“Puede parecer idiota, pero necesito algo que me ayude a existir”
Hace unos días recibí un mail en el que se me reprochaba, amistosamente, “recomendar” libros tristes y complejos. Al remitente le angustiaban mis “reseñas” y me animaba a leer historias bonitas, no tan pesimistas. Sus preferencias lectoras son Jo Nesbø y Dennis Lehane. Me quedé pensando en las "historias bonitas" de la novela negra: asesinatos, violaciones, mafias, extorsiones, drogas, detectives alcohólicos y solitarios…
Donde mi remitente ve angustia, tristeza y complejidad, yo veo VIDA y mucha luz. Y me molan los autores considerados difíciles porque en ellos experimento la belleza abisal de la LITERATURA y la existencia.
Y cómo hablo ahora de Lobo Antunes, que no es precisamente un autor fácil (en eso radica su milagro y su prodigio). Que tiene un estilo característico y personal (loboantunesco) que es casi un deporte de riesgo para el lector que contiene la respiración frase tras frase, párrafo tras párrafo, sin boyas de señalización que indiquen dónde volver a respirar.
Antunes es de una generosidad casi insólita en la literatura, no deja un intersticio para la distracción ni la mirada desatenta. Es el lenguaje exprimido hasta los límites de lo improbable, llevando esos límites un paso más allá, acercando la literatura y el arte de escribir a confines galácticos y universos literarios cósmicos.
No es un escritor convencional, no. Pero es tan fácil no dejar de leerle, sumergirte en el caudaloso torrente de su intensa y elegiaca escritura, dejarte golpear por la constante creación de imágenes mentales y metáforas poéticas, como quien se deja llevar por el vaivén (ora apacible, ora irascible) de las olas del mar, con la conciencia de que, o te devuelven a la orilla, o te dejan a la deriva, en algún polo de inaccesibilidad oceánico.
El protagonista (un psiquiatra, trasunto del propio autor) se pregunta “¿cuándo fue que me jodí?” y nos sumerge durante un día y su noche por la soledad de su crisis existencial, su noche más oscura, en un fluir de conciencia con la lógica del desorden de pensamientos, hilados por la acaudalada escritura y la estratosférica maestría de Antunes.
Mo dudo de la buena fe de tu remitente al "recomendarte" historias más bonitas y optimistas, pero... ¿se puede recomendar un estado de ánimo para leer? Porque en el fondo se trata de eso. No suelo recomendar, no sé como son los demás... Pero alguna vez no he podido evitarlo, de puro gozo quería que algo así fuese leído! Jaja.
ResponderEliminarLobo Antunes, Wineruda, que lo conoce bien, me ha puesto sobre su pista varias veces, tengo cosas apuntadas. Este verano leí a otros compatriotas en su tierra, me perdí por Lisboa con algunos libros en la mochila.
Ser portugués, psiquiatra y escritor es un triángulo demasiado tentador, algo así no hay que dejarlo escapar.
Una atractiva "no reseña", Ana.
Abrazos.
Tiendo a creer en la buena fe de las personas, aunque luego la realidad (tozuda) me demuestre lo contrario. Creo que recomendaba más un estado de ánimo de las lecturas que de la lectora, por si se me contagia o algo así. Tampoco suelo recomendar, excepto que conozca a la persona y sus intereses literarios o lo tenga muy clara. Pero básicamente no soy una prescriptora de lecturas, sólo comparto mis lecturas para que queden recogidas por aquí y por allá.
EliminarHay muy buenos autores portugueses, una literatura que hay que explorar más. En ello estoy.
Un abrazo grande, Paco.
Ese remitente es un presuntuoso, entre otras cosas, ¿Recomendar? No creo que sea eso lo que hacemos, yo comparto...en fin.
ResponderEliminarTus angustiosas recomendaciones me encantan, y si te pones en modo Loboantuniano te hago la ola 😉
Besitos 💋💋💋
Creo que más que presuntuoso, es inocente e impulsivo. Efectivamente, compartimos, más que recomendamos. ¿Has leído a Lobo Antunes? Es un lujazo de escritor.
EliminarUn abrazo.
Eso de loboantunesco me ha encantado. Creo que no se puede definir mejor su estilo, es de Lobo ANtunes y punto. Al que le guste disfrutará con esa poesía de la vida, de la vida dura: esa repetición de términos que crea una sensación de repetición poética, de ritmo, de corazón que palpita, y esa sensación de amor por el mundo, por los más olvidados, hasta por lo más duro, y hasta por la tristeza qeu recorre sus textos y que, como diría Neruda,es telúrica, como si naciera de la tierra o de la propio árbol que creó ese papel. Si no te gusta Lobo Antunes no lo leas, pero no quieras evitar que lo lea quien ama la literatura, esa que se escribe en minúscula pero abarca todo la amplitud del mundo.
ResponderEliminarGracias
Hay autores cuya literatura, además de excelsa es tan personal ¿verdad? La identificas enseguida, como las primeras notas de una canción especial. Sé que puede ser un autor que no guste a todo el mundo, creo que depende de los gustos, pero también de la experiencia y el recorrido lector de cada cual. La literatura de Antunes es tan generosa que es un regalo para cualquier lector, no desaprovecha nada, leerle es un festín. De esos autores con los que tienes una especie de síndrome de Stendhal en cada página.
EliminarGracias a ti, siempre. Un abrazo grande.