encantado tu entrada. Me he sentido identificada a ratos, y no pienso decir si contigo o con la parte idiota, tengo mis momentos.
ResponderEliminarBesos
Uy, que nos chocamos... Tengo una teoría, voy a arriesgarme: te has identificado conmigo, que tú tienes a tu idiota muy a raya. Cuestión de equilibrio, lo sé. Pero esto tiene ... su momento ;)
EliminarBesos
Opino lo mismo, Ana,¡vaya fuerza interior la tuya.Si has sido siempre así, te envidio, porque yo he tenido que acicatear a la idiota que llevo en mi interior para que saliera fuera y cantara las verdades del barquero. En ese aspecto es de admirar la fuerza arrolladora con que te expresas. Decía alguien de los clásicos -ahora no recuerdo bien quién- que si en esta vida no ponemos pasión en todo lo que hacemos la estamos desperdiciando. Una vez más, encantada de leer esos pequeños retazos de tu yo interior con los que de vez en cuando nos regalas, Ciao
ResponderEliminarLa fuerza interior a veces me arrasa un poco. Siempre ha sido así, la verdad, y últimamente rebrota, pero no sé... tengo dudas. Lo que sí tengo claro, y es verdad, que pasión le pongo a todo, no sé si desmedida, claro, porque esas son medidas que se establecen en función de lo que te rodea. Gracias Clarissa.
EliminarBesos
Tu reflexión no sólo me ha gustado mucho sino que me ha hecho pensar. Creo que hace tiempo que dejé de discutir con la idiota que hay en mí, y ahora ella manda mucho más que yo, así que sale de fiesta cuando quiere y vuelve a la hora que quiere, y yo la dejo hacer porque creo que así me va mejor.
ResponderEliminarBesos
Si yo dejara que mi idiota mandara en mi estoy segura que me daría (o me darían) unos cuantos batacazos. Pero nunca podré negarle todo lo mucho y bueno que me ha dado y me da y espero me siga dando. A tu idiota le gusta irse de parranda, eh ;)
EliminarBesos
Me has dejado sin palabras... casi. Creo que todos queremos a nuestra idiota y que en el fondo la comprendemos y necesitamos que muchas veces tome las riendas.
ResponderEliminarTodo queda en familia.
Un saludo.
Es imposible no querer a nuestras idiotas, sería no querernos a nosotras mismas. Otra cosa es... bueno, sintonizar tiempos, cedernos espacios civilizadamente, darle todo el mando... No sé, es complicado. Al menos para mí ahora mismo es complicado. Eso sí ¡todo queda en casa!
EliminarBesos
¡Pero que arte, Ana!
ResponderEliminarYo, a la idiota que hay en mi la odio y la amo a partes iguales aunque últimamente se me está sublevando un poco y eso ya no me gusta tanto.
Besinos
¡¡La rebelión de las idiotas!! ¿pero qué les pasa, será la primavera?. La mía últimamente está... ufff... y me da buenos momentos al día, eso es verdad, pero otros... Bueno, nada, paciencia.
EliminarBesines!
Hola Ana. En mi caso he dejado de considerar idiota a esa parte autentica que dicta mis pensamientos y sentimientos mas reales, he aprendido a unificarla en mi vida diaria, aunque mas valdría decir que es algo que hago dia a dia, solo por hoy me digo cada mañana. Es dificil en esta sociedad tan enmascarada ser auténtica y dejar fluir tu yo interno, pero creo que es mas gratificante vivir estos dos minutos que dura la vida siendo y haciendo lo que realmente eres y quieres. Eso es lo que me llevo de este paseo lleno de todo tipo de matices: rosas, negros y grises, en el que prefiero siempre los tonos intensos y dejo atras las medias tintas.
ResponderEliminarBesos guapa, como siempre agradecida por tus letras.
Ginger, has conseguido mucho y lo sabes. Ese "solo por hoy" que te dices cada mañana es tu fuerza. Claro que es gratificante, bien lo sé, bien lo sabes. Es sólo que la idiota me duele un poco últimamente, por eso lo veo así, pero no pierdo de vista lo que he ganado gracias a ella. Es sólo el momento. Pasará ;) Te agradezco tus tonos intensos, porque esos son los que quiero ahora para ti, lo sabes ¿no?.
EliminarGracias a ti, Ginger. Un abrazo.
Ya no sé si el comentario que dejé esta mañana le dí a publicar o a salir. Mi idiota a veces hace esas cosas.
ResponderEliminarQue bien escribe la tuya. Me gusta esa chica, creo que deberías escucharla en algunas cosas, en el fondo puede ser muy sensata...
Un besote
Se ve que más le diste al Salir (a mí me pasa a veces, que rabiaaaa). La escucho mucho Abril, pero a veces pienso que la escucho poco y otras que demasiado. Depende, claro. Si todo va bien ¡idiota a espuertas!. Si las cosas no van bien ¡a dormir, idiota!. Sensata es, pero de este mundo no sé yo... ;)
EliminarBesos
Un relato aleccionador e impresdincible. Simplemente impresionante.
ResponderEliminarUn beso.
Qué exagerado Enzo... pero te lo agradezco.
EliminarBesos
Bueno, pues mi idiota es idiota de verdad, no como esta tuya que realmente mola, me gusta ser muchas cosas a la vez, y me gusta la gente que también lo es, y tú eres de esas. Y punto. Un beso de lunes semimediocre.
ResponderEliminarPues oye, yo a tú idiota la quiero un montón, así que tú verás. Claro que no es como la mía... porque es tuya y es única. Tendríamos que hacer un Reto de Idiotas Únicas ¿no?. ¿Semimediocre? mmmm...
EliminarUn abrazo único
¡Qué imagen tan bonita! Me ha gustado tanto que creo que, con tu permiso, la voy a hacer mía (citando siempre la fuente original, por supuesto ;)). No se me ocurre mejor manera de describir a ese álter ego que, aunque intentamos mantener a raya, a veces nos domina... Y qué bien que así sea.
ResponderEliminarQuiero pensar que en cada uno de nosotros habita un idiota, es una pena que no le dejemos más a menudo tomar las riendas.
Ana, no sé qué voy a hacer como sigas escribiendo estas cosas... Gracias.
Uy, no esperaba verte por aquí :P ¿pero dónde te lo vas a llevar, mujer?
EliminarYo ya no sé quién mantiene a raya a quién, ando un poco despistada últimamente y supongo que por eso la idiota me revolotea, o más bien debería decir me aguijonea... Yo quiero pensar que los idiotas y las idiotas son nuestro yo más auténtico y que algún día puedan estar fuera, no dentro o a ratos, campar a sus anchas. Yo que sé.
Tranquila, creo que he tocado techo ;)
Gracias a ti, Beatriz. Besos!
La idiota interior no es tan idiota, a veces la idiota anda por fuera. La voz que habla a nuestro oído suena a locura -loca esperanza, sueños locos- pero no podemos evitar escucharla. No estamos sordas; nos hacemos las sordas. Pero esa voz queda y, con el tiempo, nos lo recuerda. En esas noches en que las pequeñas cobardías se hacen grandes. Entonces esa idiota nos grita. Y te sientes una auténtica imbécil.
ResponderEliminarGracias, Ana, aunque has hecho que me cosquillearan las comisuras de los ojos.
Cierto la idiota soy yo. La escucho mucho a ella, aunque no quiera oírla a veces. Es difícil encontrar el equilibrio. Porque además todo lo que hacemos, incluso lo que no hacemos, repercute en los demás. Y a veces todo tiene una dimensión extraña, como si nada se entendiera. Y entonces me encaro (amistosamente) con la idiota. Pero qué voy a hacer, es mía, la quiero, es lo mejor que tengo probablemente, mi idiota, aunque sea una incomprendida. Cuando flaqueo debería recordar más veces todo lo que me ha dado y me da.
EliminarGracias a ti, estamos en paz, que tú también me has tocado hoy (vaya cómo están las idiotas esta primavera!)
Besos
La idiota que hay en ti es tu Ana soñadora. Quiérela, mímala, porque sin ella la vida sería rutina. Pero escucharla, hazlo solo a ratos. Cuando tengas tiempo, cuando quieras volar "en caida libre"... Pero no siempre, que no te líe... Que el mundo sigue girando y no para por ti ni por nadie. La vida es como un carrusel... ¡no te descuelgues! Un beso.
ResponderEliminarSí que es un poco lianta, sí... Y esa conciliación con la rutina, con el día a día, es lo que peor llevamos ambas dos. Y, efectivamente, como el mundo no para alguna vez nos hemos visto fuera del mundo, en algun giro que otro, patas arriba. Y también nos hemos preguntado si realmente merece la pena estar subiéndose de nuevo al carro, si queremos realmente. Pero ¿alternativas? De momento un rato tú otro yo, a veces las dos y a veces ni se sabe...
EliminarBesos Mere
¿Estás segura que hay una idiota en tí? ¿No será al revés, y eres tu la que está ahí detrás hablandole a la idiota?
ResponderEliminarEn todo caso, es un texto precioso. Sigue contándonos vuestras tira y afloja.
Un beso
Una idiota seguro, ¡¡espero que no haya más!! No podría "gestionarlas". Nos alternamos, cierto, ahora un poco de espacio para tí ahora un quítate tú para que me ponga yo. Un no parar ultimamente... Gracias. Pero no saturaré con la idiota, no se me suba a la chepa ;)
EliminarBesos
Es una lianta tu idiota; ruidosa y levantisca ha despertado a la idiota que me habita y aquí estamos, enzarzadas otra vez en un combate a muerte que nos deja exhaustas, llorosas y despeinadas. Porque no es fácil reducir a mi idiota, que en ocasiones soy toda yo, y cuando vuelve al fin magullada a su escondrijo, me deja convaleciente, arrancadas las costras de viejas cicatrices y con la absurda idea en la cabeza de comenzar a desandar el camino de Santiago, sin más pretensión que nadar contra corriente, agotarme y, si fuera posible, llegar a Aurillac a mediados de agosto para perderme en el bullicio de su teatro de calle.
ResponderEliminarSe dan la mano la loca y la idiota que me habitan, y las quiero, pero me asusta cuando despiertan sincronizadas e insomnes en otoño o primavera. Me resucitan y me agotan.
Es una lianta tu idiota, pero me ha encantado.
Por cierto, sin que tenga nada que ver pero como resultado de la hiperactividad de mi idiota recién despertada, estoy totalmente de acuerdo con tus comentarios sobre la ridícula idea de Rosa Montero: deliciosa Marie Curie.
Je, tú díle lianta y ella sonríe ... Lo de despeinadas va en el lote, el resto también va en el lote, qué te voy a contar. Te entiendo bien, ya ves. Nadar contracorriente es la naturaleza de las idiotas, y por cierto no des ideas a la mía que eso de desandar el camino de Santiago con meta Aurillac le ha gustado. Si es que con nada se emociona y envalentona, coge alas de una voluta de humo que pase a su lado. Se lo cree todo, la idiota.
EliminarDe momento no tengo loca que me habite, ya tengo bastante con la idiota, a la que me cuesta también sincronizar y desincronizar con fortuna.
Te pide disculpas mi idiota, por alborotar la tuya y liarla, se queda más tranquila sabiendo que te ha encantado ;)
Pues si no me equivoco y tenemos una amiga en común te haré llegar algo de Marie Curie que espero disfrutes.
Besos
Me ha gustado mucho como describes tu relación con "tu idiota". Yo le llamo "mi lado oscuro" (o como Dexter, El Oscuro Pasajero).
ResponderEliminarPor cierto, Ana, escribes maravillosamente bien. Me encanta la precisión de tu escritura.
La relación la describo como es, casi en tiempo real fue escrito, además. No, yo no le diría "lado oscuro", al contrario, mi idiota me da luz y pone la brújula en personas con luz ;)
EliminarGracias Ariel, eres muy amable ;)
Besos
No la llames idiota, no se lo merece. Dale un abrazo y dile que cuidarás de ella.
ResponderEliminarUn beso para cada una.
Es una forma cariñosa de llamarla ;) La abrazo, me abrazo y nos cuidamos. De hecho pese a estas discrepancias que tenemos es quien me cuida y, sobre todo, quien me da vida.
EliminarBesos (a repartir con tu idiota, si fuera el caso) ;)
Yo sigo disfrutando cada vez que la "idiota que hay en ti" se decide a hablar, no dejes de hacerlo.
ResponderEliminarEsta idiota habla demasiado ;) Pero no hay quien la sujete, volverá ;)
Eliminarbesos
Es verdad que hay una idiota en mí pero quiero a esa idiota! bueno igual ni siquiera es tan idiota, ni la mía ni la tuya ni la de nadie! igual es nuestra personalidad reprimida día a día...
ResponderEliminar¡Hay que querer a la idiota que todos llevamos dentro! Incluso hacerle más caso del que se lo hacemos.
EliminarBesos