“El tratamiento masivo anula la visualización del semejante y destruye la sensibilidad para con el prójimo, que son la raíz de la compasión, del sentimiento de humanidad”
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Este libro casi me desnuca de tanta vehemencia con la que iba asintiendo a medida que leía página tras página. Me preocupa, incluso me asusta, el mundo en el que vivo. Un mundo en el que estamos poniendo en peligro nuestro mayor tesoro: la propia tierra, la naturaleza. Me preocupa el aumento de desigualdades, injusticias, manipulaciones, egocentrismos, agresividad, superficialidad, hipocresía… Algo que no sucede por casualidad, destino o disposición celestial sino que lo estamos consiguiendo a pulso con nuestra conformidad, nuestra pasividad e incluso nuestra complicidad.
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Esta complicidad que muchos no reconoceremos es muy sutil. Tal vez firmemos peticiones en alguna plataforma virtual habilitada para ello, compartamos denuncias e indignación por las redes sociales, acudamos a manifestaciones… Todo a golpe de clic, de teclado o de pancarta. Así no nos sentimos cómplices de la degradación moral, social, espiritual, climatológica y ecológica. Todos reconocemos la evidente deshumanización a nuestro alrededor, pero ese reconocimiento no conlleva una desobediencia ni una sublevación.
El problema no es la desobediencia, sino la obediencia. Le sorprende a Gros la falta de reacción, la pasividad. No invita a la rebelión, de hecho no habla tanto de la desobediencia sino de la obediencia, de por qué obedecemos y cómo obedecemos (y a quien). ¿Obedecemos por conformismo, por “pertenecer”, por inercia, educación, sumisión, educación, pereza, cobardía…?
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A través de un muy ameno e instructivo repaso por la historia, filosofía y literatura de la desobediencia y la obediencia, Gros nos recuerda la imposibilidad de delegar nuestra responsabilidad, puesto que el yo es indelegable e insustituible, y nos invita a abordar el tema de la obediencia no como una decisión política o social, sino como decisión ética, porque desobedecer es sobre todo obedecer, obedecerse a sí mismo, no traicionarse a uno mismo.
Lectura necesaria.
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