“¿Era yo también un mero vínculo en una vasta secuencia de seres imponderables, y el mundo que yo conocía solamente el interior del ser cuya voz interior era yo mismo?”
Hay libros que me desconciertan porque me confunden y no los comprendo y libros que me desconciertan pero que provocan mi admiración. “El tercer policía” me ha desorientado pero también me ha impresionado y admirado.
No es fácil proponer una arriesgada trama narrativa desde el absurdo y lo incomprensible y a la vez mantener la estructura sin que haya un resquicio por el que dicha propuesta se desmorone. Y O’Brien no deja resquicios, es hábil e ingenioso a un nivel inhabitual.
Hay libros ante los que razonar según lo establecido no sirve de nada. Debes de creer lo que se te está narrando. No fiarte de la lógica habitual. La mejor manera de no volverse loca es comportándose con normalidad, como si todo lo fuera (normal) y aunque todo lo que suceda sea absurdo, estrambótico, al estilo de “Alicia en el País de las Maravillas”. Se trata de usar la imaginación y disfrutar de un relato surrealista exquisito, sólido y delicioso, otra dimensión diferente a lo acostumbrado, plagada de descripciones de escenarios y situaciones que parecen indescriptibles pero que O’Brien consigue transmitirte como absolutamente reales, imposibles pero reales.
“El tercer policía” es una novela atípica, indefinible, con una poderosa originalidad que te embriaga y te sumerge en una historia delirante y llena de humor, un juego literario, dialéctico y narrativo con un propósito que parece insondable pero alcanzable para cada lector. Encontrar el propósito de lo narrado, la intención, es un desafío que puedes aceptar o no. Una vez aceptado quizás convengas conmigo que las búsquedas profundas, espirituales y/o intelectuales, son inútiles, inabordables y extenuantes; que las búsquedas infinitas terminan produciendo un profundo deseo de volver a casa y que cada mañana es un día nuevo, una promesa refulgente que nos limpia e ilumina y que ese despertar diario, cada amanecer, es la auténtica eternidad.
“Como todo lo que cuesta mucho creer y lo que es difícil de comprender, es un asunto de lo más sencillo”
No estaba muy segura, pero al llegar a lo de "atípica e indefinible" mí ser interior raruno ha aflorado. Y ha ganado.
ResponderEliminarBesos.
Tu interior raruno es el de una buena lectura. Y este es un buen (muy buen) libro.
EliminarUn abrazo