domingo, 13 de octubre de 2019

Diarios (Eugène Ionesco)


Estoy repartido entre las penas y los remordimientos. Hay que decidirse, hay que elegir entre penas y remordimientos. No se pueden soportar las dos cosas a la vez. El remordimiento: me siento culpable de haber hecho mal a los demás. Penas: me siento culpable de haberme hecho mal a mí mismo

Ionesco elige penas. Su pesimismo me ha acompañado durante días y días en los que he leído sin aliento su apasionada introspección, su sentido del humor, su acidez, la disección de sus sueños, su contradictoria coherencia y sus coherentes contradicciones.

Ionesco se mueve en ese espacio en el que la realidad del mundo se fusiona con la conciencia de la irrealidad de la vida. Y me ahoga, me agota, me angustia y, a la vez, me pone la sangre tierna y viva, hago mío lo que leo, me pregunto con él ¿cómo es que EXISTIMOS, que SOMOS? Todo el tiempo existiendo, tantos significados, tantas interrogaciones, tanta existencia agotadora, tanta extrañeza. Tanto asombro. El asombro de ser(se) que te aturde hasta la parálisis o hasta precipitarte por algún abismo del que vuelves a salir para volver a despeñarte. Encumbrar, descender, hacer cima de nuevo. Y todo así. ¿Qué es lo que abre esos abismos interiores? (el miedo a morir y el miedo a estar muerto).

Como en todos los diarios, Ionesco se exhibe a sí mismo, un “yo” que me interesa y me atrae, ese cara a cara brutal y honesto con él mismo, con lo inexplicable, con la ausencia de razón y la presencia del sufrimiento, de la lucidez no serena, inquisitiva, consciente de las indecisiones y de la subjetividad, buscando ser justo, exacto, decir verdad, no juzgar.

En los diarios de Ionesco su memoria habla como lo hacen los recuerdos, a retazos, fluctuando de forma obsesiva y quién sabe qué es imaginado, qué soñado y qué real. Se debate entre el “horror de vivir y el horror de morir” buscando el sosiego, sintiéndose a merced de un desamparo primigenio, el miedo original: la finitud del ser humano, el asombro de SER, la estupefacción de EXISTIR. ¿Cómo es posible LA VIDA? Obsesionado con la muerte, para Ionesco el tiempo es un asesino y la realidad muy, pero que muy, precaria.

El placer de terminar una lectura felizmente extenuada.

3 comentarios:

  1. Me llaman mucho la atención los diarios, las cartas, todo aquello que nos habla de nosotros. Es interesante, aunque no tanto como la ficción que nos lleva por otros caminos apenas soñados. Saludos.

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  2. Vaya libro has traído, canelita en rama, imposible negarse 😍😍😍

    Besitos 💋💋💋

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  3. Hola, muy interesante, sin duda, pero no creo que me haga falta analizar tanto la existencia de la vida, en la vida, por la vida. Creo que lo dejare estar, eso si, tremenda reseña, me ha encantado. Besos.

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En este blog NO se hacen críticas literarias ni mucho menos reseñas. Cuento y me cuento a partir de lo que leo. Soy una lectora subjetiva. Mi opinión no convierte un libro en buen o mal libro, únicamente en un libro que me ha gustado o no. Gracias por comentar o, simplemente, leer