Traductora: Verónica Fernández Camarero
Páginas: 140
Publicación: 1922 (2013)
Editorial: Tropo
ISBN: 9788496911611
Sinopsis: Esta es la historia de un martirio amoroso. Una historia que arranca con una mujer que abandona a su marido, al sorprenderlo en brazos de otra, y arrastra en su huida al "buen gordo". Henri Béraud la escribió en dos semanas y ganó en 1922 el prestigioso Goncourt, el galardón literario más importante de Francia. El martirio del obeso describe los sinsabores diarios, el desprecio de los hombres bien formados y la indiferencia de las mujeres. Sus páginas son una reivindicación de la necesidad de reírse de uno mismo y de las circunstancias de la vida como herramienta para alcanzar la felicidad.
Si es que a veces no hay que buscar los libros, hay que dejar que ellos nos encuentren. En mi torpe verano lector a veces me he forzado en buscar lecturas que encajaran en mi termostato emocional: disperso, pizpireto, perezoso, inquieto, saltarín. Y sin un ápice de concentración. Y, como casi siempre que busco, no encuentro o encuentro mal. Así que recurrí al viejo truco de dejarse llevar. Y así llegué a este libro, ubicado en las novedades de mi biblioteca.
Nuestro protagonista es gordo. Muy gordo. Si ahora se levantara de su tumba, él mismo se la volvería a cavar para meterse de un brinco viendo el culto al cuerpo existente en nuestra sociedad actual, donde el cuerpo masculino perfecto se mide en “tabletas de chocolate” y el de la mujer pasa por un 90-60-90. A partir de ahí, ya se es panzón o gordo. Y la obesidad, no seamos hipócritas, no está bien vista. Forma parte de esas leyes no escritas que la mayoría cumple a rajatabla: entre tener una pareja con “tipín” y una con “tripón”, nuestra libido se decanta ineludiblemente hacia el cuerpo mejor formado… Que sí, que lo importante es el interior y todo eso. Bah, no seamos hipócritas, siempre nos halaga más que le gustemos a alguien con buen cuerpo que a una persona con más de cien kilos de peso. Y 107 kilos es lo que pesa nuestro hombre.
No conocemos el nombre de nuestro protagonista, ni casi el de sus interlocutores, a quienes dirige un largo, trepidante y divertido monólogo, y que le sirven de excusa para contarnos tanto su historia, su martirio amoroso, como sus disquisiciones sobre lo que le supone ser una persona obesa.
Y para contarnos ambas cosas, martirio y disquisiciones, utiliza (además del monólogo) una de las herramientas que, bien usada, más aprecio en la literatura: el humor. Además, es lo que se espera de una persona obesa, de un gordo, que tenga sentido del humor. Es el cliché existente: las personas obesas no suponen una amenaza, son simpáticas, sanas, campechanas, bonachonas, inofensivas, con buen humor…
Además del humor, inteligente, destaca también la prolijidad, así en general: en kilos, en palabras, en anécdotas, en prosa (de la buena)… y también en amor. Porque no sólo de obesidad va este libro. Y es que los gordos también se enamoran. Y es que, oh sí, tienen corazón. Y tan sensible como el de cualquiera. Y un corazón además de latir tiene otras funciones: enamorarse, sufrir…
Pues sí, sufro, tiene razón, mi aire vanidoso no ha logrado engañarle, si me río lo hago en realidad como el niño fanfarrón que se traga sus lágrimas delante de sus compañeros de clase, pero oculto bajo mis bromas subyace un dolor orgulloso.
Muchas veces me pregunto qué convierte un libro en un buen libro. Porque el que a mí un libro me guste mucho no lo convierte en un libro excelente (ni el que no me guste en un libro malo). La mayoría de las veces me contesto lo mismo: el tiempo. El paso del tiempo es el que dictamina la calidad de un libro. Ya lo dice el refrán: el tiempo da y quita razones y pone a cada uno en su lugar. Pues este libro lleva el paso del tiempo muy bien, y su lugar sigue siendo el que le ha llevado en su momento (1922) a ganar el prestigioso premio Goncourt: el de la élite, el de un libro que leído casi cien años después mantiene frescura, profundidad, humor, verdad…
Cierto que algunos aspectos relacionados con su relación amorosa tienen que verse enmarcados en la época que ha sido escrita, aunque no los referidos a las emociones provocadas por la situación que vive, y mucho menos los relacionados con su obesidad, que mantiene toda su vigencia.
Tengo que decir que en este caso indagar sobre la vida del autor me ha servido para recordar que a veces es mejor separar al autor de su obra… Imaginar la grandilocuencia y los floridos recursos verbales de este escritor al servicio de su antisemitismo me ha dado escalofríos, pero si me ciño únicamente a la lectura, he disfrutado a base de bien de su prosa locuaz y fecunda.
Y nunca se ría de los gordos…
Y no, al final no nos reímos. Una lectura inesperada, divertida (hay pasajes desternillantes) y saboreada.
(©AnaBlasfuemia)
(©AnaBlasfuemia)
Al inicio de leerte me ha recordado una peli que vi hace tiempo: Gordos (del mismo director que Azuloscurocasinegro), pero me lo ha recordado por la gordura y los tópicos, porque poco tiene que ver con la novela que reseñas! Esta vez el libro no acaba de atraerme aunque cuando has dicho monólogo ya me has hecho dudar porque hace mucho que no leo alguno (y con tintes de humor ya no te cuento), en fin no sé, dudo!
ResponderEliminarSí, vi la película, aunque sinceramente tengo un recuerdo nebuloso de ella. Sobre la obesidad hay muchos tópicos, cierto. Aunque es un monólogo es tan fluido que no se hace nada pesado. Es divertido y está muy bien escrito. Las dudas, pues ya sabes, están para despejarlas, pero si las tienes es más que seguro que ahora mismo no es el momento ;)
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Pues me ha chocado, no tengo demasiado claro si me gustaría (ay, el humor escrito y yo) pero desde luego, creo que merece una oportunidad para decidir si entra en mis gustos o no.
ResponderEliminarBesos.
Es verdad que cuando lees que un libro tiene humor como que... porque a mí es un género en el que he leído cosas que me han encantado y otras que mejor olvidarlas. A ver, no es un libro de humor en el sentido de reír, sí de sonreír y en algún momento es muy divertido. No sé si decir humor inteligente, pero sí muy bien escrito, eso seguro. Échale un vistazo si tienes oportunidad y decides.
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Pues me apetece mucho, tengo ganas de leer algo con humor pero algo bueno-bueno. Y que resista tan bien el paso del tiempo, ya dice mucho sobre los buenos cimientos de la obra. También me ha convencido lo de la buena prosa, por supuesto, ando a busca y captura de ella desde siempre (tan esquiva, a veces). Bss
ResponderEliminarEstá muy bien escrito, muy verborréico, rápido, irónico... y con contenido :) El premio es merecido sin duda alguna. Corto, inteligente, divertido, bien escrito... ¿te convence? ;)
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Me parece interesante. Y muy actual. Ojalá no hubieras dicho qué esa el autor...
ResponderEliminarCierto, pasado tantos años hay cosas en torno a los clichés de la obesidad que siguen vigentes. Sobre el autor... pues es lo que tiene querer conocer quién hay detrás de la obra, que a veces te llevas cada chasco... A veces es necesario desligar al autor de su obra, y esta es una de esas veces ...
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Un hombre orondo conoció a una bella mujer y tuvieron cinco retoños, dos perros y una obesidad mórbida. Para mi no es un tema banal y ese fragmento no saca la mejor de mis sonrisas, sino todo lo contrario.
ResponderEliminarLos gordos también se enamoran, sí creo que por subirse a una báscula y pasar de X no se pierden los sentimientos. Me parece injusto que haya que recordar esas cosas y no sé si el tono de esta novela me va a gustar, así que espero a que me digas para decidorme.
Te cuento que este verano leí Big brother fue la primera novela que me animó a escribir una reseña de nuevo y oye el enfoque me pareció de lo más acertado :)
Besos
No fue tal que así el cuento, pero la obesidad sí era mórbida :) No es un tema banal, y menos aun actualmente, con el tipo de alimentación que manejamos, la tendencia a la vida sedentaria... y por otro lado la canonización de los cuerpazos ideales como referencia de normalidad... bbbrrrrr... Menudo temita. Por supuesto, se enamoran, sufren, ríen... Son exactamente los mismos con cien kilos que con cincuenta. El autor era obeso y sabía de lo que hablaba, y además el condenado escribía bien, maneja bien las palabras y la ironía. El tono de la novela es necesario y es el que hace que lo leas (además de estar bien escrito). Es cortito, inteligente, bien escrito, irónico, está escrito hace casi cien años y hay muchas cosas que siguen siendo absolutamente válidas, lo que habla bien poco de nosotros y de nuestra evolución como sociedad, con su valores y esas cosas.
EliminarBig brother, ya sabes, lo tengo. Y a veces que ya tengo un libro es lo peor que le puede pasar porque luego lo hago esperar y esperar... Que te haya motivado a escribir de nuevo una reseña es un plus en mi interés para leerlo :) Bien es verdad que me imagino que aborda el tema de forma diferente, en una sociedad más actual, pero seguro que hay coincidencias, de entrada se me ocurre ¿hay algún libro sobre flacos?.
Besos a media dieta
Creo que lo dejo pasar.
ResponderEliminarEl humor y yo no nos llevamos bien literariamente hablando, aunque me has dejado con curiosidad...
ResponderEliminarBesotes!!!
Está contado con humor, pero del inteligente. A mí el género "humor" me produce desconfianza, no era lo que buscaba, lo encontré, y buena literatura también :)
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Antisemitas.... bof! Con lo mal que yo llevo eso pero calro, uno es como es y y.... no podría leer a Céline ni a tantos otros así que haré la vista gorda porque este me ha gustado... Y si no he leído mal creo que te apuntas a Junction no? :O Yo voy lentísimo porque estoy con otro así que salta al vagón en marcha. S. correrá mucho como siempre. Besos.
ResponderEliminarEhhh que hoy he frenado para esperar un poco en stand by
EliminarAsí es Yossi, a veces hay que saltar ciertas barreras, además en este caso de no saberlo tampoco lo hubiera detectado, y si no hubiera hecho la vista gorda, como tú dices, me hubiera perdido un buen libro. Me apunto, sí, Junction ha llegado a tiempo, pero termino con el que estoy en dos días máximo, a vuestra "dispo".
EliminarS. seguro que pese al freno nos adelanta por todos los lados :D
Besos!
Una vez en mi vida, una!!! he terminado un libro antes que S. La tercera parte de Knausgaard, todavía no me lo creo jajajja
EliminarPues habrá que buscarlo =)
ResponderEliminarBesotes
Pues tiene buena pinta y no lo conocía de nada, debo admitir. Me lo apunto!
ResponderEliminarBesos
A mí me lo presentaron en la biblioteca, y oye, acierto ;)
EliminarBesos!
Me viene de perlas porque pensaba echarle un vistazo a los premios Goncourt aunque lo eel antisemitismo me da alergia grave. ..le dare la oportunidad a las letras y con la puerta en las narices al autor.
ResponderEliminarLo del antisemitismo no cuenta aquí, la verdad, aunque creo que también repartía a los nazis... Es un buen premio Goncourt, un buen libro, no sé cómo serán el resto (no sé ahora mismo de memoria si he leído más, que me suena que sí), pero este era merecido.
EliminarBesos!
Una lectura con la que me reiré aunque no de los gordos. Se ha convertido ya en un clásico con tantos años desde su primera publicación.
ResponderEliminarUn beso.
Es más de sonreír que de reir, y no te ríes de los gordos, no. Me gustan estos libros por los que no pasan los años, aunque bueno, ya digo que en el tema de las relaciones sí se nota, pero en el de la obesidad, pues no.
EliminarBeso!
No, esta vez no. No me gustan los chistes sobre estos temas, creo que ya lo hablamos con otro tema un tanto diferente, aunque no tanto según el trato que se da en algunos momentos.
ResponderEliminarManías mías, lo sé.
Y también he leído Big Brother, y me gustó con la manía que tiene su autora de revolver al personal
Besos
Eeeeepa, aprovecha que has echado el freno y échalo aquí también. No, no son chistes, no hace chistes. ¡Henri Béraud era obeso! Fácilmente pesaría esos 107 kilos o más. Aborda el tema con conocimiento de causa, no hace chistes fáciles, sino que tira de ironia inteligente para dar el punto de vista del obeso. Merece la pena, deja de lado las manías (si es por eso, claro, que no es obligación leerlo). Es un buen libro.
EliminarDos díitas y estaré lista para Junction.
Besos!
Este no me lo llevo. Estoy de acuerdo contigo en lo que opinas de la obesidad y de cómo la ve la sociedad hoy en día, y en las reflexiones a las que te ha llevado la lectura. Sin embargo no me llama cómo está enfocado aquí, me da la sensación de que es un personaje gordo haciendo de gordo y eso de los monólogos no me va.
ResponderEliminarBesines rebeldes
Tengo mucho pendiente, y aunque me ha parecido una reflexión interesante la que has hecho, de momento voy a dejarlo pasar.
ResponderEliminarUn beso.
Hombre el tema siempre está en auge...pero con las novelas que llegas a reirte...tengo reparos porque nunca me pasa jaja
ResponderEliminarUn beso!
En verdad la pretensión del libro no es que te rías, sólo que utiliza la ironía, y por tanto el humor, para transmitir un punto de vista.
EliminarBesos!
Hace falta reflexionar sobre nuestra percepción de los cuerpos y la belleza, pero sobre todo nos hace falta aceptación. Interesante saber que mantiene vigencia un libro escrito hace ya unos años...parece que no solo no cambiamos sino que vamos empeoramos. Me gusta el tratamiento humorístico, pero me pregunto si se podría haber hecho siendo la protagonista una mujer.
ResponderEliminarEs difícil la reflexión cuando el bombardeo mediático es el que es. Y está claro qué tipo de cuerpos atraen la atención y son los que se venden. Lo malo es que se vende que estos cuerpos traen consigo también... yo que sé... inteligencia, sensibilidad, educación... y será como en todo, algunos sí y otros no. Y sí, pasa el tiempo y no cambiamos, lo que nos hace empeorar :( Y mira, hay un libro que quiero releer, en el que la protagonista es una mujer obesa: El susurro de la mujer ballena de Alonso Cueto, aunque lo leí hace muchos años y de humor tenía poco, pero tengo buen recuerdo (y mala memoria).
EliminarBesos!
Hola Ana, últimamente estoy muy desorientada con los libros, no logro conseguir que ninguno me guste. Ya pasará. Este que reseñas no lo conocía pero la verdad ahora mismo creo que no lo leería. No sé, manías, ya sabes.
ResponderEliminarMuchos besos !!!!
Lídia, ya se te pasará la racha, da mucha rabia, sobre todo si te gusta leer y quieres seguir haciéndolo, pero los libros y las buenas lecturas llegan. Seguro que cuando vayas aposentando ahora encuentras el libro que te meta otra vez en racha lectora ;)
EliminarBesos!
Pues este si que me llama, no es lo que que suelo leer, pero también va bien cambiar de vez en cuando.
ResponderEliminarBesos!
No es lo que sueles leer, cierto. En verdad yo ya no tengo claro qué es lo que leo porque si lo pienso hay de todo. Me gusta la variedad, pero también hay un patrón en el tipo de libros que leo y busco...
EliminarBesos!
¡me ha encantado tu reseña! y yo también andaba con ese termostato emocional durante las vacaciones ¡y que trabajo me da regresar de ellas!
ResponderEliminarun beso,
Ale.
Gracias Ale. Es que las vacaciones, y especialmente el calor, altera el termostato emocional ¿verdad?. Por aquí sigue apretando el calor pero al menos he recuperado ritmo lector, o más bien, voy encontrando lecturas en las que me siento más cómoda. Yo tengo reservado aun algunos días de vacaciones, que luego se hace el año muy largo ;)
EliminarBesos!
Uf.. me encanta este! Pero eso sí, la cubierta me echa un poco para atrás. De todos modos lo que cuentas de él me parece interesante y más si lo vemos desde la óptima de hoy, con ese culto al cuerpo que comentas. No sé si lo leeré o no pero desde luego, si se me cruza quizás me anime con él. Besos
ResponderEliminar¿Y a mí que me gusta la cubierta? Aunque en realidad el libro que leí tenía otra, esta: http://2.bp.blogspot.com/-3_sYDgoWja8/UQkX43Xm5ZI/AAAAAAAAGSk/Hj2nQGnmbGY/s1600/MartirioObesoCubierta6.jpg
EliminarEs un libro interesante, muy bien escrito, merece la pena, ver cómo algunas percepciones no cambian, e incluso ahora están más presentes.
Besos!
Lo que peor llevo es que me lo disfracen de salud. Mentira, salvo en casos evidentes de riesgo, lo que produce rechazo son las formas, los michelines, etc, porque a la extrema delgadez no le ponen peros sobre salud. Esta bien tratar estos temas con humor, porque si no, la hipocresía en la que vivimos, nos llenaría de hiel, al menos a mí. Abrazos.
ResponderEliminarYo creo que eso viene por las épocas de penuria, lo de que comer es salud, ya sabes, si alguien come, todo va bien. Está claro que la obesidad no es sana, como no lo es la delgadez ni ciertas practicas para mejorar el aspecto del cuerpo. Y ahí tampoco se ponen muchos peros, no, incluso se fomenta. Como comento el autor era obeso, supongo que por eso escribió el libro en tan poco tiempo, tenía información de primera mano. Y pone ironía encima de la hipocresía.
EliminarAbrazo!
La verdad es que no tengo muy claro si me gustaría este libro o no, me quedo hecha un mar de dudas.
ResponderEliminarBesos.
Si me cuentas tus dudas lo mismo te ayudo a que lo tengas claro, pero las dudas no suelen ser buenas a la hora de decidirse por un libro, está claro.
EliminarBesos
Nunca he leído un libro en el que el peso -tanto de más como de menos- sea el tema principal, pero no me llama mucho tampoco.
ResponderEliminarBesos.
Pues antes me he acordado de otro que he leído, en este caso la protagonista es una mujer, El susurro de la mujer ballena, de Alonso Cueto, un libro que me gustó mucho. Como me gustan los libros que abordan historias reconocibles, reales, pues este era un tema más. Y no me arrepiento, he descubierto un buen libro :)
EliminarBesos
No sabía si se te había acabado la tinta del teclado o se te había ido el dedo :P A ver, que el autor era gordo, y mucho. El enfoque precisamente fue lo que me gustó, además de estar muy bien escrito, y como el monólogo es en forma de conversación, y el libro cortito, se lee muy bien.. Échale un vistazo en la biblioteca :P
ResponderEliminar¡Afloja! No te me rebeles, parece mentira que no me conozcas ;)
Besines!
Pues lo cierto es que vivo con alguien que pesa más de 107 kilos, tiene que ser muy acertado el tono del libro para que le vea la gracia, no estoy segura de ser capaz. Sí que creo que lo que cuenta es el interior, y no sé si es por inseguridad, pero un piropo siempre me halaga, venga de quien venga, vamos, que creo que este libro no es para mí, por mucha "empatía" que parezca que tuvo el autor antisemita en su momento. Un besote!
ResponderEliminarA ver, no debí explicarme bien. Que esté abordado con humor no quiere decir que haga gracia. Lo que está claro es que no lo aborda desde el drama, para que sintamos compasión. Busca nuestra empatía (el autor era obeso), no que sintamos lástima ni que nos ríamos del tema. Los piropos halagan a todo el mundo Meg, incluso a la persona más segura de sí misma. A nadie le amarga un dulce ¿no?. Ya digo que el autor era obeso, así que no necesitaba tener empatía con los gordos... ;)
EliminarBesos
Es el tipo de novela que a primera vista no me hubiese llamado la atención, pero tras leer tu reseña voy a apuntármelo, creo que me puede gustar.
ResponderEliminarBesos:)
Pues a mí, no sé si fue la portada (que no era esta), o que tratara un tema tan poco habitual, pero fue verlo en la biblioteca y decirme ¿por qué no? Que fuera corto también ayudó en la decisión. E insisto, me he encontrado con una agradable sorpresa y un buen libro....
EliminarBesos
Me ha picado mucho la curiosidad!!! Lo tendré en cuenta!! ;-)
ResponderEliminarSaludos
Coincido plenamente contigo en lo que dices sobre qué es lo que hace que un libro sea bueno. En cuanto a esta novela en concreto parece divertida y a la vez bien escrita. A mí a veces me apetece leer libros divertidos, pero no sé si yo tengo un problema con el sentido del humor o qué, el caso es que a veces no les encuentro tanta gracia a novelas que son vendidas como desternillantes. Ahora mismo no, pero lo tendré en cuenta para cuando me apetezca algo así.
ResponderEliminarBesos!!
El tiempo... ¿verdad? Suele ser un juez bastante certero en general, no sólo con los libros ;) Está muy bien escrita. El autor maneja bien el lenguaje, y eso siempre me gusta encontrarlo en una lectura, aunque aprecie a veces el lenguaje sencillo, bien combinado y transmisor de emociones y sensaciones, pero también valoro los juegos de palabras, el lenguaje empleado de forma inteligente. Yo también tengo problemas con el humor en los libros, pero en este caso el humor es una herramienta inteligente que no pretende que nos riamos, sino que lleguemos al mensaje.
EliminarBesos!
Parece que el autor escribe bastante bien, pero la trama no me llama en exceso. No lo buscaré, pero si lo encuentro en mi camino leeré algunas paginillas a ver qué tal.
ResponderEliminarUn beso.
Sí que está bien escrito, mucho recursos lingüísticos tiene este autor, y un vocabulario que para mí lo quisiera yo. Si te lo encuentras terminarás por leerlo ;)
EliminarBeso!
Ana me ha encantado esta reseña... Te ha quedado muy bien (que no es que las demás te queden mal, por supuesto), pero es que en ella dices cosas tan ciertas. Por supuesto me llevo el libro, pero sobre todo me quedo con todo lo has reflexionado (la hipocresía, la importancia que le damos al físico, los prejuicios contra los gordos).
ResponderEliminarGracias por compartirla!
Sofía, gracias. Es que la hipocresía me sienta muy mal, y la doble moral con la que se juega muchas veces sobre estos temas me pone nerviosita. Que oye, a nadie le amarga un dulce, en ningún sentido, pero la obesidad es un tema espinoso porque en el fondo, a todos nos causa cierto rechazo, en la obesidad ajena o en la propia. Algo hacemos mal, sin duda.
EliminarBesos!
Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que no me llama.
Te sigo y te invito a que te pases por mi blog.
Un abrazo.
Pues ya me apetece. Tiene todos los ingredientes de una buena lectura para mi, sentido del humor, invitación a la reflexión, tema al que soy sensible (... el Michelin... :) ), no descarto nada echarle una lectura. Un besote!
ResponderEliminarDe hecho todo el libro, pequeñito, es una reflexión sobre ese tema, también sobre el amor, el amor de un obeso. Amor no correspondido, claro, porque él es el amigo ideal, no hay peligro...
EliminarBesos!
Pensaba que había comentado esta reseña puesto que la había leído y veo que no. No sé. O no quedo registrada o no tuve tiempo de comentar... yo que sé!! :))
ResponderEliminarAntisemita ehh? Mal asunto siempre, pero en esas fechas, peor aún.
El tema de la obesidad y del aspecto físico ha sido siempre una tortura para aquellos que son valorados por esa cuestión. Las mujeres sabemos mucho de ello, así que procuro hilar fino en esas cuestiones (y no, no es fácil).
Besos!!
Se quedó en los dedos tu comentario ;) Sí, antisemita, aunque también caneaba a los nazis. He tenido que obviarlo, porque en verdad el libro no transpira antisemitismo, porque no aborda el tema y lo que plantea, lo hace bien y bien escrito. Es que ya no es sólo el tema de la obesidad, es que todo lo que no sea un cuerpo perfecto ya parece imperfecto, que parece una perogrullada, pero es en dónde colocamos la perfección, lo estrechito que se ha quedado ese margen de cuerpo perfecto. Y lo que es más grave: no se asocia cuerpo perfecto necesariamente con cuerpo sano...
EliminarBesos!
Hoola ^^
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con que el tiempo es lo que dictamina la calidad de un libro, como ejemplo está Isabel Allende que aún con más de diez novelas publicadas, la que logró hacerla una de las escritoras contemporáneas iberoamericanas con mayor repercusión social y aventuró en el mundo de la literatura, 'La casa de los espíritus', continúa siendo considerada su mejor obra. Respecto a esta novela y dejando atrás el ejemplo (justo hoy he adquirido la novela por lo que necesitaba mencionarlo) me llama enormemente la atención su atrayente argumento, por lo que la apunto aunque me temo que hasta dentro de un tiempo no pueda darle una oportunidad por culpa de todos los libros pendientes.
Un beso, me quedo por aquí :D
Hola Angela! Cuando me planteo una relectura (ya ves, con la lista tan larga de pendientes que solemos tener) es porque algún libro que he leído hace mucho, sigue rondando por ahí. Tiempo. Y luego están esos otros libros escritos hace mucho, pero que lees ahora y tienen una vigencia y una calidad incuestionable. Tiempo otra vez. Resisten con nota ese tiempo transcurrido entre cuando se escribió y se leyó. Por algo será. El ejemplo que pones de La casa de los espíritus es adecuado, para mí el mejor libro sin duda de Isabel Allende.
EliminarBienvenida, nos leemos ;)
Besos!
Yo es que soy muy especialita con los libros de humor... Vaya que casi ninguno consigue su objetivo. Y eso que en la vida soy muy fácil de hacer reír, palabrita!
ResponderEliminarEsta vez no me tientas.
Besos
Carax, si a mí los libros de humor también me dan un poco de yuyu, porque me cuesta partirme de la risa con los libros, pero sí es verdad que el humor que me hace sonreír o que además acompañan de reflexiones, me gustan. Yo también soy de risa fácil, rara porque a veces son tonterías, pero fácil (en la vida, más que en los libros).
EliminarBesos!
A mí también me pasa, cuando termino un libro y no sé qué leer intento buscar uno que vaya acorde con mi estado de ánimo y termino empezando una porrada de libros y no terminando ninguno porque no se acomoda a lo que estaba buscando. Al final, siempre me quedo con el que apareció de repente y un poco de casualidad.
ResponderEliminarBesos!
Lo que pasa es que algunos libros cambian tu estado de ánimo :) Así que no tengo claro si buscar uno acorde al ánimo o uno que me lo cambie ;) Lo que no me gusta es empezar libros y no terminarlos, tienen que ser realmente infumables para que desista de llegar al final. Sí que a veces saco alguno de la estantería, lo miro ... y lo vuelvo a meter...
EliminarBesos!
No lo conocía, pero me llama la atención. Opino como tú respecto a la obesidad y creo que puede ser interesante leer sobre él en un libro escrito en 1922.
ResponderEliminarUn beso!
Te sorprenderá ver que hay cosas que no cambian :) Se lee rápido y bien, ya verás
EliminarBeso!
Vale, es oficial. Me acabo de enamorar del argumento de este libro que no conocía, de su espiritu o a lo mejor unicamente de tu reseña. Pero es un comentario tan atrayente que ya lo estoy buscando en la biblioteca de mi ciudad para leerlo a ver si con un poquito de suerte lo tienen y me gusta tanto como a ti.
ResponderEliminarQue afortunados momentos esos en el que el libro que necesitas llega, él solito y sin saber cómo, a tus manos!
Espero que tengas suerte en la biblioteca, si no lo tienen siempre puedes hacer una desiderata, aunque ahora las bibliotecas lo tienen bastante crudo para nuevas adquisiciones :( El libro es muy interesante y curioso, muy ágil la lectura, sorprendente la fluidez de lenguaje. Si lo encuentras espero que lo disfrutes como yo lo hice :) Siempre me gustan los libros inesperados, no contabas con él, ni siquiera lo conocía y, zas, ahí está ;)ç
EliminarBesos!
No sé bien por qué esa asociación del buen humor y los gordos, no le veo el fundamento por ningún lado. En todo caso, creo que es bueno saber reirse de uno mismo y que el umor en la literatura no es nada fácil. Tomo nota.
ResponderEliminarBesos
Es un estereotipo que desmonta el propio Béraud, y alguno más. El humor siempre ayuda, sin duda, pero hay que ser inteligente para usarlo adecuadamente.
EliminarBesos!
Creo que este libro lo voy a catar ;). Aunque en un principio no me llamaba demasiado el argumento, me gusta mucho lo que cuentas de él.
ResponderEliminarTema aparte el de la gordura y ni te cuento cuando es en niños. Y hoy en día a cualquier cosa se le llama estar gordo. Dónde quedaron los tiempos de "Las tres Gracias" de Rubens...
Un abrazo
Muy catadora estás... Guárdate la munición, que a saber qué se avecina y lo mismo vas a tener mucho que catar ;) Bueno, lo de la obesidad en los niños ya es espeluznante. En Asturias hace no mucho hubo una polémica porque quitaron a un niño a su familia por un problema de obesidad, lo mismo lo estoy simplificando mucho, pero era algo así...
EliminarYa no se llevan las turgencia... Bueno, más bien no se valoran ;)
Abrazo y ánimo en la reentré ;)
Haré la vista gorda al autor, y me ceñiré al libro, que me ha gustado mucho lo que has contado de él.
ResponderEliminarUn beso!
Jejeje... lo de hacer la vista gorda está muy bien traído :P
EliminarBeso!
No soy muy de leer libros de humor. El tema puede ser interesante, pero la historia no me termina de convencer. Supongo que, como dices, el protagonista está lleno de clichés. En cuanto a ellos, no estoy de acuerdo con lo de "sano", creo que eso es precisamente lo que no es.
ResponderEliminarNo, en realidad no es el protagonista el que está lleno de clichés, sino nuestra visión de la obesidad y las personas que la padecen. Más bien diría que el protagonista desmonta esos clichés. Y es cierto que obesidad no es salud, pero es verdad que se asocia comer y comer cantidad a salud, sin tener en cuenta que no se trata de comer mucho sino de comer sano.
EliminarBesos
Ah, había entendido mal. Pues sí que hay muchos clichés sobre la gente con sobrepeso. En verdad como con todo.
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