domingo, 25 de mayo de 2025

La acompañante (Nina Berbérova)


En su equilibrio había algo que me maravillaba hasta el espanto, hasta la repugnancia

La acompañante” es un claro ejemplo de cómo un relato corto puede contener más complejidad que una narración de más de 300 páginas. Y no hablo de complejidad narrativa, estructural o literaria. Más bien complejidad psicológica. Esa que promueve amplios debates en clubs de lectura o en el solitario lector que al cerrar el libro polemiza consigo mismo sobre lo que ha leído y cómo interpretarlo o cómo posicionarse ante la historia que acaba de leer.


La acompañante es Sónechka (Sonia para los amigos), hija única e ilegítima que no conoce padre. Pobre y fea pero con cierto talento para el piano. ¿A quién acompaña Sonia?: a María Nikoláievna (María para los amigos), que es justo todo lo contrario que Sonia: bella, segura de sí misma, sociable, con don de gentes, una soprano talentosa. Una diva con todas las de la ley. Sonia acompaña al piano a María en sus espectáculos de canto. 


Digamos que cuando María elige a Sonia para que la acompañe al piano también lo hace para que haga lo propio en sus viajes y en su día a día. Es decir, saca a María de la pobreza. Pero María es compleja. Y rencorosa con la vida.


“…y yo seré la causante; yo, a quien nadie escucha ni nadie ve, yo, que soy anónima, mediocre


Así habla Sonia de sí misma, que siente que no tiene nada y que además percibe que se diluye ante la arrebatadora vitalidad de María. No se dirige a sí misma un lenguaje de esos que revitalizan e inflan la autoestima. Sí, Sonia es compleja y piensa mucho, reflexiona constantemente. Pero la autointrospección se le da regulinchi (de hecho hay bastante ambigüedad en sus motivaciones). No analiza el por qué siente deseos de vengarse de la persona que la acogió. Yo diría que no maneja bien la admiración que siente por María y eso provocará una rivalidad insana y perniciosa


Está claro que la búsqueda de la propia identidad no es un camino de rosas para Sonia. Es un camino inseguro, subjetivo (¿qué no lo es?), lleno de contradicciones y ambivalencias. Una relación tan desigual como la que tiene con María (a quien admira y a la vez envidia) no es fácil de gestionar para ella.


Una crea, la otra… destruye. En cierta forma se autodestruye. Es lo que tienen los celos y la envidia. Muchos sentimientos en esta pequeña novela que, por ponerle un pero, quizás por esa nula capacidad que tiene Sonia para analizarse a sí misma no nos quedan claros los motivos de su inquina hacia la persona que admira. Quizás porque María es quien ella quisiera ser y no supo ser. Qué culpa tendrá María, oye, que además tiene sus propias debilidades, imperfecciones y desdichas.


Espera, he dicho que era un “pero” que la imposibilidad de autoanálisis y autoconocimiento de Sonia nos impida conocer la raíz de sus celos. ¿Y si la raíz estuviera precisamente en esa ceguera que Sonia tiene para sus propios sentimientos y emociones? Entonces puedo eliminar ese “pero”.


Resumiendo: narrativa concisa y personajes complejos. Ahí lo dejo y doy por bien leída esta pequeña, inteligente y elegante novela que me ha hecho pensar. Que también es verdad que pensar es gratis y yo tengo mucho tiempo libre.


Gracias, Nina Berbérova.


©AnaBlasfuemia

No hay comentarios:

Publicar un comentario

En este blog NO se hacen críticas literarias ni mucho menos reseñas. Cuento y me cuento a partir de lo que leo. Soy una lectora subjetiva. Mi opinión no convierte un libro en buen o mal libro, únicamente en un libro que me ha gustado o no. Gracias por comentar o, simplemente, leer