“Al diablo con el ansia miserable de parecer más de lo que se es”
Paseante compulsivo, Walser nos pasea con él y su suave ironía pero fuerte perspicacia. Donde aparentemente no ocurre nada saltan las alarmas. Es todo tan jovial y festivo, todo tan propicio y delicado en este paseo que inevitablemente produce el vértigo de la duda ¿qué hay detrás de un paseo tan cándido?
⠀
Hay búsqueda, hay curiosidad, nostalgia, hay melancolía, libertad y vida intelectual. Hay mucha elegancia en Walser en este inquietante paseo, inquietante porque el idílico paseo, que se desliza como desaliñado, volátil y anticuado, se torna a cada paso más sombrío, más grave, sin renunciar en ningún momento a la belleza.
Paseos, deleitarse con lo sublime de la naturaleza, conectar con ella de forma casi sagrada. Encuentros que son de todo menos triviales y con una carga simbólica importante. Walser paseaba por el mismo motivo que escribía: por supervivencia y desamparo. Walser huyendo del miedo, paseando para escapar pero inevitablemente encontrando aquello de lo que huye al final del paseo.
Una pequeña y delicada joya de un Walser siempre exuberante, frágil y sagaz.
⠀
“Yo ya no era yo, era otro, y precisamente por eso otra vez yo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
En este blog NO se hacen críticas literarias ni mucho menos reseñas. Cuento y me cuento a partir de lo que leo. Soy una lectora subjetiva. Mi opinión no convierte un libro en buen o mal libro, únicamente en un libro que me ha gustado o no. Gracias por comentar o, simplemente, leer