Publicación: 2017
Editorial: Seix Barral
ISBN: 9788432229916
Sinopsis: Gabi Martínez reconstruye la historia real del doctor Escudero, un neurólogo que sufrió un brote de locura durante el cual trató de hacer daño a sus seres queridos. Sólo él cree que su diagnóstico es erróneo. La historia del doctor Escudero es la historia de este país desde la Transición hasta hoy; es la visión del sistema de salud, un sistema completamente corporativo y centrado en intereses económicos; es la historia de gente que lucha por conseguir fondos para la investigación médica y también la historia de un hombre corriente, de un luchador que se llevó por delante a su familia en su obsesión por la medicina, y que tuvo que abrirse camino en el sistema médico español contra el bullying, la burocracia y el estrés, para pasar de ser considerado un loco a convertirse finalmente en uno de los médicos más eminentes en su especialidad.
Las etiquetas suelen estar mal colgadas, el drama aparece cuando alguna de ellas te condena más de lo esperado.
La portada: Así, de entrada, no llama mi atención. ¿Un libro sobre boxeo? No, no es para mí.
De mis dos primos presuntamente bipolares, uno resultó ser poeta.
La contraportada: ¡Ahá! No era lo que parecía. Me interesa la neurología, me interesa la enfermedad mental. Empiezo a ver por las redes sociales muchos elogios sobre el libro y me animo a leerlo.
Debo de decir que la sinopsis la he tenido que recortar porque la facilitada por la editorial dice más de lo que debe.
La realidad es tan viscosa que no puedo articularla. Hacia afuera, no. Vivo adentro de un modo más extenso que nunca, porque no aspiro a comunicar. Soy un espectador de mí. Un espectador convencido, sin necesidad de compartir, con el único objetivo de recuperarme. Aunque algunos opinen lo contrario, la recuperación no pasa por hablar demasiado con nadie.
La intrahistoria: He dicho más de una vez que estamos hechos de historias. De muchas historias. Yo no sabría contarme en una sola, tendría que remitirme continuamente a las historias previas, porque todas están concatenadas de una forma u otra. Todas me hacen. Todas ellas soy yo (Las historias son mapas…) Un día alguien me dijo en este blog: “Escribe tu historia, Ana” (Cuéntame una historia…) En verdad muchas veces he pensado, no en escribirla yo, sino en contársela a alguien que la escribiera por mí. Todas las historias que soy. Lo que viene siendo una historia en busca de una autora.
Hace unos años, día de Sant Jordi, Domingo Escudero se acerca a Gabi Martínez y le dice “Tengo una historia que podría interesarte”. Y se la contó. Y Gabi Martínez la escribió. Eso es este libro: la historia ficcionada de Domingo Escudero.
Quería pensar mi vida sin otras voces. Comprender un poco mejor dónde estaba. Lo entendí al final aunque lo quise desde el principio.El título: Una vez leído el libro, el título tiene todo su sentido en una doble vertiente: las defensas que nuestro organismo pone en marcha ante una enfermedad autoinmune, y las defensas que nuestra mente pone en marcha ante los sucesos que nos acontecen.
Lo que no me gustó: Demasiadas páginas. No es que no me guste que tenga casi 500 páginas. Es que le sobran unas cuantas en las que repite conceptos y reflexiones o el relato no aporta ni añade ni suma.
Durante casi 180 páginas sentía que no llegaba a ningún sitio, que la historia no avanzaba aunque aparentemente lo hacía. A partir de ahí, también tengo que decirlo, empecé a devorar el libro a un muy buen ritmo, que volvió a declinar en las últimas páginas.
Tu problema es que destacas. La mejor forma de crearse enemigos.
¿Cuál es el problema? A mi modo de ver, Gabi Martínez nos lo quiere dar tan masticado que muchas páginas se van en detalles que terminan por ser repetitivos o innecesarios. No concede nada al lector, esa aportación de quien lee, al que le basta aceptar la sugerencia para dar cuerpo, peso y contexto a lo sutil. No, en este caso no es necesario: todo está explicitado, detallado, digerido y masticado. Quizás, en mi opinión, demasiado.
Hay cinco emociones universales. Felicidad. Tristeza. Miedo. Ira. Asco. Cuatro invocan a lo oscuro. Y sólo una se podría considerar netamente positiva.
Lo que sí me gustó: Sin duda alguna, la visión que aporta de la enfermedad mental. La amplía, nos recuerda que somos algo más que conciencia, alma, esencia, que también está ahí nuestro sistema inmune, nuestro tejido nervioso, nuestra biología, neurología, química… Y nuestra vida.
El enfrentamiento entre neurología/psiquiatría/psicología, sin duda, también me ha resultado muy atractivo y en muchos puntos no he podido menos que asentir.
Hay que preservar la pureza. Es una lección de la poesía.
Hay que preservar la cordura. Es una lección de la vida. Y no es una tarea fácil, no. Obstáculos, todos. Zancadillas, demasiadas. Presiones, infinitas. Demasiado finos los contornos que separan a la cordura de la locura. Demasiado endeble la distancia entre ambas.
Pero más allá de todo esto, también estamos las personas, lo que hacemos con nuestro cuerpo, con nuestros trastornos, rendirnos o luchar, encauzar o descarrilar. Tenemos opciones. ¿Las tenemos? Interesantes reflexiones las que se hace en ocasiones el protagonista, analizándose a sí mismo, lo que le sucede, cómo lo vive, se justifica, cómo intenta explicarlo, normalizarlo, saber cómo lo viven los demás, cómo le ven desde fuera…
Pero más allá de todo esto, también estamos las personas, lo que hacemos con nuestro cuerpo, con nuestros trastornos, rendirnos o luchar, encauzar o descarrilar. Tenemos opciones. ¿Las tenemos? Interesantes reflexiones las que se hace en ocasiones el protagonista, analizándose a sí mismo, lo que le sucede, cómo lo vive, se justifica, cómo intenta explicarlo, normalizarlo, saber cómo lo viven los demás, cómo le ven desde fuera…
Llamativo también el papel de las mujeres en torno al protagonista, Camilo. En verdad, aunque el peso de la lucha contra su enfermedad y los acontecimientos se pone en él, no tengo ninguna duda sobre el papel que las mujeres (parejas, hijas, hermanas, amigas) juegan en el hecho de que Camilo salga vencedor en su lucha contra la enfermedad y el sistema sanitario.
Hipervida. Yo estaba experimentando algo así. Los arrebatos de júbilo e indignación se encadenaban sin prácticamente intermedios, disparándome hacia estados pasionales tan profundos que me estaban desgastando. Mi ánimo se encontraba demasiado bien o demasiado mal, y anhelaba cualquiera de los extremos como una auténtica droga que e conectaba al mundo intenso. Vivía, y no quería dejar de hacerlo. Por suerte, lo mío nos e trataba de ninguna enfermedad.
No sólo de enfermedad mental habla este libro, también sobre el férreo e inhumano sistema sanitario, aunque yo lo ampliaría al mundo laboral en general, caldo de cultivo para luchas intestinas, guerras internas en las que las zancadillas son el arma más blanda y menos agresiva, un mal menor en comparación con otras puñaladas traperas que se dan con tremenda facilidad en el mundo laboral (y el personal). De ahí al mobbing, un paso. La violenta y silenciosa presión del mundo laboral y social es el detonante de muchos trastornos mentales o, como poco, de amargarnos la vida. En Las defensas, se detalla con acierto (incluso a veces de una forma exacerbada, intimidante e increíblemente brutal) cómo comportamientos de acoso laboral son consentidos por distintos motivos, desde un egoísmo innato, a salvaguardar intereses particulares, pasando por la cobarde comodidad de no meterse en problemas (ajenos, pero no tan ajenos) mirando hacia otro lado.
En definitiva, no fue una lectura fluida debido al exceso de detalles, datos, información, vueltas y revueltas. Pero la calidad narrativa de Gabi Martínez está ahí, en muchísimos fragmentos, manteniendo el pulso hasta llegar a la última página, jugando entre la ficción y la realidad en una combinación en la que no se atisba dónde está una y dónde está otra porque, al fin y al cabo, a todos nos resulta familiar mucho (si no todo) de lo que cuenta, especialmente el entorno laboral, pero también la presión social, invisible pero porculera como nadie…
Observar me salva por ahora.
Lo tengo pendiente, y no me anima demasiado lo que cuentas y eses exceso de datos. Veremos.
ResponderEliminarUn beso ;)
No es mala lectura de verano y tiene partes muy interesantes, siempre se puede practicar la lectura vertical con esas partes más repetitivas o que aportan menos ;)
EliminarUn abrazo
Me atrae mucho el tema. La enfermedad mental es algo de lo que nadie está libre (como de cualquier otra enfermedad), pero de lo que casi todos opinan, juzgan y valoran. A veces, oyendo hablar a la gente, parece que el enfermo tuviera la culpa de su propia enfermedad.
ResponderEliminarLo que me echa un poco para atrás es lo de que el autor no deje espacio a la aportación del lector que es algo que valoro mucho.
Lo apunto y a ver qué pasa.
Un beso.
En realidad no estamos libres de nada, ni bueno ni malo. Pero es verdad que hay temas sobre los que se habla con cierta "alegría", mucha demagogia y poco conocimiento. No hay nada más cruel que acusar a un enfermo, del tipo que sea, de estarlo...
EliminarUn abrazo
A pesar de esos "peros" creo que podría animarme con su lectura. Me parece interesante.
ResponderEliminarBesos.
Y lo es, Atalanta, es interesante, haces bien en no descartarlo :)
EliminarHola guapa!!
ResponderEliminarNo me gusta que me den las cosas tan masticadas de ahí a regurgitar las no hay nada...pero "peros" incluidos y todo, podría leerla.
Besos 💋💋💋
Yo también prefiero un amplio margen para lo implícito, pero bueno, eso va con gustos. Aún así, merece la pena la lectura y descubrir (al menos yo) a este autor.
EliminarUn abrazo
Buf, no puedo con el derroche de páginas ni con los autores que asfixian al lector, que no le dejan aportar nada a la lectura, en especial en libros como este en los que es más importante la implicación personal. No me gusta leer sobre enfermedades así que este lo dejo pasar. ¿Por qué no me sorprende que la sinopsis reviente el libro? Vaya manía. ¿Por qué lo hacen? ¿Para que los del postureo lo compren y hablen de él como si lo hubieran leído? Esta es mi última hipótesis al respecto.
ResponderEliminarAbrazos
Ante el derroche de páginas, lectura vertical, Norah :D No es exactamente un libro sobre enfermedades, aunque la hay, hay muchos aspectos del funcionamiento del sistema sanitario, social y político (de una época), del acoso laboral, que también es muy interesante.
EliminarPostuleo, Norah, postuleo ;)
Un abrazo
Ay, ay, ay, que me lo tengo que apuntar y bien que lo siento; con lo despacio que voy leyendo últimamente y todos los pendientes que me quiero leer...
ResponderEliminarLa primera cita que nos dejas ya es demoledora, bueno, todas lo son. Y me interesan todos, TODOS los temas que trata. Así que pasaré por alto esta vez el que mastiquen y digieran por mí.
Un abrazo
Jajjaja, pues mira estoy ahora escribiendo con uno que vas a tener que leer sí o sí. No sé cuándo sacaré el comentario porque antes va otro que, toca palmas, tú ya has leído ;) Pero el que te digo... bueno, ya sabrás cuál es sin que te diga nada. Lo reconocerás como un libro de los tuyos, así que vete organizándote :P
EliminarUn abrazo
Lo tenía anotado y me gusta lo que cuentas. Las enfermedades mentales dan para muchas historias.
ResponderEliminarBesos
A mí es un tema que me interesa desde siempre, y es cierto que da para muchas historias. Aunque ahora que lo pienso, hay tantas cosas que dan para tantas historias...
EliminarUn abrazo
Pues le tengo muchas ganas. Descubrí a Martínez hace un par de años, en una entrevista que le hice tras publicar su libro 'Voy', una maravilla. Ahora tengo éste en espera. Lo leeré. A pesar de lo que cuentas de que las 180 primeras páginas tengo mucha confianza en Martínez.
ResponderEliminarBesos
Yo no conocía nada del autor, la verdad, y me ha gustado descubrirlo, pese a esos "peros" que comento, que, como todo, son apreciaciones personales e intransferibles. Quizás busque algo más de Martínez, no inmediatamente por el cúmulo de pendientes que tengo, pero como pienso vivir 200 años o más, no hay problema :D
EliminarUn abrazo
El tema parece interesante pero las 500 páginas me echan patrás... Si además dices que también hay mucha paja... pues lo voy a dejar pasar...
ResponderEliminarAbrazo fresquito!
Como estoy comentando, creo que tiene cosas suficientemente interesantes como para darle una oportunidad, practicando la lectura vertical si acaso, pero se lee ligero.
EliminarUn abrazo (bienvenido el fresquito, porque vaya tela...)
Ya me has tentado!! El mundo de la locura me mola, aunque lo temo. Nadie te puede garantizar que no te pueda dar un vahído
ResponderEliminaren cualquier momento. No lo descarto. Mil gracias Ana.
Por eso nos mola, porque lo tememos... :) Cuidadín, que vienen algunas tentaciones más ;)
EliminarUn abrazo
¡Me llama, me llama! Llegué aquí por la foto de este libro en tu instagram y si, la portada no dice nada pero aún con los peros quisiera leerlo, acá sólo lo encuentro en epub y está tan caro que mejor me espero a que llegue en físico.
ResponderEliminarPues si un libro te llama, siempre hay que hacerle caso. No suelen equivocarse ;) No, la portada en verdad no ayuda, de hecho no le hice caso hasta que empecé a verlo comentado por más personas en IG Nunca entenderé porqué los libros en formato electrónico están tan caros... :( De todas formas, no es de los baratos en papel. Será por páginas...
EliminarUn abrazo
A mí me pasó lo mismo con la portada, pero luego me sorprendió muy gratamente. Estoy de acuerdo contigo en que tal vez le sobren páginas y explicaciones, pero me pareció tan original que pasé por alto ese detalle.
ResponderEliminarAbrazo!
La portada se entiende luego más pero aún así no la considero un acierto, la verdad. Estamos de acuerdo en todo, sobran páginas, explicaciones y círculos viciosos, pero es original.
EliminarUn abrazo
Uy, no me veo con fuerzas para enfrentarme a un libro así. Aunque, nunca se sabe. Abrazos.
ResponderEliminarNo es duro, Marisa, y te lo digo yo que ya sabes que mastico piedras ;)
EliminarUn abrazo
No parece ser un tema que abordaría en este momento. Menos, si consideras que se repite y le sobran páginas.
ResponderEliminarDe todas maneras, gracias por allegárnoslo.
Un abrazo grande.
Es más un libro curioso e interesante en algunos aspectos que un libro duro, Marcelo. Pero sí, podría haber condensado fácilmente.
EliminarUn abrazo
Deseando leerlo, espero disfrutarlo un poco más que tú :-) Un beso!
ResponderEliminarMujer, tampoco lo sufrí, cuando me pongo a leer en vertical se me da bien. Lo disfruté, pero lo habría hecho mucho más si hubiera sido más sintético y no hubiera dado tantas vueltas a la pescadilla. Pero no es una mala lectura ni mucho menos.
EliminarUn abrazo
Leer me salva, cierto como que el mundo se cierra cuando cierro un libro. Este que pones no vendrá conmigo no suelo leer ese tipo literatura, pero este también salva, cómo mínimo de la nada:) Leer te salva de ser siempre el mismo, a mí por lo menos.
ResponderEliminargacias
un abrazo
Y tan cierto como que a mí también me salva (ergo... te entiendo perfectamente). Tampoco es que este libro sea de los que me salve/cure/sabe, pero me entretuvo y eso también cuenta ¿no?
EliminarAbrazo grande
He llegado a tu blog precisamente tras leer este libro, que me ha enganchado de principio a fin. Rotundamente, Gabi ha escrito una buena novela a partir de una historia real, lo cual ya me parece una proeza, porque realidad y novela no siempre saben conjugarse. Algo puede sobrar, pero merece muuuucho la pena su lectura, que supera los pequeños fallos.
ResponderEliminarTAmbien me ha encantado encontrarte. Voy a cotillear lo que me pueda interesar. Nos vemos x aquí. Gracias