Título original: Ein Ganzes Leben
Traductora: Ana Guelbenzu
Páginas: 144
Publicación: 2014 (2017)
Editorial: Salamandra
Sinopsis: A principios del siglo XX, llega a una pequeña aldea perdida en los Alpes el pequeño Andreas Egger, tras ser abandonado por su madre con apenas cuatro años. El niño crece sometido a la férrea disciplina de su tío, y su horizonte se agota en la cadena de enormes montañas que rodean el valle. Así, entre esas cimas de nieves perpetuas y esas paredes rocosas de fiereza salvaje que en su juventud laceraron su corazón con gélida impiedad, la vida de Andreas discurre entre la rudeza del entorno y una forzosa adaptación a los cambios que impone el progreso. Y aunque la construcción del teleférico y la irrupción del turismo de masas, con el consiguiente aluvión de excursionistas y esquiadores, desfiguran el microcosmos mudando las costumbres ancestrales, al final de sus días el octogenario Andreas permanece fiel a su naturaleza, contemplando una puesta de sol o bebiendo leche recién ordeñada con el mismo arrobo con que cincuenta años antes observaba embobado a la única mujer que le fue dado amar.
De repente tengo este libro en mis estanterías y no recuerdo desde cuándo ni cómo ni dónde ni porqué. Me flipo más todavía cuando veo que es un libro reciente, de mesa de novedades, vaya. Haz memoria, Ana, me digo. Nada, no recuerdo. En estos últimos meses he comprado muchos libros en distintos sitios, pero los recuerdo todos ¿por qué tengo este? ¿por qué no me acuerdo de él? No sé, miro la sinopsis, veo que ha recibido premios varios y pienso que aunque no recuerde nada podría ser de ese tipo de libros que me gusten: personajes fieles a sí mismos, naturaleza, montañas e incluso un amor.
Así que me acomodo en el sofá, dispuesta a lo que parecía sería una lectura deslumbrante, casi reveladora, una vibración, un aleteo en alguna vena paralizada… Y desde luego que mi sofá vibró: no hacía más que rebullir en mi asiento, atónita.
Y ¿por dónde empiezo? Porque además al comprobar que este libro está arrasando en redes sociales y que es maravilloso, deslumbrante, impresionante, recomendable… pues empiezo a inquietarme. Me pregunto si no he sabido leerlo. Pero sé que no es eso. Sé exactamente qué es. En cualquier caso es de las lecturas más decepcionantes que he tenido en años. Y tengo que explicarlo, no porque necesite justificarlo, sino porque lo que leo… lo cuento.
Sigo en mi sofá. No encuentro acomodo. Avanzo páginas, vuelvo hacia atrás ¿me estoy perdiendo algo? Lo leo, lo releo, lo miro del derecho, del revés y lo único que se me viene a la mente es ¿pero esto qué es? ¿el Paulo Coelho austríaco?
Se pueden comprar las horas de un hombre, robarle los días o arrebatarle toda su vida. Pero nadie puede quitarle a un hombre ni un solo instante.
Leo una y otra vez la cita anterior. La única subrayable. Pero después de una segunda lectura me pregunto ¿qué significa? Me viene el eco de frases conocidísimas como Nos pueden quitar la vida pero jamás nos quitarán la libertad. Nos pueden quitar el sueño pero no la capacidad de soñar. Podrán cortar todas las flores pero no detendrán la primavera… Y así hasta el infinito. Pero es que además no le encuentro el sentido a la frase, por muchas vueltas que le dé, solo percibo el envoltorio.
Vamos a ver, de este libro se valora su sencillez. Y es que lo sencillo es muy complicado. Más aún cuando se pretende contar toda la vida de un hombre. De un hombre sencillo por supuesto. Sí, claro, eso ya está contado: ahí está Stoner. Pero eso no impide que se sigan escribiendo muy buenos libros, desde la sencillez de la escritura y desde la sencillez de lo que narran o de sus personajes. Eso lo han hecho ya autores como Ginzburg, Gogol, Flaubert…
Pero no, ahí no está Seethaler. ¿Es que escribe complicado, utiliza metáforas, tropos, prosa poética, imágenes deslumbrantes?… No. Es cierto: es sencillo. Yo diría básico. No hay florituras ni complicaciones. Tan es así que hay un montón de lugares comunes y de previsibilidad, tanto en el ¿estilo? narrativo como en la ¿trama? A lo largo de las 144 páginas nos encontramos con clichés de primero de taller de escritura del nivel: Las noches son oscuras como boca de lobo, o de un negro azabache; la muerte forma parte de la vida, igual que el moho del pan. Y, por supuesto, la muerte es la Dama Fría; el corazón siente un gélido escalofrío, o las gotas de agua en las briznas de hierba parecen perlas de cristal…
Bien, aceptamos sencillo, simple, en el estilo narrativo. Incapaz, al menos en mí, de generarme una imagen, un impacto, un asombro, una admiración. Así que tenemos el protagonista, Andreas Egger. ¿Conseguirá conquistarme? Pues no. Rotundamente no. Me es ajeno totalmente. Poco creíble. Previsible (como todo en este libro, plagado de clichés y lugares comunes). Un protagonista que no se enfrenta a nada de lo que le rodea, ni siquiera a lo que le sucede por dentro, simplemente se desliza por todo lo bueno y malo que le ocurre. Que no está mal y no es criticable, pero que provoca que yo también me deslice por las páginas con la misma superficialidad e indiferencia.
Entiendo la intención de Seethaler: trazar el recorrido de un hombre sencillo, que prefiere escuchar a hablar, solitario pero no tanto como para no amar al menos una vez en su vida, amante de la naturaleza. Nada dramático. Nada espectacular. Nada inhabitual. Como tantas otras vidas. Una vida que se acepta de forma natural, lo bueno, lo malo, lo regular, los cambios… Pero ¿por qué Seethaler no es capaz de poner profundidad a su protagonista? No lo sé, pero me aburrió. Mucho.
¿Recomiendo Toda una vida? No me gusta recomendar ni no recomendar libros. No suelo hacerlo, solo a quienes conozco personalmente y conozco además bien qué y cómo leen me atrevo a decirles de algún libro que les pueda interesar y que le echen un vistazo. Creo que cada lector tiene su propio criterio y que, aunque busquemos información y leamos sobre las lecturas de otros, sabemos perfectamente con qué sensibilidades lectoras conectamos y coincidimos. Me parece importante buscar información, saber, aprender, pero también que cada cual tenga su propio juicio y opinión.
¿Es Toda una vida un mal libro? No, qué duda cabe, conmoverá a muchos lectores, sabrán apreciarlo otros y a algunos, como a mí, le parecerá un truño. Pero no puedo decir que es un mal libro porque todo libro tiene su lector. Es solo un libro que a mí no me ha gustado nada, que he leído percibiendo todas las tretas del escritor/guionista y que me ha dejado con una indiferencia absoluta. Quizás el que lo haya leído entre Banville y Pierre Michon haya tenido mucho que ver con mi valoración y con recordar qué tipo de libros y de literatura busco en este momento de mi vida.
La sombra de Stoner es demasiado alargada y mi luz anda demasiado corta.
Leer algo que no te guste pero todos aplaudan genera una sensación rara. ¿Soy yo? Me he preguntado muchas veces. Y la respuesta no es tan sencilla. Más bien habría que decir que 'Somos nosotros', el libro y yo. No hay conexión. En fin, no siempre gusta lo que gusta a tanta gente pero no hay que darle mayor importancia. Yo jamás descarto una lectura que a priori me interesa porque a alguien de mi entorno no le haya gustado. Yo soy yo y mis circunstancias, pero también mis libros. Besos
ResponderEliminar(¿Cómo llegaría el libro a tus estanterías?)
Sí que es una sensación rara, la verdad. Tiendo a pensar que soy yo, que hay cierta barrera que se interpone entre el libro y yo y no siempre sé muy bien de qué está hecha esa barrera. En este caso lo tengo claro, la verdad, pero no por eso dejo de sentirme bicho raro. Pero como tú dices: yo soy yo y mis circunstancias y mis libros... y mi forma de leer ;)
EliminarUn abrazo
Yo soy de las que suelen nadar contra corriente y eso que soy vaga por naturaleza y me apunto a la ley del mínimo esfuerzo a las primeras de cambio, jajajaja, menos en la lectura, me arriesgo aunque no demasiado teniendo en cuenta que en mi juventud devoraba lo que se me ponía por delante, sin temer a nada. Me suele ocurrir que no me gustan las cosas muy comerciales o muy trilladas por todo el mundo, me hacen perder el interés y no les encuentro alicientes (confieso que no soporto las novelas de Megan Maxwell, no he visto Juego de Tronos y me aburren las sagas de la Galaxia dichosa, ea)si algo no me gusta, no me gusta, aunque al resto le apasione, o viceversa.
ResponderEliminarBesitos cielo.
En cuestión de libros y lecturas prefiero no dejarme llevar mucho por la corriente, y más por la fiabilidad del tiempo, que es un juez implacable. Pero también por mis pálpitos que a veces no aciertan, pero la mayoría de las veces no ando muy desencaminada. Miedo a los libros no tengo, la verdad, pero cada vez me da más rabia no llegar a buen puerto con una lectura.
EliminarUn abrazo
Leí una opinión similar a la tuya hace tiempo y después de leerte me queda claro que es un libro para arriesgarse más allá de opiniones y dependerá de cada lector. En todo caso yo no me voy animar.
ResponderEliminarUn beso
En realidad todo libro es un riesgo. Debe de serlo. A mí normalmente no me influyen las críticas negativas si he decidido que quiero leer un libro, al contrario, me motivan más a leerlo para ver qué pienso yo. Por eso prefiero no recomendar ni lo contrario, simplemente contar mis sensaciones y que cada cual decida.
EliminarUn abrazo
Las personas somos complejas, es más, no existe un libro que sea más complejo que la persona más simple.
ResponderEliminarEl libro no sufre, o se alegra, o está animado o desanimado, ni sueña, ni tiene expectativas, ni planes, ni está agotado o pletórico, ni se aburre o se divierte, etc.
Cuando abrimos un libro, el lector ansía que responda a las claves internas que cada uno guardamos para sí, y ahí puede pasar de todo, dependiendo de nuestra variopinta singularidad, el éxtasis o el fracaso.
Por eso es muy acertado lo que dices, a unos les conmoverá y para otros será un pestiño.
Si bien, eso de los clichés, lo previsible y los lugares comunes... uff
Lo dejaré que siga luciéndose en los escaparates, a los que me acerco siempre con lupa.
Un abrazo, Ana, y gracias por tu honestidad.
Es cierto lo que dices, aunque hay libros que ya te digo yo que igual sí que son más complejos que la persona más simple, eh... (es que acabo de leer a Pierre Michon y ahora estoy con Clarice Lispector... así que ya te digo). Lo que es impepinable es que los libros no tienen sentimientos en sí mismo, que es el lector quien los pone, o quien se los toma prestados al escritor. Pero es verdad verdadera, al menos en mi caso, que sí que leo en clave personal y que eso me convierte, siempre lo digo, en lectora subjetiva, y por tanto falible.
EliminarQue conste que yo tiro mucho de lupa ahora, pero arrastro algunos errores en mis estanterías, me temo, de los que tendré que ir dando cuenta para dejar lo que realmente me interesa.
Un abrazo grande, Paco.
Cuando un libro desata furores en las redes sociales y en los medios, me echo a temblar y me entra un enorme mosqueo. A veces me he equivocado, pero no me equivoqué con Paulo Coelho que entiendo que hay gente a la que le entusiasma, pero a mí casi me mató de aburrimiento en la única novela que le leí.
ResponderEliminarNo es cuestión de que alguien acierte y otros se equivoquen. Como bien dices todo libro tiene su lector, pero desde luego, hay libros para los que yo no soy lectora.
Ya sé lo que haré si "Toda una vida" se cruza en mi camino.
Un beso.
Sí, el ruído mediático... a veces traen aciertos, es verdad, pero en cualquier caso prefiero esperar antes de dar el paso de dejarme llevar por ese bullicio. En este caso no tengo muy claro lo que pasó, porque ya digo que no recuerdo cómo es que tenía este libro en la estanteria... Y lo cierto es que sí que podría haber sido lectora para este libro, al menos en teoría. Pero de la teoría a la práctica...
EliminarUn abrazo
Tu subconsciente ya te estaba diciendo a través de tu desmemoria que esta lectura no era para ti. A lo mejor es que el libro más que sencillo es simple, dos palabras que aunque parezcan sinónimas no siempre lo son.
ResponderEliminarLa verdad que no me has animado mucho a leerlo pero al menos me he reído un rato con lo del Paulo Coelho austriaco, con todos mis respetos a sus admiradores.
Un abrazo
Pues mi subconsciente ya me podría haber avisado cuando lo pillé en la librería (que ni siquiera sé en cuál fue) en vez de cuando lo cogí de la estantería :D Conmigo este libro no ha funcionado, Lorena. Le he visto las hechuras muy deliberadas.
EliminarUn abrazo
A mí me pasó algo parecido con un libro hace no demasiado. Estaba en casa, entre todos mis libros, y además con una nota manuscrita. Lo empecé pero me pareció aburridísimo, así que lo llevé a una librería de segunda mano y allí lo dejé.
ResponderEliminarEn cuanto a tu reseña, se agradece que sea tan sincera. El libro no lo conozco, pero no me apetece leerlo después de tu reseña. Será por libros en las listas de pendientes...
Besos!
Exactamente ese mismo destino que ha tenido el tuyo, ha tenido este libro :) ¡Será por libros!
EliminarUn abrazo
Lo del Paulo Coelho austríaco me para a la hora de ponerme con este libro, pues no me va nada. Pero como tu dices habrá lectores que lo aprecien.
ResponderEliminarUn abrazo
Coelho tiene muchos seguidores, que conste. Y cumple su papel de hacer lectores, supongo. Como este libro...
EliminarUn abrazo.
Paulo Coelho austriaco, hala, has tirado a dar. Y con la artillería pesada. Está claro que el libro te ha resultado infumable aunque al final has querido suavizar un poco, vaya a ser que los fans se enfaden.
ResponderEliminarPues yo lo tenía apuntado y no lo voy a tachar pero no sé para cuándo será porque me temo que no va a ser tampoco lo que esperaba.
Ya veremos qué pasa. Da la sensación de que es de esos libros que al final no te enteras de qué es lo que quería contar.
Un abrazo
No, no te creas que he querido suavizar nada al final. Tengo claros los trucos que utiliza Seethaler y me parece de manual. Pero le ha funcionado y eso está bien, pero en mi caso esas hechuras tan evidentes me hacía poco creíble la historia, demasiado guionizada. Lo que pasa que no me gusta que alguien decida no leer el libro porque a mí no me haya gustado, porque tal vez esa persona se esté perdiendo una buena lectura para ella. O no, pero eso no lo sabrá hasta que no lo lea.
EliminarSí que se sabe lo que quiere contar, pero a mí me ha dejado fría.
Un abrazo
Hola Ana.
ResponderEliminarPerec, medio en serio, medio en crítica, buena ya sería un tercio si dijera: medio ejerciendo la inventiva como él solo sabía, creó o previó en "Pensar clasificar" ..la máquina de hacer aforismos... (como podia ser la máquina de hacer bonitas imágenes o versos que parecen sacados de un anuncio de cola cola o cola cao o...)Creo que hay autores que usan ese tipo de máquinas , a destajo... una larga lista tengo...
un abrazo Ana
cuídate
pd. siempre me ha hecho gracía esta web que recrea a Perec... es una de esas pequeñas y extrañas y sí, tontas, y sí, bonitas ideas que también aparecen por internet..
http://www.laincreiblemaquinaaforistica.com/
Jejejej... Tengo a Perec cerquita, caerá pronto. Este escritor es guionista también, con eso quiere decir que sabe de qué trucos tirar, tiene su maquinita también, supongo.
EliminarAhora voy a echarle un vistazo a ese enlace que me da que me voy a reir un rato :D
Un abrazo agradecido
Por lo que veo Toda una vida es un libro que no admite medias tintas: o te encanta o lo detestas. Yo soy de los primeros, y es curioso porque aun siendo muy parecidos en el fondo (exaltación de la vida sencilla etc.), a mi el que me pareció insoportable fue Stoner. Pero bueno como tú bien has resumido, siempre hay un roto para un descosío.
ResponderEliminarEso parece, que es ese tipo de libros que no admiten términos medios. Pero eso para un libro también es bueno, porque por una razón o la contraria, estará ahí en el boca a boca. Así que funciona. Está claro que cada libro tiene su lector, por eso prefiero que cada cual decida por sí mismo, mi opinión es totalmente subjetiva siempre y con poco ánimo de desanimar a nadie a que no se lea un libro, más bien al contrario, a que lo cate por sí mismo para saber qué sensaciones le provoca.
EliminarUn abrazo.
A mí me encantó Ana!!! Me pareció muy zen y Andreas Eggers muy profundo, Stoner me gustó mucho también pero este, probablemente por su brevedad me impactó mucho más. Realmente no podría ver jamás la relación con Coelho, Toda una vida es bello, sobrio y de una economia brutal.
ResponderEliminarSí ya sé que voy a contracorriente! :D Ya digo que a mí me pareció lleno de trucos y clichés esperables, como si hubiera cogido una mezcla de ingredientes que se saben vencedores y los hubiera empastado bien. Pero a mí eso se me hizo evidente desde el principio y no me dejó conectar con Andreas y su vida. Lo de Coehlo fue por algunos párrafos que leí que lo anoté porque lo sentí así.
EliminarSi yo me alegro de que el libro guste, siempre me alegraré de que los libros gusten, pero si a mí no me gusta tampoco voy a mentir, aunque intento dar mis razones. Además, debatir siempre es positivo. Y un libro que provoca debate tiene éxito asegurado ;)
Un abrazo.
No nos puede gustar lo mismo a todos. Sería un mundo muy aburrido si así fuera. Con el libro no sé si me animaré. Pero si lo leo, iré con las expectativas bajas, por si acaso. Siento tu decepción.
ResponderEliminarBesotes!!!
Así es, Margari, pero creo que eso es también el gran atractivo de los libros, su diversidad.
EliminarUn abrazo
Lo tengo a leer, Ana. Lo llevé porque las opiniones eran encontradas, y con tu reseña casi empatas las críticas.
ResponderEliminarDespierta mi curiosidad lectora; hasta es posible que suspenda mi lectura actual para intercalarlo, a ver qué resulta.
Puede que sea un producto editorial de 'diseño', de manera que sea agradable al gran público. O no, quién sabe...
Sólo me resta hacer la experiencia y contarla.
Gracias por tu honestidad, siempre incólume.
Un gran abrazo.
Pues claro que lo tienes que leer, Marcelo. No porque a mí no me haya convencido tiene que dejar de ser leído. Me aterraría eso... Al contrario, prefiero que provoque leerlo y que cada cual saque sus conclusiones. Estaré atenta a cuando cuentes tus sensaciones.
EliminarUn abrazo
Fíjate que va todo en momentos. A mi Stoner me gustó muchísimo y llevo años recomendándolo. Desde entonces tengo querencia por personajes grises, y eso que el resultado ha sido muy desigual entre unos y otros. en el caso de esta novela, me gustó: las escenas con el tio, el alud, la guerra... es un libro que está protagonizado por una vida en conjunto bastante miserable, que no el protagonista. En mi caso he agradecido esa toma de distancia que realiza el autor porque en realidad, y sobre todo por el fin de sus días, ni siquiera repararíamos en alguien así y, si nos enterásemos de su historia, sería a toro pasado. Eso de recuerdas aquel hombre que... y, cualquier sentimiento que nos despertase ese conocimiento tardía sería tibio y no visceral.
ResponderEliminarClaro que tiene trucos, y creo que no los oculta. Pero para mi lo importante es que objetivamente puede que su vida haya sido difícil y dura, pero en la realidad... lo lees y es como la vida misma porque, ¿a quién le importa?
Besos
Claro que es cuestión de momentos (entre otras cosas), y en este momento mío no conseguí conectar con este libro. Y también tengo esa querencia por personajes, no sé si decir grises, pero sí reconocibles en cualquiera de nuestro alrededor o en nosotros mismos. Vidas que no se recuerdan, o se recuerdan en una especie de neblina. Pero que, como en el caso de Stoner, tienen una luz, porque todas las vidas la tienen. Y aquí, no sé si por los trucos, que se me hicieron evidentes y eso me lastró mucho o si simplemente porque esto en otro momento, no vi esa luz, y el libro va a dejar poca huella en mí, salvo por la apabullante mayoría que ha gustado y sentirme como que no he sabido leerlo :)
EliminarUn abrazo
Cuando un libro te deja fría, mal asunto, una se queda chafada, con sensación de vacío. El tema aparentemente podría dar de sí, pero parece que no construye una historia con personajes creíbles (no solo reales) y eso a mi me disgusta mucho. Menos mal que la novela es breve.
ResponderEliminarUn abrazo.
No sé si se trata de una cuestión de credibilidad del personaje, pero está claro que no hubo feeling con el protagonista. Doy menos credibilidad al cómo está contado,porque me parece demasiado ¿cómo decir? �� ¿programado?
EliminarUn abrazo
Hola Ana:
ResponderEliminarMe he sentido muy identificada con tus sensaciones al leer el libro. Yo no he podido ni terminarlo...
Hace poco he estado leyendo Una Vida Prestada y Léxico Familiar (las recomiendo), y son novelas sencillas en su superficie pero que para mí fueron muy reveladoras; y eso es lo que esperaba que me pasara con Toda una Vida, pero me ha dejado fría, como a ti.
Un saludo
Hola: Pues menos mal, porque me sentía un poco bicho raro respecto a este libro. Léxico familiar no tardaré en leerlo, pero es que Ginzburg es otro nivel, otra liga. El de Una vida prestada (de Berta Vías ¿no?) no entraba en mis planes, pero le echaré un vistazo.
EliminarUn abrazo
Sí, de Berta Vías. A mí me ha encantado, me ha dejado huella. Pero como tú dices, lo de los libros es muy subjetivo...
EliminarUn saludo!
Tomo nota (objetivamente) ;)
EliminarUn abrazo