Quienes frecuentan
este blog (¡gracias por estar ahí!) saben que lo más habitual es encontrar
comentarios de mis lecturas. Pero también que de vez en cuando dejo mis Blasfuemiadas,
que podría decirse que son “las cosas de Blasfuemia”. Pero ¿quién es Blasfuemia? Tranquilidad, no hay
desdoblamiento de personalidad. Blasfuemia soy yo, Ana Blasfuemia. Mi nombre es
Ana, pero está claro que Blasfuemia
no es mi apellido, ni siquiera mi segundo nombre. Es un nick, un apodo que
utilizo hace tiempo. Y hoy quiero explicar porqué, lo hice hace tiempo en otro
blog donde utilizaba este nick, pero hoy quiero hacerlo aquí de nuevo.
Tuve una gata.
Se llamaba Blas. Una gata con nombre de gato, porque cuando vimos que “aquello”
no prosperaba era tarde para cambiarle el nombre, y no era cuestión de llamarla
“Blasa”. Permitidme que me dirija a ella:
Es difícil de explicarlo, ha pasado tanto tiempo (8 años), pero … te echo de menos. Nunca nadie me dio tanto a cambio de tan poco. Tenías esa intuición casi sobrenatural para saber en qué momento comenzaba un descenso tan poco deseado como innecesario. Antes de que yo misma me diera cuenta de la caída ya estabas tú sujetándome. A mi lado. Cuando enfermaba, cuando las nubes se repetían, cuando los espejos se ennegrecían… ahí estabas, descifrando las señales, anticipándote, acurrucándote, ronroneando, sujetándome…
Intento ahora,
y aquí, reagrupar todos los recuerdos, aquellos que te pertenecen, los envuelvo
de blanco y te los envío con pájaros que pinto con tizas de colores. Tenías
aquello de lo que yo siempre carecí: elegancia y generosidad. Y esa tranquilidad tan acogedora y serena, que te permitia además saber cuándo tocaba ronroneo y cuándo el cachondeo. Nunca protestabas por nada: ni los viajes, ni las estancias en casas ajenas, ni el ir y venir.
El día que
tuve que decirte “adiós, es hora de dejarte marchar” fue uno de los momentos más
duros de mi vida (y ha habido unos cuantos). Sí, fue muy duro, mi preciosa niña
de ojos verdes. Sé que te fuiste tranquila, que querías descansar. Yo querría
morir así: en brazos de todos los que quisiste y te quisieron, con la mirada
serena, dando amor mientras te despedías con tus ojos limpios y honestos;
durante horas pasaste de brazos en brazos sin tocar aire apenas. Cada mirada,
cada abrazo, fue un lenguaje silencioso e intenso. Tu mirada agradecida. Tu
elegancia. Tu carita inolvidable. Mi miedo, mis lágrimas. La despedida.
Es difícil de
explicarlo, pero te sigo echando de menos. Te recuerdo cristalinamente. Me
faltas, porque yo sin ti soy menos yo. Pero más Blas.
Blas fue mia.
Blas |
Candela y Truca |
(©AnaBlasfuemia)
Hoy sólo puedo dejarte una sonrisa y un abrazo.
ResponderEliminarSiempre me pregunté de dónde vendría tu nick, pero nunca imaginé que detrás hubiera una historia tan tierna. Yo también tengo una gata; y es de lo mejor que me ha pasado. Menos mal que la historia ha sido breve porque me he llegado a emocionar. Gracias, Ana por compartir esta historia con nosotros.
ResponderEliminarAhora tenemos algo más en común ( además de los libros), el amor a nuestras gatas.
Besotes.
Preciosa entrada, un abrazo Ana
ResponderEliminarBesos
Me has emocionado y todo con la historia de Blasfuemia. Ya lo creo que se les echa en falta. Si la leyera mi hija, ni te cuento, con lo que le gustan los animales. En casa hay un perro y ahora mismo tres gatos -y digo ahora mismo porque ya van creo que cuatro generaciones-. Y, sí, a mi me hacen caso pero por pura conveniencia porque cuando llega la jefa, hasta luego, Lucas, me dicen.No me extaña que la añores tanto. Besos.
ResponderEliminarMe has emocionado con tu entrada. Los que tenemos animales sabemos como se les puede llegar a querer y a sentir como uno más de la familia. Hace poco un pajarito bloguero (bueno, pajarita más bien) me contó el origen de tu "apellido" y me gustó mucho, y mira por donde, justo ahora nos lo cuentas tu. Que historia tan bonita.. yo tengo a mi Brownie, que es el primer perro que tengo, y no quiero ni pensar en eso, porque me dan las siete cosas. Si hace unos meses se nos murió el hamster, que aparte era huraño y no se dejaba tocar y te mordía, y estuve horas llorando, hasta al día siguiente en la oficina me preguntaron que me pasaba...
ResponderEliminarBesos Ana, una entrada preciosa!
Mira que me cuesta pronunciarlo, pero por separado lo veo claro. Yo no tengo ese amor por los animales, pero conocí a alguien que también adoraba a su gato. Recuerdo el día que Micky murió, nos trajo lágrimas y risas. En un primer momento sentí mucho su pérdida, pero cada vez que lo recordábamos no hacíamos más que reírnos, si le hizo el boca a boca y todo al pobre gato. Gracias por traerme al recuerdo a una gran amiga que ya no está.
ResponderEliminarMe cuesta dejarte un comentario como me gustaría porque me has emocionado con tu entrada, me has hecho recordar a mi Nikita, una perrita que me acompañó durante la mitad de mi vida y que partió hace ya algunos años, la echo tanto de menos... No conocía el significado de tu Nick y a veces me confundía un poco al pensar en él; desde luego que nunca más lo haré.
ResponderEliminarUn abrazo muy, muy fuerte.
Una historia muy emotiva. Espero que Candela y Truca te ayuden a ocupar el hueco de Blas. Gracias por satisfacer la curiosidad de cotillo que me gasto.
ResponderEliminarUn beso.
No sé porque me haces estas cosas. Sabiendo de mi interés gatuno... vale, eso no era lo principal, quería decir, sabiendo de mi harina, huevos, levadura y azúcar, sí, azúcar, que se hace mullidito como... bueno, en fin... que es una ternura leer esto tan íntimo, tan personal y tan cargado de sentimiento. Oye, pero que todo no van a ser alabanzas, que aquí discrepo en dos puntos en los que dices estar carente (generosidad y tranquilidad) y sin atender a si fue Blas que te hizo más Blas, más tú, más humana y más sentida, oye, pues que estar, están. Toda esta parrafada me desvía de lo importante y es decir lo que me ha gustado esta entrada, post, carta, homenaje, preciosidad... y lo abochornada que estoy de mi hipótesis acerca de tu nick-apellido, que ya ni me atrevo a comentar mis supuesto absurdos, glup!
ResponderEliminarSentimiento y cierta comicidad para aligerar el ambiente de penita y acompañamiento, ays! no me hagas más esto o hazlo pero con chuches o avisa o cogeré pañuelos o ya ni sé.
Un beso te dejo
Preciosas fotos y gatas (añadido ineludible)
Me has emocionado, Ana. No tengo palabras...
ResponderEliminarBesos.
Precioso,no puedo decir más,besotes
ResponderEliminarQué bonito, Ana. Y qué manera tan tierna y preciosa de contárnoslo. Muchas gracias y un besazo.
ResponderEliminar¡Qué palabras tan bonitas, Ana! Se me ha puesto un nudo en la garganta. Yo tengo perro y no quiero ni pensar en el día en que llegue el momento de despedirnos.
ResponderEliminarAbrazo!
Ana, me has dejado con un nudo en la garganta. Yo tengo un hermano gato (de hecho mis padres me sustituyeron por él cuando me fui de casa) y no quiero pensar en que nos falte. Es una verdad como un templo que dan infinito a cambio de muy poco. Al nuestro el pequeñajo le tiene abrasado, le tira del pelo, de la cola, le agobia a más no poder y el pobrecito le sigue por todas partes y se deja hacer. Blas era una auténtica preciosidad y sus hermanitas también son una cocada. Seguro que algún día os juntaréis todas a jugar otra vez. Un besazo!!!!!!!
ResponderEliminarQué bonita historia. Estos animales siempre nos dejan mucho.
ResponderEliminarBesos
Qué homenaje tan bonito, Ana. También me he emocionado con tu historia, y es que a veces los animales pueden ser más humanos que algunos humanos.
ResponderEliminarBesos.
Ays, que me has emocionado Ana. Nos dan tanto nuestras mascotas, ¿verdad? Son uno más en la familia. Y nunca nos fallan, siempre están ahí, a tu lado. Apoyan mucho.
ResponderEliminarBesotes!!!
Vaya, me había quedado tan envuelta en la historia que se me había olvidado que se trataba de explicar el origen del nick, así que lo he pillado con efecto retardado.
ResponderEliminarLos animales nos dan mucho, aunque hay quien piense que sólo sean obligaciones, pero en realidad las personas también nos dan obligaciones y, sin embargo, puede que a cambio nos ofrezcan menos que nuestras queridas mascotas.
Un beso!
Preciosísima y emotiva entrada la tuya de hoy.
ResponderEliminarEs tremendo el apego y el cariño que podemos llegar a tener hacia estas criaturas. ¿Quién no echaría de menos algo así?
Un besote!
Pues tu gatita hermosa!! y gracias por compartir con nosotros estas curiosidades ^^
ResponderEliminarsaludos
TE comprendo a la perfección. Tambien tuve una gata que marcó profundamente. Hace años que desaparecio pero sigo pensando en ella.Nunca había conectado antes así con un animal.
ResponderEliminarPara ser las ocho de la mañana menuda entrada acabo de leer, muy bonita y tierna, a tu gata le habrá encantado.
ResponderEliminarUn recordatorio precioso para tu compañera perdida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, ya te dije ayer que me dejaste sin palabras. Gracias por compartir. Como tengo perrosdesde que tengo uso de razón, lamentablemente he pasado por eso varias veces, aunque la que más me ha marcado fue una en la que Luna (así se llamaba), muerió antes de tiempo,en mis brazos. Esguro que Blas de aporto mucho, pero eres muy generosa, eh? Mucho, vales mucho!! Me ha gustado saber lo del origen del nombre. Ahora, entrando ya en un poco de humor, confieso que durante meses para mí has sido "Ana Blasfemia" :-P Un besote!
ResponderEliminarPreciosa carta a tu gata que has tenido la generosidad de compartir con nosotros.
ResponderEliminarRespecto al nick, tengo que decir que al principio no entendía a qué se refería, pero después cai en la cuenta que en otro tiempo, en otro lugar, habías utilizado un nick con frase, así que deglosando me quedó la frase: Blas fue mia, aunque no estaba segura si Blas respondía a un nombre o a un acrónimo porque Blas es masculino y mia femenino. Resumiendo: sabía que era una frase pero no su significado. Ahora ya lo sé.
Un abrazo.
Bonita historia!!!
ResponderEliminarInteresante saber de dónde salen algunos nicks!!
Saludos.
Tu preciosa carta a Blas me ha encogido el corazón, porque yo también recuerdo de ese modo a mi perrita Kira, a la que sigo echando de menos después de tres años. Gracias por compartirlo con nosotros. Besos
ResponderEliminarSolo puedo decirte que era preciosa, que te entiendo perfectamente porqué he pasado por lo mismo varias veces.
ResponderEliminarTe mando todo mi cariño, me has hecho llorar, he recordado a Aris (mi pastor alsaciano) a Zira (mi perrita callejera) y a Valentí mi bosque de Noruega y a Nino mi bebé.
Lo entiendo, lo siento igual que tu.
Muchos besos.
Oh! Se desveló el misterio de la manera más hermosa.
ResponderEliminarUn beso.
Jolin, tu entrada me ha llegado mucho. Tuve un perrito 15 años y murió así, rodeado por todos, hace dos meses y medio. Y ahora tenemos una gatita y es genial poder llenar ese vacío... no será igual, pero es un comienzo y me gusta.
ResponderEliminarBesos.
Poco puedo decir hoy más que los insensatos que no entienden el amor que se da y que dan los animales es porque no los han tenido y se pierden algo grande, son pérdidas irremplazables, vienen más y se les da cariño y se quiere mucho a todos pero cada uno es cada uno. Un beso Ana :)
ResponderEliminarPerder a un animal es muy duro. No te lo imaginas hasta que no te pasa. Hasta ese momento sabes que los quieres, pero no eres capaz de darte cuenta de cuánto. Siento lo de Blas, aunque hayan pasado ocho años.
ResponderEliminarBesos
Y gracias por explicar lo del nombre, le había dado algunas vueltas
Preciosa la entrada. Y yo que pensaba que sería algo relacionado con blasfemar, jeje, no tengo remedio. Me da mucha pena la gente que desprecia los gatos porque cuesta más ganárselos, es muy injusto. Siempre va a estar contigo. Un beso
ResponderEliminarQué entrada tan bonita y tan emotiva, al menos a mí me lo ha parecido porque también he sufrido una perdida similar, en lugar de una gata teniamos un perro y ese momento es durísimo. Los animales dan tanto a cambio de tan poco. Gracias por compartir con nosotros esta historia tan especial y personal
ResponderEliminarun beso!
Una entrada y un motivo precioso por el que cambiarse el "apellido" aunque sea para el blog siempre que vea ana blasfuemia lo recordaré, besos
ResponderEliminarMis reconocimientos Ana, me ha gustado mucho tu entrada y la manera desnuda en que has expuesto tus sentimientos, afectos y añoranzas hacia Blas.
ResponderEliminarAlguna de las expresiones son una maravilla, especialmente cuando los espejos se ennegrecían que es una imagen muy precisa.
Un beso.
Varias veces me he autopreguntado que significaría lo de Blasfuemia, pero no imaginaba ni de lejos por donde irían los tiros... Tu entrada me ha tocado; he vivido situaciones similares y te comprendo, aunque haya gente que no entienda el cariño sincero que puede surgir entre humano y animal... Muchas gracias por compartir este trozo de ti, me ha gustado mucho y por presentarme a Blas, una gata preciosa, por cierto. 1beso!
ResponderEliminarNo hace mucho que ando por tu espacio de lectura, pero ya me había preguntado por el significado de tu nick. Ahora lo sé. Un texto bello y lleno de ternura y afecto.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Tu entrada me ha dejado un nudo en el estómago. Yo todavía no he pasado por eso y espero no pasarlo hasta dentro de muchos años. Solo hace cinco años que tengo una perrita y no me quiero ni imaginar cuando tenga que decirle adiós.
ResponderEliminarYo también me preguntaba por el significado de tu nick. Gracias por compartirlo.
Un beso!!
Muy emotiva tu entrada y muy lindos los sentimientos que tu amiga despertaba y despierta en ti.
ResponderEliminarBesos
Me has hecho llorar como una magdalena, ¡¡¡capulla!!! Yo tengo esos sentimientos con mis perros y te entiendo a la perfección. Lisa, mi preciosa caniche, nos dejó hace dos años, después de estar 13 años a mi lado, y la echo de menos más que a algunas personas. Ahora, Suerte, mi Border Collie de 3 años y Cachito, mi Beagle de 3 meses, me recuerdan que ellos también son capaces de darme amor y juegos, que están a mi lado como amigos fieles, pero no son Lisa, aunque los amo igual.
ResponderEliminarMuchos besos para Blas, allá donde esté. Espero que se haya conocido con Lisa y sean amigas, las dos tenían una mirada limpia y eran generosas.
Besos, snif, snif...
Cita
Ana leí esta entrada nada más publicarla pero tenía prisa y no me pude parar a comentarte. Me gusta lo que cuentas, ese amor por los animales y ese echarlos de menos cuando se van. Nosotros perdimos a nuestra perra este verano y el otro día hablando del tema, aún se me saltaban las lágrimas. Tus gatos son preciosos, una maravilla. Ahora eso sí, esa mirada es impresionante jejeje. Por fin puedo saber de dónde procede tu "nombre". Besos.
ResponderEliminarUna preciosidad de entrada...gracias pos traernos el origen de Blasfuemia...y Blas era una preciosidad.
ResponderEliminarYo te entiendo en lo que le echas de menos porque sé que el día que me falten mis bichines lo pasaré mal aunque la gente me diga que no me implique tanto pero da igual lo que digan porque el día que se tengan que marchar sé que lo llevaré mal.
Pero siempre quedan los buenos recuerdos y lo que nos han enseñado (que aunque sean animales nos enseñan cosas si nos fijamos)
Un beso!
Me ha gustado mucho conocer la historia de tu nick, que es una preciosa historia de amor, llena de ternura y nostalgia, y conocer a Blas y a Truca y Candela.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Yo diría que los gatos nos odian...
ResponderEliminar(broma...)
ResponderEliminarSimpática entrada, Ana. Mucho. Y tierna historia la de este nick.
ResponderEliminarUn beso gatuno, aunque yo soy más, mucho más de perros, la verdad.
Jo, yo casi lloro. Hace 6 años murió mi gato y pese a tener una gata, aún le tengo presente. Era tan cariñoso...con lo tercos que son lo que se hacen querer los jodíos. jejeje.
ResponderEliminarUn besote.
Qué bonito, Ana. Me has emocionado. La verdad es que estos pequeños amigos acaban formando parte de nuestra vida de un modo muy profundo y dejando huella.
ResponderEliminarEncantada de conocer el origen de tu nick, un origen que merece la pena compartir, es precioso.
Un besin
Una entrada muy emotiva y llena de cariño. Los animales son como uno más de la familia y un buen ejemplo de entendimiento. Me ha encantado conocer el origen de tu nick.
ResponderEliminarUn besote
Ay, con esta entrada nos has hecho emocionarnos.
ResponderEliminarMe estreno en tu blog precisamente en esta entrada tan personal y emotiva. Me alegra mucho estar aquí y conocer un poco mejor a la encantadora persona que hay detrás de este lugar tan acogedor. Un beso,
ResponderEliminarLagrimones. Yo perdí a mi Anita hace poco, todavía no puedo contarlo. Gracias.
ResponderEliminarNo conocía la historia de tu nombre y reconozco que me lo había preguntado varias veces. Muy bonito homenaje a Blas, desde luego.
ResponderEliminarBesos!