Título original: Of the farm
Traductor: Carlos Mellizo
Páginas: 192
Publicación: 1965 (2013)
Editorial: RBA
ISBN: 9788490065020
Sinopsis: Durante unos días Joey Robinson, un consultor de empresas neoyorquino, hace un paréntesis en su vida cotidiana para regresar a la granja donde creció y donde aún vive su madre, viuda y ya demasiado mayor para realizar ella sola algunas tareas domésticas. En su viaje lo acompañan su segunda y sensual esposa, con la que se acaba de casar, y el hijo de ella, de once años. Los asuntos pendientes, las diferencias, la tensión, los fantasmas del pasado y las confesiones van emergiendo a lo largo de una visita que difícilmente podrán olvidar.
Todo escritor es un observador. Del exterior y también del interior. Pero observar no es suficiente. Hay que saber mirar. Y luego hay que contarlo. Y hacerlo bien. John Updike lo hacía bien.
Tenemos un exterior: la granja y el paisaje que la rodea. Y varios interiores: el de Joey, el de su madre, el de Peggy (su segunda esposa) y el de Richard, el hijo de Peggy. También, aunque no presenciales, la primera mujer y los hijos de Joey. Tenemos también el tiempo en el que transcurre: un fin de semana. Ya tenemos todos los ingredientes necesarios. ¿Sucede algo? No. Es una mirada. Updike nos cuenta un momento, unos días, y un encuentro entre varias personas. Relaciones interpersonales, familia, de nuevo el binomio mundo urbanita/mundo rural… Suficiente para contar una historia, escribir un libro y hacerlo bien. Porque todas las vidas tienen elementos más que de sobra para que se escriba sobre ellos. Pero, insisto, hay que hacerlo bien.
Hace unos días, en una charla con Enrique Redel y Pilar Adón, hablábamos de que preferimos los libros que no nos lo dan todo masticado, que permiten que el lector sea parte activa de la historia. Pilar Adón decía que no hace falta escribir “es una chica sexy”, sino que hay que inducir al lector a que perciba esa sensualidad sin necesidad de ser explícito. Supongo que le encantaría algo así:
Tiene una amplitud pelviana que me afecta como si fuera un destello cegador y que da a sus pasos una amplitud alentadora, un sentido espacial de muslo a muslo.
Y si lo cuento es porque creo que hay libros que no es lo que cuentan, es el cómo. Una idea que ya he comentado en más ocasiones. Y en ese cómo, Updike no admite réplica ni seré yo quien le cuestione. Sus descripciones, el uso de adjetivos, las imágenes que crea en la mente del lector, su lírica para describir gestos, emociones y sensaciones, son de un calibre considerable.
Que de cualquier cosa se puede escribir es un hecho, pero luego hay que escribirlo… así (por ejemplo):
Desde mi tractor adiviné una vez más lo dramáticas que podían ser las nubes en este pequeño montículo: dardos diagonales de sol y sombra y corrientes de vapor deslizándose hacia la tierra provenientes de los cúmulos, que, como fortalezas incandescentes, se distribuían estratégicamente en el espacio; el espectáculo tenía semejanzas con el de los grandes acontecimientos de la historia. La transformación, la combinación y la desaparición de las nubes sugerían situaciones políticas: el cirro aristocrático, el nubarrón demagógico al ataque de un parlamento de cielo aborregado.
Hecha una aproximación al cómo, quedaría hablar del qué. Pues de gente corriente en situaciones corrientes. Un hombre recién casado en segundas nupcias con una mujer a su vez separada y con hijo incorporado. Los tres acuden a la granja donde vive la quisquillosa madre de Joey, nuestro protagonista, que desea que suegra y nuera se lleven bien. Sencillo. Corriente. Pequeños proyectiles que estallan todos los días en cualquier familia.
En los intervalos entre aquellos garfios que se me lanzaban sin aviso (que se me clavaban en la cabeza dolorosamente y que arrancaban de mí palabras de reconciliación, de autodefensa o de impaciencia) fui consciente de una conversación de voluminoso caudal en cuyo fondo oscuro se debatían dos espíritus torpes, tratando de buscarse el uno al otro, cada vez a mayor profundidad.
La tensión que se producirá durante ese encuentro es igual de implícita que todo lo que nos cuenta Updike. Pero se palpa afilada como una cuchilla porque la reconocemos, la sentimos y la hacemos nuestra gracias a la capacidad narrativa tan poderosa de Updike.
No busquéis una trama con final cerrado. La vida es una trama constante, enrevesada, profunda, compleja. Y sin fin. No se detiene ante nada, y pocas veces da respiro. Siempre suceden cosas. Por eso a veces cerramos los ojos creyendo que así se para. Pero no. El deleite de la lectura está, entonces, además de en el estilo poético y visual de Updike, en su habilidad para diseccionar las relaciones interpersonales y las emociones humanas, siempre tan complejas como sugerentes. Como si de una cebolla se tratara, Updike nos va mostrando las diversas capas de las relaciones entre los personajes. A veces, es cierto, las situaciones son algo forzadas y eso las desnaturaliza ligeramente.
Si tuviera que hablar de este libro recurriendo a una descripción visual del mismo diría que es una pequeña obra de teatro que transcurre en una pintura, en un lienzo. Y eso es arte ¿no? Hasta le perdono cierto tufillo teológico y misógino. Era 1965. El final es algo abrupto (me pareció la parte menos elaborada) y el niño a veces es poco creíble en sus conversaciones. Pero ¿a quién le importa cuando saboreas la lectura?
Ya siento que Norman Mailer pensara que John Updike es el autor preferido de los que no saben nada de literatura. Y, es cierto, no sé de literatura, sólo de libros que me gustan o no me gustan. Y este me ha gustado. No es el mejor libro de Updike, pero su estilo está ahí. Y el menos bueno de sus libros sigue siendo un libro bueno. También es verdad que no sé si pondría a Updike entre mis autores favoritos, probablemente no, pero sí entre los autores que disfruto leyendo.
Updike me inspira mucha curiosidad; no tengo idea de si me gustará su estilo o no, pero sí que quiero conocerlo y este, aunque no te parezca su mejor obra, me llama bastante, así que lo llevo para la lista. Muchas gracias por la reseña :)
ResponderEliminarBesos.
Creo que el estilo de Updike es lo suficientemente reconocible como para que cojas el libro que cojas suyo sepas ya si te va a gustar o no, o si repetirás. Gracias a ti por comentar.
EliminarUn abrazo
No he leido nada de este autor. la reseña que haces de su novela me atrae.. pero es la reseña? es lo que cuentas del libro lo que me atrae? Le daré una oportunidad... en algún momento.
ResponderEliminarGracias.
Siempre vas a tener esa duda ¿verdad?. Y haces bien en planteártelo ¿es el libro? ¿es lo que cuento? ¿ambas cosas?. Pero tú ya me tienes calada, así que más o menos sabes filtrar a estas alturas si cómo lo cuento es suficiente argumento para que leas el libro o no ;)
EliminarGracias a ti por comentar. Un abrazo.
No conozco el autor, tal vez tenga que ponerle remedio, no sé si este será el mejor libro para ello. Indagaré un poquito por ahí
ResponderEliminarBesos!
Hay tantos autores, yo misma tengo a tantos pendientes de estrenarme con ellos que resulta difícil elegir cuál y cuándo. Lo que tenga que llegar, llegará ;)
EliminarUn abrazo
No lo conocía y no sé nada de literatura así que hay varias posibilidades de que me guste xD.
ResponderEliminarNada, fuera bromas, me gusta la temática y no me importa que el final sea algo brusco mientras se compense con el resto.
Un beso!
jajjajajaj... me has hecho sonreír. Y eso hoy tiene mucho mérito, gracias. No es que el final sea brusco, es que está pelín deslucido respecto al resto...
EliminarUn abrazo
Creo que no me gustaría. Prefiero los libros que hablan de cosas poco corrientes.
ResponderEliminarBesos.
Lo corriente es muy poco corriente, Azalea ;)
EliminarUn abrazo
No conocía ni el libro ni a su autor, pero esta vez me quedo con la sensación de que no es una lectura para mí
ResponderEliminarBesos
Pues las sensaciones son importantes a la hora de decidir qué leer, así que lo tienes claro ;)
EliminarUn abrazo
Al autor lo conozco aunque todavía no me he animado a leer algo de él. Este libro pinta bien.
ResponderEliminarBesos!
Es una aproximación aceptable a este autor, si no has leído nada de él, aunque yo empecé con la serie de Harry "Conejo" Angstrom :)
EliminarUn abrazo
Yo no lo he leído pero me pasé media adolescencia persiguiendo al conejo y otra vez me están entrando ganas, justo ayer cogí los cuatro tomos y los puse aparte en la mesa. Contestaría a los listillos esos que es verdad, que yo lo leo porque no sé nada de literatura, tampoco es mi intención 8) Por otro lado, siempre me ha parecido que no es lo mejor del autor pero si dices que el estilo está ahí a mí ya con eso me vale. Por cierto, el primer parrafito te ha quedado muy Woolf. Besos :)
ResponderEliminarEl presi de lunes animado :)
jajajaja Yossi... perdona... pero imaginarte adolescente y persiguiendo al conejo... En fin :) Dejémonos de juegos de palabras. Sí, yo también llegué a Updike por el conejo en cuestión :)
EliminarY no, mi intención no es saber de literatura, en todo caso sí leerla, con eso ya voy servida. Para mi gusto no es de lo mejor de Updike, no, pero él está ahí.
Jajajja, no me había fijado, pero sí. Creo que es que estoy muy Woolf últimamente...
Espero que te dure la animación...
Un abrazo
Jajjajajajaj, he venido a ver si me había saltado algo más y es verdad... Qué mal ha sonado eso!!! Madre mía! Estar en periodo Woolf siempre es bueno, lo decía por como ella definía a los que observan y a los que hacen. Yo también estoy en un periodo Woolf, he estado leyendo a Markson y me ha entrado una polilla en casa!
EliminarHombre, mal no ha sonado. Ha sonado... simpático :) No me hables de período Woolf, que ya me está durando. Entremezclado con período Plath, así que ni te cuento.
Eliminar¡Markson ha sido una de mis últimas adquisiciones! :) (si osa entrar una polilla en casa mis gatas se encargarán de ella...)
Abrazo
Updike siempre ha estado en mi imaginario ligado al conejo (y sin leerlo... mea culpa!!).
ResponderEliminarMe resulta aborrecible el autor/a que pretende conducirme de la mano a donde quiere que vaya, así que me uno a vuestra opinión en esa, seguro, interesante conversación.
La literatura norteamericana que relata la vida cotidiana sin más (y sin menos) ha dado grandes obras y grandes tostones, depende mucho de su calidad y de nuestra predisposición. Así que seguiré recordando que tengo que leer a Updike.
Abrazos!!
Sí, en mi imaginario también, aunque yo sí lo he leído (la serie de Harry "Conejo" Angstrom) en su momento. Jo, me doy cuenta que he leído muchísimo. Lo que tiene la edad...
EliminarA mí también me inquieta cuando un autor te lo da masticadito, forzándote a que te sientas de determinada manera, obscenamente claro en cuanto a dónde quiere llevarte. Me gusta participar más de las lecturas. La conversación fue muy interesante. Redel y Adón son dos personas apasionadas y apasionantes hasta la emoción.
Tienes razón respecto a ese tipo de literatura norteamericana, yo también me he encontrado de todo un poco, y aunque los tostones cabrean ya no me cuesta tanto dejar un libro sin terminar, y las joyas siempre acaban compensando.
Un abrazo
De Updike leí "Mujeres" y "Un libro de Bech" . Es fascinante como Updike diserta sobre cualquier tema.
ResponderEliminarMuy buena reseña.
Un abrazo
El de Mujeres lo tengo por aquí en la estantería, de hecho miro a la izquierda y lo veo, una edición de Tusquets, así que algún día (o algún año) caerá. Era un observador, por eso podía escribir de cualquier tema. Bueno, y también porque escribía bien, claro :)
EliminarUn abrazo (y gracias)
No lo veo para mí. Entiendo lo que quieres decir con lo de historia en un momento de la vida de unas personas sin que haya una trama al uso, pero vaya, por los ejemplos que has puesto creo que el estilo no me gusta. Amplitud pelviana es algo que diría un médico ¿no? De acuerdo completamente con Pilar Adón.
ResponderEliminarUn abrazo
No lo veo ya para ti tampoco, la verdad. Jejejejej... no había pensado en lo de amplitud pelviana como una expresión médica, pero bueno, en cualquier caso la gracia está en transmitir sensualidad sin necesidad de ser explícito ni repetirse...
EliminarYo también estoy de acuerdo con Adón, asiento.
Un abrazo
Quizá me gustara este libro, o quizá no, pero tienes toda la razón en la reflexión. Es más, creo que una de las definiciones de buen escritor es aquel que es capaz de sacar algo interesante de un hecho (o un no-hecho) aparentemente poco importante. Hace poco mi madre leía un libro y me decía: me está gustando, pero lo cierto es que la historia es una tontería. Pensé que entonces debía ser un buen libro, aunque todavía no lo he leído ("El insólito peregrinaje de Harold Fry", por si te interesa).
ResponderEliminar¡Un beso!
Nunca se sabe, es lo que tienen los libros y los gustos :) A mí particularmente me gustan los escritores que te cuentan sobre algo que tienes todos los días delante y no ves. El libro de El insólito peregrinaje de Harold Fry es de los que tengo pendiente hace mucho tiempo. Madre mía, qué vértigo con los pendientes...
EliminarUn abrazo
El cómo es más importante que el qué. Una historia contada cien mil veces se vuelve novedosa si contada de forma que deslumbra. Y una historia original, si contada de forma aburrida, aburre. Lo ideal sería mezclar las dos cosas, algo difícil de encontrar en este diluvio de novelas que estamos presenciando hoy en día...
ResponderEliminarun abrazo
Es que cualquier qué mejora con el cómo. Cuando ambas cosas se engarzan en lo mágico, zas, joyita. El arte de crear y todo eso. Hay demasiados libros, demasiados autores. Y pocos lectores.
EliminarUn abrazo
ResponderEliminarEste libro es para mí. Sobre buenos y malos libros pues hija, eso depende de muchas cosas.
Claro, depende de gustos, sin duda. Y ya sabes lo que se dice de los gustos...
EliminarUn abrazo
Estoy de acuerdo en que hay novelas, que, sin tener una trama con grandes giros y grandes sorpresas, nos deparan buenos ratos de lectura. No es necesario que cuenten aventuras. El día a día es una gran aventura, y si está bien contado, puede se una lectura estupenda :)
ResponderEliminarBesos!
Cierto, pero bueno, cada lector busca una cosa en los libros, y hay quien no se siente cómodo/a si no hay una trama al uso, o una acción... Es verdad, la vida, el día a día, es una aventura.
EliminarUn abrazo
¡Anotado en la libreta del plan infinito! Gracias por la reseña.
ResponderEliminarUn beso,
Ale.
Ains... la libreta infinita, no me la recuerdes. Gracias a ti por comentar.
EliminarUn abrazo
Me gustan los libros que hablan de personas comunes y cosas cotidianas. Me gustan los autores que no nos lo dan todo hecho, que dejan que seamos los lectores los que hagamos la composición final con las piezas que nos dan. Me gustan los escritores que saben contar, los que con su forma de narrar redimensionan las historias. Yo tampoco entiendo de literatura. No sé si Updike es un gran escritor o si este es un buen libro, lo que si sé es que creo que a mí podría gustarme.
ResponderEliminarBesos!!
Me gusta mucho lo que lees, cómo lees y cómo lo cuentas. Creo que te gustan también las historias, que te las cuenten y cómo te las cuentan. No será literatura. Pero a mí, me vale ;)
EliminarUn abrazu
Yo soy más de conejo, verás, pasé una época con conejo y claro, la nostalgia y elmomento me impiden después disfrutar igual del resto de títulos.
ResponderEliminarMe he dado cuenta tropiezo a tropiezo. Más vale conservar lo bueno, ya sabes, aunque sea en el recuerdo, que empeñarse en forzarlo y acabar estropeándolo
Besos
En verdad yo también soy más de conejo, pero me apetecía retomar a Updike más allá de Harry y creo que seguiré. Otro día, a saber cuándo. He cambiado de estrategia, ahora cojo varios libros y me los pongo en la mesita para leer uno detrás de otro. Ya veremos, soy un caos. Pero me gusta arriesgar ;)
EliminarUn abrazo
Creo que podría gustarme mucho este libro. Le daré una oportunidad.
ResponderEliminarGracias por la reseña.
Besos.
Pues las intuiciones son importantes, por probar... Gracias a tipor comentar.
EliminarUn abrazo
Descubrí a Updike en "Brasil" y me fascinó así que este puede ser un buen libro para continuar con él. Pienso como tú, la forma de escribir que mostró en esa novela no puede ser casualidad y su obra no puede tener algo malo.
ResponderEliminarUn beso.
Pues no leí Brasil, yo también perseguía al conejo Harry :) Hay autores muy característicos, sin duda, y Updike tenía su estilo propio.
EliminarUn abrazo
Norman Mailer, como siempre, haciendo amigos. Este me lo anoto, quizá para cuando aligere un poco la lista, pero me lo anoto...
ResponderEliminarBesines,
Sí, jajjaja, menudo verdugo el Mailer :) Dichosa tú si aligeras la lista, a mí me crece más rápido de lo que me la zampo :)
EliminarUn abrazo
Pero Ana, ¿cómo voy a poder leer tanto libro? Es que me pones el caramelito en los labios y claro, lo tengo que apuntar, pero ni en tres vidas conseguiré que mi infinita rebaje un poquito el número. Me interesa y mucho lo que dices. Creo que en el cómo es donde se encuentra a un escritor de verdad (me importa un bledo la opinión de Mailer, lo siento), y el qué también es importante, claro, pero la visión del narrador es fundamental.
ResponderEliminarGracias por la reseña, rubia. Un besote
Ay, Izaskun, y yo qué sé si bastante tengo yo con lo mío. Ya lo siento, intento leer cosas que me gusten y así lo tengo que contar. Pero de vez en cuando la pifio, eh, o no me convence lo suficiente. Es eso, ya no es poner la lista de pendientes a cero, es reducirla, pordiosbendito.... Gracias a ti por comentar... ¿pelirroja? :)
EliminarUn abrazo
No termino de encontrar algo de este autor que me convenza. Terrorista no me gustó nada, Corre, Conejo me dejó un poco fría. Seguiré probando :)
ResponderEliminarNo todo en Updike me gusta, por eso no está entre mis preferidos, pero sí me gusta leerle, la verdad. Si sigues probando es que tanto tanto taaaaanto no te desagrada como para no intentarlo de nuevo ;)
EliminarUn abrazo
Este no me lo llevo, creo que no es para mi, últimamente estoy un poco rara y caótica
ResponderEliminarBesos
Yo vivo en el caos también últimamente. Todo perfectamente descontrolado.
EliminarEncontrarás libros apropiados para el momento, seguro.
Un abrazo
Hola. He llegado a tu página a través de otros blogs sobre lectura, y tus críticas me parecen de lo más atractivo e interesante que he encontrado en mucho tiempo. Si quieres seguir leyendo a Updike, te recomiendo "Parejas". Lo leí en un momento en el que parece que el libro me estaba esperando para que tuviera todo el sentido leérselo, y fue como un puñetazo en el estómago. De nuevo, enhorabuena por tu página y tus brillantes reflexiones. Sonia.
ResponderEliminarHola, Sonia.
EliminarMuchas gracias, me alegro de que te sientas cómoda en el cuarto propio de mi blog :) Estás en tu casa.
Tenía Mujeres como próxima lectura de Updike, pero como soy facilona me anoto ya mismo Parejas. No es que sea facilona (o sí) es que me gustan los puñetazos en el estómago (algunos dirían que soy masoquista). Me pongo ya a buscarlo. Gracias de nuevo.
Un abrazo
Cuando un libro "cae" en mis manos no creas que miro mucho su autor ni el título. A ver...si que lo hago pero no me hago trampas, es que sino nunca podria leer a un escritor desconocido.Hay gente que lo compra porque le gusta el dibujo de la tapa. Y es verdad, y bien que lo saben los publicistas.
ResponderEliminarAna, yo también prefiero los libros que no nos lo dan todo masticado, que permiten que yo como lector sea parte activa de la historia.
Pero sin embargo esto no es un dogma. Quiero decir que pongo por ejemplo lo que dices de la chica sexi u otra cosa que yo pueda elegir, sin embargo el parágrafo de:"Desde mi tractor adiviné una vez más lo dramáticas que podían ser las nubes en este pequeño montículo:...[...] esto me encanta.
Hay escritores sudamericanos que para describir una flor necesitan 50 páginas y a pesar de que su verbo es precioso (muchas veces mejor que el nuestro) no me gusta.
Coincido contigo, no será tu autor favorito , pero sí entre los autores que disfruto leyendo
Me gusta hasta la frase.
Un abrazo..
Te entiendo. A ver. Por supuesto el autor cuenta. Pero leo muchísimos autores de los que previamente no he leído nada o que ni siquiera conozco. No hay más que ver la lista de autores que hay en el blog para ver que repito pocos y no por falta de ganas. A veces la portada te hace fijarte en un libro, eso es indudable, al menos lo suficiente como para cogerlo y echar un vistazo. Y sí, eso es algo que saben bien las editoriales (Impedimenta mismamente, aunque es una editorial que cuida TODOS los detalles de un libro).
EliminarA mí también me encantó exactamente eso: lo de las nubes dramáticas :) Además estuve un rato pensando en lo de que es más conocido por todos "ver" imágenes reconocibles en las nubes, jugar a eso, pero no a teatralizarlas de esa manera. Le puse un asterisco y todo en el libro :)
Claro, claro, no siempre algo "poético" me lleva al aplauso, es el conjunto de todo, la forma en que está descripto y también la precisión: no sobra ni falta nada. El exceso siempre es un hándicap, el abuso.
Un abrazo
Me lo llevo apuntado, que es un autor que me despierta mucha curiosidad. Y por lo que cuentas de este libro, aunque no sea el mejor, me ha llamado la atención.
ResponderEliminarBesotes!!!
No es el mejor para mí, pero como acercamiento a Updike me parece válido.
EliminarUn abrazo
Tengo a este autor apuntado desde hace un montón, a ver si me animo con él =)
ResponderEliminarBesotes
Ains, si es que ya no anotamos libros, es que tenemos lista de autores por estrenarnos y, claro, así se nos acumula todo...
EliminarUn abrazo
No he leído nada de él, y eso de que no sea cerrado me he espantado un poco, creo que no me lo llevo esta vez. Un besote!
ResponderEliminarAbierto, cerrado... Al fin y al cabo en los libros nos cuentan momentos, fragmentos de vidas. Y la vida no se cierra ni siquiera con la muerte ;)
EliminarAbrazo
No conocía el autor ni la obra, pero he de admitir que me ha llamado bastante la atención, ya que aunque en ocasiones prefiero libros que me lo den masticado, hay otras veces que me gusta más un libro como este, que hace que llegues a la conclusión por lo que lees.
ResponderEliminarUn besiño
Hola Ali. A mí en principio me gusta que los autores nos dejen lo nuestro al lector, que nos den margen para ser algo más que observadores, bien llevando la historia más allá (o más acá) o reflexionando o lo que sea menester...
EliminarUn abrazo