martes, 11 de septiembre de 2018

Persona (Ingmar Bergman)

Título original: Persona
Traductora: Carmen Montes
Páginas: 108
Publicación: 1965 (2018)
Editorial: Nórdica Libros
Sinopsis: La actriz Elisabet Vogler se encuentra en un hospital, después de perder la voz mientras interpretaba Electra en el teatro, y los doctores no encuentran causa aparente de su silencio. Encargarán su cuidado a una enfermera llamada Alma, con quien Elisabet comienza una estrecha relación. "Persona" es una de las obras maestras del séptimo arte y en este libro Bergman nos muestra su enorme potencia literaria. Como señala el propio autor, no se trata de un guion cinematográfico, sino que «se asemeja más al tema de una melodía».
¿Crees que no lo entiendo? El absurdo sueño de ser. No parecer, sino ser. Consciente, alerta cada instante. Y, al mismo tiempo, el abismo entre lo que eres ante los demás y lo que eres ante ti misma. La sensación de vértigo y la sed constante del desenmascaramiento. De verte por fin descubierta, reducida, quizá aniquilada. Cada tono una mentira y una traición. Cada gesto una falsedad. Cada sonrisa una mueca.
Creo que es necesario empezar recordando algo: La palabra persona viene del latín persona, o sea máscara usada por un personaje teatral. El latín lo tomó del etrusco, phersu y este del griego πρὀσωπον (prósopon = máscara). O sea, que etimológicamente persona significa máscara. Ahí le hemos dado. Seguramente Bergman tenía esto muy presente cuando escribió el guion de la alucinante, enigmática y compleja película Persona. 

Es difícil valorar literariamente un guion, más aún cuando las neuras de Bergman, el vacío y la inquietud existencial que tanto le preocupaba, ha sido abordada desde la literatura por grandes autores. Pero es incuestionable la fuerza de su planteamiento, su base literaria, más aún si combinas la lectura del guion con el visionado de la película. La fusión de ambas (lectura y película) resulta aplastante y brutal. Clarificadora, en cierta forma. No debemos de olvidar que Bergman pensaba en imágenes. Y las de esta película las tenía muy claras.

Las primeras páginas nos dan unas pistas innegables: se trata de ser, no de parecer. Parece fácil ¿no? No lo es.
Puedes enmudecer. Así no mientes. Puedes amurallarte, encerrarte. Así no tienes que representar ningún papel, mostrar un rostro, exhibir gestos falsos. O eso crees. Pero la realidad es un incordio. Tu escondite no es lo bastante hermético. Por todas partes se filtran signos de vida. Y te ves obligada a reaccionar.
Dos personas, Elizabet y Alma. Dos caras de una misma moneda. El reverso y el anverso. Parece que nunca se encontrarían, que estaban condenadas a no verse a sí misma la una en la otra ¿Cuándo la cara de una moneda ve a su reverso y viceversa? Nunca. Pero no estamos hablando de monedas, sino de personas.

Elizabet opta por el silencio, quiere dejar sus papeles, sus máscaras. Quiere ser y no parecer. En principio no sabremos las razones, aunque sabemos que el silencio no es una enfermedad ni una patología, es una decisión, tan personal como enérgica. Alma es la que habla, en principio para desbloquear, para romper el silencio de Elizabet. Pero hablar, cuando alguien te escucha (y no solo te oye), termina por ser una catarsis. Sin saberlo, ambas toman distintos caminos para llegar a un mismo lugar.

No nos engañemos: quien elige el silencio no opta por la indiferencia, opta por la reparación, por la cura, por una introspección brutal. Y quien elige hablar, sintiéndose escuchada, inevitablemente caerá también en un camino de autodescubrimiento.
Tener algo en lo que creer. Llevar a cabo algo, poder pensar que la vida de uno tiene sentido. Eso es lo que a mí me gusta. Mantenerse fiel a algo de forma inquebrantable, pase lo que pase. Eso es lo que pienso que hay que hacer. Significar algo para otras personas.
No solo se trata de alguien que calla y alguien que habla. Hablamos también de escucha. El silencio también es comunicación. El silencio de Elizabet no es neutro, tiene también su efecto mariposa, espejea a Alma inevitablemente. Además Elizabet es también lo que hace, sus gestos, su comportamiento. Todo ello tiene consecuencias en Alma, que pasa de un afecto hondo y profundo por la silente Elizabet a sentirse manipulada y engañada para terminar fusionándose con ella, ambas dos, la una con la otra y la otra con la una.

La presión a que se someten ambas es incuestionable. Pero también la presión que reciben del exterior, porque ciertamente el silencio de Elizabet no la protege de nada, siempre hay grietas por las que se cuela la violencia del mundo exterior.
¿Puede una ser personas totalmente distintas, una al lado de la otra, simultáneamente?
Claro, claro que se puede. Pero tener conciencia de todas esas personas que podemos ser en una, o las distintas capas que nos componen y su profundidad puede ser una revelación despiadada para la que no estamos preparados. Asumirnos con todos los estratos que somos, sumergirse hasta llegar a nuestra propia fosa abisal es una tarea inmensa. Elizabet y Alma lo consiguen, a través del silencio de una y de las palabras de otra, hasta fusionarse ambas en una relación absolutamente vampírica entre una y otra. Alma se irá convirtiendo en Elizabet, a la vez que esta necesita de la voz de Alma. 

La unión final entre ellas no implica semejanza, ni que esa simbiosis entre ambas consiga sortear el estallido de la violencia. He dicho antes que eran el reverso y el anverso de una misma moneda. Pero esa fusión final hacia la que nos lleva Bergman refleja el enmarañado laberinto de quienes somos: seres poliédricos y contradictorios. 

He dicho antes que no era fácil ser y no parecer. Se trata de algo tan complejo como resolver tanto tu propia conciencia individual como el poder de lo externo sobre nuestro comportamiento. Quizás es algo que no podamos hacerlo solos y necesitemos del otro. Pero conseguirlo sin que se produzca esa atroz y a la vez poderosa vampirización entre Alma y Elizabet que propone Bergman parece de una complejidad casi irresoluble.
¿No crees que podemos ser algo mejores si nos permitimos ser como somos?
O quizás sea que queramos pensar que realmente somos quienes parecemos ser. Una forma de autoengañarnos como otra cualquiera. O que el miedo nos impide ver que realmente lo que parecemos no es mejor que quienes somos. Quizás permitirnos ser nosotros mismos nos hará menos populares, pero más honestos.

La textura del alma humana es muy, pero que muy intrincada.

14 comentarios:

  1. Muy interesante tu propuesta. Quienes somos? Somos, en diferentes circunstancias, con diferentes personas y también con nosotros mismos. En mi opinión, no es tan importante analizar y saber, sino simplemente aceptar ser y voluntad de ser. Me lo llevo anotado.
    Un abrazo.

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    1. Pero la voluntad de ser implica conocer a ese "ser", desgranarlo un poco y, sobre todo, mantenerlo sin enmascarar, aunque moldeable a situaciones, personas, y demás.
      Te recomiendo ver la película a la vez que haces la lectura ;)

      Un abrazo.

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  2. Una película y libro que dan mucho que pensar, que plantean dudas y preguntas complicadas. Pero reconozco que intenté ver la película y me perdí, no la entendí, o no la supe apreciar. Es una obra que requiere poner los cinco sentidos y si hay alguno más a mano, también. Ahora mismo no me veo con la mente clara como para abordarla.
    Abrazos

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    1. Es Bergman... así que claro que da que pensar. A mí me ayudó mucho (y mira que he visto la película varias veces) ir viendo la película a la vez que leía el libro. Leía unas cuantas páginas, veía la parte de la película correspondiente a esa lectura. Seguía leyendo, avanzaba en la película sobre lo leído. Y la verdad que ha sido muy esclarecedor.

      Un abrazo.

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  3. Hola!cada una en su forma elige un camino que conduce al mismo fin.puede gustarnos.gracias por compartirla!saludosbuhos

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    1. Espero que os guste, aunque es complejo. Por eso me gusta :D

      Un abrazo.

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  4. Soy una gran admiradora del cine de Bergman y la verdad es que te estaba leyendo y me estaba quedando flipando, estaba como metida en una película en serio te lo digo, me ha encantado nena, es que me ha encantado... estoy flipando en colores 🤪 Mío es!!

    Besitos 💋💋💋

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    1. A mí también me apasiona Bergman, así que leer este libro a la vez que veía la película ha sido espectacular.

      Un abrazo.

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  5. «Elegir la propia máscara es el primer gesto voluntario humano. Y es solitario». Al leer lo que cuentas sobre la etimología de la palabra persona, que reconozco desconocía, he recordado estas palabras de Clarice Lispector. Me he acordado también de La vegetariana de Han Kang cuando comentas que el silencio es una decisión personal y enérgica. Me atraen mucho esa relación y esos intercambios y espejeos entre Elizbet y Alma, pero creo que, ya que se trata de un guión cinematográfico, lo mejor será que vea la película y que la apoye o complemente con el libro.
    Un abrazo

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    1. Conocía (y recordaba, que en mi caso no siempre van de la mano) la etimología de la palabra, así que fue inevitable traerlo a colación. Y sí, será acierto leer y ver la película a la vez, en mi caso al menos fue un complemento maravilloso para desentrañar una película que había visto varias veces y siempre sentía que se me escapaban detalles.

      Un abrazo.

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  6. ¡Hola!
    Admiro mucho a Bergman como cineasta y nunca he leído ninguna obra suya. Sin duda tiene que ser un libro muy profundo y lleno de sabiduría, aunque ahora mismo no sé si es el tipo de libro que me apetece. Lo tendré en cuenta.
    Por cierto, me quedo por tu blog.
    Besos

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    1. El libro es como la película: complejo y profundo.

      Bienvenida al blog, estás en casa ;)

      Un abrazo.

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  7. Persona es una Obra de arte con mayúsculas y siempre me ha dejado el vacío de que cuando se van cayendo todas las máscaras está el agujero, o la fosa abisal que como vos bien decís es terrible de mirar. Muy buen analis Ana,me encantó la cita que elegiste para cerrar, de lo más optimista que se puede rescatar de esta película. Les recomiendo a todos el profundo análisis que hace Jaume Cardona en su blog cine y psicología. Un abrazo

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    1. Es una película fantástica, de esas a las que vuelvo una y otra vez y cada vez le saco algo más. Voy a buscar el análisis que comentas de Jaume Cardona, gracias.

      Un abrazo.

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En este blog NO se hacen críticas literarias ni mucho menos reseñas. Cuento y me cuento a partir de lo que leo. Soy una lectora subjetiva. Mi opinión no convierte un libro en buen o mal libro, únicamente en un libro que me ha gustado o no. Gracias por comentar o, simplemente, leer