jueves, 21 de diciembre de 2023

Modos del deseo (Carolin Emcke)

 

"El mundo quedaba dividido. Se separaba en géneros ya antes de que los cuerpos fueran conscientes de esto, antes de que hubieran sido descubiertos realmente como sexos. Seguro que ya antes existía esta grieta en ese mundo que se abría una ley natural sin naturalidad alguna"

No sé muy bien cómo llegué a este libro. No lo recuerdo. Aunque estoy segura que ha sido por esa búsqueda constante de contenidos que rellenen un vacío, que apacigüen la zozobra de un mundo que me inquieta. Un libro me llevaría a otro que a su vez llevaría a otro y así hasta llegar a este, o leyendo a algún lector también insaciable que me señaló este libro... No, no lo recuerdo. O simplemente acudí a una librería, quién sabe dónde (improbable que haya sido en la ciudad en la que vivo), y el libro estaba ahí, lo cogí por el título, leí la contraportada y se vino conmigo.

Entre el ensayo y la autobiografía, el libro comienza con el suicidio de un conocido de Emcke. Cuando inicié la lectura, hace bastantes meses, no era el momento, así que lo dejé y lo he retomado ahora, que parece que me como el mundo pero únicamente he aprendido a que el mundo no me coma a mí.

Desde luego "Modos del deseo" no es un libro de respuestas (no las buscaba), es más bien un libro de preguntas, de aquellas que se hace la propia Emcke y aquello que se responde: ¿sabemos cómo queremos amar o vivir? ¿podemos ser quien queremos ser, sobre todo si queremos ser de forma distinta a lo "normativo"? ¿somos libres para vivir nuestros deseos?... no son preguntas baladíes. Quizás cada persona debamos reflexionar sobre ellas, si es que no lo hemos hecho ya.

Emcke se hizo esas y otras preguntas, indagó sobre sus respuestas, buscó hasta descubrir sus propias formas del deseo. Y lo comparte intentando que las palabras no sean agujeros negros que devoren todo aquello que esté próximo. Es evidente que las palabras tienen mucho de agujeros negros, poseen una densidad y una fuerza gravitatoria que no te permite escapar de ellas. Es muy difícil deconstruir algunas palabras. Creo que el momento en el que vivimos es un buen ejemplo de ello. Es complicado escapar al significado asignado a algunas palabras, significado o significados que terminan por vaciar al propio lenguaje. No voy a poner ejemplos, que no está el horno para bollos.

Algo que he compartido plenamente con la autora hasta el éxtasis (no ha sido lo único) es su necesidad de precisión lingüística, consciente del uso torticero que se hace del lenguaje y de la necesidad que tenemos de palabras nuevas, palabras contundentes, palabras que luchen contra la violencia, el silencio, el racismo, lo injusto.

En algún sitio leí que Emcke ha hecho de las palabras su trinchera y que busca formas de combatir la violencia, indagando en el origen de la misma, de la deshumanización y el conflicto. Así que cómo no me va a encantar lo que escribe esta mujer, cómo no voy a seguir buscando libros suyos que me recuerden una vez más que el silencio nunca es la solución y que si conoces el mal podrás luchar contra él. Y que el lenguaje es una herramienta que debemos de utilizar, aunque sea reconstruyéndolo.

Yendo desde una visión panorámica a una más próxima y personal, Emcke va accediendo a esas preguntas que le inquietan, aunque el truco está en cómo se observa, en la predisposición a la observación abierta. En ese ir desmenuzando los modos del deseo, Emcke va visibilizando aquello que no tenía forma definida y explorando cómo se construye una identidad. Y transforma la culpa que arrastraba desde el suicidio de su conocido en un duelo más sano. Al finalizar el libro, Emcke ha encontrado el lenguaje y puede pronunciarlo.

Tengo que decir que la traducción no me ha facilitado la lectura y ha habido fragmentos que me han chirriado bastante, pero lo que Emcke cuenta me interesaba lo suficiente como para seguir avanzando. Y lo digo desde mi ignorancia pero también desde mi sensación lectora.

"Quien haya tenido que pelear para reconocer la verdad del propio placer, quien haya tenido que pelear para pronunciarla y no entenderla o entenderse como una provocación, esta persona reaccionará de forma susceptible a la convención de la mentira"

No hay comentarios:

Publicar un comentario

En este blog NO se hacen críticas literarias ni mucho menos reseñas. Cuento y me cuento a partir de lo que leo. Soy una lectora subjetiva. Mi opinión no convierte un libro en buen o mal libro, únicamente en un libro que me ha gustado o no. Gracias por comentar o, simplemente, leer