Traductor: Jaime Zulaica
Páginas: 128
Publicación: 2007 (2008)
Editorial: Anagrama
Categoría: Narrativa
ISBN: 9788433974754
Sinopsis: Si sus perros hubieran respondido a su llamada, la reina no habría descubierto el vehículo de la biblioteca móvil del ayuntamiento aparcado junto a las puertas de las cocinas del palacio. Y no habría conocido a Norman, el joven pinche de cocina que estaba leyendo un libro de Cecil Beaton e iba a constituirse en su peculiar asesor literario. Pero ya que estaba allí, la reina decide llevarse un libro. ¿Y qué puede interesar a alguien cuyo único oficio es mostrarse interesada? Isabel II de Inglaterra descubre en los estantes de la biblioteca el nombre de una escritora que conoce, Ivy Compton-Burnett. Y de ella a Proust. Y de Proust a Genet, cuya sola mención hará temblar al presidente de Francia, sólo median algunos libros. Así, azarosamente, ella, que hasta entonces sólo había sido un lugar vacío ocupado por una fuerte idea del «deber», descubrirá el vértigo de la lectura, del ser, del placer.
Un libro fabuloso. Muy cortito y de lectura tan rápida como refrescante (es más un relato que una novela). Un humor muy inglés a lo largo de todo el relato, como es característico del autor. La protagonista es nada menos que la reina de Inglaterra, pero Bennett dibuja a la protagonista con mucho respeto y casi que con ternura.
No es una historia exactamente, con introducción, nudo y desenlace; nos cuenta cómo la reina accede al mundo de la lectura y este hecho la cambia totalmente. De ser una persona inasequible, lejana, fría, opaca… pasa a ser una persona cercana, próxima, con dudas, contradicciones, curiosidades y mucha impaciencia por seguir leyendo.. El descubrimiento del mundo de los libros la humaniza.
Con un estilo impecable y una ironía elegante, Bennett hace una crítica velada a una sociedad que vive a espaldas de la literatura y por tanto vive ignorante de la riqueza que nos ofrecen los libros, así como del aprendizaje que tenemos al alcance. Hay otra reflexión implícita y no menos demoledora: hay muchos tipos de lectores (y muchos tipos de literatura y de libros) y no necesariamente leer implica aprender ni aprehender (en el sentido de asimilar, casi de forma empática, lo que se lee)
Se trata, pues, de una reflexión sobre la magia de la lectura, de la capacidad para aprender, ponerte en el lugar de los otros y vivir experiencias de forma indirecta que tiene la lectura. Una novela divertida, curiosa, ligeramente irreverente, simpática. Recomendable.
gracias por tu opinion! a este libro lo tengo desde hace muuucho para leer y lo esquivaba por temor a que me resultase aburrido. Será anotado en mi extensa lista de pendientes.
ResponderEliminarbesos
Gracias a ti por opinar, Brisa ¡¡y por estrenar los comentarios!!. Es un libro cortito y muy ameno de leer, creo que lo disfrutarás. Ya nos contarás ;)
ResponderEliminarCoincido contigo, ya te lo digo en mi blog y en la reseña destacas muy bien que cabe esperar y sus putnos fuertes.
ResponderEliminarPor cierto ¿Qué más has leído de Alan Bennet?¿me lo recomiendas? Gracias. Un besito
A mi me gusta Bennett, y aquí he reseñado también La dama de la furgoneta, que también es una lectura breve y curiosa: http://loqueleolocuento.blogspot.com.es/2012/07/la-dama-de-la-furgoneta-alan-bennett.html
EliminarEs curiso Ana como a las personas que leemos nos gustan los libros en los que vemos reflejados esa pasión por la lectura, es una confirmación de nuestros sentimientos hacia los libros en general. El libro como bien dices destila humor inglés, a veces y como sureño no capto todos los matices del mismo, pero hace que la figura de la reina sea tratada con respeto no exento de ironía. Esa manera, que suele ser la nuestra, de que un libro te lleve a otro, saltando también de un genero a otro nos dice bastante de la reina y de nosotros mismos. Vemos como la reina desde el comienzo en que aparece distante a medida que avanza se nos haciendo más receptiva, acercándose más a sus subditos, rompiendo la monotonía de lo que hasta entonces era su vida, y entrando en algunas situaciones que son bastante cómicas. Buen libro, no solamente para pasar el rato sino para darnos cuenta de las transformaciones a que a veces nos llevan los libros.
ResponderEliminarEn realidad siempre empatizamos con quien siente emociones comunes, y eso pasa entre quienes nos gustan los libros, o (más bien) una forma de leer. Un poco lo que tú dices: confirmación de nuestros sentimientos. Yo soy del norte, ya sabes, eso no se me va por mucho que lleve en tierras manchegas, así que supongo que conecto más con ese tipo de humor, el que da los días grises y la lluvia, y la falta de luz :) Los libros nos cambian, nos amplían, eso es muy grande. En el fondo, leer así, amar leer así, es una suerte que tenemos ¿verdad?
EliminarBesos! (lo que me gusta siempre verte por aquí, medio escondido)