Traductor: Elena García-ArandaPáginas: 120Publicación: 2008 (2009)Editorial: SiruelaCategoría: NarrativaISBN: 9788498417135Sinopsis: En persa, Syngué significa “la piedra de la paciencia”. Se dice que esta piedra está en La Meca y alrededor de ella millones de peregrinos dan vueltas contándole sus desgracias. El día en que le quepan más desgracias explotará, ese día tendrá lugar el Apocalipsis. Pero aquí, en un pueblo de Afganistán, la piedra de la paciencia es un hombre inconsciente por una bala alojada en la nuca. Su mujer permanece a su lado. Le echa en cara no haber resistido la llamada a las armas, haber sido un héroe, y todo para quedar convertido en un vegetal por una vulgar reyerta. Sin embargo, allí sigue ella, cuidándole y hablándole. Le habla mientras en las calles se suceden los enfrentamientos y los disparos. Le habla sin saber si su marido entiende lo que dice. Murmurando la letanía de sus pesares, llega incluso a revelar secretos impensables en un país como Afganistán, impensables incluso en la vida de cada uno. ¿Y si la piedra explota? (Premio Goncourt 2008)
¿Quién no ha oído hablar de Afganistán? El drama que se está viviendo en ese país se nos ha hecho tan cotidiano que las noticias nos llegan como amortiguadas e indoloras. Lo que está lejos parece dolernos menos, nos es un poco más ajeno. Afganistán está muy lejos. Es un drama que parece que no nos concierne. Pero ahí está Atiq Rahimi para traernos el drama.
Con una estructura muy teatral (quien haya leído o visto la obra teatral de Cinco horas con Mario, encontrará muchas similitudes), y un discurrir lento pero sobrecogedor, el autor nos pone ante la tragedia que supone el fundamentalismo, más aún si es una mujer quien lo vive. El marido de la protagonista, en estado vegetativo, le sirve de "piedra de la paciencia" para contarle su dramática historia, para darse a conocer a un marido que jamás hizo lo mínimo por conocer a la persona que era su mujer. Le habla de su historia, de sus sueños, de sus esperanzas, de sus sentimientos, sueños.. en un monólogo interrumpido por las salidas de la mujer a una ciudad en guerra, la llegada de guerrilleros... La lucha entre sus sentimientos y su educación, sus raíces, se nos muestra de forma descarnada y sin paños calientes.
El monólogo es un grito silencioso que nos obliga a no mirar a otro lado. No es un libro fácil. Es un libro duro y sin concesiones. Es lento y poético. Es la realidad que alguien puede estar viviendo ahora mismo en, por ejemplo, Afganistán.
(©AnaBlasfuemia)
Muy buena tu página Ana. Saludos. Claudio cevalver :-)
ResponderEliminarGracias Claudio, pasa por aquí cuando quieras, estás en tu casa ;)
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