Soy carne de periferia. Si la masa me acorrala, busco los márgenes. Ahí encuentro tesoros que no necesito ni desenterrar: otras personas acorraladas, arrinconadas, ilegibles para los demás. Las reconozco, nos espejeamos, construimos una camaradería amorosa, tácita, unos lazos invisibles, conexiones que no necesitan explicitarse.
Que me gustan las periferias, que ahí veo lo esencial (no todo lo esencial es invisible a los ojos). Y me gusta el lugar, me gustan las personas que encuentro ahí. Miro su mirada, siento que la mía no se pierde, incluso la encuentro, en un guiño silencioso que es una complicidad íntima, secreta, sólida. Incluso callada.
Dicho lo anterior, ¿cómo no leer este libro, una biografía literaria, sobre el señor de las periferias por excelencia: Robert Walser? Y con un extra: descubrir a este autor sensible y delicado que es Jesús Montiel. Que sí, que interpreta y ficciona muchas cosas sobre Robert Walser, pero como coincido tanto con su interpretación, con sus percepciones, con su mirada… pues entonces es una lectura de asentimientos, de connivencia.
“Amadme”.
Una de las cosas que me ha gustado de este libro es que Jesús Montiel no esconde la realidad que había detrás de los escritos de Walser: la necesidad, no de reconocimiento, sino de una pizquita de felicidad, de amor... El alarido de la soledad en un paraje interior intenso, de una sensibilidad exacerbada y certera.
Hay ciertas herramientas que se necesitan para vivir en la vida real, una astucia torticera e injusta. Si no la posees, si tu corazón es puro, sin dobleces, es posible que camines y camines y no dejes de andar y pasear (“como una revolución”) y un día encuentren tu cadáver en la nieve. Y que, muchos años después, esa fotografía de tu cadáver sea un símbolo que muchos observan con más morbo que comprensión. Una muerte, la de Walser, que parece no morirse nunca.
“La vida no está hecha para adoradores de flores"
Preciosa reseña. A ver si encuentro el libro. ¡Gracias!
ResponderEliminarMe encantan tus entradas! !
ResponderEliminarHola ANa Walser tiene algo escritor maldito, de héroe oculto, como esos que llegan a la luna, pero a la cara oculta de ella, allá donde nadie los ve llegar, sus libros son esas pequeñas cosas que no salen en los libros de textos pomposos, incluso no sale en las listas manidas de mejores libros del siglo pasado, supongo que, como dices, es periferia, que sale para morir solo en la nieve, oculta por ella.
ResponderEliminarDices que son muertes de gente que parece no morirse nunca, y me han llegado dos nombres a la cabeza, ambos, muertos sin conocimiento y sin explicación cierta: Primo Levi y Bohumil Hrabal, se fueron sin saber por qué y para qué. como confundidos en la vida.
Gracias Ana