jueves, 2 de noviembre de 2023

La avería (Friedrich Dürrenmatt)

 


"Los destinos transcurren todos de igual manera"

¿Veis este libro? Su tamaño es de la palma de mi mano y fue publicado por la editorial Periférica en 2020. ¿Lo habéis visto mucho en redes sociales? He estado fuera de ellas mucho tiempo y los blogs literarios (al menos el mío) son una especie en peligro de extinción, existen casi para consumo propio. Así que no puedo afirmar que haya sido un libro ignorado, poco "cacareado" por redes, pero tengo esa sensación. Oye, que igual me equivoco, eh, y ha sido un boom y no me he enterado. Que es una realidad que yo voy a lo mío y he decidido ignorar deliberadamente cierta dinámica bookstagramer y la mayoría (que no todos) de los blogs literarios, así que me disculpo de antemano si estoy siendo inexacta.

Pero, por si acaso estoy en lo cierto, ya os lo digo: esta novela breve es una exquisitez. Y lo es porque crees que estás ante una extraña intriga judicial y te encuentras con una crítica impecable sobre la arbitrariedad de la justicia, la (doble) moral, la responsabilidad, la ética, el mal. ¿Somos tan inocentes como presumimos serlo? ¿la violencia sólo lo es si se ve? ¿si eres consciente de tu culpa vas y lo asumes? ¿eres consciente de tu culpa?

"La avería" fue publicada originalmente en 1956 pero sigue siendo de actualidad como lo son todos los temas humanos, especialmente nuestras flaquezas y debilidades. Hay cosas que nunca cambian. Hay épocas en las que esas debilidades son más flagrantes y otras en las que se imponen de forma más sibilina. Por ejemplo, la soberbia. O la banalización del mal (¿os suena?).

Dürrenmatt desarrolla "La avería" de forma inteligente e ingeniosa. La idea de la que parte es original, pero es que además luego la construye y desarrolla de forma muy amena, generando el suficiente contenido para impulsar a la reflexión. De hecho este relato apareció en distintos formatos (televisión, radio, teatro, novela) en los que apenas había variación en la trama, pero no todos tenían el mismo final.

La situación planteada parece absurda, incluso un chiste: una avería de su coche obliga al protagonista a pernoctar en un pequeño pueblo, en donde va a compartir velada con un juez, un abogado, un fiscal y un verdugo (ya retirados) que le van a proponer participar en una representación teatral en la que cada uno representa su antigua profesión. El único papel vacante es obvio, así que nuestro protagonista acepta, entre divertido y curioso, asumir ese papel: ser el acusado. Acusado ¿de qué? ¿por qué? si nuestro protagonista es (según él mismo) pura inocencia. De hecho se siente ABSOLUTAMENTE inocente. Ay, la arrogancia. Y, ay, la culpa. Así te veas a ti mismo, así sentirás (o no) la culpa. Pero la imagen que uno tiene de sí mismo no es inmutable. Ergo, el sentimiento de culpa tampoco.

"Había matado porque para él lo más natural era arrinconar a alguien, proceder con desconsideración pasase lo que pasase"

Normalizar el acoso, la desconsideración, la soberbia, pasar por encima de otros pisoteándolos... En fin, con los tiempos que corren poco más puedo decir, excepto que lean (si les apetece) esta pequeña joya que está considerada como una comedia. Lo acepto, es una comedia, mejor dicho: una parodia, y no voy a negar que las comedias tiene un humor negro que es muy eficaz para llevarnos a la reflexión y transmitirnos mensajes con notable carga de profundidad que no nos van a dejar indiferentes. Todo ello siendo además “La averíauna lectura muy entretenida y ágil.

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