domingo, 10 de septiembre de 2023

Los años de espera (Fumiko Enchi)


"El dolor de tener que ofrecer públicamente su marido a otra mujer le roía las entrañas. A su modo de ver, un marido que de una manera tan despreocupada causaba a su esposa semejante sufrimiento tenía una insensibilidad demoníaca, pero, puesto que servir a su marido era el credo en torno al que giraba su vida, rebelarse contra los agravios infligidos por aquel hombre supondría su propia destrucción. Por otro lado, su amor era incuso más fuerte que ese credo. Le atormentaba por el amor que ella le profesaba sin ser correspondida, como un luchador de sumo que peleara sin contrincante, pero aun así la posibilidad de abandonarle no se le pasaba por la cabeza. Era cierto que la fortuna y las propiedades de Shirakawa, su hija Etsuki y su hijo Michimasa [...] eran vínculos que la retenía, pero todavía más vivo era el anhelo, al margen del sacrificio que representara, de que su marido comprendiera de verdad sus deseos y sus emociones más profundos"

¡¡¡Alto!!! Tal vez os hayáis saltado el párrafo anterior. Siempre empiezo mi comentario con un párrafo del libro que voy a comentar. Por lo que sea. Esta vez he seleccionado uno especialmente largo. Tal vez su extensión haya provocado que directamente os lo saltarais. Error.

Ese párrafo describe a la perfección el corazón de "Los años de espera". Explica tantas cosas. Lo malo no es sólo que explique esta lectura, lo malo es que sigue explicando muchas cosas hoy en día. Muchos malos tratos y por qué se consienten. No voy a entrar en ese debate porque entre otras cosas la violencia de género para mí no admite debate. Lo que sí admite es intentar conocer y comprender qué sucede ahí. Tener herramientas para evitarlo y seguir luchando y denunciando. Acabar con el silencio y el miedo.

Dicho todo lo anterior, que sepáis que tenía este libro en casa desde hace tantos años que se me había olvidado que lo tenía. No hay problema, estaba (como tantos otros) a buen recaudo en las estanterías. Pero un buen día, sin ton ni son, lo cogí y lo empecé a leer. Japón, finales del siglo XIX. Me atraen las novelas que reflejan una época, una sociedad y costumbres de países y culturas diferentes a la mía. "Los años de espera" fue publicada en 1939 (parece ser que Enchi se basó en la vida de su abuela).

Fumiko Enchi se muestra particularmente hábil a la hora de describir la psicología femenina de esa época y lo hace con un estilo muy elegante y con gran delicadeza. A quien mejor conoceremos será a Tomo, que al inicio del relato la encontramos buscando una concubina para su marido, un poderoso funcionario del gobierno. Enchi no nos oculta el dolor y el sufrimiento de esta mujer, que es capaz de percibir lo injusto de muchas situaciones, pero también se nos hace evidente su férrea personalidad, la solidez de sus valores y su voluntad para mantener a la familia unida y cumplir su deber como esposa. Eso es lo que hace, pese a todas las vejaciones, porque es así como la educaron.

Durante unos treinta años asistiremos a los dramas de esta familia y las amantes del marido de Tomo. Los personajes (ellos, ellas) van envejeciendo. Tomo seguirá esperando que su marido comprenda sus deseos y sus emociones. No desfallece, aunque apenas tenga ya fuerzas, porque sabe que no queda otra que avanzar y avanzar y avanzar, porque en algún momento llegará la luz, de hecho la sociedad japonesa en ese momento empezaba a cambiar para ser una sociedad más moderna.

Esta es una novela de victimas y verdugos, de la relación entre unos y otros y de cuántas formas diferentes la mujer puede ser víctima del comportamiento machista. Es evidente que el feminismo no estaba en boga en aquella época en Japón, lo que no implica que las mujeres no trataran de sobrevivir y de cuidarse unas a otras y a sí mismas (con más o menos acierto). Y de mantener su dignidad, pese a sus obligaciones como mujeres sin apenas derechos.

Enchi no juzga a sus personajes, recrea la realidad dolorosa y la atmósfera de un lugar y de una época concreta de su país en la que el trato a la mujer era denigrante y aunque hoy en día nos provoque rabia e indignación esta historia de humillaciones, era la realidad dolorosa de aquel período. Enchi da voz a unas mujeres que en aquel momento no la tuvieron y lo hace con respeto. Tomo se merece que escuchemos su voz y su dolor reprimido, que comprendamos lo que su marido ignora: sus deseos y sus emociones más profundos. Esto último sigue siendo la realidad de muchas mujeres hoy en día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

En este blog NO se hacen críticas literarias ni mucho menos reseñas. Cuento y me cuento a partir de lo que leo. Soy una lectora subjetiva. Mi opinión no convierte un libro en buen o mal libro, únicamente en un libro que me ha gustado o no. Gracias por comentar o, simplemente, leer