La primera vez que la vi me recorrió un escalofrío. Me asusté, me asusté como hacen los niños, con ese miedo de quien siente que alguien le está tomando el pelo. Pero el miedo inicial pronto se tornó en extrañeza, luego en sorpresa y finalmente en juego.
Decidí quedármela para siempre, porque la intuí fiel e insobornable. Me prometí serle leal y así, cuando desaparecía (y le gustaba hacerlo sin avisar), rápidamente la re-creaba, en una especie de juego de luces y sortilegios, con una facilidad intangible pero muy meditada. Nunca sin ella, real o ficticia. La necesitaba a mi lado.
Y hoy, después de tanto tiempo de inquebrantable unión… me ha abandonado. Así, sin más. Sin avisos, sin pistas, sin advertencias. Debería haberlo imaginado. Tantas desapariciones misteriosas, ahora estás y ahora no…
¿Cómo pudiste hacerme esto a mí? Yo que te hubiera querido hasta el fin…
Han sido muchos días, y más días, entrelazando nuestros comunes denominadores, intercambiando azares y casualidades, creando letras que formaban palabras que a su vez formaban frases y que nos (con)formaban a nosotras.
Es cierto, llevabas tiempo enseñándome tu camino, aquel que tú querías trazar pero que yo no podía seguir. Y cada vez con más frecuencia iniciabas tus pasos en dirección contraria, pero yo conseguía retenerte con un abrazo y algunas palabras. Confiaba en ti como una quimera o un río de estrellas.
… Sé que te arrepentirás.
Fue así: al principio pensé que era una de esas locas, divertidas e imaginarias carreras peatonales que tanto me gustan. Creí que alguien me había desafiado, acelerando el paso, presto a adelantarme. No tardé ni un nanosegundo en entrar en competición, pero mi rival era rápido, muy rápido…
Apresuré mis pies hasta el límite, pero algo pasaba, pese a la velocidad de crucero que parecía llevar mi contrincante, no acababa de adelantarme nadie. ¿Me estaba tomando el pelo? Así que desaceleré mis pasos, atenta, alerta, y entonces lo vi… no era su sombra lo que yo estaba viendo, la sombra de un rival… ¡¡era mi sombra!! ¡¡Mi propia sombra!!.
Y mientras la observaba, atónita, mi sombra echó a correr. Se fue. Aceleró sus movimientos, dejó de coordinarse conmigo, adquirió su propio ritmo, sus propios pasos… Su propia vida. Tal vez harta de la mía. Y me ha dejado. Mi sombra me ha a-sombrado. No vuelve. Soy una mujer sin sombra. Pero asombrada.
¿Cómo va a abrazarse ahora mi sombra con la tuya?
(©AnaBlasfuemia)
(©AnaBlasfuemia)
Muy bonito, "mujer asombrada sin sombra", me ha gustado leerte,...tiene ese toque cómico que me gusta...
ResponderEliminarUn agrazo y feliz día...(espero que tu sombra y tú os reencontréis).
Tocaba ya una blasfuemiada en un tono... diferente. Aunque mi momento es otro creo que tampoco conviene abusar de blasfuemiadas de esas que "sangran" ;)
EliminarUn abrazo
Asombrados nos quedamos los que te leemos, Ana. Como siempre, un placer leerte :-)
ResponderEliminarUno de mis libros preferidos cuenta con un protagonista que cuya sombra se ha desprendido de él y una niña maravillosa le hace el favor de volver a cosérsela a los talones ¿Tienes quién te cosa esa sombra huidiza? Seguro que sí ;-))) Bss
Gracias Mónica. Me encanta lo que cuentas, aunque no sé si a mi sombra le gustaría ir cosida a mí. Libre la quiero (pero no mía, ni suya siquiera, como dice la canción). No, creo que no tengo a nadie que me cosa esa sombra (ni una cremallera que necesito me cosan) :)
EliminarUn abrazo
Que bonito!!!Tu sombra y tu os reencontraréis pronto.
ResponderEliminarUn beso
No hay prisa. Es una sombra libre. Que viva, allí, aquí, conmigo o sin mí ;) Y que sea feliz.
EliminarUn abrazo
Y cómo ha sido eso? No será una de esas desapariciones con regreso?? Las sombras es lo que tienen, que vuelven... Tu relato ha tenido su dosis de intriga, genial!
ResponderEliminarBesos!
Quién sabe, la sombra de las sombras es alargada :) Tal vez vuelva, tal vez no. Eso forma parte de la intriga.
EliminarUn abrazo
¿Pues cómo va a ser?: Re-creándola (volviéndole a dar vida a la hora del recreo) y Con-formándola (volviéndola a moldear para que ande siempre contigo… y continúe A-sombrándote con su próxima escapada). No te preocupes demasiado, ya volverá cuando te eche de menos, las sombras siempre sacan billete de ida y vuelta.
ResponderEliminarGrande esta blasfuemiada, Anetta.-
No estoy preocupada. La entiendo. Así entre tú y yo, si fuera ella yo también hubiera hecho lo mismo. Volverá. O no. No nos ata nada. Aunque es posible que tampoco nada nos separe :)
EliminarGracias, caballero Krust. Un abrazo.
Maravillosas Blasfuemiadas!
ResponderEliminarCuando menos te lo esperes aparecerá en tu búsqueda, pero no olvides cosértela para que no vuelva a asombrarte a no ser que sea por una buena causa.
Besos!
Gracias :) No sé si la buscaré. Me ha dejado asombrada, pero no siento que tenga que ir en su busca. No sé si la cosería a mí si reaparece. Me gustan las sombras libres. Si se queda será maravilloso, si no... que sea feliz y que viva su asombrosa vida en libertad.
EliminarUn abrazo
Me ha gustado mucho!!
ResponderEliminarSe nota que tu sombra tiene una personalidad independiente, pero no te preocupes, ya volverá, después de todo ¿dónde va a estar mejor que a tu lado? :-)
Besos!
Me alegro Atalanta :) Es independiente, por eso la quería tanto. Veremos con el tiempo si es verdad que donde mejor está es a mi lado. Veremos.
EliminarUn abrazo
Genial ...
ResponderEliminar¡Espero que vuelva pronto tu sombra! Creo firmemente en que persona y sombra nos necesitamos mutuamente ...
bsos!
:) No hay prisa, entre mi sombra y yo el tiempo tiene otra dimensión. Necesitar es una esclavitud, pero a veces hay acoplamientos necesarios, sí.
EliminarUn abrazo
Como siempre original y muy bien escrito.
ResponderEliminarFelicidades y besos!
Gracias Ginger ;)
EliminarUn abrazo
Qué bien escribes :) Me ha encantado y estoy segura de que no te ha abandonado, cuando menos te lo esperes la recuperarás
ResponderEliminarBesos
Exagerá :) Pero me alegro que te haya gustado. Abandonarme no lo ha hecho, pero ha decidido que es hora de separarnos. Tal vez nos encontremos de nuevo o tal vez no...
EliminarUn abrazo
¡Qué bonito! Has transmitido mucho; me quedo con la idea de que tu sombra va a volver, sin duda.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Aglaia. Parece que todos os decantáis porque volverá. Yo no lo tengo tan claro. Pero eso no quiere decir que no nos volvamos a encontrar ;)
EliminarUn abrazo
Si lo he entendido bien te ha dejado tu sombra. A veces a mi también me pasa, y me pregunto si he hecho algo que no le ha gustado. De repente desaparece mi preocupación. Aparece el sol.
ResponderEliminarVolverá, o quizás nunca se ha ido. Son juguetonas, se alargan, se ponen a un lado o a otro, incluso a veces está detrás nuestro.
En cuanto salgas a la calle la verás con los brazos cruzados y te hará un guiño.
Un abrazo.
Llevábamos demasiado tiempo juntas, tal vez se ha ido para desintoxicarse un poco de mí. Es juguetona, eso es cierto, hemos pasado grandes momentos jugando, esa parte lúdica la echaré de menos :) De momento hoy no hay ni asomo de mi sombra, preguntaré si alguien la ha visto ;)
EliminarUn abrazo
Qué bien escribes, Ana! Hay temporadas en las que mi sombra también desaparece... Ya no me asombra, aunque la echo mucho de menos cuando ella no está. 1beso!
ResponderEliminarGracias Tizire, no diría yo que escribo bien, simplemente escribo. A mí me gusta asombrarme siempre, no perder esa capacidad. Y es la primera vez que me abandona, así con esta contundencia de verla irse casi corriendo.
EliminarUn abrazo
Con sombra y sin sombra, lo indómito hace camino y asombrarse es el primer paso para el conocimiento.
ResponderEliminarTú lo explicas magníficamente.
Cierto, asombrarse es una capacidad necesaria, viene acompañada además normalmente de la curiosidad. La sombra ha ido a explorar, rebelde, a buscar nuevas aventuras. Espero que algún día me las cuente.
EliminarUn abrazo
No viene mal que la sombra se independice de vez en cuando. La verdad que me has mantenido intrigada con esta pseudo-adivinanza. Muy bonito escrito y con un toque de humor, que siempre se agradece.
ResponderEliminarBesos!!
No viene mal, no, la independencia es algo que valoro mucho, así que me siento orgullosa de ella :) A saber en qué pensabas cuando empezaste a leer ;) El humor ya era necesario en mis blasfuemiadas. Creo que era algo que debía al blog.
EliminarUn abrazo
Siempre es "asombroso" leerte. Y un placer! Abrazos.
ResponderEliminar:) Gracias Marisa
EliminarUn abrazo
Original y muy bien narrado. Añadir que la primera imagen que acompaña tu relato es preciosa.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un abrazo:)
Gracias Marybel. Me costó encontrar esa primera imagen, quería una que estuviera relacionada con el texto pero que no desvelara desde el principio de qué hablaba ;)
EliminarUn abrazo
Muy original, me ha encantado. Una historia genial y muy bien escrita.Las sombras son traviesas y juguetonas.Mira lo que le pasó a Peter Pan, que perdió también su sombra y al perderla se encontró con Wendy .Volverá,lo importante es que estés a-sombrada, que no pierdas tu capacidad de asombro. Una historia genial.
ResponderEliminarGracias! Es verdad que las sombras son traviesas y juguetonas, por eso quería (quiero) tanto a la mía, me ha hecho pasar muy buenos ratos. Ojalá esta huida de mi sombra tenga ese sentido y encuentro a mi Wendy. No la pierdo, no, la capacidad de asombrarme. Siempre hay motivos para el asombro.
EliminarUn abrazo
Es lo que tienen las sombras, que a veces nos asombran :) pero seguro que vuelve, ¿que va a hacer tu sombra sin tí? ¿vagar por los limbos sin nada físico a lo que aferrarse? Una narración muy intrigante.
ResponderEliminarBesos!
No tengo yo tanta seguridad en que vuelva, mi sombra es muy independiente y se las apaña bien sin mi ;)
EliminarUn abrazo
Yo también me he asombrado al descubrir que era la sombra la que te había abandonado. He estado intrigada todo el tiempo hasta saber quien era.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro de haber sabido mantener esa dosis de intriga :) Es que si no fuera así el relato perdía la gracia
EliminarUn abrazo
Me encantan estos regalitos que nos haces, Ana. Gracias !
ResponderEliminarBesos.
Quienes pasáis por aquí y comentáis sí que sois un regalo ;) (gracias!)
EliminarUn abrazo
Es uno de los textos más ingeniosos que he leído en mucho tiempo, Ana. Saludos
ResponderEliminarNo me lo puedo creer Agnieszka ¡con lo que tú lees! (gracias!)
EliminarUn abrazo
Me ha gustado mucho el texto y la cadencia narrativa, Ana. Eso sí: ojalá que sólo haya sido un relato.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Gracias Marcelo, en las blasfuemiadas todo es relato y todo, todo, es real...
EliminarUn abrazo
Un relato lleno de humor y de imaginación, Ana.
ResponderEliminarY es que las sombras son muy suyas, las hay dóciles que hacen seguidismo y están siempre pegadas a una, pero las hay con mucha personalidad, y la tuya es así seguro. Esas sombras son rebeldes, se buscan la vida y campana a sus anchas dejando a su reflejo a-sombrada. Paciencia y a ver que decisión toma.
Abrazos!!
Gracias U-topia. Las sombras son tan suyas que la mía ha decidido hacer de su capa un sayo e irse por peteneras. Siempre fue un poco así, muy suya, muy a su manera, un poco como yo, así que no me sorprende este abandono, no sé si momentáneo o permanente...
EliminarUn abrazo
Ana, ¿no te has preguntado si tal vez eras tú la que hacía sombra… a tu sombra? ¿Y que eres tú quien se marcha y ella la que siempre permanece?
ResponderEliminar“… la calle desierta la noche ideal ”
Tu sombra va dejando pistas... busca por ahí. Un saludo amiga.
Nunca nos hicimos sombra mutuamente, por eso nos entendíamos bien. Ahora bien, puede ser que sea yo quien me haya ido en verdad, un irse de esos que nadie ve y sin embargo me he ido bien lejos.
EliminarCreo que soy yo la que voy dejando pistas ;)
Un abrazo
Y como siempre me asombras con tu imaginación y con tu capacidad siempre para sacarme una gran sonrisa. Espero que encuentres a Wendy, que siempre está dispuesta a coser sombras...
ResponderEliminarBesotes!!!
Bien! Me alegra esa sonrisa en tu cara :) Ay, Wendy... no coserá esta sombra, no...
EliminarUn abrazo
Me encanta tu manera de escribir. Un relato corto muy curioso. Sigue escribiendo!
ResponderEliminarGracias Seveth. Nunca dejaré de escribir, mientras pueda, claro. No sé hacer otra cosa, además de leer :) (otra cosa es lo que haga con lo que escribo...)
EliminarUn abrazo
Pronto se producirá el reencuentro, no lo dudes. ;)
ResponderEliminarBesines,
No lo tengo muy claro, Carmen, lo mismo aparece ella y soy yo la que no estoy ;)
EliminarUn abrazo
A veces me bloqueo ante este tipo de entradas. A veces me pierdo y a veces las entiendo demasiado bien. esta vez opto por frivolizar, por el humor, y te digo que Alaska me encanta, que no me fio ni de mi sombra y que , ya en serio, quédate con todo lo bueno vivido y experimentado, porque siempre lo hay, siempre. Un besote!
ResponderEliminar:) Sonrío porque si frivolizas es porque lo has entendido bien... Yo sólo me fío del tiempo, ya lo comenté. Ni palabras, ni promesas, ni hechos. Sólo el tiempo.
EliminarUn abrazo
Me he quedado asombrada con tu juego de palabras (asombrada pero con sombra). Aunque, después de leer el texto dos veces, no sé si he terminado de llegar a sus profundidades. Abrazo!
ResponderEliminarGracias Caminante, y para encima lo has leído dos veces. No es fácil entender las blasfuemiadas, lo sé. Clave personal...
EliminarUn abrazo
Asombrado se ha quedado el presi y un poco nostálgico, en el país del presi hay una canción que empieza "Mi sombra y yo salimos al camino, el sol apenas despuntaba, una vez guiaba yo y otra mi sombra.... " muy bonita, ya tocaba una blasfuemiada, sí....
ResponderEliminarY encima mira lo tarde que vengo que me han invadido los turcos!!! Besos :)
Pues no es fácil asombrarte a ti... creo... Lo de nostálgico sí me lo creo más, que andas así últimamente. Bonita canción. Tocaba blasfuemiada... más (aparentemente) divertida. Pero aviso ya: las blasfuemiadas se van a ir espaciando...
EliminarJurl!! ¿los turcos? :)
Un abrazo
A mí todo lo que tiene que ver con la sombra me suena a gótico y en cierto sentido este texto lo es. Escribes muy, muy bien. Besos.
ResponderEliminar¡Gótico! No se me había ocurrido pensarlo, pero es porque tampoco asocio las sombras con lo gótico... y podría ser. Pero tengo un concepto de las sombras más... ¿juguetón? ¿infantil?... Gracias Marisa (escribo, sin más)
EliminarUn abrazo
¡Vivan las blasfuemiadas! ¡Larga vida a la titiritera de historias! Ya sabes que me encanta cómo escribes, las reflexiones que planteas...Y esta vez no es una excepción. Me había despistado al principio, pensé en alguna crisis vital, pero Alaska, ese a-sombro...¡genial Ana!
ResponderEliminarMil besos
Qué entusiasmo, pelirroja :) Hay una mezcla de todo en la blasfuemiada, como siempre, un cóctel... un juego. Alaska era genial (ya sé que no se ha muerto, lo digo en pasado porque ya no me parece tan genial).
EliminarMil abrazos
Como la sombra de Peter Pan, que también va por libre.
ResponderEliminarBonita entrada.
Besos!
Aqui vamos las dos por libre, y claro, así no se puede ;) Gracias
EliminarUn abrazo
Siempre es un placer leerte en esta versión tuya tan creativa. Sigue haciéndolo, lo haces bien Besos!
ResponderEliminarGracias Kabu. Siempre escribo, otra cosa es que lo comparta o que lo conserve... :)
EliminarUn abrazo
Me ha encantado mucho tu relato. Cómo no iba a dejarte si era la noche perfecta, la calle ideal?.
ResponderEliminarDéjala volar, ya volverá, tranquila.
Un beso.
Pd: Disfruta sombra volandera.
Gracias Ariel :) Cierto, la noche perfecta, la calle ideal. Ella no quiso ni mirar, nunca daría marcha atrás ;) No sé si volverá. Me gusta que sea libre, aunque me gustaría que en su libertad yo tuviera alguna oportunidad. Que vuele, tiene licencia para volar, ave o pájaro.
EliminarUn abrazo
La sombra debería ir siempre junto a nosotros pero a veces pasa esto, que cada uno quiere su propia libertad (o por lo menos sentir que la tiene y que puede decidir). Me ha gustado ^^
ResponderEliminarUn beso!
Todos queremos libertad. Aunque no sepamos qué hacer con ella... :) Gracias, Lesincele, me alegro que te haya gustado ;)
EliminarUn abrazo
Volverá y mientras aprovecha tu libertad.
ResponderEliminarUn beso.
No sé si volverá. La libertad es lo que tiene, que es inmensa y en ella caben todas las posibilidades ;)
EliminarUn abrazo
Un relato asombroso en su mismo concepto.
ResponderEliminarCreo que es mejor no tener sombra que mala sombra, eso es peor para los demás.
Un beso y felicitación por tu forma de relatar.
Gracias Francisco :) Cierto, la mala sombra mejor no tenerla, aunque la mía era de las buenas. Yo me la creía, al menos.
EliminarUn abrazo