Traductor: Víctor Gallego
Páginas: 80
Publicación: 1842 (2008)
Editorial: Nórdica
ISBN: 9788493669577
Sinopsis: Gélido invierno en Rusia. Sopla un viento helado. Un funcionario busca desesperadamente su capote para combatir las bajas temperaturas. Akaki Akákievich, un personaje que no es nadie y que podría ser cualquier persona que deambulara por la calle, intenta resguardarse del frío. Cuando consigue su ansiado abrigo sigue sintiendo frío: el invierno que lleva dentro es mucho más gélido que el mundo que le rodea.
Ilustraciones de Noemí Villamuza
Podéis ver las primeras páginas AQUÍ
En los tiempos que corren, cada particular considera que si se toca a su persona, se ofende al conjunto de la sociedad
Esta pequeña historia, publicada en 1842, tiene la virtud de las buenas novelas: que por ella no pasan los años. El capote refleja muy bien las características que fueron santo y seña de Nikolái Gógol: realismo (realismo crítico, para ser más exacta), sentido del humor, sátira y un toque de elementos fantásticos, posiblemente por eso es uno de los cuentos más conocidos del autor. Y como a mí hay cuentos que sí me gusta que me cuenten (otros, no), pues me dejé.
Nikoláis Gógol, para contarnos El capote, tira de familiaridad: te pone la mano en el hombro y se dirige a ti, lector, para presentarnos a Akaki Akákievich y su historia. Lo primero que engancha a esta lectura, además de esa familiaridad con la que te trata Gógol es el humor burlón y socarrón.
Bautizaron al niño, que se pasó la ceremonia llorando y haciendo muecas, como si presintiera que un día sería consejero titular.
¿Y quién es nuestro protagonista? Akaki Akákievich, un don nadie, uno de esos seres invisibles que, por serlo, son tratados como inferiores y son carne de cañón para ser objeto de burla y desprecios. Una de esas personas que se calla, no se defiende ni replica. El silencio es su respuesta. Es copista y ama su trabajo. Pero no tiene ambiciones, porque no tiene espíritu de trepa, sólo de hacer aquello que ama, que en este caso es su trabajo. No necesita dejar cadáveres en el camino porque su ambición es ser feliz con aquello que le gusta, y lo que le gusta son cosas sencillas. Mirad a vuestro alrededor ¿quién no conoce a alguien así? Eso si no hemos sido nosotros alguna vez un don nadie, en algún momento. O nos han hecho sentir así: nadie.
Vive en San Petersburgo, una ciudad muy dura: hace un frío que te pelas, y para alguien que tiene un sueldo mísero eso es un problema terrible: necesitas de un buen capote para sobrevivir al frío de las heladas septentrionales. Así que Akaki no tiene dinero pero necesita un capote. Y conseguir ese capote dará color a su vida gris. ¿Por qué? Porque ahora Akaki tiene un objetivo, una ilusión. Y esa es una buena razón para vivir: tener ilusiones. Una forma de ser (por fin) alguien.
En este cuento podemos ver cómo a veces un pequeño relato puede contener muchas cualidades y ofrecernos muchas cosas, como por ejemplo ese duelo al que vamos a asistir entre la humildad y la soberbia. Injusticia social, alineación, aislamiento, invisibilidad, burocracia, materialismo… Son muchos los temas e interpretaciones que se pueden hacer de esta lectura y, ahí está lo grande, posiblemente todas sean válidas.
A algunas personas el infortunio les persigue, quizás no saben luchar, quizás consideren que no debiera de ser necesaria la disputa para que te respeten (y tendrían razón, no debiera de ser necesario, pero…). Pero el caso es que a estas personas, como nuestro Akaki, hasta los golpes de buena suerte les duran poco. Pero también podemos pensar que hay cosas por las que merece la pena levantarte y luchar. Y tal vez, Akaki se levante y se rebele. Tal vez.
Casi al finalizar, Gógol introduce un elemento fantástico. Y como es así de campechano, nos lo dice:
En definitiva, nuestro modesto relato, ya en su tramo final, adquiere de pronto, de manera inesperada, tintes fantásticos.
Hay que decir que estos toques fantásticos fueron una manera (en este y otros relatos de la época) de eludir la censura. Pero había que hacer justicia, así que si hay que recurrir a la fantasía para ello, se recurre. Antes fantástica y fantasiosa que injusta, faltaría más.
Me ha gustado mucho la familiaridad y el humor irónico de Gógol. No le digamos novela, digamos cuento o relato, pero tan completo, entrañable y bien escrito… Dostoievski dijo que “Todos crecimos bajo El capote”, con lo que ya os podéis suponer la influencia que ha tenido este cuento en la literatura rusa (Gógol ya no hablaba de una Rusia imperial, sino de una Rusia con personas reales: simples funcionarios que no conocían otra cosa que trabajar y sobrevivir al día a día). Se lee en poco tiempo, con una mezcla de congoja por Akaki y de sonrisa en los labios. Este cuento es una genialidad de Gógol de gran calidad literaria.
Recomendable la edición de la Colección Ilustrados de la editorial Nórdica, si bien he de decir… un pelín cara. Yo lo leí gracias a la biblioteca de mi ciudad, esa que está enfrente de mi casa y a la que le voy a poner un monumento. O un algo.
(©AnaBlasfuemia)
(©AnaBlasfuemia)
Este es el cuento de Gógol que más me gusta de todos los tiempos, muchos más que el de su nariz ;-) Completamente de acuerdo contigo en tus acertadas apreciaciones. Añado, que para todo aquel lector que le apetezca asomarse a la particular prosa del autor o a la literatura rusa de su época, empiece justo por aquí, por "El capote". Bss
ResponderEliminarYo no sé si decir que es el que más me gusta, pero sí de los que más. Es que para el tema nariz soy muy sensible :D Y recomiendas bien, que los autores rusos dan miedín y El capote es una buena opción para perder ese miedo.
EliminarBesos
Una pregunta como acaba el relato? Es que me lo he tenido que leer para clase y no lo pillo��
Eliminarx2 yo tampoco e podido >:v
EliminarEs un sueldo bajo porque?
EliminarUmmmmmmmmmmm creo que tengo un libro de diferentes relatos de relatos/cuentos de Gogol... y diría que está en casa de mi madre, ya lo buscaré porque en su día leí Taras Bulba y me gustó! tengo como asignatura pendiente Almas muertas, pero de mientras puedo disfrutar de sus relatos!
ResponderEliminarResi: hace mucho que no vas a ver a tu madre, ya puedes ir a hacerle una visita :D
EliminarBesos
Yo es que no soy muy de relatos y cuando los cojo suelen ser bastante sencillos de leer. Además, esta vez tampoco es que me llame especialmente aunque si que me da curiosidad la edición.
ResponderEliminarUn beso!
No lo veas como un relato, piensa más en que es un cuento. Cada vez vas a ver más ediciones de este tipo, tirar de ilustraciones es un recurso de las editoriales para combatir el pirateo. Me parece bien que se lancen a hacer ediciones cuidadas, ilustradas, que entren por los ojos ... y que estén a buen precio.
EliminarBesos!
No lo conocía y aunque al principio iba a descartar su lectura porque me daba la sensación de que no lo disfrutaría, finalmente me quedo con el gusanillo y no descarto darle una oportunidad
ResponderEliminarBesos
Tatty, es una lectura muy agradable. Gógol trata bien al lector, así que dále gusto al gusanillo, que lo veo hambriento :)
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Sabes qué? Yo a este autor lo conocí después de leer El buen nombre, sí, de la misma autora que La hondonada, jajajaja. Bueno, pues ahí sale este autor y además tiene cierta importancia en la novela. La verdad es que en su momento no me dijo nada, no sé si repetiría con él, de momento ya tengo títulos bastantes.
ResponderEliminarBesos
Es curioso a veces cómo llegamos a los libros ¿verdad?. Pues no recuerdo que comentaras el de El buen nombre (mala señal, si lo comentaste y no me acuerdo mi memoria está fatal; y si no lo comentaste es porque no te gustó lo suficiente...). Pues ahora ya tengo una excusa para comprobar las sensaciones que tengo con Lahiri.
EliminarNo tengo ninguna duda de que no va a ser por falta de libros, en cualquier caso ;)
Besos
No, no hice reseña del Buen nombre, la leí hace años cuando la cantina no estaba ni en el pensamiento. La mencioné de pasada en la reseña de La hondonada y sólo dije que me había gustado mucho.
EliminarYa me contarás.
Besos
Las ediciones de Nórdica son de las que más llaman mi atención. Esta reseña me ha dejado indecisa, pero como dices, si lo leyera no sería comprándolo, porque aun sin ver el precio, para el número de páginas que tiene intuyo que me parecería caro.
ResponderEliminarUn beso!
Nórdica está tirando mucho de meter ilustraciones a libros que son más bien relatos. Y no funciona mal, yo he ido pillando unos cuantos así a poquitos. Mira a ver si lo tienen en la biblioteca, merece la pena leerlo.
EliminarBesos!
¡Vivan las bibliotecas! Ahí buscaré este libro, como muchos otros, que es un autor con el que me apetece estrenarme mucho. Y con este libro creo que voy a acertar.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡¡Viva!! ¡¡Larga vida a las bibliotecas!! Qué maltratadas están y qué poco les agradecemos lo que hacen por nosotros, los lectores. No tendrás problema para encontrarlo en la biblioteca, aunque no sé si esta edición.
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La verdad es que no conocía la obra, pero puede estar bien cómo válvula de escape y refresco. Besos.
ResponderEliminarEs una lectura refrescante, desde luego, hace mucho frío en San Petersburgo :D Y además es divertido, además de reflexivo. Una joyita.
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Es curiosa la manera en la que NO han envejecido ni Gógol, ni Chejóv, ni Dostoievski y SÍ lo ha hecho el bonachón de Tolstoi, en su momento considerado el más grande. Parece que la literatura tiene que tratar de las cosas pequeñas, como el abrigo para poder pasar el invierno, o de temas siempre transcendentales como el bien y el mal, para que las siguientes generaciones puedan entenderla. Nada de problemas de la época o aburrirás a los lectores en 100 años. Uy, pocos de los autores modernos se salvarán, me temo.
ResponderEliminarLo cierto es que en este relato Gógol da toda una lección de cómo escribir bien, meter crítica a troche y moche, y a la vez hacer que la lectura sea amena. En este caso no se puede decir que no aborde problemas de la época, al contrario, los aborda, aunque claro, tiene que hacer sus malabarismos para eludir a la censura. Y sí, si es por eso, pocos, muy pocos autores modernos pasarán a la historia, porque pocos abordan de forma crítica la actualidad social, y quienes lo hacen desprenden cierto tufillo oportunista, más que meter el dedo en la llaga.
EliminarBesos!
Benditas sean las bibliotecas :) Confieso que no he leído a Gógol, es uno de esos pendientes que arrastro desde mis tiempos de escuela y que por algún motivo u otro me intimida un poco; pero intentaré ponerle remedio y este relato me vendría muy bien. Gracias por la recomendación.
ResponderEliminarBesos.
Benditas sea, la blogosfera en pleno deberíamos hacer a las bibliotecas un sentido homenaje. En la confesión va la penitencia: si Gógol te intimida El capote es tu libro para perderle el miedo.
EliminarBesos
Gogol es genial y da una tremenda lección de su genialidad en este libro en el que te lleva por donde quiere y encima dejas que te empuje y hasta se lo agradeces. Me encanta! Me alegra verlo ent u casa
ResponderEliminarBesos
El capote es una genialidad, sin duda, me divertí, me encantó el tono y esa mano en la espalda, entre acogedora y a punto de darte un empujón :) Y a mi me alegra verte a ti por mi casa ;)
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Uno de mis eternos pendientes... me llevo este apuntado, que pinta bien =)
ResponderEliminarBesotes
Pendiente y apuntado pues, tendrás que ir desalojando esa lista ;)
EliminarBesos!
En esta ocasión no tengo ninguna duda con este libro, lo tengo que leer. De Gógol solo he leído "Almas muertas" y me ha parecido una prosa, una forma de contar extraordinaria y el argumento sencillo pero impactante, así que me quito el craneo con este autor y todo lo que caiga en mis manos (y si no cae lo busco) lo leo.
ResponderEliminarUn beso.
"Me quito el cráneo" XD No sé que comentarte, me he quedado enganchada a esa expresión ;)
Eliminar¡¡Lee, Enzo, lee!!
Besos
Les recomiendo El loco un cuento para reflexionar
EliminarAnotado queda! Gracias por recordarme su lectura!!!! Nos leemos ;)
ResponderEliminarY de anotado espero que pronto a leído ;)
EliminarBesos
No conocía al autor, pero me ha gustado mucho lo que nos cuentas de este relato. Además, me han encantado las ilustraciones de la edición. La buscaré la próxima vez que vaya a la biblioteca :)
ResponderEliminarBesos!
Pues hechas las presentaciones (Gógol, aquí Laura; Laura, aquí Gógol) hay que dar un paso más, ahora toca pasito "conocimiento" ;) Suerte en la biblioteca.
EliminarBesos
Pues yo cada vez que me asomo a este blog noto lo abultada que es mi ignorancia. xD
ResponderEliminarHe oído hablar del autor, pero no he leído absolutamente nada, así que después de la reseña y de que Mónica se deje caer que es un buen título para estrenarse con Gógol, pues apuntado me lo llevo, para ir subsanando aquello de la ignorancia.
Besotes.
La ignorancia siempre es abultada. Y está bien que así sea, siempre es un aliciente tener cosas que descubrir ;) Mónica tiene razón, es un buen título para acercarse a Gógol, una lectura divertida pero interesante, con mucho fondo.
EliminarBesos!
A pesar de ese realismo mágico que a mí tanto me gusta no me llevo tu propuesta de hoy. No creo que sea para mí.
ResponderEliminarTiene esa parte de fantasía final, pero el resto es un realismo crítico, no mágico. Es una lectdura muy asequible.
EliminarSaludos!
¡Cómo me gusta lo que nos cuentas! No conocía este relato y me ha encantado el poder de ese "don nadie", su fuerza interior para seguir con ilusión. ¡Claro que conozco algún "don nadie"! Si yo te contara. Abrazos.
ResponderEliminarY a mí me ha gustado lo que me cuenta Gógol. De (presuntos) "don nadie" está el mundo lleno, pero de su fuerza interior se sabe poco, por eso me gustan los libros que nos la muestran.
EliminarCuenta, cuenta... :P
Abrazo!
Hoy me vuelves a traer un descubrimiento, creo que siempre me haces un poquito mas enterada
ResponderEliminarTiene varios puntos que me llaman, ademas de que la editorial me encanta, llamame frivola. Creo que seguiré tu consejo y me acercaré a la biblioteca porque estoy a dos velas!
Besos
A mi también me gusta mucho Nórdica. Y es que últimamente soy muy de editoriales, cuando entro a una libreria que tienen los libros por editoriales estoy por aplaudir y todo :) Así que, ya ves, no puedo llamarte frívola. La biblioteca es buena opción, que tengas suerte
EliminarBesos!
Cuando describías a ese hombre gris, una de esas personas que se calla, no se defiende ni replica. El silencio es su respuesta. Es copista y ama su trabajo. Pero no tiene ambiciones, porque no tiene espíritu de trepa,..., me ha recordado inmediatamente a Pessoa y esa maravilla que llevo meses leyendo (y lo que te cantaré morena porque voy leyendo a trocitos para poderlo saborear como se merece, lo tengo instalado en mi mesita, bien a mano): Libro del desasosiego.
ResponderEliminarMe gustan esos cuentos y este está pendiente de leer.
Un abrazo!!
Ya me he apuntado ese Libro del desasosiego que además Pessoa, salvo su poesía, lo tengo poco explorado, así que gracias ;)
Eliminar¡Abrazo!
Este lo he leído, bien, hace nada, me gusta el humor que destila, cuando incluso se mete con las costumbres literarias en la descripción de personajes... me voy con la tarea hecha. No tiene desperdicio.
ResponderEliminarBesos
Más que irte con la tarea hecha es que ya venías con ella hecha :) A mí me gustó también el humor, supongo que porque no me lo esperaba, y porque detrás de una historia narrada de una forma aparentemente frívola, hay mucha crítica y mucho "zasca!". Me gusta leer libros que han tenido que eludir la censura y comprobar los recursos que utilizan, cómo (en cierta forma) se burlan de los censores...
EliminarBesos (sin censura)
Justo lo vi ayer en una librería y me atraía una barbaridad, pero como no sabía demasiado de él y era un pelín caro, esperé a investigar un poco. Y leo justo hoy lo que a ti te ha parecido, con lo que me confirma que mi corazonada tenía sentido: eso sí, creo que lo voy a buscar en la biblioteca, que siempre nos sacan de más de un apuro. 1beso!
ResponderEliminarSí es un poco caro, así que no dudé en cuanto lo ví en la biblioteca (además tenían un par de ediciones). Espero que tengas suerte en tu biblioteca, yo a la mía, aunque les falta muchas estanterías por llenar, le estoy más que agradecida.
EliminarBesos!
No lo conocía y me ha resultado curioso, voy a investigar más y voy a ver si lo tienen en la biblioteca, besotes
ResponderEliminarBusca en la biblioteca, le echas un vistazo... y seguro que te lo llevas ;)
EliminarBesos!
La literatura rusa es maravillosa. Menudas joyitas que nos regala... Yo también estoy pensando en ponerle un buen monumento a mi biblioteca. No es que sea mía, pero siento como si lo fuera.
ResponderEliminarBesos!
Sí que lo es. Grandiosa. Mi padre tenía una buena colección de escritores rusos, a saber porqué... Yo también siento que la biblioteca es mía, hasta me enojo cuando voy por algún libro y alguien se lo ha llevado y me hace esperar :) La tengo tan cerca de casa que es como una estantería más de mi casa...
EliminarBesos!
Soy muy fan de las ediciones ilustradas de Nórdica. Este no lo conocía, pero me llama mucho la atención. Es un poquito caro, así que recurriré a al biblioteca, a ver si por fortuna lo tienen.
ResponderEliminarUn beso!!
A mí también me gustan la colección de ilustrados de Nórdica, de hecho estoy picando con unos cuantos, comprados y de biblioteca, porque claro no todo puede ser, así que hay que seleccionar...
EliminarBesos
Parece muy interesante. Buena reseña. Me quedo por aquí (pásate si quieres) un saludo, nos leemos¡¡
ResponderEliminarBienvenido Francis, estás en tu casa, ponte cómodo ;)
EliminarSaludos!
Ya tengo una razón más para leerme este libro, la primera es que lo tengo :P. Además es la edición ilustrada que comentas. No me hizo duelo comprarlo porque lo hice en la feria del libro de Madrid y, como allí fui con la idea de tirar la casa por la ventana, compré cómo los ricos, sin mirar el precio :). Es verdad que los ilustrados de Nórdica son una gozada y, en este caso, las ilustraciones de Noemí Villamuza, una maravilla, tan sobrias, tan elegantes. Tengo otro ilustrado por ella, que por cierto es la historia de un gato :).
ResponderEliminarMe gustan las historias que hablan de personas invisibles, quizás porque me resultan más cercanas, más a la medida de mi propia realidad. Y hasta la persona más anodina tiene sus momentos de luz, aunque sea en la intimidad de su casa, a solas consigo misma, quizás leyendo un libro, quien sabe ;).
Un abrazo.
La primera razón (que ya lo tenías) era una razón ya convicente de por sí, eh. Y has dejado un comentario tan bonito sobre la luz de las personas anodinas que de verdad creo que no voy a añadir nada más para no estropearlo.
EliminarUn abrazo (bien fresquito)
No sé si es mi momento para leer este libro, pero sí es un autor que es de referencia para algunos así que no descarto, algún día, leer algo suyo.
ResponderEliminarBesos.
Cualquier momento es bueno para este libro, no es complejo, aunque tenga mucha "chicha". Al contrario, es de los que el lector agradece, por el trato :)
EliminarBesos!
Creo que este sería un buen título para estrenarme con el autor, del que no conozco nada ;( Voy a ponerle remedio cuanto antes, que los rusos me subyugan con sus letras...
ResponderEliminarBesos enormes.
Si no has leído nada de Gógol, sí que es un buen libro para estrenarte. Y si te gusta la literatura rusa ¿a qué estás esperando? :P
EliminarBesos, pelirroja ;)
Muy bueno. Leí los cuentos de Gógol y me gustaron mucho, antes de la erosión de la memoria. Querría enfrentarme en algún momento a "Las almas muertas".
ResponderEliminarBesos.
La erosión de la memoria... Estás tú buena. Ya veo que tú no lees los libros, no, tú te enfrentas a ellos. Valiente Zazou ;)
EliminarBesos
Pues éste en concreto no lo he leído, pero sí he leído otros relatos de Gogol (La Nariz es el que primero me viene a la mente, claro), y su prosa y sentido del humor me parecen fantásticos. No me sorprende lo de la censura que comentas, y desde luego recurrir a la fantasía es una forma muy ingeniosa y efectiva de lidiar con ella.
ResponderEliminar¡Buena recomendación! :-)
A mí me encanta su sentido del humor, así como socarrón, pero inteligente a la vez. Lo de la censura en la literatura da para mucho, seguro que hay tesis y tesis sobre ello.
EliminarBesos!
He de confesar lo imperdonable: nunca he leído nada de Gógol. Y más imperdonable aun, cuando hasta tú eres testigo de mi pasión por la literatura rusa -pasión que creo compartimos-. Por eso, leyendo tu reseña, no tuve más que salir a buscar un libro de cuentos suyo. He tenido suerte; el que conseguí incluye éste y 'La nariz', entre otros. Cuando lo encare te daré mi parecer. Gracias por recordarme autores postergados. Un beso, Ana.
ResponderEliminarEn lecturas nunca hay nada imperdonable, porque siempre tenemos ese lastre personal de tener autores a los que nunca terminamos de llegar, el día a día tiene límites y nuestra capacidad lectora también. Y como no es cuestión de flagelarse... Ahora bien, con las mismas te digo que has pillado buen libro si lleva La nariz y El capote. Ya nos contarás, yo creo que vas a disfrutar de su humor ;)
EliminarBesos!
No he leído nada, pero vaya si me has convencido. Me lo llevo a la lista de cabeza :-D
ResponderEliminarTen convenzo sin que me leas? Qué poder de seducción :p
EliminarBesos
Hola Ana, me encanta Gogol y su cuento de EL CAPOTE, es uno de mis preferidos. Ay que ver las penurias que pasa el pobre hombre para luego... bueno, que lo lean los que no lo hayan leído porque es una lectura excelente. Tu reseña. muy buena.
ResponderEliminarDe Gogol tengo muchas de sus obras, hasta LA VELADAS DE DIKANKA, que sino lo has leído te lo recomiendo. Debo decir también que la literatura rusa del siglo XIX me gusta mucho, grandes autores. Besitos.
Hola Pilar! Me alegro verte por aquí. Es una lectura excelente, cierto, muy Gógol ¿verdad?. Me apunto Las veladas de Dikanka que no, no lo he leído.
EliminarBesos!
Agradezco tu reseña. Recientemente, he leído el cuento y me ha parecido maravilloso. Gracias a lo que contaste, pude hacer un interpretación adecuada.
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