domingo, 17 de noviembre de 2019

El chico que nunca existió (Sjón)


Se entretiene diferenciando la vida real de la sombra de la vida

“El chico que nunca existió” es tal cual lo que dice su título: la historia de un chico que nunca existió. O sí, porque ¿qué vida no se ha vivido ya? Es también la historia de la sociedad islandesa en Reikiavik a principios del siglo XX y cómo afecta a la población la gripe española.

Me ha resultado una lectura extraña y dispersa por la que he avanzado a trompicones, entre la neblina de los difusos límites de la realidad y la imaginación y la mirada oscura y onírica del protagonista. He respirado el ambiente, el clima, el paisaje, los espacios y los personajes creados, pero me he mantenido distante porque no conseguía estar ni entrar dentro de lo que leía, no por ajeno, porque nada me es ajeno, pero sí porque no conseguía ponerme en contacto con la historia.

No he conseguido conectar, ha sido un “yo quería quererte y tú no”. Sjón crea una atmósfera muy cinematográfica, en blanco y negro, pero no logro introducirme en ella, como si me hubiera quedado a ver una película de pie y a una distancia tan alejada de la pantalla que no consigue sacarme de mis propias ensoñaciones ni sentirme cómoda.

La prosa repleta de alegórica fantasía que transmite Sjón no consigue crearme una realidad a pesar de valorar sus intenciones y las brutales y eficaces descripciones de algunas escenas sexuales y las relacionadas con la devastación causada por la gripe española.

Lo leí y lo cuento como un libro que también hizo camino en mi autobiografía de lecturas comentadas. Existió. Y no pudo ser. Eso me suena.

2 comentarios:

  1. De Sjón leí hace un par de años “Maravillas del crepúsculo”, además por tu tierra, Asturias, tomé notas para llevarlo al blog, aunque no lo publiqué, creo que se coló otro libro de anterior lectura, y hasta ahora., espero darle entrada.

    Era una narración un tanto compleja, (basada en un acontecimiento histórico real, referente a unos balleneros vascos arribados a una remota costa Islandesa).
    Sjón se mueve por diferentes ámbitos, historia, naturaleza, religión, fantasía, realidad… de una manera poco ortodoxa, tampoco es que fuese algo experimental ni una paranoia, nada de eso, se puede leer, pero exige al lector su parte. Y eso es lo que me gusta de Sjón… pero según te pille, claro.

    Teniendo en cuenta que Sjón está tan apegado a su paisaje nativo, Islandia, una tierra que parece de otro mundo, supongo que desde esa perspectiva narra su obra, ese estilo un tanto reñido con la ortodoxia, vamos; uno de esos escritores que no dan concesiones al lector… apáñatelas tú, y a veces te pilla de aquella manera y no entras, en ese caso yo no no le doy más vueltas.

    Hace mucho que quiero leer su libro más aclamado, “El zorro ártico”.
    Un abrazo, Ana.

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  2. Del autor solo he leído "Tus ojos me vieron" y tuve casi las mismas sensaciones que tú al leer esta, no lograba conectar y me sentí confusa en demasiadas ocasiones, no se...tal vez más adelante me vuelva a animar con el autor.

    Besitos 💋💋💋

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En este blog NO se hacen críticas literarias ni mucho menos reseñas. Cuento y me cuento a partir de lo que leo. Soy una lectora subjetiva. Mi opinión no convierte un libro en buen o mal libro, únicamente en un libro que me ha gustado o no. Gracias por comentar o, simplemente, leer