Título original: Lighthousekeeping
Traductor: Alejandro Palomas Pubill
Páginas: 208
Publicación: 2004 (2005)
Editorial: Lumen
ISBN: 9788426414847
Sinopsis: Érase una vez un farero ciego y una niña huérfana... Así podría empezar uno de los muchos cuentos del señor Pew, el hombre encargado de cuidar del faro de un remoto pueblo de Escocia. Quien le escucha es la pequeña Silver, una chiquilla lista que acaba de perder a su madre y de ganar a un nuevo amigo, un hombre enamorado de las palabras y dispuesto a contar historias insólitas, que se enlazan unas con otras en una trenza sin fin. Sentada al lado del señor Pew, Silver llegará a saber cómo y cuándo se construyó el faro, y descubrirá a personas tan fascinantes como Stevenson, Darwin y el reverendo Babel, un libertino lleno de ira y de amor por una hermosa mujer. Cuando Silver crezca, los cuentos del señor Pew la acompañarán y harán de ella una lectora voraz, fascinada por los libros y por los cuerpos misteriosos que va encontrando en su camino.
¿Qué clase de historia?
Una con música de fondo.
Escucha. Era una estación como tantas otras, pequeña y olvidada. Como pequeña era la ciudad de la que huía. Estaba sola. Eché de menos a otros viajeros. Siempre me ha gustado observarles, destramar su recorrido, atisbar los libros que leen, medir su espera, disfrazar la mía…
Era una madrugada fresca, pese a que el sol del amanecer apuntaba a calor. Un día que había dejado de ser hermoso cuando decidiste partir y partirme. Ahora me iba buscando una casa a la que volver.
Estaba a punto de dormirme con la cabeza sobre la mochila cuando entró un anciano de ojos tristes. Tan tristes que yo, ya sin sueño, no podía dejar de mirarle. Junto a su vieja maleta dejó reposar una guitarra y una botella. Encendió un cigarro, bebió un trago infinito, se sentó en la maleta. Y cogió su guitarra. Durante lo que creí mucho tiempo no hizo nada, sólo dejar que el cigarro se consumiera en los labios. Pero de repente mi madrugada se llenó de música quejumbrosa y nostálgica. Gemía una canción de blues con notas tan profundas como un misterio. La voz del anciano lloraba lamentos serenos y mi piel cobró vida propia a ritmo de blues. Seguí su música como si fuera una luz en la que encontrarme.
Llegó el tren. El anciano, su guitarra y su voz se perdieron en la estación. Cuando volví a mirar ya no pude verle. Cierro los ojos y aún puedo oír aquella canción, que ahora, igual que entonces, me turba y me guía, como un faro en la niebla, hasta el epicentro del corazón. Todavía hoy, después de haber bregado por pasajes insólitos, encrucijadas inciertas, espacios sutiles, dudo razonablemente si aquel anciano, su guitarra y su canción de blues, poseen una presencia material o ficticia. Si es un recuerdo más del cementerio de lo fingido o imaginado, de lo que, al igual que tú, creí real y fue tramoya.
Siete años. Siete años hace que tengo este libro en casa. Lo compré sólo por el título, no conocía entonces a Winterson, pero una niña del faro era justo lo que yo quería (quiero) ser. Una mujer en un faro. Siempre me han fascinado los faros y su simbolismo. También su arquitectura, hacia arriba, hacia la luz, dando luz. Circular. Siempre he querido vivir en un faro, que he imaginado con sus paredes circulares llenas de libros que leería bajo las estrellas y con el sonido del mar de fondo. También creo en las personas faro, con luz propia, que te guían a través de la niebla o cuando las olas te golpean. Por eso, sólo por eso, compré este libro. Por el título. Y siete años después, no me preguntéis cómo ha sido posible, lo he leído. Y ahora sé que siempre he sido la niña del faro. Gracias, gracias, gracias, Winterson.
Si digo que La niña del faro es un cuento mágico me quedaría corta. Que es magia para el lector, no mentiría. Tal vez también un espejo mágico. Y diría verdad si os dijera que este libro es además tan confortable y acogedor que no he querido salir del libro. Que cuando me faltaban 50 páginas por terminar lo he cerrado y le dije no quiero terminarte, no quiero. Y, con horas por delante, lo dejé cerrado, abierto en mi corazón. Sin terminar.
Y luego volví a él, porque sabía que tenía que hacerlo. Lo terminé y lloré, emocionada, por haber leído un libro tan hermoso. Y era mío. Es mi libro. Desde hace tiempo. Abrí la primera página y lo volví a leer. Gracias, Winterson. Volví a terminarlo y abracé a mi idiota. Te quiero, le dije, no te vayas nunca. No quise esperar, te llamé y también te lo dije a ti. Te echo de menos, te dije y me dijiste. Te quiero, nos dijimos.
El faro de Pew existe (desde 1998, que funciona automático, no tiene farero), como reales son algunos personajes que aparecen en el libro (Darwin, Robert Louis Stevenson…). A Pew lo he visto en un barco azul y a Silver… a Silver la conozco bien.
¿Cuál es el mensaje? Nada novedoso: hay tiempo sin tiempo y ese es hoy, vívelo, ama, quiere, díselo, cuéntaselo, cuenta una historia, sé tú la historia que contar. Vive, no pierdas el tiempo. Pero el cómo, el cómo lo cuenta Winterson, ahí está el hechizo, ahí está la literatura, ahí está el arte de las palabras, escogerlas, combinarlas, mimarlas, pulirlas y que nos cuenten historias maravillosas que te hacen mejor persona, te alivian y te re-construyen. Winterson desafía la estructura narrativa estándar y sale triunfadora. Con pocas palabras pinta paisajes gloriosos y te llena de color la mirada.
Los libros son como las personas: algunos se hacen esperar pero cuando llegan es como si siempre hubieran estado ahí. Otros están ahí desde siempre pero no los ves. Están los que entran con fuerza y cuando te dejan tambaleando te das cuenta que nunca deberían de haber ocupado un lugar en la estantería. Aquellos a los que siempre vuelves y nunca te fallan. Los que te decepcionan, ocultos en la fanfarria. Esos que al principio no te llegan pero luego no olvidas. Los otros que olvidas rápidamente. Los que siempre quieres tener cerca. Libros que creías perdidos pero vuelven, tal vez nunca estuvieron perdidos (no del todo). Hay libros que te dan vida y hasta te dan amor. Libros que besas y abrazas. Libros en los que te encuentras, te reconoces como si fueran un espejo. Libros que te guían. Libros oportunos, inspiradores, falsos, rescatadores, placenteros, repelentes, insufribles, provocadores, mágicos, maravillosos, sanadores, tramposos, asombrosos, vitales, inesperados, extraordinarios, evocadores…
Adivinad qué clase de libro es La niña del faro. Y añadirle: joya. Jeanette Winterson, he tardado en llegar, pero esto ya no hay quien lo pare. Gracias.
Cuéntame una historia, Ana.
¿Qué historia?
Una sobre la conjunción de los astros.
Acabo de contártela. Y además, ya la conocías.
Nota: Nunca publico dos entradas seguidas sobre libros. Me gusta darles tiempo para que tengan su oportunidad de ser leídas sin prisas (no soy breve, lo sé). No quería hacerle este feo a Ursula Hegi porque no se lo merece. Pero no puedo retener esta entrada, no puedo hacerla esperar, necesito compartirla y que sintáis la necesidad de leer este libro (quien no lo haya leído). Es un regalo, leerlo es un regalo.
Era una madrugada fresca, pese a que el sol del amanecer apuntaba a calor. Un día que había dejado de ser hermoso cuando decidiste partir y partirme. Ahora me iba buscando una casa a la que volver.
Estaba a punto de dormirme con la cabeza sobre la mochila cuando entró un anciano de ojos tristes. Tan tristes que yo, ya sin sueño, no podía dejar de mirarle. Junto a su vieja maleta dejó reposar una guitarra y una botella. Encendió un cigarro, bebió un trago infinito, se sentó en la maleta. Y cogió su guitarra. Durante lo que creí mucho tiempo no hizo nada, sólo dejar que el cigarro se consumiera en los labios. Pero de repente mi madrugada se llenó de música quejumbrosa y nostálgica. Gemía una canción de blues con notas tan profundas como un misterio. La voz del anciano lloraba lamentos serenos y mi piel cobró vida propia a ritmo de blues. Seguí su música como si fuera una luz en la que encontrarme.
Llegó el tren. El anciano, su guitarra y su voz se perdieron en la estación. Cuando volví a mirar ya no pude verle. Cierro los ojos y aún puedo oír aquella canción, que ahora, igual que entonces, me turba y me guía, como un faro en la niebla, hasta el epicentro del corazón. Todavía hoy, después de haber bregado por pasajes insólitos, encrucijadas inciertas, espacios sutiles, dudo razonablemente si aquel anciano, su guitarra y su canción de blues, poseen una presencia material o ficticia. Si es un recuerdo más del cementerio de lo fingido o imaginado, de lo que, al igual que tú, creí real y fue tramoya.
Cuéntame un cuento, Pew
¿Qué clase de cuento, pequeña?
Uno con final feliz.
En el mundo eso no existe.
¿Un final feliz?
No, un final.
Siete años. Siete años hace que tengo este libro en casa. Lo compré sólo por el título, no conocía entonces a Winterson, pero una niña del faro era justo lo que yo quería (quiero) ser. Una mujer en un faro. Siempre me han fascinado los faros y su simbolismo. También su arquitectura, hacia arriba, hacia la luz, dando luz. Circular. Siempre he querido vivir en un faro, que he imaginado con sus paredes circulares llenas de libros que leería bajo las estrellas y con el sonido del mar de fondo. También creo en las personas faro, con luz propia, que te guían a través de la niebla o cuando las olas te golpean. Por eso, sólo por eso, compré este libro. Por el título. Y siete años después, no me preguntéis cómo ha sido posible, lo he leído. Y ahora sé que siempre he sido la niña del faro. Gracias, gracias, gracias, Winterson.
Era una larga historia y, como ocurre con casi todas las historias del mundo, inacabada. Sí, tuvo un final (siempre lo hay), pero la historia fue más allá de su propio final (siempre es así).
Si digo que La niña del faro es un cuento mágico me quedaría corta. Que es magia para el lector, no mentiría. Tal vez también un espejo mágico. Y diría verdad si os dijera que este libro es además tan confortable y acogedor que no he querido salir del libro. Que cuando me faltaban 50 páginas por terminar lo he cerrado y le dije no quiero terminarte, no quiero. Y, con horas por delante, lo dejé cerrado, abierto en mi corazón. Sin terminar.
Y luego volví a él, porque sabía que tenía que hacerlo. Lo terminé y lloré, emocionada, por haber leído un libro tan hermoso. Y era mío. Es mi libro. Desde hace tiempo. Abrí la primera página y lo volví a leer. Gracias, Winterson. Volví a terminarlo y abracé a mi idiota. Te quiero, le dije, no te vayas nunca. No quise esperar, te llamé y también te lo dije a ti. Te echo de menos, te dije y me dijiste. Te quiero, nos dijimos.
La vida es muy corta. Esta extensión de mar y de arena, este paseo por la orilla, antes de que la marea cubra todo lo que hemos hecho.
Te quiero.
Las dos palabras más difíciles del mundo.
Pero ¿qué más puedo decir?
Cuando quieres a alguien deberías de decirlo.
El faro de Pew existe (desde 1998, que funciona automático, no tiene farero), como reales son algunos personajes que aparecen en el libro (Darwin, Robert Louis Stevenson…). A Pew lo he visto en un barco azul y a Silver… a Silver la conozco bien.
Un principio, un desarrollo y un final es la forma adecuada de contar una historia, pero a mí me cuesta aplicar esta fórmula.Si estáis esperando a que os cuente de qué va el libro podéis seguir esperando. El libro va de ti, de mí. De la vida. Del amor. De las palabras como seres vivos. De las historias que nos gustaría que nos contaran. De las historias que debemos de contar. Y Winterson nos lo cuenta a su manera, distinta, especial, como una caricia o un abrazo. No busquéis una estructura narrativa al uso, es una tela de araña de historias y pensamientos, en la que dejarte atrapar será la opción más acertada. Winterson es generosa, nos susurrará al oído todo, sólo tendremos que abandonarnos, dejarnos arrullar, que las historias corran por nuestras venas, directas al corazón. Seguir su luz, Winterson es el faro en el que tenemos que confiar, recorriendo su halo de palabras que nos mecen con la delicadeza, la seguridad y la ternura con la que se acuna a un bebé.
Cuéntame una historia y no me sentiré sola.Winterson nos lo cuenta, el qué, qué importa. El cómo, maravillosamente, de forma única, con luz propia, iluminando tus ojos lectores y tu alma humana. Winterson es cálida, afable, creativa. Tremendamente inspiradora. Cercana, te lo cuenta a ti, a nadie más. Metáforas, muchas. Todas transparentes. La envoltura de cuento, el lirismo mágico, no nos aleja de la realidad, al contrario, nos acerca a ella.
¿Cuál es el mensaje? Nada novedoso: hay tiempo sin tiempo y ese es hoy, vívelo, ama, quiere, díselo, cuéntaselo, cuenta una historia, sé tú la historia que contar. Vive, no pierdas el tiempo. Pero el cómo, el cómo lo cuenta Winterson, ahí está el hechizo, ahí está la literatura, ahí está el arte de las palabras, escogerlas, combinarlas, mimarlas, pulirlas y que nos cuenten historias maravillosas que te hacen mejor persona, te alivian y te re-construyen. Winterson desafía la estructura narrativa estándar y sale triunfadora. Con pocas palabras pinta paisajes gloriosos y te llena de color la mirada.
Los libros son como las personas: algunos se hacen esperar pero cuando llegan es como si siempre hubieran estado ahí. Otros están ahí desde siempre pero no los ves. Están los que entran con fuerza y cuando te dejan tambaleando te das cuenta que nunca deberían de haber ocupado un lugar en la estantería. Aquellos a los que siempre vuelves y nunca te fallan. Los que te decepcionan, ocultos en la fanfarria. Esos que al principio no te llegan pero luego no olvidas. Los otros que olvidas rápidamente. Los que siempre quieres tener cerca. Libros que creías perdidos pero vuelven, tal vez nunca estuvieron perdidos (no del todo). Hay libros que te dan vida y hasta te dan amor. Libros que besas y abrazas. Libros en los que te encuentras, te reconoces como si fueran un espejo. Libros que te guían. Libros oportunos, inspiradores, falsos, rescatadores, placenteros, repelentes, insufribles, provocadores, mágicos, maravillosos, sanadores, tramposos, asombrosos, vitales, inesperados, extraordinarios, evocadores…
Adivinad qué clase de libro es La niña del faro. Y añadirle: joya. Jeanette Winterson, he tardado en llegar, pero esto ya no hay quien lo pare. Gracias.
Cuéntame una historia, Ana.
¿Qué historia?
Una sobre la conjunción de los astros.
Acabo de contártela. Y además, ya la conocías.
Nota: Nunca publico dos entradas seguidas sobre libros. Me gusta darles tiempo para que tengan su oportunidad de ser leídas sin prisas (no soy breve, lo sé). No quería hacerle este feo a Ursula Hegi porque no se lo merece. Pero no puedo retener esta entrada, no puedo hacerla esperar, necesito compartirla y que sintáis la necesidad de leer este libro (quien no lo haya leído). Es un regalo, leerlo es un regalo.
Jamás debes dudar de la persona a la que amas.
Pero puede que no te diga la verdad.
No importa. Dile tú la verdad.
¿Qué quieres decir?
No puedes ser la honradez de otra persona, pequeña, pero sí puedes ser tu propia honradez.
Entonces ¿qué debería de decir?
¿Cuándo?
Cuando ame a alguien.
Deberías decirlo.
Si el libro es la mitad de hermoso que la reseña, entonces hay que leerlo pero ya.
ResponderEliminarUn beso, niña del faro.
Gracias Mara. El libro es muchísimo más hermoso que mi comentario, no hay comparación posible. Pero en lo de que hay que leerlo ya, ahí no te lo discuto, no.
EliminarUn beso (gracias, me ha gustado que me digas niña del faro)
Evidentemente, después de tu pasión y de las emociones que transmites, no me queda de otra que leerlo. Me voy a buscarlo ahora mismo. No quiero perderme ese regalo. Ah, por cierto, no puedo estar más de acuerdo con la comparación que haces entre los libros y las personas. Abrazos.
ResponderEliminarLa pasión siempre la pongo, viene de serie, no sé si es defecto de fábrica o qué... Hay que leerlo, sí, y además con ese ímpetu que le has puesto de ir a buscarlo ahora mismo. Los regalos siempre hay que recibirlos con los brazos abiertos y si hay que buscarlos, se buscan. Libros, personas... a veces es difícil separarlos ;)
EliminarAbrazo!
Me había olvidado de este título y eso que lo apunté a raíz de una reseña de Rusta, por lo que cuentas se nota que te ha conquistado, a ver si lo rescato y espero también disfrutarlo
ResponderEliminarBesos
¡Vaya si me ha conquistado! Me lo leí dos veces seguidas, no te digo más. Tatty al rescate, y que lo disfrutes (pronto mejor que tarde) :)
EliminarBesos!
Jolines, habrá que leerlo. Me llama la atención la relación de la niña y el farero. Quiero saber qué pasa.
ResponderEliminarBesos.
¡HAY que leerlo!. Pasan muchas cosas en el libro, por dentro sobre todo. Es delicioso, Lady.
EliminarBesos!
Ya leí una reseña igual de positiva creo recordar que en el blog de Rusta, desde entonces lo tengo apuntado. Tu escrito me ha dejado sin palabras, últimamente lo haces mucho... Estoy necesitada de faros últimamente, así que espero hacerme pronto con él.
ResponderEliminarBesos
No he mirado, pero tendría curiosidad por ver si hay alguna reseña negativa o alguien que no le haya gustado. Me gustaría conocer ese punto de vista contrario. Te devuelvo las palabras. O mejor aún: que te las de Winterson, tiene muchas y las usa muy bien. Los faros siempre son necesarios, hasta en días de calma chicha y cielo despejado. No conviene perder el norte. Que lo disfrutes, Carax, y que encuentres tu faro.
EliminarBesos!
Me encanta tu reseña. Lo mejor de la lectura es esas felices ocasiones en que te encuentras con un libro que te conquista, con el que sueñas y del que te cuesta enormemente desprenderte. Lo anoto pero lo dejo para el momento oportuno, pues este tipo de libros hay que guardarlos para momentos especiales. Besos.
ResponderEliminarGracias Briseida. Encontrarse en un libro, o encontrar lo reconocible y además próximo es la magia de las lecturas. Y no querer que se acaben, como quien no quiere soltarse de un abrazo. El momento oportuno para leer este libro es: siempre, ahora sí: es una lectura especial, como si te lo contaran sólo a ti.
EliminarBesos
Después de esta reseña no se puede no leer el libro.
ResponderEliminarY espero que así sea, que lo leas y que lo disfrutes tanto o más que yo, para mi ha sido un regalo maravilloso.
EliminarBesos!
Es imposible no hacerte caso con la reseña que nos has traído. Intentaré hacerme con él.
ResponderEliminarSi mis comentario ha servido para que se disfrute del libro tanto como yo (incluso menos será mucho) me doy por contenta. Es un libro fácil de conseguir, menos mal.
EliminarSaludos!
Ana, he disfrutado muchísimo de esta entrada, me has despertado sentimientos, me he apuntado el libro, como no hacerlo con esta maravillosa y tentadora reseña? A ver cuando puedo comprarlo. Muchos besos.!!!
ResponderEliminarLídia, gracias, es emocionante despertar sentimientos, pero si lo he hecho yo ¿qué no hará Winterson? Es una lectura maravillosa, ya verás. Espero que consigas disfrutarlo pronto.
EliminarBesos!
oohhhhh, Ana, preciosa entrada!!! Qué bonito principio y qué bonita la reseña en sí, qué entusiasmo, así da gusto lo tengo apuntado por Palomas, y no me acuerdo del motivo por el que lo dejé aparcado, cseguramente sería el precio, pero anotado está. Nada mujer, te perdono lo de los dos días seguidos :-P
ResponderEliminarooooh, Meg, muchas gracias!!! :P El libro sí que es precioso, si ya lo tenías apuntado no hagas como yo y no esperes siete años para leerlo. Siete días como mucho estaría bien ;) Gracias por perdonarme, ya me quedo mejor ;)
EliminarBesos (que ya ni los das)
Cuánta pasión, cuanto corazón hay puesto en esta entrada! Si no has podido esperar a publicarla es que de verdad te ha abierto una herida de esas que sólo sanan leyendo todo lo posible de la autora... El libro, cómo no, lo tendré en cuenta, pero espero que le llegue su momento como te ha pasado a ti: sin presiones, encontrando el momento adecuado para saltar a la palestra. Quizás has necesitado esos 7 años para que te conmueva tanto... 1beso!
ResponderEliminarSí he puesto, sí, para qué negarlo. Y eso que cuando lo terminé tenía mil dudas, no sabía por donde empezar, pero necesitaba compartirlo. Sólo sabía que tenía que contar una historia, tal vez muchas, y así salió al final, es sólo dejarse llevar por las sensaciones de la lectura (y de la relectura a continuación, en este caso). Cualquier momento es bueno para este libro, pero yo no lo sabía, y eso que siempre supe que tenía un buen libro ahí, pero no sé lo que pasó. Qué más da. Ha llegado, es mío, ya no me lo quita nadie. Hace siete años me habría conmovido igual, estoy segura, porque me acuerdo (de hace siete años) :)
EliminarBesos!
Me has convencido totalmente. Todo lo que cuentas pide a gritos hacerse con el libro, y además yo también tengo debilidad por los faros. Un beso
ResponderEliminarGritarme es lo que tendría que haber hecho el libro para que no lo hubiera hecho esperar tanto. Pero bueno, llegó el momento, ya da igual el antes. Hoy importa. Y hoy ya lo he leído y releído y lo seguiré disfrutando durante mucho tiempo. Si tienes debilidad también por los faros, ese plus llevas ;)
EliminarBeso!
Jamás se me ocurriría despreciar un regalo ni mucho menos como este, ya lo tengo hasta localizado en la biblio. Hala, para que veas qué aplicada soy. Me ha gustado mucho tu historia en la estación.
ResponderEliminarBesos
Hemos coincidido en lecturas mágicas :) Aplicada no sé, rápida un cacho que has sido ... Yo también tengo localizado (en casa) el lago. De faro a lago (bueno, hay tres libros por medio, pero ahí está ya en el punto de mira). Gracias Norah.
EliminarBesos
Si es que no se puede venir a verte Ana... así no tendré nunca una lista de pendientes más o menos decente :)
ResponderEliminarMe ha encantado tu reseña!
Besos y feliz viernes!
Mujer, Laura, que si dejáis de venir me quedo solita... :P Las listas de pendientes son flexibles, pero indecentes, qué se le va a hacer. Gracias Laura.
EliminarBesos y buen finde!
con semejante entusiasmo, como para no elegirlo para la lista, besos
ResponderEliminar¡En lo alto de la lista, kabu! (que lo disfrutes, cuando llegue la lectura)
EliminarBesos!
Es verdad, algunos libros, también algunas películas, hablan de nosotros, de alguien que conocemos, nos ayudan a enternos y a entenderlos, incluso nos comprenden más que algunas personas de nuestro entorno más íntimo. También el momento hace que los lectores sean receptivos a lo que quiere contarles la novela.
ResponderEliminarLeo que éste es tu libro. Imagino la sensación, porque yo también la he tenido alguna vez. Es el milagro del arte. Tu reseña lo hace realmente apetecible, me lo llevo anotado (…y la lista aumenta cada vez que entro aquí), no espero encontrar la misma sensación (a veces las expectativas pueden ser contraproducentes) sino que me dejaré llevar.
Gracias.
No sé si comprendernos, pero conocernos parece que nos conocen. A veces da miedo. No, miedo no. Vértigo sí. El vértigo de encontrate descrita, o encontrar descripciones que te encajan como anillo al dedo, sensaciones para las que no tenías palabras, ni siquiera el encuadre adecuado. Y, zas, viene un libro (o una película, sí) y te radiografía... Sí, es mi libro, no es el único, pero es el último, todavía ahora las sensaciones siguen muy vivas (bueno, que ha pasado un día desde que lo terminé y re-terminé por segunda vez). No esperes encontrar nada, sólo déjate llevar. Y como sueles volver a contármelo, aquí nos veremos de nuevo ;)
EliminarGracias a ti. Besos!
Acabo de leer la novela, no me ha encantado como a ti, aunque tiene momentos poéticos, esas frases de Pew y de Silver que encierran toda una filosofía de vida.. Es una historia peculiar, por diferente, parece que se cuente una historia, de unos personajes, pero la que se cuenta es otra y de otros personajes. O la de todos los personajes que en el mundo han sido y son… y somos. No es un libro asequible, hay que fluir con él y dejarte llevar, la tendencia a la racionalidad y a la estructura que nos ayuda como lector resulta un estorbo en este caso. No es el tipo de libros que suelo leer, me llevo eso: la experiencia de leer un libro diferente.
EliminarGracias.
No te ha encantado, pero de alguna forma te ha llegado y creo que le has hecho una buena lectura. Soy consciente de que por mucho que a mí este libro me maraville no a todo el mundo llega igual, pero lo que sí es que siempre llega, de alguna manera. Hasta ahora quienes me han comentado del libro me han hecho sentir que merece la pena compartir lecturas, aunque a veces me desboque, ya sabes, aunque en este caso volvería a escribir la misma entrada una y mil veces. No es un libro que tenga la habitual estructura narrativa, pero el cómo lo cuenta a mí me ha llegado, y lo que cuenta, claro. No, no sirve la racionalidad, hay que leerlo cogiendo la mano a la idiota... Me alegro que, en cualquier caso, aunque no te haya encantado, hayas disfrutado de la experiencia.
Eliminar¡Gracias a ti! Abrazo
Por supuesto que me ha llegado, es un libro que no deja indiferente, pero no en la misma intensidad que a ti. Sólo quería decir que no es un texto al uso, que no es sólo poético o con cierta magia, sino que el lector tiene que involucrarse en la historia, pero de una manera suave, envolvente, evocadora; si intentas entenderla de manera racional, pierdes pie y se pierde el encanto de la lectura.
EliminarNo es un texto al uso, sin duda, hay que confiar en Winterson y dejarse llevar, dejarse atrapar por esa tela de araña que mencionaba. En ese dejarse llevar puede ser más fácil o más difícil, tendrás que poner más o menos, ahí ya los caminos de cada lector se separan o se entrecruzan o discurren paralelos. Cuando una lectura evoca tantas cosas los hilos de los que tira el texto traerá consigo toda una gama de percepciones. Efectivamente, una lectura racional te hace perder pie como si estuvieras en una casa inclinada sin un arnés que te sujete ;)
EliminarAbrazo!
A ver si con una reseña tan hermosa, alguien es capaz de resistirse a este libro :) Por lo que entiendo, hoy nos traes una joya y te lo agradezco mucho, en especial porque creo haber visto este libro en un lugar al que acostumbro ir de compras y ahora sé que no lo puedo dejar pasar ;)
ResponderEliminarUn besazo.
Gracias Aglaia, hermosa es la lectura. Joya, joyón, para mí lo ha sido, y espero que lo sea para ti y para muchas personas igual que lo ha sido para mi. Si además lo has visto es que te están llamando Pew y Silver. Quieren contarte algo.
EliminarBesos!
Para empezar, tengo una fascinación irracional con los puentes, las norias, los globos aerostáticos, los volcanes ¡y los faros! En medio de la nada, solitarios, al acecho de las olas... El farero no es sino un ermitaño, guardián del mar. Un personaje desgarrado, romanticismo puro. Si encima es lector y habla de Darwin y Stevenson... Entonces se convierte en mi héroe, un héroe que se mueve en la sombra. Invisible, inadvertido. A esa niña le abrió horizontes. A cualquier lector, supongo. Ansias de saber, de curiosear. De ir más allá de nuestro propio faro...
ResponderEliminarNo lamentes haber demorado su lectura, seguro que llegó en el momento justo :) Un beso.
Mere, este libro te va a gustar mucho, hasta donde te conozco, es un libro para ti. Si además también sientes fascinación por los faros y lo que les rodea, entonces ya es apuesta segura. Muy inspirador, muy... necesario, si sabes apreciarlo y sé que tú sabrás. Mi héroe, además de Pew y Silver, es Winterson (añadida a la lista de héroes de la Blasfuemia). A mí no es que me abriera horizontes, es que me ha recordado que los hay.
EliminarNo lamento haber demorado la lectura, es sólo que no me lo explico, hubiera llegado en cualquier momento, lo sé. Ha sido este, y no lo lamento, nunca podré hacerlo con una lectura como esta.
Besos!
Intuyo que he leído tu entrada del mismo modo en que tú la escribiste, a borbotones. Esa manera tuya de darlo todo en cada uno de tus comentarios es realmente generosa. Esa manera de describir las diferentes lecturas, qué hermosa. Pero me quedo con una frase, se tú la historia que contar, uf, sí, lo suscribo, se tú la historia que contar.
ResponderEliminarGracias Ana, una vez más, seguro que no va a ser la última.
Tendrías que haberme visto, Beatriz, releyendo, escribiendo, me levanto, me siento. Pienso, pienso, siento, siento, me dejo llevar... No sé si es generosidad, es necesidad, no es sano dejarlo dentro, tiene que salir, aunque se quede conmigo. Muchas frases, Beatriz, muchas. Ahora me explayo, que es a lo que iba. Voy.
EliminarGracias a ti Beatriz, una vez más, seguro que no va a ser la última :P
Besos!
Por cierto, voy a escribir a Lumen: Estimados señores, si de aquí a unos días notan que las ventas de su libro "La niña del faro" aumentan desorbitadamente, sepan que yo conozco a la culpable. Se llama Ana Blasfuemia. Tengan mucho cuidado con ella, es altamente contagiosa.
EliminarCreo que también escribiré a la autora del libro:
Estimada señora, si alguna vez siente dudas sobre si el fin al que ha dedicado su vida tiene algún sentido, por favor, no deje de visitar el blog "lo que leo lo cuento". Si yo fuera usted mataría por leer algo tan hermoso escrito sobre mi obra. No olvide procurarse un buen traductor, el de Google es una birria. Atentamente. Yo
;P
jajajajjaja!! Pues que sepas que cuando he compartido la entrada en Twitter he añadido a Lumen y a la propia Winterson. Una forma de darle las gracias, una forma muy ingenua, claro, porque ni lo mirará ni entenderá español (y sí, el traductor de Google es penoso).
EliminarPero los de Lumen que no se quejen, que si todos los que habéis dicho que os lo váis a leer os lo compráis habrá un piquito en la ventas de La niña del faro. Gracias Beatriz, con personas tan entusiastas como tú da gusto.
Un abrazo
Bueno, Ana, ya está, lo hice, lo leí. Leí este libro gracias a la generosidad de una buena amiga que me lo envió sin temor a que se pudiera perder por tierras castellanas. He de decir que su lectura ha provocado en mí y a mi alrededor. No creo que, después de lo que tú tan hermosamente has escrito sobre él, yo pueda añadir algo más. Sólo voy a hacer una recomendación personal por si alguien llega hasta aquí. Abrid el libro, buscad la página 175, leedla y después decidid si este libro es para vosotros.
EliminarUn abrazo, Ana.
Tienes que presentarme a esa amiga! :D No hay temor cuando se sabe que está en buenas manos. Imposible que esta lectura no provoque algo, maravilloso que provoque mucho a muchos, me he quedado con esa imagen tan preciosa de dos personas que se encuentran y leen fragmentos del libro. Ya sólo por eso me alegro de haber compartido esta lectura. Por más cosas también, claro. Va a ser difícil pasar por esa página 175 y decir "este libro no es para mi". En este libro todo el mundo encuentra una historia cercana.
EliminarUn abrazo, Beatriz
No deja de ser un buen consejo el de Beatriz :)
EliminarLo es, Estela, ya veo que lo has comprobado ;)
EliminarAnoté este libro hace algún tiempo, bastante, tras una reseña si no recuerdo mal de Rusta. La anotación fue mental, de esas mías que estoy segura no olvidaré pero que inevitablemente olvido hasta que hace unos días, leyendo Una madre, me encuentro una cita de este libro y...¡nueva nota mental! Esta vez no se me había olvidado aún pero con tu maravillosa reseña no sólo lo he apuntado ya en mi libreta de libros deseados sino que está con asteriscos y fluorescente (rosa, para más datos).
ResponderEliminarGracias por estos regalos que nos haces. Besotes
Yo no anoto mentalmente porque me duraría la anotación un nanosegundo. Lo que sí hago es reajustar la lista, subir y bajar libros es casi un tic ya. Espero que tus deseos lectores se vean pronto cumplidos, con este y otros libros. Y sobre todo, que este o cualquier otro, te guste tanto como a mí lo ha hecho La niña del faro.
EliminarGracias Manuela, vuestros comentarios también son un regalo. Besos
Leerte a ti también es un regalo Ana. No sé si esta novela provocará en mi los mismos sentimientos y sensaciones, pero sólo leer tu reseña ya me emociona y me conmueve.
ResponderEliminarTe copio: "Que cuando me faltaban 50 páginas por terminar lo he cerrado y le dije no quiero terminarte, no quiero. Y, con horas por delante, lo dejé cerrado, abierto en mi corazón. Sin terminar"
Conozco esa sensación. No es frecuente. Es más, cada vez es más rara y no estoy dispuesta a dejar pasar la oportunidad de descubrir la magia que guarda esta novela entre sus páginas.
Besos
Pues te digo lo mismo que acabo de decirle a Manuela: que vuestros comentarios sí que son un regalo, no sabéis cuánto. Las sensaciones lectoras son muy personales, hay que plantearse los libros como naranjas, ya sabes, nunca vemos el mismo punto de la naranja-libro. Pero las sensaciones pueden ser más o menos similares, tamizados por el filtro de lo personal y lo vivido y cómo se vive. No es frecuente esa sensación, es verdad, aunque yo no tengo queja, he leído bastantes libros que no he querido terminar, ni pensar en el siguiente. Benditos sean esos libros. Espero que disfrutes mucho con esta lectura, si es así estoy dispuesta a perdonarte las flores silvestres que estoy segura me vas a deber ;)
EliminarBesos!
A ver, Ana, lo que no puede ser es que tengamos que leer todos los libros que tú lees. Lo que no puede ser es que hagas estas reseñas. No puede ser que cada vez que entro aquí salga con un libro más que leer. Me niego.
ResponderEliminarY... un beso :P
Ya salió la rebelde... :P Pero tienes razón, no tenéis que leer todos los libros que yo leo, tenéis que leer más ;) Oye, si váis a sufrir me lo pienso, eh, y sólo leo cosas que no me gusten (¡ja!) o clausuro el blog, o yo que sé. No me des que pensar que ya bastante tengo con lo que tengo :P
EliminarUn beso, Caminante!
Reseñas que se escriben solas, salen hasta por las orejas las palabras y palpitan hasta ver la luz, no sé si la de un faro pero luz a fin de cuentas. Cómo se nota cuando el libro lo da.
ResponderEliminarTe felicito por la reseña, es preciosa y también por la orientación norte/sur o la que fuese para después de un tiempito, decidirse a emprender la marcha. Lo bueno es que nos dejas margen por si tardamos en llegar. Yo sé
que no será inminente porque es un tipo de intensidad que ahora no pero eso, siete años me dan cancha para ver molinos y navegar hasta faros.
Gracias por el doble regalo, recomendación y reseña.
Besitos admirados
Tenía que compartirlo, cuando terminé el libro, por segunda vez, sabía dos cosas (y alguna más que no viene al caso): que tenía que contar una historia y que no podía esperar para compartirlo. Latía, es verdad, bumbum, bumbum... Gracias, me alegro que te haya gustado. El libro te gustará, Winterson te gustará, cómo escribe. Caerán libros suyos, aparte de lo emocional (que va con quien lee) su forma de escribir es muy personal y distinta, me ha gustado mucho y quiero, cómo no, leer más cosas suyas. Libro joya y autora joya. La intensidad no la buscaba, pero me la encontré. Ayer no sé qué te diría, hoy me ha dado alas. Espero que no tardes siete años en leerlo, no, aunque tu ritmo es tuyo y en él mandas tú, y si tus esperas son largas, pues que así sea, pero siete años son muchos para que hagas esperar esta lectura :)
EliminarBesos de ida y vuelta.
Cómo se nota no que el libro no solo lo has disfrutado, lo has sentido palabra por palabra. Difícil decirte que no con tremenda reseña. Tendré que empezar a buscarlo en la biblio.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues sí, lo dices bien: palabra por palabra. He subrayado como loca, no veas, y me ha inspirado mucho y muchas cosas. No le digas no. Suerte en la búsqueda y disfruta de la lectura.
EliminarBesos!
No hay forma de resistirse a tu recomendación con esta reseña. No conozco a esta autora pero esta claro que por lo menos esta obra no la dejaré pasar.
ResponderEliminarUn beso.
Lo bueno, Enzo, es que no sólo me llevo el libro, me llevo (me traigo) también a la autora, toda entera. Fan me he hecho :)
EliminarBesos!
Me ha encantado tu reseña, es tan bonita,...así no hay manera de decirle que no al libro. Lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarSaludos,
laura
Me alegro que te animes con el libro, porque el libro es precioso, un regalo como digo, y estos libros hay que leerlos y disfrutarlos.
EliminarBesos
Tengo un amigo con problemas de salud que me cuenta historias. Historias solo para mi, historias maravillosas, llenas de una imaginación desbordada. No sé si me siento como niña del faro, pero sí me siento agradecida y feliz cada vez que me regala sus palabras. No hay bienes materiales que puedan pagar sus regalos.
ResponderEliminarTu reseña es muy hermosa Ana. Me alegro cada vez que leo entusiasmo en un texto que habla de una novela.
Besos!!
Que especial lo que cuentas, U-topia, amigos así sí que son un regalo. Cuídale y que se mejore de sus problemas de salud. Cuéntale tú también alguna historia, que sabes hacerlo ;)
EliminarGracias, la lectura ha sido hermosa y me palpitaba en los dedos cuando lo re-terminé de leer. El entusiasmo ya sabes que viene de serie. Anímate con la lectura, te gustará. Y a mí me gustará leer tu comentario.
Besos!
¡7 años en casa y no lo habías leído! ¿? y luego te gustó mucho y te emocionó. ¿Crees que no lo leíste en su momento porque no era el momento adecuado y ahora sí?
ResponderEliminarUn beso.
No, en realidad no fue por el momento. Cuando compré el libro, por el título, lo dejé en la estantería... ahí pasó un año, bueno, ya sabes, lecturas que se van adelantando. Por aquel entonces leí algo sobre este libro que me hizo pensar "uy, pues este libro va a ser una joyita". Y decidí dejarlo como hago con algunos libros que sé que me van a gustar mucho y son especiales: regalos que no abres porque vas disfrutando de tenerlo ahí, sabiendo además que lo que hay dentro te va a gustar. Y en esa espera, pasaron siete años. No, no fue por el momento. Pero mira, me alegro que haya sido ahora, que tengo blog y puedo contarlo y compartirlo. Si lo hubiera leído antes no podría hacerlo ¿y qué iba a hacer yo con todo lo sentido? ;)
EliminarBeso!
La de libros que esperan años y años en mis estanterías esperando a ser leídos... No me gusta apresurar las cosas y menos con los libros. Aprendí que sí se escoger el momento adecuado para leerlos, pueden llegar a convertirse en pequeñas joyas de valor incalculable.
ResponderEliminarMe apunto la recomendación! Fantástica entrada! :)
Besos!
Lo cierto es que no escojo ningún momento, deciden los libros, a veces saco uno de la estantería y me pide que lo deje ahí, así que ahí se queda. Y otras voy a coger uno y me encuentro con otro en las manos. Los libros tienen vida propia y personalidad, así que dejo que decidan. Las joyas nunca sabes dónde están, pero siempre es una gozada encontrarlas.
EliminarGracias ;) ¡Besos!
Hola Ana, ¡ qué emotiva reseña!.Me ha encantado tu reseña y me han dado muchas ganas de leer este libro.Lo buscaré .Creo que me va a gustar. Besos.
ResponderEliminarHola Pilar! Muchas gracias, el libro es un encanto, siempre es fácil compartir esa sensación cuando la lectura te llega especialmente. Y sí, creo que te gustará, es un caramelo de libro ;)
EliminarBesos!
Ostrasss!! me lo regalaron y no lo leí. Mea culpa!!!
ResponderEliminarTus reseñas son muy buenas.
Besos
Mujer, culpa ninguna,,. ya ves cuánto he tardado yo en leerlo. Eso sí, cuando me puse, lo leí dos veces :) Si lo tienes, ya sabes que es un regalo. ¡Que lo disfrutes!!
EliminarBesos
Pues me enteré de la existencia de este libro hace unos meses, pero me llamó la atención y lo apunté. Ahora me has dado muchísimas ganas de leerlo.
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente, qué bonito es cuando un libro te hace sentir tantas cosas que no quieres terminarlo!
Un beso!
Pues si lo apuntaste es que el libro ya te estaba llamando (Caaaaarlaaaa!!). Cuando disfrutas tanto de un libro la verdad es casi como descubrieras por primera vez la magia del leer. Y, claro, quieres que dure. Pero el libro está ahí, puedo volver a él siempre que quiera :)
EliminarBesos!
Lo tengo apuntado desde que Mónica (mobas.es) lo reseñó, pero creo que después de tu reseña no puedo dejar pasar más tiempo. Qué bellisima reseña, que maravillosa narración, cuánto nos regalas. Siéntete niña del faro porque así lo eres en cierta forma, un faro literario que me alegra haber encontrado.Un besote grande.
ResponderEliminarNo sabía que lo había reseñado Mónica (sigo ese blog desde hace poco). Jo, gracias Filias, el regalo es el libro, no te quepa la menor duda, lo demás es dejarse llevar por la estela de Winterson, recoger lo que te da y compartirlo. Qué bonito, me gusta ser farera :) (niña ya no tanto). A mí también me alegra que andes por aquí ;)
EliminarAbrazo!
Si es un regalo, no voy a hacerte el feo. Me ha emocionado tu reseña, me encanta ese entusiasmo que le pones, es imposible decirte que no. Por si fuera poco la niña, el contador de historias, el faro y el pueblo perdido de Escocia, va y dices "las personas son como los libros". Y yo caigo rendida, totalmente rendida. Gracias por el regalo. Bss
ResponderEliminarDí que sí que a caballo regalado no se le mira el diente :P Me emociona que te emocione, Mónica. Es que hay libros entusiasmantes, ya sabes, y personas que se entusiasman con facilidad ;) Las personas somos como los libros, los libros como las personas... y nuestra relación entre unos y otros se asemejan terriblemente a la relación entre personas. Gracias a ti por tu entusiasmo Mónica.
EliminarBesos!
¡Qué reseña más bonita! Creo que así nos convences a todos, parece un libro que no se puede dejar pasar.
ResponderEliminar¡Besos!
Gracias Mustis, el libro convence por sí mismo, no necesita de mi entusiasmo, pero si sirve para no dejarlo escapar o pasarlo por alto, me alegro, por el libro, pero también porque lo disfruten quienes lo lean.
EliminarBesos!
Como casi siempre no la conocía pero tienes razón el título es precioso. Y por lo que veo, una pena que tardaras tanto en leerlo...aunque cada libro tiene su momento no?
ResponderEliminarYo me la anoto sobre todo por lo que te ha emocionado.
Un beso!
Es que leemos libros muy distintos, pero todo se andará ;) El título es precioso y el contenido aún más, fíjate que creo que te gustará, no necesita momento, el momento es este :)
EliminarBesos!
Ana, desearía sincerarme contigo por este medio. No es que no lea lo que escribes; sí lo hago. Sólo que los libros que comentas -como éste- es posible que lleguen a estas latitudes pasado algún tiempo -si es exitoso en tu continente-; en el mejor de los casos. No obstante, los apunto. Escribo esto, para que yo no parezca un 'ausente'. De hecho, esta recomendación tuya final no puedo obviarla. Te avisaré cuando pueda hacerme de un ejemplar, si?
ResponderEliminarRecibe un beso grande desde estas latitudes australes, Ana.
Tranquilo Marcelo, sé que no te es fácil acceder a todos los títulos que comentamos por estas latitudes. De todas formas este libro ya ves que tiene sus años, y Lumen es una editorial con amplios tentáculos, creo que sería posible que consiguieras hacerte con él. Espero que no te resulte difícil y disfrutes de la lectura como yo lo he hecho.
EliminarBeso con abrazo!
No es posible¡¡¡¡¡ acabo de encontrar otra mujer farera¡¡¡¡¡ Hola Ana. No sabes como he disfrutado con tu reseña, soy una amante perdida de los Faros desde casi siempre, por eso encontrarte es un lujo. El libro lo lei hace un tiempo, practicamente cuando salio y era inevitable fundirse con el.
ResponderEliminarEncantada de conocerte. No dejes de amar los Faros y recuerda: "la magia del Faro no está en su luz sino en el instante previo a que esta pase por donde tu estas"
Un beso
Reyes
¡Sí era posible! :) Hola Reyes, bienvenida. Me alegro que hayas disfrutado de la reseña, eso es porque previamente has leído el libro y los faros tenían sentido para tí. Nunca he dejado de amar los faros, siempre sigo amando aquello que he amado, de una forma u otra, soy leal a mis afectos. Gracias por pasarte, si te quedas espero leerte más por aquí.
EliminarUn beso con luz previa!
Qué alegría volver por estos lares y leer una reseña tan bonita como esta. Desde luego, me lo apunto y espero que no me cueste encontrarlo.
ResponderEliminarBesos:)
La alegría es verte por aquí, Sara :) No te costará encontrarlo, como mucho que no lo tengan y lo tengas que pedir, pero es fácil de hacerse con él. Eso si no lo tienen en tu bliblioteca, pero es un libro que quieres tener porque subrayas mucho y sabes que releerás. Ya me contarás.
EliminarBesos!
¡Tu reseña me conquistó por completo! Me anoto el título, a ver si lo traen a alguna librería de mi país que nunca me he topado con ese título. ¡Un besote!
ResponderEliminarGracias Fernanda, si te ha conquistado mi comentario de la lectura, te consquistará más aún la lectura. El libro tiene ya años, espero que no tengas problemas para conseguirlo.
EliminarBesos
Ay ay ay... Un nuevo excelente comentario sobre este libro que no consigo de ninguna manera!! He buscado en librerías, mercadillos de usados, la web, bibliotecas públicas y no lo puedo encontrar... Tendré que viajar a España para conseguirlo! Empiezo a hacer las maletas! Jaja... Ojalá fuera tan fácil.
ResponderEliminarEstela ¿has probado en Amazon? O incluso a través de la propia editorial, Lumen. Mira a ver y si ni así lo consigues ya hablamos, seguro que hay forma de que te llegue el libro.
EliminarBesos
Ana :( Nop. No lo consigo. En Amazon está en papel pero en Argentina solemos tener problemas con aduana y los libros nos salen carísimos. Escribí a la editorial... espero con ansias la respuesta. Gracias ;)
EliminarQué lastima, pensé que Amazon podría ser una buena opción He visto esto, pero no sé: http://articulo.mercadolibre.com.ar/MLA-506497480-la-nina-del-faro-jeanette-winterson-_JM
EliminarEspero que tengas suerte con la editorial, ya me contarás.
Besos
¡¡ANAA!! ¡¡¡GRACIAS!!!
Eliminar¿Enloquecí? Casi ;)
De la editorial me contestaron que es edición española y no lo tenían.
Pero... rastreé el link de mercadolibre y al vendedor que figuraba allí... Y ¿adiviná qué? Era de una librería pequeña que queda a "UNA CUADRA" del departamento donde viven mis hijos en Buenos Aires!!! He pasado montones de veces por el frente y nunca la había registrado :( Así que hablé con mi hija (yo vivo en el interior del país) y ya fue a comprarmelo... lo tiene en su poder y pronto pronto pronto va a mandármelo :) :) :D :D
Gracias por ayudarme en la búsqueda... Las distancias no existen y ahora estás muy cerca de mi corazón... y de mi librería jaja
Besos...
¡¡Bien!! Es un libro que estaba en tu camino, será tu libro tambien :) Pronto estará en tus manos. No sabes cuánto me alegro. Ya nos contarás qué tal la lectura. Al menos ya el conseguirlo ha sido una historia en sí, una historia para contar.
EliminarGracias a ti por esta pequeña y bonita historia de la búsqueda de La niña del faro y por tu cariño.
Besos!
Ana en esta ocasión leerte a ti ha sido el regalo. ¡Que maravilla de reseña! Conocí este libro a través de una reseña de Rusta y lo apunté para leerlo algún día. Han pasa o los meses y ha llegado tu reseña. Definitivamente no voy a esperar ni un mes más, ni mucho menos tantos años como te ocurrió a ti. Gracias por haberme dado la señal de que me estaba perdiendo una historia de esas que te acompañan durante la lectura e incluso una vez cerrado el libro.
ResponderEliminarVoy ahora mismo a comprarlo. Pero ya.
¡Un beso Ana!
Gracias Marie, pero La niña del faro sí que es un regalo, ahora estoy en ese momento de querer leer todo de Winterson pero a la vez tener miedo de que ya no sea lo mismo :) En cualquier caso, a casa me voy a ir trayendo el resto sin dudarlo. Pues me dejas impaciente ahora a la espera de que lo leas y lo cuentes ;)
EliminarBesos
Uuuuf. Me dejas con los pelos de punta, casi tanto como cuando leí el libro. Las dos veces. Qué hermosa manera de hablar de un libro hermoso. Gracias por regalarme este pequeño momento de maravilla.
ResponderEliminarBesucos.
¡Quiero foto de Zazou con los pelos de punta!! :D El libro es hermoso, no veas lo contenta que estoy de haberlo leído, de tenerlo, de volver a leerlo, qué alegría y qué emoción leer libros así ¿verdad?. Gracias a ti, Zazou, por pasarte, leer y comentar. No veas además la alegría que me ha dado que comentaras aquí. Ya verás :)
EliminarBesucos!
Ostras, me empiezo a plantear que raro es que yo no haya leído ninguno de los libros que reseñas, que no sepa quién son los escritores y que luego encima termine con muchas ganas de leerlos! que morro tienes, es que encima realmente sé poco de que va el libro pero la entrada es maravillosa, fuf! ah y lo peor es que encima ni siquiera me pones fácil encontrar los libros grrrrrrrrr ah tb yo me he imaginado muchas veces viviendo en un faro lleno de libros, sin problemas de espacio, tiempo, distracciones...
ResponderEliminarjajajaja... Hay tantos libros Resi... pero para eso están los blogs, para descubrirnos lecturas y autores. El libro es maravilloso, te gustará, búscalo, encuéntralo y disfrútalo.
Eliminarbesos
Cuánto me alegra que hayas descubierto a Jeanette Winterson. Es maravillosa, una de las grandes de nuestros tiempos, con una voz tremendamente original. Ahora, a por "La pasión", que es otra joya.
ResponderEliminarBesos.
Todo un descubrimiento, Winterson... Me estoy haciendo con todo lo suyo, así, a ciegas. La pasión es de los primeros que conseguí, además por recomendación expresa de Alejandro Palomas. Ya lo tengo en casa, a la espera, prefiero espaciar entre joya y joya porque con esta forma mía de leer y luego contar... ¡me agoto!, pero ya no se me escapa.
EliminarBesos
Ana! Leído y comentado. Agradezco la pieza fundamental del puzzle que significó tu aporte.
ResponderEliminarCariños...
Voy a ver tu comentario! :)
EliminarAyer lo vi en la cuesta Moyano en Madrid y se me quedó grabado a fuego. No lo compré pero sabía que en algún momento volvería a por él porque estaba segura de que me haría sentir todo lo que tú has descrito en tu reseña. Yo también quiero que sea mío...
ResponderEliminarBesos y gracias por una reseña tan preciosa. Me has, totalmente, convencido :)
Te recomiendo otro de la misma autora: "Porqué ser feliz, cuando puedes ser normal"
ResponderEliminarMe dieron ganas de leerlo. Me lo apunto para mi viaje a la librería. Gracias.
ResponderEliminarPura poesía, un libro para bucear, para perderse y encontrarse.
ResponderEliminarYo llegué a él gracias a ti.
Este libro significa tanto para mí que no puedo evitar que a quien le guste, ya me caiga bien :) Es, ciertamente, un libro en el que encontrarse. Yo me encontré tanto que me resulta, todavía hoy, difícil de explicar el porqué.
EliminarMe alegro de ser la "culpable" de que llegaras a él, que lo disfrutaras (y te encontraras) ya es mérito tuyo ;)
Un abrazo
Puff!! Qué buena esta entrada! La frase que has repetido hoy en Facebook te la cojo para un post.
ResponderEliminarGracias!!
Estoy buscando otros libros de la misma autora y por eso llegue aquí. Es hermoso ése libro, tan delicado y tan cruel a la vez , mágico. Es inspiración para pintar o hacer una escultura, cuando los libros abren una puerta así ahhhh no hay que dejar escapar la sensación... En mi caso lo presté, las lectoras se escandalizaron en un momento del libro y se quedaron con una mala sensación...jajaja Miraré más en el blog, me encantaría otra entrada sobre la misma autora.Saludos!
ResponderEliminarQué maravilla, Ana, tus palabras, el libro, pero sobre todo tu sensibilidad, tu forma de vivirlo, de sentirlo, de transmitirlo.
ResponderEliminarQué mejor refugio que un faro donde soñar y vivir en historias, donde amar y volver a soñar.
Gracias.
Le he leído hace unos días. Me ha gustado mucho. Me ha recordado mucho a Piezas en fuga de Anne Michaels. Si no lo has leído te lo recomiendo. Seguro que te gusta. Un saludo
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