jueves, 27 de septiembre de 2018

La canción de los vivos y los muertos (Jesmyn Ward)

Título original: Sing, Unburied, Sing.
Traductor: Francisco González López
Páginas: 260
Publicación: 2017 (2018)
Editorial: Sexto Piso
Sinopsis: Jojo, de trece años, y su hermana menor Kayla viven con sus abuelos negros en una granja en la costa del Golfo de Misisipi, con la compañía siempre esporádica de su madre, Leonie, una mujer que desearía ser mejor madre de lo que es, atormentada y en ocasiones reconfortada por las visiones de Given, su hermano asesinado cuando era adolescente. Cuando el padre de Jojo y Kayla, un hombre blanco, va a salir de prisión –Parchman Farm, la misma penitenciaría en la que el abuelo de Jojo cumplió una condena injusta durante su juventud–, Leonie insiste en ir a recogerlo con los niños. Durante el azaroso viaje, Jojo, Kayla y Leonie deberán aprender a relacionarse como familia, y Jojo conocerá a Richie, otro niño con quien descubrirá el legado de la esclavitud y la importancia de reconciliarse con el pasado
La memoria es algo vivo, también en tránsito. Pero durante el instante que dura, todo lo recordaado se une y cobra vida: los viejos y los jóvenes, el pasado y el presente, los vivos y los muertos (“One Writer’s Beginnings”, Eudora Welty)
La cita anterior es una de las tres con las que se inicia La canción de los vivos y los muertos. Me demoré un tiempo en ella cuando la leí y volví a ella después de terminar la lectura del libro, ya sabiendo que la intuición se había transformado en certeza: en esa cita está uno de los muchos filamentos que en este libro consiguen generar una luz radiante y eléctrica; uno de esos hilos largos y delgados, como hilos de galaxias que forman estructuras grandiosas. Porque la estructura de La canción de los vivos y los muertos es sencilla y compleja a la vez, abarca tanto y tan bien que permite al lector quedarse con aquello que decida o capte, con una parte o con la totalidad. Tiene para todos. Para todos los gustos.
Me gusta creer que sé lo que es la muerte. Me gusta creer que es algo a lo que podría mirar de frente.
Hay primeros párrafos que conmocionan. Los hay de una belleza lírica apabullante. Y los hay que en una pocas líneas te han cogido por los hombros y te han sumergido instantáneamente dentro del libro: estás allí, con el personaje, en sus miedos, en sus luchas, en sus temores, extrayendo músculos, tripas, órganos… El primer párrafo de La canción de los vivos y los muertos es de estos últimos. Y ya no puedes, ni quieres, dejar de leer. No quieres salir de la historia, de los personajes, de las palabras, de las emociones, porque todo lo que lees te reclama, te implica.

El protagonista tiene 13 años, es mestizo. Yo tengo 13 años, soy mestiza. La protagonista es una mujer negra y drogadicta. Yo soy una mujer negra y drogadicta. El protagonista es un chaval negro y está muerto y se aparece a los vivos, a algunos vivos. Y yo soy un chaval negro y estoy muerto y me aparezco a los vivos, a algunos vivos. Todos quieren reconciliarse con el pasado, con ellos mismos. Yo también quiero reconciliarme con el pasado, conmigo misma.
¿Al hacerme mayor se me torcería la boca por el sabor amargo de lo que me tocaría comer en el festín de la vida: hojas de mostaza y caquis crudos aderezados con promesas incumplidas y pérdidas?
Está Jojo, está Leonie, está Richie. Pero no están solos: está Pa, y Ma, y Kayla. Y también Given. Hay más personajes. Pero estos, esta familia, es a la que abrazas, a quienes quieres proteger y que a la vez te protejan, ellos son a quienes quieres mantener en el centro del huracán, justo allí donde está la quietud mientras todo gira violentamente alrededor, en la calma chicha del ojo del huracán. Aspirar su dolor, el legado que no han elegido, la carga genética y racial que marca esa diferencia aterradora entre ser el amo o el esclavo, la deshonra o el privilegio que nunca debiera de existir por pertenecer a una raza u otra.
Hay cosas que mueven a un hombre. Como corrientes internas de agua. Cosas que no puede evitar […] hacerse mayor significaba aprender a manejar esas corrientes: aprender cuándo agarrarse fuerte, cuándo echar el ancla, cuándo dejar que te lleven.
Este libro rezuma calidad por todos los costados. Consigue ese equilibrio nada fácil de conseguir entre todos sus elementos: la historia, los personajes, la sintaxis, las voces narrativas, el lirismo, la estructura narrativa, las metáforas, las imágenes, el realismo, las comparaciones, los temas que aborda (muchos y muy cercanos), las descripciones, la fantasía, las palabras exactas…

Un libro que arranca ahí arriba, en lo alto, y que de forma increíble va in crescendo, creciendo en intensidad, en matices, en una mezcla maravillosa de fuerza y suavidad. El uso de las distintas voces narrativas (las de Jojo, Leonie y Richie) que van conformando tanto la historia como el conjunto de personajes está extraordinariamente construido. Y aunque Jojo nos roba el corazón hasta desangrarnos, mi admiración se dirige a lo que Jesmyn Ward hace con Leonie: un personaje de esos a los que no quieres querer pero con el que Ward despliega con habilidad todos los nudos que llevan a alguien como Leonie a ser la persona que es, con todo el peso de su pasado oprimiendo su presente, sus decisiones, su manera de querer y amar, su maternidad, su papel como hija, mujer, negra, sus pérdidas…
Pierdo el lenguaje, pierdo las palabras. Me pierdo a mí misma en ese sentimiento, el sentimiento de ser deseada y tocada y acunada, y al mismo tiempo estoy maravillada por el hecho de que quien lo hace es quien lo desea, quien lo necesita, quien toca, quien ve.
La canción de los vivos y los muertos es un retrato hábilmente trazado de la sociedad del sur de EEUU, del racismo del que la sociedad actual no consigue desprenderse y que genera miedo, miedo por el color de tu piel, por lo que la gente hará contigo por tu color. Pero también es un retrato de familias (des)hechas por las cicatrices de la vida, desestructuradas, de las relaciones maternofiliales, la maternidad, la muerte (los vivos muertos, los muertos vivos…), la pobreza, los miedos, las inseguridades, las decisiones…

Y Jesmyn Ward lo borda, lo borda utilizando las palabras adecuadas, el ritmo propicio, sin abusar de ningún recurso, sino simplemente utilizándolos en la medida justa, sin caer en el exceso de lirismo, de metáforas, de florituras, la mesura perfecta entre realismo y fantasía, sin recargar su sintaxis pero consiguiendo la emoción que nos implique, que nos haga rezumar empatía y comprensión.
El hogar no siempre tiene que ver con un lugar […] El hogar tiene que ver con la tierra. Si la tierra se abre para ti. Si tira de ti tan fuerte que el espacio entre tú y ella se funde y sois sólo uno y late como si fuera tu corazón. Al mismo tiempo.
La vida lo va devorando todo, mordisqueando ese punto por el que definitivamente nos rompemos, pero está la inercia y el instinto de seguir caminando, de alcanzar la paz con el pasado, con los vivos, con los muertos, con los que te precedieron y con aquellos a los que tú precedes. Y de alguna manera, sales a flote, vuelves a coger aire, emerges de aguas dulces y de aguas saladas, te sumerges en la tierra, emerges, respiras y entonces en algún momento escuchas la canción de los vivos y los muertos, 

La vida es lucha, lucha constante. Hay mucho dolor en este libro, pero también una gran ternura. Ward no es condescendiente con sus personajes, pero los ha dotado a todos de una psicología real, reconocible y cercana que nos posibilita una empatía casi insoportable.
El dolor, la gran llama que lo inmola todo.
La canción de los vivos y los muertos es una novela majestuosa, de esas que tardas en olvidar, que probablemente no olvidarás. Y como libro equilibrado que es, la historia se cierra perfecta, por qué no, consiguiendo cerrar el círculo con suavidad, como una mano querida que se deposita en la cicatriz con delicadeza.

No todos los buenos libros gustan a todo el mundo. Pero La canción de los vivos y los muertos pondrá de acuerdo a todo tipo de lectores, a los más exigentes y a los menos, a los que bucean y se implican y se esfuerzan en las lecturas y a los que les gustan las lecturas más relajadas. Puedes atravesar todas las capas que propone Ward o quedarte en una de ellas, la que elijas, en ambos casos no querrás terminar el libro. Y cuando lo hagas, cuando lo termines, querrás no haberlo leído para poder volver a la primera página y dejarte aferrar de nuevo por la prosa envolvente de Ward, por los personajes, emocionarte y sentir que estar vivo es también esto: escuchar la canción de los vivos y los muertos.
Hay tanto cielo vacío donde antes se alzaba un árbol.
(Hay tanto cielo vacío donde antes te alzabas tú)

(©AnaBlasfuemia)

23 comentarios:

  1. No lo veo para mí, pero me alegra que te haya gustado.
    Besos

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    1. Es un libro que creo que puede atraer a mucho lector, no lo descartes ;)

      Un abrazo

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  2. Ya está, en los primeros puestos de la lista. Me gusta muchísimo eso de que al final consuele y arrope en cierta medida. Me ha recordado un poco al de Toni Morrison de los niños. Pero creo que este va más allá.
    Un abrazo

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    1. Hazle caso a tu intuición que lo ha llevado arriba de tu lista. Y no has hecho mala conexión con Toni Morrison, va un poco en esa honda: buenas escritoras hablando de temas comunes.

      Un abrazo

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  3. De Jesmyn Ward, tengo apuntado, no solo por National Book Award (que a veces no funciona;)), sino por la temática, "Quedan los huesos" . Lo cierto es que cuando conocí esa obra, investigué, -siempre lo hago con autores interesantes pero desconocidos para mí- y vi que su trayectoria vital era tan dura como complicada su llegada a lo que es ahora. Esta obra que pones ahora, me recuerda, en pequeñas cosas, a parte de su vida, su nacimiento, la muerte de su hermano atropellado, la vida en el sur casi de ghetto, el racismo latente que aparece en sus obras. Supongo que ella es la nueva generación de autores a los que admiro profundamente como Richard Wright, Ralph Ellison, Maya Angelou, James Baldwin.. autores afroamericanos de una calidad tan alta, como alto su compromiso con su gente.
    La leeré sin ninguna duda.
    gracias
    cuídate

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    1. El de "Quedan los huesos" me lo he apuntado después de leer este, porque es una autora muy interesante. Yo también hago lo mismo con los autores, me gusta saber sus raíces, las entrañas desde las que escriben. Sí que hay cosas de su vida, pero no es autobiográfico, de hecho intentó que ese hecho en común de la muerte de su hermano no influyera en lo que quería contar. Es exactamente eso: una gran calidad y un gran compromiso.

      Un abrazo grande.

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  4. ¡Ojiplatica, boquiabierta y con las patas vueltas me he quedado! ¡Me encantaaaaaaaaa! Qué buenos libros pasan desapercibidos entre tanta morralla literaria 🤨

    Me lo llevo.
    Besitos 💋💋💋

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    1. Este no va a pasar desapercibido. Hay muchas y muy buenas novedades en estos meses de rentrée literaria, y este está en los top ;)

      Un abrazo

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  5. Coincido contigo en todo lo dicho. ¡Qué buena reseña! Es difícil sintetizar todas las ideas y todos los temas que trata en él, además profundizando en todos pero sin resultar tedioso o enrevesado. Y ahí se ve el talento de esta autora: hace fácil lo difícil. No se enrolla, pero con una sola línea captas exactamente la imagen que quiere transmitirnos. Además, sus personajes son arquetípicos y a la vez fluyen y evolucionan. Y todo ello lo has captado a la perfección. Un libro que es dificil que no guste porque tiene trama, estilo y sabiduría.
    Hacia tiempo que no pasaba por tu blog...
    Qué gusto venir de nuevo por aquí.
    Un abrazo

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    1. Los buenos libros siempre tienen mucho que desentrañar y te quedas con esa sensación de que solo has mostrado una parte de lo que contiene. Pero para quien lo ha leído, sabe que ahí hay mucha tela que contar y, en este caso, también mucha calidad. Es muy buena comunicadora Ward, transmite muy bien y de forma muy sostenida. Estoy de acuerdo con que es un libro que es difícil que no guste, por varias razones (aunque hay libros con trama, estilo y sabiduría y gran calidad que se "atrancan" más a muchos lectores, pero este no es el caso).

      Un abrazo y gracias por venir ;)

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  6. Estaba leyendo el inicio de tu reseña y no podía dejar de pensar en "Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado". Me recuerda también otras historias leídas de ese Sur estadounidense tan duro y tan sugerente: McCullers, Faulkner, Morrison.
    Buscaré la novela, no te quepa duda.
    Un beso.

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    1. Sí, es que va en esa línea de Angelou y también Faulkner, Morrison... (de hecho son autores que han influido mucho en Ward). Búscala y no te quepa a ti la duda de que te va a gustar :)

      Un abrazo.

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  7. Con esta reseña a ver quién se resiste a leer este libro. Bueno, la verdad que ya le había echado el ojo. Estoy leyendo ahora mismo a McCullers así que vengo con la ambientación sureña puesta, pero hay muchas más cosas que me atraen de esta novela. Espero poder leerla pronto.
    Un abrazo

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    1. Ya sabes de mi ímpetu con los libros que me gustan, pero tengo conciencia de que algunos libros que me gustan no llegarán igual a muchos lectores, pero con este tengo mucha tranquilidad porque sé que, de una forma u otra, gustará a la mayoría. Aunque ya sabes que yo no recomiendo libros, solo cuento lo que leo ;) Ya contarás, pero va a ser un "sí" :)

      Un abrazo

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  8. Hola!nos encanta eso que expresas que se pondrán de acuerdo todos los lectores!!fantásticas opiniones las que te surgen de su lectura. Gracias ana!!besotesbuhos

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    1. No todos los libros buenos tienen esa cualidad de poner de acuerdo a lectores distintos. Pero Ward lo va a conseguir :)

      Un abrazo

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  9. No sé si ahora mismo soportaría el dolor que tiene que causar esta lectura, pero me dejas con ganas de sentir esa ternura. Lo leeré, pero más adelante.
    Besotes!!!

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    1. ¿Confías en mí? Pues sin miedo, Margari, lo vas a disfrutar.

      Un abrazo.

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  10. Ufff, ¡vaya tentación! Imposible no leerlo después del comentario tan estupendo que has hecho. Otro más para la saca.   Mil gracias.

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    1. Durará poco en la saca, a poco de que lo empieces a leer ya no podrás parar :D

      Un abrazo grande

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  11. Que bien notarte tanta pasión. Y es que cura tanto el alma cuando encuentras un libro así. Has hecho que rompa mi promesa de hacerme con menos libros para poder leer los que ya tengo, pero es que te has puesto muy tentadora. Gracias y abrazos.

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    1. Aunque todavía tengo algún libro por ahí de "riesgo" (en el sentido de que seguro me decepcionen) lo cierto es que últimamente ando bastante centrada sobre qué quiero leer y será acierto sí o sí. Merece la pena romper tu promesa por entrar en el mundo de Jojo y su familia.

      Un abrazo.

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  12. Por fin me he puesto con él. Me ha gustado mucho, casi tanto como tu reseña. Qué bien explicas lo que me ha hecho sentir esta lectura. ¡Gracias Ana!

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En este blog NO se hacen críticas literarias ni mucho menos reseñas. Cuento y me cuento a partir de lo que leo. Soy una lectora subjetiva. Mi opinión no convierte un libro en buen o mal libro, únicamente en un libro que me ha gustado o no. Gracias por comentar o, simplemente, leer