lunes, 4 de diciembre de 2023

Mi querido Mijael (Amos Oz)


"Escribo porque las personas a las que amaba han muerto. Escribo porque cuando era niña tenía una gran capacidad de amar y ahora esa capacidad de amar está muriendo. No quiero morir"

El párrafo anterior es el primer párrafo de "Mi querido Mijael". A ver quién no quiere continuar leyendo.

Es bien sabido que en el conflicto israelí-palestino la posición del escritor humanista Amos Oz era la del activismo por la paz. No voy a entrar a hablar sobre ese conflicto, el sentido común y la humanidad debería de ser suficiente (no lo es, lo sé). En cualquier caso no será este el tema central de "Mi querido Mijael", más allá de ser el telón de fondo en el que se desarrolla la trama que Oz quiere desplegar y que sirve también como escenario simbólico (social, pero también personal) del conflicto, la desconfianza y el aislamiento.

Para entender mejor la trama de este libro tenemos que remitirnos a la biografía del autor, con una infancia marcada por la tragedia: un padre violento y una madre que se suicidó a los 36 años de edad. Y es desde esa pérdida de su madre desde donde hay que guardar en la recámara mental del lector un (posible) contexto para enfrentarse a "Mi querido Mijael".

Aunque no sería hasta que superara la ira que sentía hacia su madre por haberse suicidado (y hacia su padre también) que Oz escribiera su libro autobiográfico "Una historia de amor y oscuridad" (2002), sin embargo, ya en "Mi querido Mijael" (1968) se puede ver un intento de Amos Oz por comprender a su madre, por entender sus motivaciones. Es cierto que "Una historia de amor y oscuridad" está considerada una novela autobiográfica y "Mi querido Mijael" no. Pero.

La voz que vamos a escuchar es la de Jana, el relato le pertenece a ella. No sabremos otro punto de vista más allá del que ella nos ofrece. Tampoco lo necesitamos. Mijael es su esposo. Que dos polos opuestos se atraigan no quiere decir que luego la relación sea sostenible ni que, precisamente por ser opuestos, se vayan a acoplar de forma armoniosa, proporcionando uno lo que el otro necesita o le falta. Posiblemente esa sea una idealización de la complementariedad en las parejas. O tal vez sea una realidad. A mí personalmente no me ha funcionado pero también es verdad que no me ha funcionado lo contrario, así que a saber. A Jana y Mijael, especialmente a ella, no les va bien. Un invento es eso de que los extremos se tocan.

"Mi querido Mijael" fue la segunda novela que escribió Oz. Es increíble lo que los buenos escritores son capaces de escribir así, casi de buenas a primeras. También es verdad que a veces los lectores dotamos a los libros que leemos de una complejidad y un trasfondo que a a lo mejor quién lo escribió no pretendía. Puede ser. Pero también puede ser que el propio escritor no se diera cuenta de los mimbres complejos de aquella escritura casi virginal y que la mirada del lector sea quien le aporte su razón de ser, ese trasfondo que era invisible para quien escribía pero no para quien lo leía. A saber. Como siempre, hablo por no callar, aunque valga más por lo que callo que por lo que hablo.

No es una novela de acción, tampoco la esperaba, lo que sucede es la vida de Jana desde que conoce a Mijael, su relación, su matrimonio, la familia que crean... No es una persona feliz, Jana. No es Mijael mala persona pero digamos que no le corre sangre por las venas, aunque le fluya la amabilidad. Pero Jana tiene un torrente en sus venas. Tal vez haya quien no empatice con ella pero no cabe duda que si Mijael fuera la voz que relatara ese periodo con su pareja nos aburriríamos bastante. Así que nos quedamos con la voz de Jana, con su intensidad, con su sufrimiento, su frustración... y su inestabilidad que roza la bipolaridad.

Pese al estilo casi austero (pero no carente de lirismo aunque sí libre de adornos superfluos) y con una prosa excelente en muchos momentos, la subjetividad de lo que cuenta Oz es casi exacerbada y hay una tensión expresiva que es más evidente cuando Jana calla que cuando se expresa. Intuimos que está en un callejón sin salida y en el que no hay un futuro lumínico.

Quizás la forma de ser, sentir y vivir de Jana sea una trampa para ella misma porque su mundo interior resulta impenetrable para los demás. Pero no para nosotros, porque Oz nos abre una puerta para que podamos acceder a su interior. Oz no juzga, expone. Creo que tampoco espera de nosotros ningún juicio.

Cuarenta años después, Oz afirmaba que no se atrevería a volver a escribir un libro desde la perspectiva de una mujer. Pues no lo sé pero a mí no me ha chirriado nada en "Mi querido Mijael". Al contrario, he disfrutado de esta conmovedora e inquietante historia, escrita hábilmente por un autor de los que es imprescindible tener en cualquier biblioteca que se precie.

2 comentarios:

  1. No he logrado empatizar con Jana en ningún momento. Jana critica continuamente al mundo que la rodea pero no hace nada para cambiarlo. No muestra ninguna cualidad destacable y más bien parece estar atormentada. Aunque no sé por qué se siente así, está claro que ha adoptado la infelicidad como su estilo de vida. A Mijael le conocemos a través de ella. Se casa sin pensarlo mucho con alguien a quien apenas conoce. Y lo desprecia muchas veces. Termino sintiendo simpatía por él. Por no mencionar cómo habla de su propio hijo.

    En fin, sí que lo leí con interés, está muy bien escrito. Pero ella me hacía sentir incómoda la mayoría de las veces. No sé, igual no me cogió en buen momento.

    Gracias Ana por la preciosa reseña.

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    1. No es fácil empatizar con Jana, la verdad. Pero como personaje me resultó atractivo, cómo está creado y (en mi opinión) ese intento de Oz de entender a una persona (¿su madre?), sus motivaciones, sus sombras. También te digo que pese a que el bueno del marido de Jana es imposible no adoptarlo, por otro lado a mí me ponía nerviosa y, como digo, si hubiera sido la voz narradora nos habría aburrido bastante.

      Gracias a ti por comentar, ya sabes que esta es tu casa (también)

      Un abrazo.

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En este blog NO se hacen críticas literarias ni mucho menos reseñas. Cuento y me cuento a partir de lo que leo. Soy una lectora subjetiva. Mi opinión no convierte un libro en buen o mal libro, únicamente en un libro que me ha gustado o no. Gracias por comentar o, simplemente, leer