Páginas: 128
Publicación: 2015
Editorial: Páginas de Espuma
ISBN: 9788483931851
Sinopsis: Las casas son siete, y están vacías. La narradora, según Rodrigo Fresán, es “una científica cuerda contemplando locos, o gente que está pensando seriamente en volverse loca. Y la cordura, como siempre, es superficial.” Samanta Schweblin nos arrastra hacia Siete casas vacías y, en torno a ellas, empuja a sus personajes a explorar terrores cotidianos, a diseccionar los miedos propios y ajenos, y a poner sobre la mesa los prejuicios de quienes, entre el extrañamiento y una “normalidad” enrarecida, contemplan a los demás y se contemplan.
IV Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero
Puedes empezar a leer AQUÍ
Qué grata sorpresa. Que un libro te arrastre así, sorprendiéndote, haciéndote surcar entre líneas, por aquello que no está escrito, lo que no lees, más que por las palabras escritas y por lo que lees. Lo que se insinúa. Empapándote de lo que transpira en cada página.
Lo cotidiano podría ser sinónimo de tranquilidad, de confort, de seguridad. Pero atravesando lo rutinario, detrás de cada gesto y cada palabra aparentemente baladí, intranscendente, está la esencia que circula por nuestras venas. Los miedos. Podemos decir pérdidas, soledades, incomunicación, engaños, decepción, incomprensión, deseo… pero siempre es lo mismo: miedo.
Por eso estas siete casas están vacías, aunque estén ocupadas, aunque haya personas que las habiten. Porque el miedo lo vacía todo, a nosotros mismos en primer lugar.
No tenía muchas referencias de Siete casas vacías, ni de Samanta Schweblin, pero en cuanto vi las personas que formaban parte del jurado que le concedió a este libro el IV Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero no lo dudé. Hay premios y premios, y hay jurados y jurados.
Por otro lado tampoco me preocupaba que fuera un libro de relatos o cuentos o textos breves o como sea que se quiera etiquetar. Sé bien que los buenos libros, las buenas lecturas, las buenas historias, se puede encontrar en cualquier género. Sé que sea en un libro kilométrico, en una sola frase, en un poema, en un texto corto, en una imagen… puedo encontrar algo que me agita, que me espejea, que me pregunta, que me responde, que me estremece, que me hace vibrar. Sé qué es lo que busco, reconozco todo lo que me zarandea y necesito, aunque no sepa dónde encontrarlo. Y cuando lo tengo delante sé que no renunciaré a ello. Jamás.
Aunque intuía que Siete casas vacías sería una buena lectura, sin embargo me ha dado mucho más. Ese tipo de lectura me atrae de la misma forma que las almas gemelas se embelesan entre sí, libros que seducen por lo que sugieren sin recurrir a lo explícito, al desmenuzamiento, a lo rocambolesco, al invento, a lo retorcido. Lo complejo atravesando lo simple, mostrando lo cotidiano de forma que desnuda todo lo que oculta. Esbozos que luego la mirada de quien lee tiene que perfilar, dar forma, completar.
Libros valientes que no buscan lo fácil, y lo fácil ahora está en los escaparates de muchas grandes librerías. Pero lo mismo que las librerías valientes, pequeñas, independientes, amantes de la buena literatura, están en una lucha constante por sobrevivir a la venta rápida, superficial y cómoda, los libros valientes también tienen su propia lucha por sobresalir en el maremágnum de libros que nos invaden. Libros y autores que buscan sus lectores, lectores que buscan sus libros, sus autores, en una marea de tamaño tsunami en la que no todo es lo que parece y no todo lo que parece es literatura. Pero cuando libro, autor y lector se encuentran, zas, hay una energía que es brutal e íntima. Qué bien.
Hay muchas cosas que me han seducido de esta lectura, además de esos miedos que palpitan invisibles en lo cotidiano. Están las fronteras. En este caso las fronteras entre lo que es "normal" y lo que no lo es, ese frágil contorno que separa lo aceptable de la locura, lo habitual de lo extraño, lo común de lo raro, lo normal de lo excepcional, lo inocente de lo perverso... También que se apele a que hay una locura que no es insana, que a veces lo insano es lo “cuerdo” y lo más real está al otro lado de los límites que no atravesamos. Y todo esto contado, transmitido, de una forma sutil, sencilla, creando la atmósfera necesaria para ver más allá, para intuir, para sentir lo que late en lo que no ves.
Siempre me rindo ante los libros que no me dejan indiferente. Y tengo que contarlo. Y es que, lo sé, este no es desde hace tiempo sólo un espacio en el que cuento lo que leo, sino que ya es un cuarto propio en el que me cuento a través de lo que leo, e incluso de lo que no leo.
Publicación: 2015
Editorial: Páginas de Espuma
ISBN: 9788483931851
Sinopsis: Las casas son siete, y están vacías. La narradora, según Rodrigo Fresán, es “una científica cuerda contemplando locos, o gente que está pensando seriamente en volverse loca. Y la cordura, como siempre, es superficial.” Samanta Schweblin nos arrastra hacia Siete casas vacías y, en torno a ellas, empuja a sus personajes a explorar terrores cotidianos, a diseccionar los miedos propios y ajenos, y a poner sobre la mesa los prejuicios de quienes, entre el extrañamiento y una “normalidad” enrarecida, contemplan a los demás y se contemplan.
IV Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero
Puedes empezar a leer AQUÍ
Qué grata sorpresa. Que un libro te arrastre así, sorprendiéndote, haciéndote surcar entre líneas, por aquello que no está escrito, lo que no lees, más que por las palabras escritas y por lo que lees. Lo que se insinúa. Empapándote de lo que transpira en cada página.
Lo cotidiano podría ser sinónimo de tranquilidad, de confort, de seguridad. Pero atravesando lo rutinario, detrás de cada gesto y cada palabra aparentemente baladí, intranscendente, está la esencia que circula por nuestras venas. Los miedos. Podemos decir pérdidas, soledades, incomunicación, engaños, decepción, incomprensión, deseo… pero siempre es lo mismo: miedo.
Por eso estas siete casas están vacías, aunque estén ocupadas, aunque haya personas que las habiten. Porque el miedo lo vacía todo, a nosotros mismos en primer lugar.
No tenía muchas referencias de Siete casas vacías, ni de Samanta Schweblin, pero en cuanto vi las personas que formaban parte del jurado que le concedió a este libro el IV Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero no lo dudé. Hay premios y premios, y hay jurados y jurados.
Por otro lado tampoco me preocupaba que fuera un libro de relatos o cuentos o textos breves o como sea que se quiera etiquetar. Sé bien que los buenos libros, las buenas lecturas, las buenas historias, se puede encontrar en cualquier género. Sé que sea en un libro kilométrico, en una sola frase, en un poema, en un texto corto, en una imagen… puedo encontrar algo que me agita, que me espejea, que me pregunta, que me responde, que me estremece, que me hace vibrar. Sé qué es lo que busco, reconozco todo lo que me zarandea y necesito, aunque no sepa dónde encontrarlo. Y cuando lo tengo delante sé que no renunciaré a ello. Jamás.
Aunque intuía que Siete casas vacías sería una buena lectura, sin embargo me ha dado mucho más. Ese tipo de lectura me atrae de la misma forma que las almas gemelas se embelesan entre sí, libros que seducen por lo que sugieren sin recurrir a lo explícito, al desmenuzamiento, a lo rocambolesco, al invento, a lo retorcido. Lo complejo atravesando lo simple, mostrando lo cotidiano de forma que desnuda todo lo que oculta. Esbozos que luego la mirada de quien lee tiene que perfilar, dar forma, completar.
Libros valientes que no buscan lo fácil, y lo fácil ahora está en los escaparates de muchas grandes librerías. Pero lo mismo que las librerías valientes, pequeñas, independientes, amantes de la buena literatura, están en una lucha constante por sobrevivir a la venta rápida, superficial y cómoda, los libros valientes también tienen su propia lucha por sobresalir en el maremágnum de libros que nos invaden. Libros y autores que buscan sus lectores, lectores que buscan sus libros, sus autores, en una marea de tamaño tsunami en la que no todo es lo que parece y no todo lo que parece es literatura. Pero cuando libro, autor y lector se encuentran, zas, hay una energía que es brutal e íntima. Qué bien.
Hay muchas cosas que me han seducido de esta lectura, además de esos miedos que palpitan invisibles en lo cotidiano. Están las fronteras. En este caso las fronteras entre lo que es "normal" y lo que no lo es, ese frágil contorno que separa lo aceptable de la locura, lo habitual de lo extraño, lo común de lo raro, lo normal de lo excepcional, lo inocente de lo perverso... También que se apele a que hay una locura que no es insana, que a veces lo insano es lo “cuerdo” y lo más real está al otro lado de los límites que no atravesamos. Y todo esto contado, transmitido, de una forma sutil, sencilla, creando la atmósfera necesaria para ver más allá, para intuir, para sentir lo que late en lo que no ves.
Siempre me rindo ante los libros que no me dejan indiferente. Y tengo que contarlo. Y es que, lo sé, este no es desde hace tiempo sólo un espacio en el que cuento lo que leo, sino que ya es un cuarto propio en el que me cuento a través de lo que leo, e incluso de lo que no leo.
Así me doy cuenta de qué es lo que quiero. Quiero que revuelva. Quiero que mueva nuestras cosas, quiero que mire, aparte y desarme. Que saque todo afuera de las cajas, que pise, que cambie de lugar, que se tire al suelo y también que llore.©AnaBlasfuemia
La verdad es que Samanta Schweblin parece tenernos a todos en consenso, vemos algo en ella verdaderamente especial y novedoso. No he leído este libro pero siempre parte de ua trama original, pocas o ninguna vez vista antes para expresar ideas. En Distancia de Rescate se encuentra la misma formula aunque es novela, no relatos. Hay una serie de insinuaciones certeras, un arma de metralla que arrasa en semicírculo lo que tiene enfrente sin que se oiga la detonación, me quedé con ganas de más y ya sé por donde seguir ;)
ResponderEliminarEl presi buscando casa.
Besos.
Tiene ese toque distinto, ese ofrecer algo diferente. Me gustan los autores que insinuan, que no lo dan masticado, pero en cierta forma te llevan de la mano y luego te dejan que sigas dando los pasos por tu cuenta. Como que me hacen crecer, yo qué sé. Yo también me quedé con ganas de más, y lo bueno es que hay más :)
EliminarAquí tienes tu casa ;)
Un abrazo
Libro que me apunto para cuando pueda que ahora mismo la cabeza no me da para leer entre líneas y lo echo de menos, la verdad. Sí, a veces nos atrapa lo inmediato y el no pensar y no nos damos cuenta de lo que se queda en el camino. El otro día en la biblioteca eché de menos cómo escogía antes los libros, cuando no había blogosfera ni listas de pendientes ni nada parecido. Sentí que había perdido cierta libertad aunque reconozco que no habría encontrado nunca sola a gente como Lispector o Wintersen.
ResponderEliminarUn beso
Es que el camino (de los libros) es taaaaan grande, que es imposible abarcarlo todo. Yo reconozco que he ido ganando mi libertad a la hora de leer, aunque tenga en cuenta recomendaciones, pero tengo muy claro ya por donde van los tiros y qué blogs son fuente de descubrimiento. Pero sobre todo, tengo una libertad muy mía para elegir qué leer, y cuido con mucho mimo el momento de elegir mi siguiente lectura, aunque luego el globo se desinfle. Pero no me puedo quejar, en general.
EliminarUn abrazo
Brutal la reseña, Ana. Lo leeré, seguro. Ahora mi problema es cómo no olvidar el nombre y el libro (soy muy desordenada para eso de las listas, ya me lo has leído decir). Y eso de contarte a ti misma a través de lo que lees (o no lees, pero te sugiere lo que lees)... bueno, ¿no es lo que hacemos (o deberíamos hacer) todos? Felicidades, por la reseña y por el hallazgo.
ResponderEliminarPues fíjate que yo soy bastante desordenada y caótica, pero cuando un libro me entra entre ceja y ceja no se me escapa. Aprendi a organizarme un poco, adquiriendo aquellos que quiero sí o sí, o apuntando en un excel aquello que quiero.
EliminarPues no sé si lo hace todo el mundo, en cierta forma cuando sabes qué lee alguien ya sabes algo de esa persona, otra cosa es que se cuente a traves de lo que lee... Gracias Teresa.
Un abrazo
Siempre me quedo enganchada a tus palabras Ana. Lo que buscas en los libros lo das sin darte cuenta al que te encuentra aquí. Me quedo con la propuesta que hoy nos traes, me lo llevo.
ResponderEliminarBesos.
Tienes personalidad adictiva Mara :) Sabía que lo que buscaba en los libros lo cuento aquí, lo que no sabía era que lo daba :P
EliminarUn abrazo
Chica, me lo anoto ya! Veo que te ha dado mucho y a veces las expectativas para obtener algo parecido pueden jugar en contra de la lectura de cada uno, pero tu reseña es muy contagiosa...
ResponderEliminarGracias por dejarnos leer lo que escribes y cómo lo escribes. No dejes de hacerlo
Beso!
PD La locura, la cordura, quién puede saber donde está la frontera? Libertad!
No me gusta generar expectativas, pero tengo que contar lo que leo tal y como me llega a mí. No me des las gracias, para mí es necesario contar lo que leo e incluso contarme a través de lo que leo. Que paséis por aquí, lo leaís, e incluso haya quien se sienta agradecido por ello me sonroja y me halaga :)
EliminarPD: Nunca me han gustado las fronteras...
Un abrazo
Uff, estos relatos son ciertamente claustrofóbicos, distópicos diría, a veces me han producido cierto malestar, no acaban de dar miedo pero son como unas pesadillas, en la que todo está desordenado, hay como un orden interior pero también ciertto desconcierto. El más elebaorado es “La respiración cavernaria”, esa anciana que quiere morir y que no puede porque necesita recordar algo terrible, esa ausencia de recuerdos la van dejando como vacía, hueca, necesita papelitos que rellenen su vida..
EliminarValoro la capacidad de fantasear, de imaginar este universo, es una mirada turbia, siniestra, no me ha resultado agradable la lectura, la verdad, no estoy en el tono que necesitan estos relatos...
Qué bonita entrada, Ana, comos siempre; nos cuentes lo que nos cuentes, es un placer leerte. Este libro que nos traes hoy, bueno, sin duda me gustaría leerlo, aunque no creo que sea el mejor momento para apreciarlo como merece; eso sí, tomo nota del nombre para no olvidarlo :)
ResponderEliminarBesotes.
Gracias Aglaia, el placer es mio ;) Toma nota, si no del libro, al menos de la autora.
EliminarUn abrazo
No lo conocía pero, por lo que dices, parece muy interesante y si no te ha dejado indiferente está claro que habrá que echarle un vistazo. Gracias por traérnoslo.
ResponderEliminarAbrazo!
Además de que los relatos breves suelen gustarme, me ha gustado mucho el estilo de Schweblin. Merece la pena echarle un vistazo, a este libro o alguna de sus novelas. Gracias a ti por pasarte por aquí y comentar.
EliminarUn abrazo
Ays, es que es imposible dejar pasar este libro con esta tremenda reseña. No me sonaba de nada, pero me has dejado con ganas de ocupar estas siete casas vacías.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues es una autora a seguir, pero ojo, que no todo lo que a mí me entusiasma tiene que entusiasmar a los demás, eh. Que soy muy mia leyendo, ya sabes.
EliminarUn abrazo
No sé si este me seduce, pero me identifico con tus palabras dedicadas a la conjunción astral de escritor-libro-lector. Es maravilloso encontrar un autor con el que sabes que siempre vas a disfrutar. Normalmente ocurre que ve el mundo de forma parecida a ti, y nos gusta vernos comprendidos y reflejados en sus letras.
ResponderEliminar¡Un beso!
Conjunción astral, bien lo has dicho. Como cuando se da entre las personas, cuando se produce entre escritor/libro/lector es... fantástico. No sólo es que vea el mundo parecido al mío, que puede no ser necesariamente así, pero sí amplía el mío y eso ya es mucho.
EliminarUn abrazo
Te haré caso y me la anotaré. Estupenda reseña.
ResponderEliminarTampoco es que haya que hacerme caso o no, que sólo cuento lo que leo... Pero es una autora interesante, si no te llaman mucho los relatos ahí están sus novelas.
EliminarUn abrazo
Una reseña fantástica, Ana. Y yo, como siempre, venga anotar tus propuestas para algún momento que sin duda no es el actual y que no sé cuándo será, ni siquiera si será porque desde hace mucho mi cabeza no está para determinadas lecturas y menos que nada para que me zarandeen más de lo que ya me zarandean otros asuntos, así que últimamente solo quiero entretenimiento en mis lecturas, que no es poco.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Manuela. Mi cabeza tampoco debiera estar para lecturas de estas que agitan, pero curiosamente, cuando mi cabeza está así, tan... bueno... ¿perdida?... es cuando más necesito lecturas que me muevan por dentro, que me zarandeen. Rarita que soy. Pero siempre hay espacio para el entretenimiento y cada cual necesita en cada momento unas lectura u otras.
EliminarUn abrazo
Estoy de acuerdo contigo Ana, también somos lo que leemos (lo que nos gusta). Eso también nos identifica, igual que un perfume o una canción. Tengo alguna referencia del libro, y la verdad es que me llama la atención así que espero poder dedicarle un ratito aunque ahora me es imposible.
ResponderEliminarMil besos, encantadora.
Anda, pues no eras pelirroja :D Claro que somos lo que leemos, por eso leemos lo que somos... Encuentra un ratito para Schweblin, además es una autora que inspira a quienes gustan a su vez de escribir ;)
EliminarMil abrazos
No me he hecho de un ejemplar aún, pero he leído otros de su autoría y me parece una fabulosa cuentista. Si te gustan los libros con atmósferas de inquietud, miedo, terror, Samanta será una autora de tu agrado. Su novela corta 'Distancia de rescate' es muy buena; algo he dicho de ella en mi espacio. Los otros, 'El núcleo del disturbio' y 'Pájaros en la boca' tienen, al igual que éste la misma impronta, el mismo sesgo desasosegante.
ResponderEliminarMe alegro que hayas descubierto sus letras, y lo hayas disfrutado.
Un beso, Ana.
Este no será fácil de conseguir para ti, Marcelo. Samanta YA es una autora de mi agrado :) Leeré más cosas suyas SIN DUDA. Me gusta ese ambiente desasosegante, me recuerda en cierta forma a Pilar Adón, que como estaba en el jurado no me extraña que haya apostado por Schweblin.
EliminarUn abrazo, Marcelo (hoy te he mandado una invitación...)
Éste inunda las góndolas de las librerías, a precio accesible. El mes próximo subiré mis viejas líneas de 'El núcleo...' que fue el que potenció mis lecturas de Schweblin.
EliminarGracias por la invitación, Ana! Veré cómo participar en breve.
Un abrazo grandote!
Es que quería decir que sería fácil de conseguir, no que no sería fácil de conseguir... :) Y estaré pendiente de ese Núcleo.
EliminarUn abrazo
No me sorprende tu entusiasmo. En cuanto he visto la editorial que está detrás lo he entendido todo. Me encantan sus libros que remueven al lector por dentro. No lo conocía y lo anoto. Besos.
ResponderEliminarEs que las editoriales, ciertas editoriales, son tan fiables... no voy a decir al cien por cien, pero son apuestas bastante seguras ¿verdad?. Y ya sabes lo que me gusta que me remuevan. Aunque esté ahora como un molinillo.
EliminarUn abrazo
Está claro que el libro te ha impactado y eso ya es un acicate para animarme a leerlo. Yo hasta hace poco era poco amiga de los libros de relatos cortos porque siempre me dejaban insatisfecha, como si se quedaran cosas sin contar o poco desarrolladas. Pero últimamente he leído un libro de estas características que me ha encantado y me ha hecho cambiar de opinión al respecto. Así que, como tú bien comentas, las buenas lecturas y/o historias se pueden encontrar en cualquier género.
ResponderEliminarAh, y que hay una locura que no es insana es tan cierto como que hay que huir de los completamente cuerdos.
Un abrazo.
No sé si impactarme, pero me ha gustado muy mucho el estilo de Schweblin. Me alegra que le vayas cogiendo el gusto a los relatos cortos. No sé si hay autor de renombre que no haya explorado ese género. Por algo será.
Eliminar¡Sí! Hay que huir de los completamente cuerdos... Yo estoy en ello ;)
Un abrazo
Cuando leemos un libro, sobre todo algunos, leemos sobre nosotros mismos. Por eso es ineludible al escribir sobre ellos desnudarnos un poco o a veces un mucho.
ResponderEliminarEste libro no lo conocía, ni a su autora ni a la editorial, pero entre lo que nos cuentas de que dice sin decir y la reseña que has hecho... ¿lo apunto, te borro de mi lista de blogs o me corto las venas directamente? Creo que la primera opción es la menos mala.
Besos!!
Lo que se desnuda cada cual al hablar de sus lecturas es algo personal, hay gente muy pudorosa a la hora de contar(se) y lo entiendo, o simplemente buscan otras cosas en los libros. Pero indudablemente lo que leemos, lo contemos o no, nos contemos o no, dice mucho de nosotros.
EliminarNo quiero, por favor por favor por favor, que te cortes las venas, ni directa ni indirectamente. Que me borres de tu lista de blogs me daria penita, aunque yo seguiré fiel al tuyo :) Así que... apúntalo. Es más... apunta a la autora...
Un abrazo
Te doy toda la razón en casi todo por no decir todo. Desde luego que cuando hay sintonía libro, autor/a, lectora, es una maravilla. Que conozco personas con su incordura a cuestas que son sensatamente sabios, así que las fronteras entre cordura e incordura son relativas siempre. Y que no he leído nada de esta autora y la apunto.
ResponderEliminarAbrazos!!
Esa sintonia es maravillosa, al fin y al cabo es lo que buscamos cuando leemos, bien con el libro o bien con el autor/a.
EliminarMás añado a lo que dices... hay mucho sabio en quien está al margen de la "normalidad". Las personas diferentes son quienes mueven el mundo, lo tengo clarísimo.
Un abrazo
Qué bueno, se te nota encantada con esta lectura, arrastrada por una historia que se ve que te ha calado... Sinceramente, de buenas a primeras no me hubiera llamado la atención pero, ¡bendito entusiasmo contagioso el tuyo! 1beso!
ResponderEliminarEncantada no sólo con la lectura, sino con la autora. Y ya sabes que cuando me entusiasmo, lo hago a lo grande. Los términos medios no parecen ir conmigo...
EliminarUn abrazo
Ya había leído otras buenas críticas y con esta me has terminado de convencer, tengo muchísimas ganas de leerlo, a mí también me encantan las historias de lo que se esconde detrás de la rutina, de los límites de la locura. Tengo la sensación de que me pasará lo mismo que a ti, que conectaré con la autora y con el libro, y tengo ganas de que pase. Besos!
ResponderEliminarEsas miradas diferentes sobre lo (aparentemente) cotidiano siempre me han gustado, saber ver más allá y más acá. Hay tantas historias en casi todo... Ojalá disfrutes del libro y te hagas fan de Schweblin ;)
EliminarUn abrazo
La reseña te ha quedado preciosa pero el libro no me lo anoto...no soy mucho de relatos y este mes ya me he leído uno que trataba también como tema los miedos. Eso si, que te haya impactado es algo a tener muy en cuenta.
ResponderEliminarUn beso!
Gracias Lesincele. Pero algún día te convenceré para que te hagas adicta a los relatos :P
EliminarUn abrazo
Qué satisfacción cuando intuyes y al final no sólo se cumple la intuición sino que es superada y se produce esa conjunción especial entre autor, libro y lector.
ResponderEliminarEn mi caso, siento atracción por él pero también tengo mis dudas, más que nada porque estoy en un momento en el que necesito lecturas de fácil y comoda digestión, sin dilemas, para decirlo con claridad: que me hagan pensar poco.
Sin embargo, como supongo y espero que sea algo pasajero tomo nota porque para otro momento me parece muy interesante.
Besos
Normalmente intento leer que intuyo/creo me van a gustar, pero hay algunos que, vete tú a saber porqué, como que tienes un pálpito especial, así sin motivo concreto.
EliminarComo las lecturas son cuestión de momentos, siempre queda el anotarlo para cuando llegue el momento, porque (afortunadamente) siempre hay un libro (¡muchos libros!) para cada momento y apetencia.
Un abrazo
No lo conocía, pero tu reseña me ha convencido. Creo que va a ser una lectura de la que se puede sacar mucho. Un beso.
ResponderEliminarYo sí he sacado, desde luego, por eso me gusta. Los libros de los que no saco nada o poco suelen dejarme un poco plofff...
EliminarUn abrazo
No tenía absolutamente ninguna referencia ni de la autora ni de su obra, pero si la defiendes con tal pasión seguro que es un libro torrencial y que tengo que apuntar.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Un abrazo.
Pues a mí es de esos libros que además me lleva a querer leer más de la autora, a la que ya tengo más que "vigilada" :) Pero ya sabes que yo soy fácilmente "torrenciable".
EliminarGracias a ti por pasarte y comentar.
Un abrazo
qué tentador! me lo apunto
ResponderEliminarLas tentaciones están para caer en ellas :)
EliminarUn abrazo
Me gustan este tipo de libros. Me lo llevo =)
ResponderEliminarBesotes
eh, no te lo lleves, que este es mío! Cógete otro :P
EliminarUn abrazo
En estos momentos de "comedura de tarro" en los que estoy, de si estoy leyendo lo que de verdad quiero, si el poco tiempo me deja elegir lo que de verdad necesito, que si se me escapan cosas buenas porque no llego, no llego... vienes tú y me remueves con estas reflexiones. Yo también necesito un libro que me revuelva, mi problema es que necesito un tiempo para "macerar" ese tipo de lecturas que ahora no tengo. Pero tomo buena nota, no creas. Abrazos.
ResponderEliminarMarisa: lee lo que de verdad quieres. No le des vueltas. Déjate llevar por ti misma. Llegar no llegamos nadie, por más que lo intentemos. Yo solo cuento lo que leo y me cuento con lo que leo, a veces con más acierto y otras con menos, pero ya voy eligiendo sin presiones (autopresiones). Deja que los libros decidan por ti.
EliminarUn abrazo
Una vez más me dejas pegada a la pantalla leyéndote. No te engaño, me dejas con ganas de leerlo, pero no ahora. Ahora no es el momento, quizá demasiado miedo dentro de mi, pero de momento, espero a estar más aliviada.
ResponderEliminarbesos
Me ha hecho gracia "imaginarte" con la cara pegada a la pantalla :) Todos los libros tienen su momento. O no. Pero no le tengas miedo, no son miedos que te vayan a "tocar" (creo). En cualquier caso... aliviate pronto ;)
EliminarUn abrazo
Jo... Me dejas alucinando con este libro... Eso del miedo lo vacía todo me ha gustado mucho, además, el tema de la locura y la cordura siempre me ha fascinado, así que me lo apunto.
ResponderEliminarBesines
Lo del miedo lo vacía todo es cosa mía, pero es una reflexión provocada por la lectura. A mí me fascinan esos limites entre locura/cordura. Clichés que se manejan con los que suelo estar en desacuerdo...
EliminarUn abrazo
No tengo un motivo justificado para decir que me tiene intrigada leer a la autora pero también algo recelosa, como con cierto temor a que no encajar con ella, algo infundado totalmente, no he visto reseña mala de sus libros. Empezar empezaré por Distancia al rescate que es uno de los que ha llegado a casa no hace mucho. De este lo que más me llama es ese bordear fronteras del que hablas.
ResponderEliminarLeemos (o no)como somos, es así.
Abrazo
Marilú, los libros son... libros. Personales. Nunca sabes qué libro o autor/a te va a sacudir, y seguramente esa sacudida a lo mejor sólo te la produzca a ti y los demás lo lean con indiferencia espartana. A mí me ha gustado el estilo de Schweblin en estos relatos. Leeré también Distancia al rescate pero tengo la sensación de que no sólo me he quedado con el libro, sino también con la autora. Claro que leemos como somos. Y así debe de ser :)
EliminarUn abrazo
Se nota que lo has disfrutado mucho y que te ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarY a mí me has convencido, sin duda. Espero poder leerlo y disfrutarlo tanto como tú.
Besos!
Me ha gustado mucho esta lectura, el estilo de Schweblin, la manera de contar sin contar, el poso que deja así entrelíneas... Ojalá lo disfrutes, ojalá que sí.
EliminarUn abrazo
Atractiva trama. Anotada queda. Muy buena reseña.
ResponderEliminarSaludos
Gracias Marybel. Son relatos pero todos tienen un hilo que les une: miedo y esas fronteras de las que hablo.
EliminarUn abrazo
Me ha gustado encontrar en tu blog la pintura de Van Hove -una de mis preferidas de esta pintora- lo que no suele ser habitual.
ResponderEliminarEl libro no lo he leído, pero estoy contigo en que los que valen la pena son los que te atrapan.
Estoy en una época en que me gustan los cuentos o relatos breves, los interminables se me hacen muy cuesta arriba.
Es que soy fan de Van Hove. He puesto varias imágenes suyas en alguna entrada (blasfuemiadas principalmente) y también en el lateral.
EliminarLos libros que te atrapan, y además por el lado de las entrañas, son los que al menos a mí me merecen la pena.
Hay muy buenos libros de relatos, yo tengo varios en el punto de mira, porque además aprendo mucho de ellos. Traeré alguno más por aquí, aunque es un género (como la poesía) que se le atraganta a alguna gente.
Un abrazo
La verdad es que esta autora me fascina como escribe. Este libro me parece magnífico, y el de Random nuevo también, distancia de Rescate.
ResponderEliminarBesos
Yo me he hecho fan de la autora directamente, y "Distancia de rescate" ya está en el punto de mira, lo estaba antes pero se me cruzó este.
EliminarUn abrazo
Siete casas habitadas pero por el miedo, tan vacías... Una reflexión deliciosa. También me ha gustado que fuera premiada con un galardón de prestigio. Y que en su sencillez, sin caer en lo rococó, muestre una escritura tan placentera.
ResponderEliminarUn beso.
Y es que el miedo lo vacia todo, Mere. Lo vacia, lo llena, nos mueve, nos paraliza... Así es el miedo.
EliminarUn abrazo
Un libro muy recomendable, de una autora que tiene y tendrá mucho que decir.
ResponderEliminarPara mí fue una (agradable) sorpresa. Y espero que tenga mucho que decir porque la voy a "vigilar" :)
EliminarUn abrazo
Tenés Siete casas vacías? Tenés Siete casas vacías? Tenés Siete casas vacías? Tenés Siete casas vacías? Tenés Siete casas vacías? Desde que leí este post esa es la pregunta que se repite cada vez que voy a mis librerías. Hoy tampoco lo consegui, así que me compré Pájaros en la boca para debutar con Samanta. Voy a tener que pedirlo a Buenos Aires apenas encuentre un paquete de libros que quiero y valga la pena el costo del envío :)
ResponderEliminarLo conseguirás Cintia! Quien busca siempre encuentra :) He visto tu comentario de "Pájaros en la boca", que aunque estoy "desconectada" de vez en cuando me asomo para leeros a unos cuantos. Ya nos irás contando.
EliminarUn abrazo
Ya está conmigo. Lo dejo para dentro de unos días. Necesito desintoxicarme de Alexievich con un poco de policial. Leí de tu desconexión y no quise comentar, por pena... Espero que estés bien. Te mando un abrazo
Eliminar"Escribir, es decir yo pienso mejor" que gran reseña a la altura de un gran libro. saludos
ResponderEliminarGracias Brian. Un gran libro en verdad, al menos su lectura fue grande para mi.
EliminarUn abrazo