Traductora: Joanna Bardzinska
Páginas: 336
Publicación: 1956 (2008)
Editorial: Impedimenta
Sinopsis: Terminada en Cracovia en septiembre de 1948, y ambientada en los primeros meses de la invasión de Polonia por los nazis, El hospital de la transfiguración narra la historia de Stefan Trzyniecki, un joven doctor que encuentra empleo en un hospital psiquiátrico enclavado en un bosque remoto, un lugar que parece «fuera del mundo». Pero, poco a poco, la locura del exterior va filtrándose entre los muros del hospital. Una serie de sádicos doctores, compañeros de Trzyniecki, se entregan a atroces experimentos con los enfermos mentales internados en el centro, mientras los nazis, que peinan los bosques en busca de partisanos, deciden convertir el sanatorio en un hospital de las SS.
Puedes empezar a leer las primeras páginas AQUÍ.
Nadie puede ser más cercano para mí que yo mismo y a veces yo, yo mismo, estoy tan lejos de mí.
Me estreno con el Stanislaw Lem menos Lem de todos. Su primera novela y la única que no se enmarca dentro del género por el que se conoce a este autor: la ciencia ficción. Las razones son las mismas que dificultan poder comentar esta obra: El hospital de la transfiguración fue considerada una obra contrarrevolucionaria por las autoridades polacas de la época, razón por la cual Lem tuvo que reescribir el libro varias veces hasta que finalmente, ocho años después de que la escribiera, ya en 1956, y gracias a que ya había mayor libertad de expresión, por fin pudiera publicarla. No me extraña que no quisiera seguir escribiendo ficción realista y se decidiera por la ciencia ficción como escenario para expresarse.
No obstante, y sin haber leído (de momento) más obras de Lem, intuyo que toda su genialidad y su maestría ya se vislumbran claramente en El hospital de la transfiguración.
Ni una palabra sobre cuestiones políticas. En se sentido, era como si se hallara en el fondo del mar: todos los movimientos allí abajo eran suaves y acompasados, y de las tormentas más violentas que tenían lugar en la superficie solamente les llegaba el eco.
La novela se sitúa en los primeros meses de la invasión de Polonia por parte de los nazis. Stefan, nuestro protagonista, es un tímido, sensible y joven médico que encuentra trabajo en un psiquiátrico situado en un bosque. Y así, parece haber dos universos: el que transcurre dentro del psiquiátrico y el que transcurre fuera. Y en cierta forma, también dos locuras, la interior y la exterior. ¿Qué locura será la más aborrecible? ¿la de los “locos”? ¿la de los cuerdos?
El entorno creado por Lem es impecable, metafórico y mordaz. Un bosque presente continuamente, inamovible, inalterable ante los acontecimientos de la humanidad, como lo es la naturaleza, creando una barrera aparentemente segura pero impredecible, que separa al hospital del resto del mundo, como una especie de oasis, una isla en la que parece incluso posible instaurar la esperanza. Pero solo lo parece.
Estaría bien tener cientos de objetivos a corto y a largo plazo. Y no algo tan indefinido como “ser valiente” o “ser bueno”, sino cosas tan concretas como “arreglar el retrete”. Stefan deseó con toda su alma ser tan simple como la mayoría de la gente.
Será en ese entorno y en ese contexto histórico, en el que nuestro inseguro Stefan tendrá que adaptarse a su nuevo trabajo y en donde conocerá a distintos personajes, que le servirán a Lem para hacer una radiografía profunda y sutil del alma humana, sus apariencias, máscaras y disfraces. También su crueldad.
Transfiguración es un concepto que define un cambio de forma de modo tal que revela su verdadera naturaleza y cultura. Y exactamente eso es El hospital de la transfiguración, una especie de microcosmos que simboliza y escenifica la esencia de la humanidad con todo su horror y su hipocresía puesto que, finalmente, muestra su verdadera (y terrorífica) naturaleza.
Alejado de la ciencia ficción por la que es más conocido Stanislaw Lem, en El hospital de la transfiguración se aprecia un cuidado del detalle y de la psicología de los personajes que seguramente encontraré en sus novelas más conocidas. No diré que El hospital de la transfiguración es lectura fácil: no es una novela en la que haya acción, sino estados de ánimo, pensamientos, reflexiones y descripciones.
Reflexiones que coinciden con muchos de los temas que a mí me fascinan y (pre)ocupan: la ineptitud para vivir, la muerte, la pertenencia, la identidad… Y todo ello para dejar desnuda y en evidencia a los seres humanos. A algunos seres humanos. Qué poco cambiamos, en realidad: el egoísmo excesivo y camuflado de su opuesto (la generosidad, la escucha, la empatía) y el escucharse más a uno mismo que a los demás son elementos que no solo siguen a la orden del día, sino que se premian con tanta facilidad como sobrada vanidad.
Sin duda la filosofía y grandes cuestiones que inquietaban a Lem están presentes en este su primer libro que, aunque difícil de valorar por sus múltiples y obligadas reescrituras, deja evidente la calidad y los intereses de un autor al que pienso seguir leyendo.
Todo está en todo. Las estrellas más lejanas influyen en la orla del cáliz de una flor. El rocío de la mañana contiene la neblina de la noche pasada. Todo está entrelazado por una omnipresente dependencia. No hay nada que pueda librarse del poder de todo lo demás.
Está, qué duda cabe, entre las mejores novelas del siglo XX. Quizás su faceta como escritor de ciencia ficción, eclipsa la calidad de la presente novela porque después, hablando de ciencia ficción, presenta altibajos, esos altibajos propios de todo escritor que escribe mucho y variado.
ResponderEliminarPero tengo la sensación, Rubén, que los mimbres narrativos y sus inquietudes están presentes en toda su obra, aunque como no he leído más libros suyos desconozco esos altibajos que mencionas, pero con el próximo iré sobre seguro: Solaris ;)
EliminarUn abrazo
¡Qué bien! Nunca podía comentar porque leíamos cosas parecidas pero nunca las mismas.
ResponderEliminarOtra novela que tampoco es del género: La investigación. Hace lo q le da la gana, empieza con un género y acaba con otro, pero tiene un encanto especial.
El que comentas es maravilloso. No he leido Soláris, pero de CF recomendaría Fiasco y desaconsejaría Edén.
Es verdad lo que dices de leer parecido pero no lo mismo. Es tan grande el universo de libros que ni siquiera moviéndonos en la misma "franja" literaria coincidimos en el mismo lugar. Me anoto "Fiasco", porque seguro que después de Solaris querré avanzar ;)
EliminarUn abrazo
Uf, madre mía. A ver, el contexto psiquiátrico me gusta mucho, es un tema que me atrae sin remedio pero lo que dices de la crueldad me asusta porque me lo imagino por dónde va a ir y sé que con eso lo paso mal. No he leído nada del autor porque el género principal, la c. ficción, me cuesta mucho y solo he leído cosas sencillas. Y vi la peli Solaris que me aburrió mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
El caso es que ya sabes que yo tampoco frecuento mucho la ciencia ficción (sí la IIGM) pero últimamente me está llamando mucho. No cualquier ciencia ficción, busco algo más tipo Asimov, o el Asimov que yo recuerdo, vaya.
EliminarLa versión de Solaris de Clooney es un peñazo. Hay una versión rusa de hace muchos más años que es la que yo recuerdo más y la que, según me han comentado, es más fiel al libro.
Un abrazo
Hola, Ana.
ResponderEliminarVenir a tu blog, viendo lo que nos sueles mostrar, siempre es estimulante. Casualidades de la vida, acabo de terminar un libro de Lem, precisamente el mencionado por Montuenga, "La investigación", que como bien indica en su comentario no es propiamente ciencia ficción, y me ha parecido una joyita literaria, uno de los ejercicios de observación mejor elaborados que he leído. Lo llevaré en breve al blog, aunque ya tengo hecho el escrito, mientras me ubico tras el regreso veraniego.
Encuentro en tus impresiones muchos nexos que yo mismo he apuntado en las mías sobre "La investigación", como esa dimensión filosófica vertida hábilmente en de sus obras, sin que el lector pierda el hilo narrativo de lo que lee, Lem se cuida mucho de desorientar al lector con digresiones por aquí y por allá.
La maestría de Lem desarrollando el perfil psicológico de sus personajes... debería exponerse como ejemplo en cualquier taller literario, sencillamente espectacular.
No he leído su obra en ciencia ficción, pero el primer encuentro ha sido magnífico. Espero no quedarme ahí.
Un fuerte abrazo.
Hola, Paco: siempre es una casualidad coincidir leyendo un mismo libro o autor. Lem sin duda era no sólo un gran observador, sino también un excelente narrador de la naturaleza humana. Esa dimensión filosófica de la que hablamos me pareció muy evidente, al menos en este libro, en el que muchas situaciones daban pie a ese tipo de reflexiones y que Lem ensartaba muy bien en el relato. Tampoco he leído su ciencia ficción, pero caerá, caerá.
EliminarUn abrazo fuerte.
Hola Ana.
ResponderEliminarLem es uno de mis "santos protectores de la literatura" jaja, bueno, digamos, uno de esos de los que no me canso, ni cansaré. Es un genio. Lem tiene esa extraña facilidad de hablar sobre el tema que sea, a través de cualquier camino. SU ciencia ficción no es un alarde imaginación, o no solo es, sino que habla del mundo y la humanidad a través de sus personajes, su fiera ironía y su descreimiento, la mirada al mundo filosófica o, quizá mejor decir, humanística, (a pesar de la contradicción que pudiera parecer en un autor de ciencia ficción) siempre aparecen en sus novelas, sean negras como "la investigación" sean de ciencia ficción, sean obras de creación literaria "un valor imaginario”, "Vació perfecto", las filosóficas: "la voz de su amo”, “Solaris" o unos extraordinarios cuentos que son muy raros de encontrar.
Adoro a Lem
Gracias Ana
cuídate
Hola Wineruda: Aunque soy muy vehemente con ciertos autores, la verdad es que en general soy poco mitómana, pero tengo claro que hay escritores a los que volveré una, dos y las veces que haga falta. En el caso de Lem me ha atraído especialmente esa mirada filosófica y también el perfil de sus personajes. Seguiré con Lem.
EliminarUn abrazo y gracias a ti.
Ana, me ha encantado leerte. Qué interesante,...suelo estar muy al día con Impedimenta, porque sus traducciones, suelen ser de mi agrado...varias de mis estanterías contienen sus cubiertas en mis libros. A Leam ni me agaché a conocerle. Recuerdo que estaba en la librería un poquito más abajo que otros...y sí...vi la portada, que siempre me suele llamar la atención...banco con nieve y demás...Pero gracias a ti, quiero saber más del libro y del autor...y de lo que ambos, me dicen a mí. Gracias un placer pasar por aquí. Espero y deseo que hayas tenido un feliz verano. Besos
ResponderEliminarLas ediciones de Impedimenta, ya lo sabemos, son top. Y sin duda alguna las traducciones son de gran fiabilidad puesto que además suelen ser traducciones directas y muy cuidadas. Lem ha sido todo un descubrimiento, aunque no una sorpresa porque ya hace tiempo que me atraía leer algo de él.
EliminarUn abrazo
Pues no era un autor que me tentara, que la ciencia ficción no es lo mío. No sabía de la existencia de este libro. Y desde luego me has convencido. Este tipo de novelas suele gustarme. Me gusta cuando los personajes están bien perfilados psicológicamente, cuando hay tanto cuidado por el detalle. Sin duda, me la apunto.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hace mucho que yo tampoco me dejaba tentar por la ciencia ficción, pero últimamente me está atrayendo mucho, aunque no cualquier ciencia ficción. Lem será un buen camino por el que seguir.
EliminarUn abrazo
Me atrae el título. Me gusta la portada (bueno, me gustan todas las de Impedimenta). Me viene a la mente 'Tworki (El manicomio)' y, aunque barrunto que ambas novelas no tienen nada que ver, leo tu reflexión acerca de cuál es la verdadera locura, si la del interior o la del exterior, y me consuela pensar que tal vez mis conexiones literarias no sean tan peregrinas como casi siempre me suelen parecer.
ResponderEliminarBueno, conexiones y aspectos físicos del libro aparte, me gusta lo que cuentas sobre él. Y esos temas que a ti te fascinan y buscas, ya sabes que a mí también. Así que otro para la lista.
Una abrazo
Lo de Impedimenta y sus portadas está claro que nos tiene a todos los lectores abducidos. Yo también recordaba Tworki, aunque no tienen nada que ver, efectivamente.
EliminarCuida tu lista ;)
Un abrazo
Hace muchos, muchos años, me regalaron "Memorias encontradas en una bañera". Como nunca he sido muy aficionada a la ciencia ficción (bastante fascinante es ya la Ciencia sin ficción), ahí sigue olvidado. Después he ido leyendo cosas sobre el autor y muchas veces he tenido tentaciones de ponerme con él (además me voy reconciliando con la ciencia ficción; tal vez porque cuando es buena cada vez tiene más de ciencia y menos de ficción). Lo que no sabía es que esta su primera novela se aleja tanto de su género preferido.
ResponderEliminarTomo buena nota.
Un beso.
Pues a mí últimamente me tienta la ciencia ficción, pero no cualquier ciencia ficción. Lem, por lo que he visto en este libro (aunque en otro género) seguramente utilice la ciencia ficción para reflexionar sobre el universo y la naturaleza humana. Y por ahí siempre me van a encontrar.
EliminarUn abrazo
Guau!! No conocía ni la obra ni al autor, pero se han situado en los primeros puestos de mi lista de próximas lecturas, ¡menuda reseña!
ResponderEliminarGracias, Sandra. Lem es un autor muy , pero que muy interesante.
EliminarUn abrazo
Parece un libro con temas profundos y la época interesante.
ResponderEliminarUn abrazo
No solo lo parece: lo es ;)
EliminarUn abrazo
Siempre buenas reseñas Ana, lo tengo por casa. Me quedan 3 telediarios para acabar las vacaciones por Galicia, me pongo con él. Hay tanto libro pendiente, que no sé por cuál tirar. Estos temas me gustan. Siempre agradecida por tus comentarios. Mil gracias
ResponderEliminarGracias Paquita, espero que hayas disfrutado de tus vacaciones y te dure la energía hasta las siguientes ;)
EliminarUn abrazo
Querida Ana, no se dónde escribir esto porque no tiene relación con el libro reseñado, ya te he comentado que en Argentina nos llega muy poco de lo que comentas. Estoy leyendo a Elena Ferrante y estoy totalmente conmocionada, queria saber por qué no has comentado nada de ella, o es que no la has leído? Yo le escapo a los grandes éxitos,por lo que tardé en leerla, pero Ferrante es realmente extraordinaria.
ResponderEliminarHola! Pues mira, si no tengo aquí comentado un libro o autor es por una de estas tres razones: 1) no lo he leído, 2) lo he leído antes de tener el blog 3) lo he leído y no tenía nada que decir sobre él (a veces porque no me ha gustado pero a veces también porque me ha llegado de forma especial y me lo quedo para mí). En el caso de Ferrante... no la he leído. Supongo que llegaré a ella algún día, porque la tengo por casa. Pero no ahora, eso sí que lo sé, porque siento que no es el momento de sus libros.
EliminarUn abrazo.
¡Pedazo obra maestra has traído! uno de mis autores favoritos (al menos lo fue durante un tiempo) y una gran obra, si cabe algo más débil que otras suyas pero con ese carácter que solo él sabe imprimir. Me gusta mucho, es algo discontinua narrativamente hablando pero no le quita belleza y calidad en absoluto.
ResponderEliminarMe ha encantado leerte.
Besitos cielo.
Yo acabo de estrenarme con él y desde luego me ha atraído lo suficiente como para seguir indagando en su obra (alguien más comenta que tiene altibajos, pero intentaré ir sobre seguro).
EliminarUn abrazo
Cumplo con le dije a Paco, que te vendría a visitar. Ambos libros -el que reseñas y el que él ha leído- parecen mostrar a un Lem distinto del que conozco. Ya solo por esa razón, apunto a los dos.
ResponderEliminarAl igual que Lorena, tus líneas me recordaron 'Tworki', de M. Bienczyk. Será cuestión de leerlo(s).
Gracias por tus siempre sentidas descripciones.
Un fuerte abrazo.